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Guías de Viajes de Gran Canaria

Gran Canaria
Gran Canaria

Destino turístico por excelencia

El Continente en Miniatura

El Continente en Miniatura

A Gran Canaria se le reconoce por ser la isla más redonda del Archipiélago Canario. Junto a las islas de Lanzarote y Fuerteventura forma la provincia de Las Palmas, cuya capital es la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, que además comparte la capitalidad de la Comunidad Autónoma de Canarias con Santa Cruz de Tenerife.

El conocimiento de la existencia de Gran Canaria, Tamarán en su orígenes más primitivos y Gran Canaria a partir del siglo XIV, según documentos encontrados, se remonta al primer milenio AC, que es cuando, dicen algunas teorías, llega a su costa la población aborigen procedente del norteafricano y del entorno cultural de los bereberes. Pero, en este sentido, hasta la llegada de Colón y la Conquista de la Corona de Castilla, que tuvo lugar entre 1402 y 1496, la existencia y desarrollo de Gran Canaria siempre se ha sustentado en retales que se entremezclan entre la realidad y las leyendas, dando así a la Isla un halo de misterio que hoy en día todavía pervive.

Los aborígenes de Gran Canaria poblaron la Isla a través de reinados cuyos jefes eran llamados Guanartemes. Se trataban de comunidades dedicadas a la agricultura, el ganado la pesca y las artes, que adoraban al dios Acorán. De estas costumbres, todavía hoy, Gran Canaria guarda, además de su especial orgullo por sus orígenes, restos prehispánicos como es el gigantesco silo del Cenobio de Valerón, un refugio de cuevas para guardar el grano asentado en un barranco, o incluso ejemplos de sus poblados, como es el caso del Parque Arqueológico de la Cueva Pintada de Gáldar. También, uno de sus mayores tesoros es la rica herencia artesanal y figurativa aborigen, cuyas técnicas y motivos hoy en día se siguen utilizando en la artesanía canaria.

Pero, Gran Canaria ha vivido muchas épocas tras la aborigen con la llegada de los castellanos, la invasión de los piratas ingleses, holandeses, la implantación del Puerto Franco y el asentamiento de comunidades procedentes de América, la India, Alemania, Japón, África, Sudamérica....Y es que la cultura y el patrimonio de Gran Canaria se ha formado con la influencia de las 117 culturas que han pasado o se han asentado en ella. Así, sus 21 pueblos muestran en su conjunto un patrimonio monumental formado por numerosas épocas y culturas: barrios históricos del siglos XV como el de Vegueta; arquitectura inglesa de estilo Art Nouveau asentada en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria; elementos gótico-mudéjares del siglo XVI; estilos de la época dorada del Barroco del XVII y XVIII, que se mezclaron con la impronta mudéjar; edificios modernistas que surgen con el comienzo del siglo XX; el racionalismo traído de la mano Miguel Martín Fernández de la Torre, arquitecto del Parador de Tejeda, en la cumbre de la isla, y del edificio del Cabildo Insular; y los más modernos edificios vanguardistas del final del siglo pasado, los nuevos iconos de la Isla, como son: el interior del Centro Atlántico de Arte Moderno, el Auditorio Alfredo Kraus, o la torre Woermann.

La isla, que forma parte de la zona oriental del Archipiélago, con 838.397 habitantes, es la más poblada de su provincia y la segunda más poblada la Comunidad canaria; es la tercera en extensión, con casi 1.560 km², y la tercera en altitud, cuyo pico más alto alcanza los 1949 metros, pero lo mejor es su rica orografía de origen volcánico que ha creado a lo largo de los siglos la diversidad de su clima, geografía, flora y fauna, por lo que es llamada ‘Continente en Miniatura’.

De origen volcánico, forma parte, con el resto de las islas del Archipiélago, de la región natural de la Macaronesia, caracterizada por su clima subtropical que da lugar a una gran diversidad biológica, a la riqueza paisajística y a la geológica. Motivos por los que el 46% del territorio y 100.458 ha de zona marina forman parte de Reserva de la Biosfera declarada por la UNESCO. Pero, además, Gran Canaria se diferencia por su vientos alisios que crean ese paisaje tan peculiar formado por barrancos y montañas frondosas en vegetación y grandes zonas desérticas, y moldean la famosa "Panza de Burro", un mar de nubes que deja gran cantidad de humedad y lluvia, propiciando así una vegetación muy densa en la que predominan los Pinares y las laurisilvas.

