El lujo y el glamour de la Costa Azul
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Gran circuito urbano
El nombre de Mónaco a buen seguro inspirará a muchos ensoñaciones sobre lujosos yates anclados en las azules aguas del Mediterráneo, familias de linaje principesco que organizan bailes de gala en grandes palacios, millonarios que se juegan su fortuna a la ruleta o al black jack... Y desde luego, no irán desencadenados. El Principado de Mónaco, o Mónaco a secas, además de ser el segundo estado más pequeño y el más densamente poblado del mundo (aunque sólo tiene alrededor de treinta mil habitantes) es también el epicentro de todo lo que se relaciona habitualmente con la "gente guapa", el dinero y el glamour en la Costa Azul. Este diminuto país, que hasta hace un par de años estaba en la lista negra por ser considerado un paraíso fiscal poco transparente, es la residencia de millonarios, nobles y familias enteras de abolengo, cuyas impresionantes mansiones y yates provocan la admiración de viajeros y visitantes.
Quienes lleguen a Mónaco en avión tendrán que aterrizar en el aeropuerto de la cercana Niza y después desplazarse al principado por otros medios: autobús, tren... ¡E incluso helicóptero compartido! Como vemos, el lujo comienza casi en el momento en que pisamos tierras francesas. Una de las mayores ventajas de este país es que su pequeño tamaño permite recorrerlo de arriba abajo caminando. El viajero que disponga de tres o cuatro días podrá conocerlo a fondo y con toda tranquilidad, lo que convierte a Mónaco en un destino ideal para una escapada de fin de semana o de puente. A pesar de que está considerado un lugar bastante caro, es posible encontrar buenas ofertas hoteleras a lo largo del año, así como vuelos económicos (otra opción es viajar en tren). También hay restaurantes italianos a precios asequibles. Los museos, el Casino y los palacios cobran entrada, pero lo cierto es que merece la pena llevarse unos pequeños ahorros para conocer todos los lugares más interesantes.
Mónaco es la residencia de la familia Grimaldi, una de las más conocidas de Europa (y del mundo) por su asidua presencia en las revistas del corazón, ahora bastante reducida comparada con años anteriores. El matrimonio del príncipe Rainiero con la actriz de Hollywood Grace Kelly, después Gracia de Mónaco, comenzó una historia familiar en la que no faltaron tragedias, infidelidades, rebeldía... Lo que no se le puede negar a la familia regente del principado es que han sabido vender la imagen y el turismo de su país a lo largo y ancho del planeta. Quizás atraídos por el glamour de los Grimaldi o (más probablemente) por las políticas fiscales del principado, muchos millonarios y magnates han establecido su residencia en Mónaco, elevando considerablemente el nivel económico del país. Las maravillosas casas, los espectaculares yates, las tiendas exclusivas y los coches de lujo que recorren sus calles son el testimonio directo de este hecho.
En definitiva: quienes quieran conocer de cerca el estilo de vida de la jet set, ver en directo uno de los circuitos de Fórmula 1 más importantes y complicados el mundo (las calles de Mónaco son el circuito urbano del Gran Premio de Montecarlo), contemplar increíbles embarcaciones meciéndose en una bellísima costa de azules y transparentes aguas, apostar en un casino con historia y visitar un Museo Oceanográfico inolvidable, encontrarán en Mónaco todo lo que puedan desear.
Un país pequeño con mucho que ofrecer
Una escapada a Mónaco puede comenzar, sencillamente, caminando por las calles. Siempre es una buena idea acudir a una oficina de turismo para poder organizar nuestras visitas y saber, por ejemplo, los horarios de los lugares de interés y cuál es el camino más corto para acudir a ellos. La oficina de turismo de Mónaco está ubicada en la zona central del Puerto; podemos aprovechar y de paso, darnos un paseo contemplando boquiabiertos los magníficos yates y embarcaciones que descansan amarrados en sus aguas. Mónaco está dividido en distritos; el puerto se ubica en el de La Condamine. Justo al sur de este distrito se encuentra Villa de Mónaco, conocido popularmente como "La Roca"al tratarse de una especie de península de piedra que se interna en el mar. Este lugar es uno de los preferidos de los turistas por su belleza; además, en él se levanta el Palacio de Grimaldi, sede de la familia regente y que se puede visitar. Aunque hay que subir un buen tramo de escaleras para alcanzarlo, las vistas que se obtienen desde allí compensan sobradamente el esfuerzo.
