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Guías de Viajes de Dinamarca

Dinamarca
Dinamarca

El país más feliz del mundo

Destino turístico de primer orden

Destino turístico de primer orden
Dinamarca: El país más feliz del mundo Norte de Europa ejerce una tremenda fascinación en los viajeros de todo el mundo, hasta el punto que Dinamarca, al igual que otros Países Nórdicos, se ha convertido en un destino turístico de primer orden. Sea por su clima templado, por sus bellas y antiguas ciudades, por las hermosas islas... O quizás porque sus habitantes presumen de ser los más felices del mundo, el caso es que todo el mundo quiere conocer Dinamarca.

Y no es de extrañar. Como comentábamos, su clima es de tipo templado, algo muy curioso si tenemos en cuenta que nos encontramos ante uno de los países más septentrionales del mundo; de hecho, Groenlandia forma parte del Reino de Dinamarca. En realidad, las temperaturas no son tan temibles como podamos pensar: en febrero, el mes más frío, alcanzan una media de 0º C, mientras que en julio suelen rondar los 17ºC. Al estar prácticamente rodeado de agua, este país conserva una agradable estabilidad atmosférica.

En términos geográficos, la nación danesa limita al oeste con el Mar del Norte y sus islas separan el Mar Báltico del estrecho de Kattegat. El Reino de Dinamarca consta de tres naciones autónomas: Dinamarca, Las Islas Feroe y Groenlandia. El país que recibe este nombre está formado por la península de Jutlandia y cuatrocientas siete islas. El altísimo nivel de vida, la espléndida educación y la buena situación económica del país hacen que se encuentre entre los más ricos del mundo, con escasas diferencias entre los estratos sociales.

Las hermosas ciudades medievales que salpican su territorio; la vida cultural de Copenhague, su capital; las interesantes tradiciones que mantienen sus habitantes; la coexistencia entre el presente y el pasado que caracteriza a la sociedad de las Islas Feroe; las magníficas playas de Skagen o Borholm y su exquisita gastronomía, sin ir más lejos, son motivo más que suficiente para visitar este increíble país. ¿Estás preparado para conocer Dinamarca?

Vanguardia cultural, ciudades antiguas y naturaleza

Vanguardia cultural, ciudades antiguas y naturaleza
Dinamarca: El país más feliz del mundo Un viaje a Dinamarca no puede empezar mejor que visitando su capital, Copenhague. Y lo más normal es que los viajeros dirijan sus pasos directamente al puerto, para poder así contemplar la escultura más famosa del país, que se ha convertido en el emblema de la ciudad: la Sirenita de Andersen. Pero una vez cumplida la tradición de visitar a la desafortunada dama, es el momento de centrar nuestra atención en el resto de la localidad.

Copenhague es un auténtico centro de cultura y diseño, tanto en cuanto a arquitectura, como en lo que respecta a moda, arte, museos... En esta hermosa ciudad se dan la mano la antigüedad más señorial, representada por sus magníficos palacios del Renacimiento y espectaculares residencias, con la contemporaneidad de calles como Vestebro. Esta arteria formaba parte antiguamente del conocido "barrio chino" de la ciudad, donde el comercio sexual era la tónica reinante; pero una inteligente renovación de la zona la ha transformado en un centro de actividad social y turística. El paseante encontrará escaparates con las más importantes firmas de moda y diseño, así como cafés y restaurantes de vanguardia donde recuperar fuerzas. Otras calle que no debe faltar en nuestro recorrido es Strøget, una vía peatonal que cruza el centro de Copenhague y ofrece los mejores locales para compras de lujo. Esta bella localidad está también salpicada de relajantes parques y jardines, donde la circulación en bicicleta es ya costumbre y tradición. En plena urbe podemos encontrar un recinto de atracciones situado en el parque Tívoli, y por supuesto, no hay que perderse el paseo hasta el puerto de Nyhavn, donde contemplar las preciosas fachadas pintadas de colores de las casas.

