Centro geográfico, político y cultural de España
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Una Comunidad con vocación de capital
Centro geográfico, político y cultural de España, la Comunidad de Madrid es la región de referencia por antonomasia en lo que tiene que ver con nuestro país. ¿El motivo? Muy sencillo: la capital, Madrid, se encuentra en pleno centro de dicha Comunidad y también de toda la Península Ibérica. Madrid es una ciudad con vocación internacional, visitada año tras año por miles de viajeros y turistas, que llegan atraídos por su enorme oferta cultural. Numerosos museos, edificios históricos y bellísimos rincones salpican sus calles, pero también hay que señalar su renombrada oferta de ocio y vida nocturna, una de las más animadas del continente europeo. Si Nueva York es la ciudad que nunca duerme, Madrid no le queda a la zaga... Y de esto dará fe cualquiera de los más de tres millones de habitantes de La Villa y Corte, que la convierten en la ciudad más grande y populosa de España.
Madrid es tierra de acogida; gran parte de sus habitantes desciende de otros que llegaron de tierras más o menos lejanas, lo que hace de la hospitalidad casi una obligación en esta ciudad. La villa está formada por gran cantidad de barrios, desde los más céntricos como Lavapiés o la zona de Sol y Gran Vía, hasta otros situados en la periferia que la mantienen en constante crecimiento, como si se tratara de un organismo vivo. La mayor parte de la oferta cultural y patrimonial se encuentra en el Centro de Madrid, partiendo del famoso Kilómetro 0 situado en la Puerta del Sol, y del cual convergen como radios de una estrella multitud de calles peatonales que invitan al paseo, a las tapas y al relax.
La Comunidad de Madrid consta de una sola provincia, pero es muy curioso comprobar cómo dentro de un territorio tan reducido se pueden encontrar tantos paisajes distintos, y tantas posibilidades en cuanto a actividades lúdicas. La capital está rodeada de sierras, tanto en el norte como en el sur, que albergan estaciones de esquí, espectaculares rutas de montaña, magníficos bosques, reservas naturales, parajes de lagunas, embalses que invitan al baño, y mil y un atractivos más. Un recorrido por la Comunidad de Madrid y sus pueblos puede alargarse días, semanas, meses... Cada hermoso rincón invitará al viajero a quedarse.
La tradicional gastronomía de Madrid es otro motivo de excepción para acercarse a la Comunidad. Platos tradicionales conviven con la cocina más vanguardista, que recibe año tras año la visita de los mejores chefs en distintos eventos internacionales. La producción vinícola y la elaboración de deliciosas especialidades, licores y repostería no se quedan a la zaga en este campo. Y ya que estamos disfrutando de la mesa y el mantel, ¿qué mejor que hacerlo acompañado de una buena verbena? Las fiestas de Madrid son las más "castizas" de España y merece la pena conocer todas sus tradiciones, de manera que podamos comprobar en persona la vigencia del famoso dicho: De Madrid, al Cielo...
La mejor oferta de museos y ocio, rodeada de naturaleza
Madrid capital tiene tantísimo que ofrecer a quienes la visitan, que intentar resumir su gran oferta en unos párrafos parece una tarea irrealizable. Pero intentaremos dar unas pequeñas pistas para que lo más importante no se nos quede en el tintero. El viajero que llegue a Madrid hará bien en acercarse a la Puerta del Sol para comenzar un periplo que le llevará por los rincones más famosos y los lugares más señalados. Desde el centro de la ciudad podrá desplazarse hacia la Gran Vía, la centenaria y célebre arteria que es tan bella de día como de noche; su célebre iluminación hará que el turista se sienta como en Broadway. Los castizos barrios de La Latina y Lavapiés se encuentran a un tiro de piedra desde Sol; aunque el metro acerca a todos los viajeros con comodidad, es mucho mejor llegar a ellos caminando por las callejuelas, y así poder probar las cañas y las tapas de las tascas y tabernas más típicas. La Plaza Mayor, el Palacio de Oriente, la Catedral de la Almudena, la Plaza de la Paja, la Iglesia de San Isidro, las Vistillas...
Todos estos bellísimos lugares se encuentran "recogidos" dentro de lo que se llama el Madrid de los Austrias, una ruta que ningún visitante debería de perderse. Atención al Mercado de San Miguel, un moderno y al tiempo clásico lugar, donde lo mismo podemos hacer la compra de los mejores productos que tomarnos un vino y una ostra... ¡Al lado de la Plaza Mayor! Y ya que hablamos de mercados, el domingo por la mañana se impone una visita al popular Rastro Madrileño, ubicado en pleno centro y donde es posible comprar, cambiar, vender o encontrar cualquier cosa que podamos desear.