Al norte de La Condamine está uno de los distritos más conocidos de Mónaco: Montecarlo. La fama de este lugar viene por ser el que da el nombre a pruebas de motor como el Rally de Montecarlo , pero también porque en él se encuentra el Casino de Montecarlo, probablemente el más famoso y elegante del mundo. Ningún viajero debería marcharse del principado sin por lo menos entrar al Casino y contemplar sus magníficos salones. En la zona privada (a la que a veces es posible acceder porque algunos hoteles regalan pases a sus clientes) se puede contemplar a los clientes apostando enormes sumas de dinero en las mesas... La experiencia de las apuestas está también al alcance del resto de los clientes, ya que hay mesas en las que se pueden apostar cantidades muy pequeñas.
Actualmente hay más distritos o barrios en Mónaco (segregados de los tres anteriores, los originales), pero lo cierto es que lo más interesante se agrupa en los tres mencionados. Una excepción es el Jardín Exótico de Mónaco, creado por el Príncipe Alberto y que se ubica en el barrio de Les Révoires. Aunque quienes quieran contemplar la naturaleza de cerca, en este caso la naturaleza marina, tienen una cita ineludible con el Museo Oceanográfico. El edificio es ya de por sí espectacular; data de 1950 y está construido directamente sobre el mar, en un acantilado que se alza 85 metros por encima de las aguas. En sus diferentes plantas es posible contemplar colecciones de maquetas, barcos, útiles de pesca y de navegación... Además de un gran esqueleto de ballena y un acuario impresionante. El Museo Oceanográfico fue dirigido durante años por el célebre oficial, buceador e investigador Jacques Costeau, lo que da la medida de su importancia y espectacularidad.
Uno de los atractivos más populares del principado es sin duda su circuito urbano de Fórmula 1, que se puede visitar caminando tranquilamente por la calle, ya que pertenece al entramado de la ciudad (concretamente al distrito de Montecarlo). El Gran Premio de Mónaco se lleva celebrando desde 1950 y es uno de los más emocionantes y peligrosos del Mundial, con puntos tan conocidos como la curva de Mirabeau. Otros puntos de interés de la ciudad son la Catedral, de estilo neorrománico y que data del siglo XIX (merece la pena visitar su interior y admirar la colección de obras de arte que alberga); la colección de coches del príncipe Rainiero de Mónaco, el Mercado Condamine en busca de objetos de artesanía, la Casa de la Ópera de Mónaco o el Estadio de fútbol Louis II, que cuenta con visitas guiadas.
Deliciosos pescados, empanadas rellenas y aceite de oliva
La cocina monegasca tiene una importante influencia francesa y también italiana, algo lógico si tenemos en cuenta el emplazamiento geográfico del país. Sin embargo, también es cierto que a los distintos platos inspirados en ambos recetarios, en Mónaco se les da una nueva "vuelta de tuerca" que los hace distintos y especiales. Es muy relevante la presencia de ingredientes tan latinos como el aceite de oliva y el ajo, lo que diferencia mucho a la cocina monegasca de la tradicional francesa. De hecho, por proximidad, la influencia de la zona provenzal francesa es muy grande en Mónaco, y precisamente en la Provenza el uso del aceite de oliva es algo habitual.
Los pescados y los mariscos son habituales en las mesas monegascas, y además son excelentes. Los salmonetes (rougets en francés) están muy bien considerados y es posible consumirlos en muchos lugares, al igual que delicias como la lubina (loup). Sin embargo, el plato de pescado más característico y típico de Mónaco es el stocafi. Se trata de una receta cuyo ingrediente principal es el bacalao, acompañado de salsa de tomate y abundantes especias, que se cocina con vino y coñac. La bullabesa francesa también es un plato que se puede encontrar en muchos restaurantes. La influencia italiana está también muy presente, por ejemplo en recetas como el spaghetti a la monegasca, con la salsa típica del principado a base de aceitunas, tomate, anchoas y especias.