Saliendo de la capital hay muchos otros puntos de interés en Dinamarca. Al oeste del país se ubican localidades como Odense y Aahus; esta última se caracteriza por su enorme afluencia de estudiantes, lo que la convierte en una ciudad joven y bulliciosa. Aarhus no renuncia por este motivo a su pasado, y los barrios más antiguos conviven apaciblemente con las zonas modernas. Y eso, sin mencionar su larga playa de arena fina, donde los paseos son una obligación antes de hacer una visita a museos como Moesgård, en el que descubriremos el fascinante pasado vikingo de Copenhague. El museo de arte ARoS Aarhus Kunstmuseum, Den Gamle By (La Ciudad Antigua, una recreación de una villa del tiempo de Hans Christian Andersen) y el relajante Jardín Japonés son otros de los puntos que no deben faltar en nuestro recorrido por Aarhus.

La zona de Jutlandia del Norte es el destino de quienes disfrutan con la naturaleza en estado puro, y se cuentan por centenares de miles los viajeros que visitan esta zona todos los años. En esta región se ubica la pequeña ciudad de Aalborg, donde la hospitalidad se ha convertido en un estilo de vida. Allí es de rigor probar el aguardiente y las cervezas que se fabrican en las destilerías, así como todas las exquisiteces culinarias del país en alguno de sus estupendos restaurantes. La ciudad también ofrece la posibilidad de visitar excavaciones arqueológicas de la era vikinga, realizar paseos para contemplar los bellos edificios antiguos, salir de compras o acudir a galerías de arte moderno.

La naturaleza es también la protagonista del archipiélago de las Islas Feroe, un total de dieciocho islas situadas en el Atlántico Norte. Los isleños tienen fama de ser muy acogedores, y combinan sabiamente el pasado y el presente en su estilo de vida. Los paisajes más espectaculares están allí a la vuelta de la esquina, al igual que en Borholm, una bellísima isla situada en el Mar Báltico. Sus antiguos bosques, las interminables playas, los inabarcables paisajes y sus pueblos de auténtica postal son un atractivo conocido por muchos viajeros. Además, es el lugar perfecto para comprar artesanía, arte o especialidades gastronómicas.

Para terminar, hemos de mencionar la localidad de Skargen, un punto realmente inolvidable. Situado en el extremo de Europa, esta ciudad preside el encuentro entre los mares de Skagerak y Kattegat. Muchos daneses acuden a esta región a pasar sus acaciones, por sus enormes playas y su agreste entorno natural. La luz que baña esta región es realmente inolvidable, así como su vida cultural y social.

Delicias gastronómicas basadas en las mejores materias primas

Delicias gastronómicas basadas en las mejores materias primas
Dinamarca: El país más feliz del mundo La tradición culinaria de Dinamarca está basada sobre todo en la cocina más casera y contundente. Los guisos y las sopas son habituales en las mesas y los fogones, así como las verduras, las carnes y, por supuesto, el pescado más habitual en los países escandinavos: el bacalao. Pero desde luego, la especialidad más conocida es el  smørrebrød, un canapé de pan de centeno que se unta con mantequilla y se sirve con pescado, pan y queso; se trata de una especie de "pincho" con muchos, muchos años de tradición. Las versiones más exquisitas son más recientes, y se pueden degustar realizadas con el clásico salmón ahumado, camarones, cerdo al horno, paté de foie-gras y todas las delicias que se le ocurran a la imaginación del cocinero.

Hay muchos guisos antiguos que se siguen consumiendo en las casas danesas, como la sopa de pan a la cerveza u øllebrød, las distintas preparaciones de bacalao (que allí se conoce como klipfisk), una especie de morcilla llamada blodpølse, deliciosos asados de cerdo, albóndigas...

Otros platos típicos de la gastronomía danesa y que ningún visitante debe dejar de probar son el bacalao hervido con salsa de mostaza y mantequilla, o las aves (pato y oca) asadas y acompañadas con guarnición de manzanas, ciruelas y patatas caramelizadas. Los encurtidos son una tradición y se preparan en muchos hogares, y podemos también degustar refrescantes ensaladas de pepino, guisados de verduras, preparaciones a base de coles de distintas variedades (stuvet kål, rødkål) y sorprendentes platos a base de frutos del bosque, como la deliciosa sopa dulce y la gran variedad de compotas disponible.

Mención aparte merece la repostería del país, donde el rey es el llamado kransekage, una especie de empanada o pastel realizado con una fina masa de almendras. También se pueden degustar exquisitas elaboraciones tradicionales, como el pastel de manzana con mantequilla, pensado para hacer las delicias de los amantes del dulce casero.