Muchos turistas acuden a Madrid atraídos por su enorme oferta museística. Después del Louvre de París, el Museo del Prado es la segunda pinacoteca en importancia de todo el mundo. Velázquez, Goya, Rubens, Zurbarán, el Greco y muchísimos otros maestros exhiben sus obras sala tras sala, ante el asombro del amante del arte. La Colección Thyssen-Bornemisza se encuentra justo enfrente, al otro lado del Paseo del Prado, con lo mejor en arte moderno, contemporáneo y de vanguardia. Y completando este enclave del arte encontraremos también el Museo Centro de Arte Reina Sofía, con las exposiciones más interesante y unos fondos a nivel internacional, y el Caixa Forum, edificio de Herzog-De Meuron con una magnífica oferta en exposiciones gratuitas. También por esta zona podemos visitar el relajante y precioso Jardín Botánico, así como la estación Atocha-Renfe, con su exterior modernista y su jardín donde las tortugas contemplan a los sorprendidos visitantes... Rodeando la ciudad y a modo de cinturón verde, distintos parques como el Monte del Pardo, la Casa de Campo, la Dehesa de la Villa y el Parque del Oeste purifican el aire y suponen un descanso para el viajero. Aunque quizás el más famoso sea el céntrico Parque del Retiro, con lugares tan especiales como el Palacio de Cristal o la estatua del Ángel Caído, la única escultura del mundo dedicada al diablo. Otros parques destacables de Madrid son el Capricho, el Campo de las Naciones - Parque Juan Carlos I y el Mirador del Parque Cerro del Tío Pío, punto privilegiado desde donde se puede contemplar toda la ciudad como si de un descomunal mapa se tratase, y donde los atardeceres son inolvidables.
La Comunidad de Madrid está dividida en ocho comarcas, lo que nos da una idea que todo lo que nos queda por ver una vez hemos salido de la capital. La Sierra Norte es el lugar perfecto para las actividades y rutas de montaña; además, en la mayoría de sus pueblos podremos encontrar restaurantes y mesones en los que comer de lujo. Patones de Arriba, Manzanares el Real, Rascafría o Buitrago de Lozoya son algunos de los municipios más bellos de la zona, perfectamente integrados en un precioso entorno natural. La comarca del Noroeste cuenta en su territorio con lugares tan magníficos como El Escorial, con el Recinto Monumental del Monasterio; pero también encontraremos allí otros puntos excepcionales, como Alcalá de Henares y la espectacular Sierra de Guadarrama, perfecta para amantes de la nieve y el esquí. La zona Suroeste, recorrida por el río Guadarrama, destaca por su producción de vinos, mientras que al Sureste nos toparemos con localidades tan hermosas como Chinchón o Aranjuez. Aparte del Centro, que corresponde a la capital, sólo resta la zona Sur, que fundamentalmente es de tipo residencial.
Una cocina de fusión entre culturas y tradiciones
Es difícil definir la gastronomía madrileña, al haberse visto influenciada durante siglos por todas las aportaciones que constantemente le han llegado a la ciudad desde el exterior. Como capital y centro del país, Madrid ha sido desde antaño lugar de destino para trabajadores que buscaban un futuro mejor, y que traían con ellos las costumbres de sus tierras. Una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas de Madrid es la de las célebres tapas, que han llegado a convertirse con el tiempo en auténticas muestras de cocina en miniatura. Las más tradicionales se basan en la fritura con aceite de oliva; por ejemplo, los famosos calamares (que incluso se consumen en bocadillo), las patatas bravas, la tortilla de patata (que en Madrid tiene fama de ser la mejor del mundo)... Otras tapas muy populares son los boquerones en vinagre, los mejillones al vapor, los encurtidos y las gambas a la plancha, que los viajeros podrán degustar cuando se detengan a refrescarse con las clásicas cañas de cerveza.
Pero las tapas no son la única representación de la gastronomía madrileña. La ausencia de carne de calidad en tiempos antiguos, que se reservaba a las clases más altas, hizo que el pueblo llano comenzara una tradición culinaria basada en la casquería. De ahí la profusión de preparaciones que con ella se preparan: desde los célebres callos a la madrileña, hoy día un plato de auténtico lujo, hasta las castizas gallinejas, entresijos u oreja a la plancha, estas preparaciones están a la altura de las mejores carnes y en Madrid se elaboran con auténtica maestría.
Dentro del apartado de potajes, Madrid cuenta con el suyo propio, célebre como ninguno: el cocido madrileño, realizado con garbanzos, carne, repollo, chorizo y morcilla. Este delicioso guiso se presenta por partes: primero la sopa de fideos, después los garbanzos y aparte, las verduras y las carnes, para que el comensal mezcle los ingredientes a su gusto. Además del cocido, las carnes de la sierra madrileña tienen también justa fama; y la influencia de regiones limítrofes como Segovia o Ávila ha hecho que exista una gran tradición en asados de cordero y cochinillo, elaborados en horno de leña.