A esto únele el mayor atractivo de la isla por lo que se ha convertido en el destino del mundo preferido de los turistas, sus playas. Casi 60 kilómetros en 236 kilómetros de costa conforman las numerosas y diferenciadas playas de Gran Canaria: la popular Maspalomas y su patrimonio natural de desierto de dunas blancas, la tradicional Playa del Inglés con su larga línea de arena dorada, la cosmopolita playa de las Canteras, pulmón natural de su capital, las tranquilas y familiares Las playas de San Agustín, Amadores o la del Puerto de Mogán, la playa deportiva de Puerto Rico, las diferentes playas costeras y pesqueras o las piscinas naturales que salpican la costa norte de la isla, son un ejemplo de sus maravillas naturales.

Pero, Gran Canaria ofrece muchas más riquezas a sus visitantes gracias a su especial configuración geomorfológica dominada en su centro por una inmensa caldera de hundimiento, la Caldera de Tejeda, desde la que se despliega una red de drenaje de aguas pluviales que recorren los barrancos serpenteando hasta llegar al mar. Su microclima ha creado diferentes hábitats: en el suroeste de Gran Canaria se esconden extensiones de bosques de pino canario, un árbol de características peculiares que lo hacen único en el mundo, y desde el litoral hasta los 300 metros de altitud dominan los ambientes áridos o hiperáridos con cardones y tabaibas.

El resto de su paisaje está formado por valles ocupados por palmerales, tarahales, sauzales y costas, con amplios deltas sumergidos, coladas volcánicas submarinas, grandes acantilados y bancos de arena interconectados, lugares idílicos para la supervivencia de numerosas especies animales como la tortuga boba, el delfín mular o el calderón gris.

Y aún más, Gran Canaria con una población caracterizada por su tolerancia, alegría y amabilidad, junto a las tradiciones populares de la isla, su diversidad en oferta deportiva acuática y rural, su fiestas y su amplia carta de servicios culturales de ocio, se ha convertido en uno de los lugares más visitados del mundo. Por algo, Gran Canaria, y el Archipiélago del que forma parte, es citada como una Isla Afortunada por Plinio el Viejo cuando narra el viaje del rey Juba II de Mauritania a las islas en el 40 a. C.

 

Cono piramidal de riqueza paisajística

Cono piramidal de riqueza paisajística

La isla de Gran Canaria está ocupada por 21 municipios, todos con su peculiaridad, costumbres y lugares de interés. Así que, aunque se trate de una isla relativamente pequeña, ofrece al turista innumerables sitios y parajes que visitar. Naturaleza, historia, patrimonio arquitectónico, cultural y artístico, ocio, playas, deportes, fiestas, porque en Gran Canaria todo está al alcance en un solo día.

Lo dicho, existen muchos lugares que visitar y conocer, pero cuando llegas a Gran Canaria, lo mejor es realizar la famosa vuelta a la Isla en un día, con lo que conseguirás hacerte una idea de la increíble riqueza paisajística y cultural que ofrece.

La Isla se divide imaginariamente en dos zonas geomorfológicas: la Norte y la Sur, totalmente diferenciadas a partir de su centro, el Pico de Las Nieves, de 1.949 metros de altura, que da forma a la Isla como si de un gran cono piramidal se tratase.

Pero para partir hacia su centro y dos hemisferios, lo mejor es comenzar la visita desde su capital, Las Palmas de Gran Canaria. La ciudad, como la Isla, también dispone de dos zonas céntricas bien diferenciadas. Su puerto comercial, donde se encuentra la Playa de las Canteras y su barrio antiguo, Vegueta, Conjunto Histórico Artístico Nacional desde 1973. Es en esta zona donde se fundó la ciudad en 1478. Se trata de su casco histórico que muestra al turista a través de sus calles empedradas la época de la conquista. Dando un agradable paseo por Vegueta descubrirás el estilo colonial de sus edificaciones, la Catedral de Las Palmas, monumento más importante de la arquitectura canaria que data de 1487, su emblemática Plaza Mayor de Santa Ana, custodiada por los legendarios perros canarios, y los diferentes edificios que parten de ella: las antiguas Casas Consistoriales, el Palacio del Obispo, el Patio de los Naranjos de la Catedral de Canarias, el Palacio Regental, y la Casa Museo de Colón, que recuerda el paso y la estancia en la ciudad del descubridor Cristóbal Colón en su viaje a América. Le sigue, cruzando el Puente de Piedra o de Palo, el famoso paseo de Triana que termina en el Parque de San Telmo. Es un núcleo histórico desde 1993, de gran belleza arquitectónica y larga tradición comercial, en cuyas cercanías se levantan el reformado Teatro Pérez Galdós, el Gabinete Literario, o la Iglesia de San Francisco.