La pastelería salada es toda una tradición en Mónaco. Una de las exquisiteces más consumidas, sobre todo en forma de raciones o tapas (por darles un nombre español) son los barbagium. Son una especie de empanadas o empanadillas fritas y rellenas de queso, calabaza o espinacas, puerro y arroz. Además, también son muy populares las soccas, una especie de pizzas cuya masa está elaborada con harina de garbanzo y que se sirven cubiertas de preparaciones a base de marisco, carne, pescado, verduras... Siempre, por supuesto, cocinados con aceite de oliva. En cuanto a la repostería, el postre más conocido es el fougasse, un pastel elaborado a base de frutos secos (sobre todo nueces y almendras), harina, agua de azahar y anís. Además, los amantes de los vinos encontrarán en Mónaco toda la gran variedad que ofrecen tanto Francia como Italia, además de los mejores caldos españoles y del resto del mundo. Por cercanía, merece la pena probar los vinos provenzales, rosados y blancos, muy afrutados y alegres y perfectos para degustar junto con el pescado.
Fórmula 1 y eventos llenos de glamour
Desde luego, si hay una festividad célebre y ampliamente difundida en el Principado de Mónaco es el Baile de la Rosa, un evento que atrae a lo más granado de la nobleza y la beautiful people de todo el mundo. Este baile suele tener cada año una temática especial alrededor de la cual se centra el decorado, la música, los trajes... A modo de curiosidad, citar que en el año 2008 el tema fue la movida madrileña de los años 80, y al principado acudieron personajes como Pedro Almodóvar, Alaska o Mario Vaquerizo, entre muchos otros. Aunque es un evento privado y restringido a unos cuantos privilegiados, merece la pena visitar Mónaco durante esas fechas para contemplar el despliegue de lujo, atuendos y glamour de todos los asistentes que a él acuden. La fecha de celebración del Baile de la Rosa es a finales de marzo, el último fin de semana del mes.
Otro de los eventos que más visitantes atraen a Mónaco es sin duda la celebración del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, en el circuito urbano de Montecarlo, que forma parte de las pruebas puntuables para el Mundial. La carrera es una de las más famosas y atractivas de todo el año, y suele celebrarse antes de la Semana Santa. Lo que destaca a este gran premio por encima de los demás es que se celebra por las calles de la ciudad, lo que le aporta espectacularidad y mucho riesgo. Durante esas fechas, quienes acudan a Mónaco no sólo podrán disfrutar de las carreras, sino que vivirán en directo el ambiente de la competición del motor y serán testigos de la presencia de estrellas de cine, millonarios y personajes VIP llegados de todas partes del mundo.
Pero en Mónaco también se celebra, y mucho, la cultura. En primavera tiene lugar el Festival Printemps des Arts, un evento temático en el cual se desarrollan todo tipo de actividades relacionadas con la música, las artes escénicas y plásticas, la literatura... También es un homenaje a la cultura la temporada de conciertos de la Orquesta Filarmónica de Montecarlo, que tiene lugar durante el verano en el Palacio de Grimaldi. Además, en esta estación también se celebran en el principado el Baile de la Cruz Roja y el Festival Mundial de Teatro Amateur. En otoño tiene lugar la Fiesta Nacional de Mónaco: el día de San Rainiero, 19 de noviembre, cuando los monegascos tienen ocasión de contemplar a la Familia Real asistiendo al Te Déum en la Catedral. Además, durante el invierno se celebra el Festival Internacional de Circo de Montecarlo y la fiesta de Sainté Devoté, santa patrona de Mónaco.
Fiestas y festivales, cultura, glamour, competiciones deportivas y bellísimas costas mediterráneas. ¿Hay algo que no podamos encontrar en el mágico principado de Mónaco?