La presencia de Mercamadrid, el segundo mejor mercado del mundo, en la periferia de la ciudad, hace que ésta siempre se vea perfectamente abastecida de los mejores pescados de las costas españolas. Por eso, a pesar de ser una región de interior, en Madrid existe una gran tradición a la hora de cocinar el pescado. Besugos al horno, merluza a la vasca, distintas recetas de bacalao, sardinas, boquerones y todos los mariscos que podamos desear se encuentran en pescaderías, mercados y restaurantes. Además, en Madrid se pueden encontrar estupendos establecimientos donde se preparan las mejores recetas del resto de España.
La repostería madrileña no sería lo mismo sin dos de sus especialidades más conocidas: los churros y las porras. Lo normal es que se consuman para desayunar, siendo ésta una tradición profundamente arraigada en los madrileños. Durante las fiestas de San Isidro se preparan también las llamadas rosquillas del Santo, en sus dos variedades: "listas" y "tontas". En Semana Santa, las pastelerías y los hogares preparan las dulces y deliciosas torrijas; y a principios de noviembre es tiempo de buñuelos y de huesos de santo. En el apartado enológico, después de años de abandono la producción vinícola de la comunidad madrileña ha renacido con pujanza, y actualmente existe la Denominación de Origen específica Vinos de Madrid.
Verbenas castizas, alegría y profunda espiritualidad
En Madrid hay fiestas durante todo el año; si no en el centro de la ciudad, en cualquiera de sus barrios, o en las muchas localidades que forman la Comunidad.
Las Navidades se viven con la pasión característica, destacando la moderna iluminación que se instala en los barrios y el centro durante estos días. El Mercado Navideño de la Plaza Mayor es cita ineludible para niños y mayores, así como la gran Cabalgata del día de Reyes, que se televisa en directo para toda la nación.
En febrero llegan los Carnavales, una tradición que se recuperó después de años de abandono y que cada vez tiene más adeptos. Destaca la celebración del Baile de Disfraces en el Círculo de Bellas Artes, pero también los distintos desfiles y Entierros de la Sardina.
La Semana Santa es momento para el recogimiento, la espiritualidad y las procesiones, y ya en mayo llegan unas clebraciones muy queridas por los madrileños: las Fiestas del 2 de Mayo. La zona de Malasaña acoge el epicentro de la animación y los conciertos son una de sus mayores atracciones.
Poco después llega otra fiesta grande de la ciudad: San Isidro, Patrón de Madrid. Las fiestas se extienden durante la semana del día del Santo, el 15 de mayo, y la zona de Las Vistillas y la Latina se puebla de chulapas y chulapos con sus trajes tradicionales, así como de los elegantes goyescos. Son días de verbenas, conciertos, rosquillas y limonada, que se celebran con alegría en el centro de Madrid.
A finales de junio, Madrid es destino de un evento que con los años ha llegado a ser un referente internacional: el Día del Orgullo Gay. Durante toda la semana se celebran actos relacionados con el festejo, y las zonas de Chueca, Gran Vía y Plaza de España se pueblan de conciertos de figuras internacionales, teatro de calle, cabaret, concursos y el multitudinario desfile del día grande.
Ya a finales de julio, tiene lugar una de las fiestas más animadas y peculiares de los barrios madrileños. Se trata de la popular Batalla Naval de Vallecas, durante la cual los vecinos y visitantes acompañan a las "embarcaciones" en un desfile en el cual el agua es la protagonista. El líquido elemento cae desde los balcones y se lo arrojan los participantes unos a otros; una jornada muy divertida, perfecta para aliviar el calor de los días de verano en la ciudad. Pero es a mediados de agosto cuando se celebra la siguiente fiesta mayor en la capital. La Virgen de la Paloma se festeja el día 15 de este mes, en las zonas de la Latina y Lavapiés. Las noches de verbena se acompañan de los improvisados chotis que se marcan chulapos y chulapas por las calles, y también por las barras que los bares y pubs sacan a la calle, para que los que acudan a las fiestas disfruten de las noches de verano.
El resto de la Comunidad también tiene mucho que ofrecer en materia festiva. La tradición taurina está presente en todas las celebraciones; las corridas de toros en la Plaza de las Ventas, una de las más importantes del mundo, se dan la mano con encierros tan arraigados como los de San Sebastián de los Reyes. La religión es la base de romerías como la de la Virgen de Gracia o la de San Lorenzo de El Escorial, así como la de la Embarcación de la Virgen, en Fuentidueña de Tajo; también protagoniza los actos de Semana Santa, como la Pasión Viviente de Chinchón.. Otras celebraciones tienen carácter histórico, como la representación del Motín de Aranjuez, o literario; es el caso de las representaciones de Don Juan Tenorio en Alcalá de Henares, declaradas Fiesta de Interés Turístico Regional.