El otro enclave de las Palmas es conocido como el Puerto, una zona comercial llena de vida y actividad las 24 horas del día, que puede ser observada desde el istmo de la Isleta, antiguo barrio pesquero y obrero. Aquí se asienta el Puerto de la Luz, el Parque de Santa Catalina-el escenario por excelencia de los carnavales de la ciudad- y la Playa de las Canteras con su espectacular barrera sumergida.

Continuemos nuestra ruta por la Isla saliendo de la ciudad hacia el oeste siguiendo el recorrido de las todavía plataneras que quedan en la costa. La primera parada, sin duda, debe ser Arucas, famoso municipio del Norte por su cantería, sus platanales y por la Iglesia de San Juan Bautista, que por su espectacularidad es conocida como catedral. Pero, además, Arucas también guarda la riqueza natural de la Caldera de Bandama, un espectacular cráter que recuerda los orígenes volcánicos de la Isla.

Siguiendo por la costa, se puede hacer una parada por el camino para disfrutar de un fresco baño en las calas o piscinas naturales que salpican los pueblos de Bañaderos y San Andrés, para adentrarnos hacia el interior y descubrir la belleza paisajística que ofrece los Tilos de Moya, el último reducto natural de la laurisilva ubicado en el Parque Natural de Doramas hallado en el camino los municipios de Firgas y Moya. Ambos desvelan a través de su arquitectura el estilo típico canario de sus edificios caracterizados por los balcones de madera. El municipio que le sigue es Valleseco, en cuyo Balcón de Zamora se puede contemplar el hermoso paisaje que ofrece los barrancos de la Isla hasta la costa.

El Noroeste de la isla lo conforman los municipios de Santa María de Guía, Gáldar y Agaete. En Guía es indispensable la parada para conocer el mayor vestigio prehispánico de la Isla declarado Bien de Interés Cultural; el Cenobio de Valerón. Se trata de un espectacular granero prehispánico de carácter colectivo creado artificialmente en la toba volcánica. Este pueblo también ofrece uno de los mayores orgullos de la Isla premiado mundialmente: su queso flor de Guía, hecho a base de leche de oveja y la flor del cardo silvestre.

Otro municipio que llegó a ser capital de la isla en la antigüedad, antigua corte de los guanartemes, es Galdar, conocido también por el nombre de "Ciudad Real". En este pueblo no hay que perderse su casco histórico con sus sinuosas calles de adoquines y la Cueva Pintada de Gáldar, la necrópolis de la Guancha que conserva interesantes túmulos e hipogeos reales.

El último pueblo del noroeste es la villa marinera de Agaete, famosa por la belleza y sencillez de su Ermita de las Nieves, el puerto pesquero de las Nieves y sobre todo por el monolito símbolo de la Isla conocido por "El Dedo de Dios", cuyo pico se destruyó recientemente a causa de un temporal.

Se sigue el camino por la costa más bella e impresionante de la Isla para llegar a San Nicolás de Tolentino. Son 36 kilómetros que se realizan en más de una hora, no sólo por las increíbles curvas de los acantilados, sino porque se hace imprescindible hacer una parada en el Balcón del Andén Verde, con vistas a vertiginosos acantilados. Siguiendo la ruta, en el municipio de interior que protege la Vírgen de la Cuevita, Artenara, también se descubre un paraje sin parangón y de gran valor ecológico: el Pinar de Tamadaba.

Ya en el interior, el clima húmedo y el paisaje verde introduce al visitante a otra naturaleza de Gran Canaria. Se trata una comarca agrícola que adquiere protagonismo por la afluencia de turistas que prefieren disfrutar de sus vacaciones recorriendo senderos y disfrutando de zonas rurales. Desde los municipios de la villa mariana de Teror, donde descansa la patrona de la Isla, la Virgen del Pino, San Mateo, enclave del tradicional mercado agrícola y artesanal de los domingos, y Santa Brígida, nos acercamos a punto central y más alto de la Isla, Tejeda. Aquí, el turista disfruta de las mejores vistas de Gran Canaria formada por el Roque Bentayga y el Roque Nublo, el monumento natural por excelencia, uno de los mayores roques del mundo que se eleva 80 metros sobre su base y 1.813 metros sobre el nivel del mar, utilizado como lugar de culto por los aborígenes y, desde 1987, declarado Espacio Natural y Parque Natural (1994).