Un calendario de fiestas religiosas y tradicionales

Un calendario de fiestas religiosas y tradicionales

La similitud del calendario festivo de Dinamarca con el español es bastante sorprendente, sobre todo en lo que se refiere a las celebraciones relacionadas con la religión. El año comienza, como es tradición, con el Carnaval, que tiene lugar cuarenta días antes de la Semana Santa. En Dinamarca, el Carnaval es una fiesta pensada especialmente para la infancia, sobre todo el Domingo. Es entonces cuando los niños daneses recorren las calles de las ciudades portando unas huchas para que los viandantes se las llenen de monedas; por supuesto, los disfraces son de rigor. Si el paseante que se encuentra con los niños no quiere aportar su granito de arena, éstos le cantarán una canción tradicional en la que le amenazan con "armar jaleo si no les da bollos".

Es después cuando comienza el tiempo de Semana Santa y Pascua. Además del sentir religioso de estas fechas, las celebraciones también festejan el final del invierno y el comienzo de la primavera; los daneses la reciben con alegría, y comienzan a arreglar jardines y balcones con profusión de flores y plantas. Una curiosa tradición del país durante la Semana Santa son las cartas-adivinanza; en las semanas que anteceden a las celebraciones de la Pascua, los niños en especial realizan bellas cartas artesanales en las que se inscriben adivinanzas en forma de versos. Se trata de misivas anónimas con el nombre del que las envía escrito en clave de puntos, para que quienes las reciben puedan intentar adivinar quién las ha mandado. Los premios son los tradicionales huevos de chocolate; además de estos dulces, también es típico consumir huevos naturales preparados de múltiples formas.

Pasada la Semana Santa, es tiempo de brujas y espectros. Llega la Noche de Walpurgis el día 30 de abril; el día de Walpurgis es el 1 de mayo, y debe su nombre a la santa Walpurga, de origen anglosajón, a quien se le atribuían propiedades protectoras frente a hechizos y encantamientos. Esta noche supone también una bienvenida a los meses más cálidos; si bien antiguamente se festejaba con hogueras y alzando los llamados "postes de mayo", en la actualidad las celebraciones no son tan habituales (aunque en algunos lugares del país aún se mantiene la costumbre de encender hogueras). A lo largo de los mese de abril y mayo, y dependiendo de cómo caiga el Domingo de Resurrección, también se celebra una fiesta exclusivamente danesa conocida como el Gran Día de Oraciones; este día es típico comer panecillos calientes, y en la capital, Copenhague, la tradición manda que los coros estudiantiles se junten para cantar en las calles.

La festividad de Pentecostés, cuyo origen es propiamente religioso, está también fuertemente influenciada por el sentir pagano en Dinamarca. Y esto es así porque la fecha cae entre mayo y junio, cuando la naturaleza despierta completamente tras el letargo invernal. La mañana del día de Pentecostés (cincuenta días después del Domingo de Resurrección) es el momento de dar la bienvenida al sol; los festejantes no se acuestan la noche del sábado o bien se levantan de madrugada, para acudir prestos al punto donde van a contemplar al Astro Rey en su baile primaveral. El quince de junio también se celebra el día de Valdemar, que es fiesta nacional y se festeja con las calles plagadas de banderas; y por supuesto, el 23 tiene lugar la Noche de San Juan, momento para cenar con familiares y seres queridos y acudir a contemplar las hogueras, que se coronan con efigies de brujas. La tradición manda cantar el Midsommervisen, una tonada antigua que celebra el solsticio de verano.

Llega noviembre para finalizar el año festivo, antes de las tradicionales Navidades; el día 1 se celebra la festividad de Todos los Santos. Actualmente, las mascaradas de Halloween son habituales, al igual que en América y el resto de Europa. El 10 del mismo mes tiene lugar la Vigilia de San Martín; esa noche es de rigor cenar a base de pato o ganso asado. Esta tradición tiene su origen en una leyenda, que cuenta cómo unos gansos delataron a San Martín cuando se escondía para evitar que le nombraran obispo; en castigo a esta "delación", el 11 de noviembre estas aves son servidas en las mesas.
 

Dinamarca

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