La zona sur de la Isla de nuevo muestra un paisaje diferente. Desde la Aldea llegas a Mogán y a su puerto, conocido como la Venecia de Canarias. Sigues por la costa y se prolongan numerosas zonas turísticas urbanizadas que se dedican a los deportes acuáticos, al servicio turístico, con parques acuáticos, campos de golf, playas kilométricas, zonas comerciales, restaurantes, bares, discotecas... Arguineguín, Puerto Rico, Patalavaca, Amadores, Tauro y Taurito son estos pueblos, urbanizaciones turísticas y residenciales que llevan a las grandes playas del municipio de San Bartolomé de Tirajana: Maspalomas, zona de gran valor ecológico por su desierto de Dunas, el Palmeral y el Charco de Maspalomas, Playa del Inglés, y una veintena de playas y calas distinguidas con la Bandera Azul.

La zona central de la vertiente sur la completa Santa Lucía, de belleza paisajística enriquecida por el palmeral y la presa de la Sorrueda.

Y, por último, el recorrido se completa con la ruta Sureste salpicada con cultivos tomateros que pertenecen a los municipios de Agüimes, Ingenio y Santa Lucía; con la costa de Pozo Izquierdo: una de las mejores playas del mundo para la práctica del windsurfing, y con la ciudad de Telde, "Ciudad de los Faycanes", antigua capital de la Isla, de la que hay que conocer su casco histórico y los barrios de San Francisco, San Juan y San Gregorio.

Quedan muchas más riquezas por conocer en Gran Canaria, grandes presas, como la de Las Niñas; montañas vertiginosas, como las de Ayacata, o Barrancos, como el de Fataga, entre otros parajes imposibles de imaginar, calas escondidas al mundo y riqueza patrimonial llena de historia. Y es que, al fin y al cabo, no olvidemos que es conocida por el nombre de "Continente en Miniatura".

Desde las recetas aborígenes hasta la cocina más vanguardista

Desde las recetas aborígenes hasta la cocina más vanguardista

Gran Canaria lleva cultivando desde sus orígenes miles de recetas de cientos de culturas. Por ello, su oferta gastronómica dispone de platos procedentes de cualquier país posible, que a lo largo de los años han variado y mejorado. Pero, al hablar de la cocina canariona, sin duda, sale a la palestra los más famosos platos, algunos realizados en la isla desde la época de los aborígenes. El ingrediente estrella de los platos gran canarios es el Gofio. Se trata de harina de cereales tostados que se utiliza para infinidad de recetas en el acompañamiento del plato principal, los enyesques (aperitivos) o incluso dulces. Pero, además, hay otros platos típicamente canarios que forman parte de un menú extenso, variado y rico de sabores.

Se comienza con los los Enyesques: las típicas papas arrugadas con la rica salsa canaria, el mojo rojo picón; la ropa vieja; cuyo ingrediente principal es el garbanzo y la carne sobrante de puchero; la caracajas, hígado servido con un especial adobo y con papas sancochadas, y la pata asada, tan popular como las papas arrugadas, que en ningún lugar se hace como en Gran Canaria.

Los primeros platos se componen de: El gofio escaldado, plato tradicional y ancestral en el que se usa el grano de maíz tostado servido en caldo con cebolla roja o rociado con ajos fritos; el potaje con berros, que se suele comer con queso tierno o gofio; el rancho canario, un puchero de garbanzos y papas; el caldo de papas o de pescado, y el puchero, garbanzos, con fritura y verduras, servidos con caldo.

Los segundos se caracterizan porque su ingrediente principal suele ser el pescado, aunque la carne tampoco falta. Algunos de los más famosos platos son: una buena fritura de pescado de la costa; el plato estrella, el Sancocho, cherne cocinado con batata y papas y servido con mojo verde y con una pella de gofio; Conejo en Salmorejo, y Carne de cabra compuesta y condimentada con pimienta picona.

Como postre no puede faltar en el menú canario las truchas de batata o de cabello de ángel, el helado con bienmesabe, los deliciosos huevos mole, las autenticas tortitas de plátano, o para las fiestas más importantes de la isla, las tortitas de Carnaval.

Y, como acompañamiento, no olvidemos el buen vino que ofrece la Isla: Blancos, de color amarillo con aromas a hierbas y notas afrutadas; rosados, con color piel de cebolla, algo afrutados y con un carácter aún sin definir, y tintos, de color cereza granate, de notas afrutadas y característicos toques balsámicos.

Las tradiciones más arraigadas convertidas en festejos

Las tradiciones más arraigadas convertidas en festejos

Gran Canaria no para de celebrar fiestas que se alternan en sus 21 municipios durante todo el año. Disfrutas de una y sigues tu camino para celebrar la siguiente fiesta totalmente diferenciada. Y es que entre los santolares, las carnavalescas y las tradiciones populares, la Isla se llena de color, diversión, romeros ataviados con los típicos trajes comarcales, y música, siempre nacida desde los timples y guitarras.

Son variadas, numerosas y diferentes, siendo las más populares: los Carnavales en toda la Isla, la bajada de la Rama en Agaete, la Fiesta del Charco en la Aldea, la Traída del agua Lomo Magullo en Telde, La Fiesta del Almendro en Flor en Tejeda, la Bajada del Gofio en Agüimes, la Fiestas del Pino en Teror; la Fiesta del Barro en la Atalaya; las Fiestas del Queso de Guía; la Suelta del Perro maldito en Valsequillo; la Fiesta de las Marías en Guía; la Fiestas del Carmen en Mogán, y la Bajada del macho en Ingenio, entre otras tantas.

Se comienza el año con los Carnavales, las fiestas más conocidas de Gran Canaria que se celebran entre febrero y marzo. Las más populares se desarrollan en la capital, Las Palmas de G.C, que va contagiando al resto de municipios, de entre los que destacan Agüímes y Maspalomas. En los carnavales es normal la visión de miles de mascaritas celebrando las fiestas entre concursos de murgas, comparsas, galas, verbenas, cabalgatas y estrafalarios rituales relacionados con enterrar a una sardina gigantesca. De las carnavalescas, el acto que se ha hecho más popular es la Gala Drag, que por su divertida exageración ya supera a la tradicional elección de la Reina del Carnaval.

La Bajada de la Rama de Agaete tiene lugar a principios de agosto. Se trata de un ritual de los antiguos aborígenes que sigue vivo entre los canariones. Miles de danzantes, entre cabezudos o papahuevos, con ramas en las manos y al ritmo de la banda se dirigen en romería desde el centro del pueblo hasta el santuario de la Virgen de las Nieves. Estas divertidas y populares fiestas, de las más concurridas de Gran Canaria, han sido declaradas en 1972 de Interés Turístico Nacional.

A la Rama de Agaete le preceden y le siguen infinidad de fiestas, cada una con su ritual: homenajeando a la riqueza natural más necesaria de la Isla, el agua; recordando con juegos de barro el proceso por el que los artesanos consiguen su materia prima y la cargan hasta sus cuevas para elaborar la cerámica; escenificando leyendas como la de la Suelta del Perro Maldito, en donde el diablo en forma de perro corre por las calles acompañados de demonios y brujas para aterrorizar a la divertida gente de Valsequillo; ofrendas a vírgenes que traen lluvias y alejan a las cigarras; dedicadas a la artesanía, a los marineros, a la pesca...

De todas, las Fiestas del Pino es la principal fiesta de origen sacro de Gran Canaria. Se celebra el 8 de septiembre en el municipio de Teror en honor a la patrona de los canariones, la Virgen del Pino. Comienza con el peregrinaje de cientos de personas que acuden a Teror- un entorno de balcones tradicionales, laureles y araucarias centenarias- para ofrecer a la Virgen regalos y viandas. El festejo se alarga durante todo el mes con romerías, verbenas y un centenar de actos festivos y religiosos que culminan con la subida de la imagen de la Virgen del Pino a su Camarín.

Mientras, la Aldea recuerda el final del periodo de festejos con la famosa y peculiar Fiesta del Charco que se lleva a cabo el 11 de Septiembre. En esta celebración se revive la costumbre de los antiguos pobladores prehispánicos de embarbascar en los charcos costeros. Su enclave y punto de diversión es la gran charca que se forma en la desembocadura del barranco de La Aldea, La Marciega. En el Charco todos se bañan, bailan, juegan y se divierten al toque de una señal recordando a los antepasados que pescaban utilizando la técnica de narcotizar los peces con sabia de cardones y tabaibas.

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