Un país de cuento con mucho que descubrir
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Descubre la aurora boreal o el sol de medianoche
El clima de Finlandia puede asustar un poco a los viajeros, pero en realidad es mucho más agradable de lo que se pueda suponer. El Mar Báltico y sus golfos de aguas interiores atenúan las frías temperaturas, así como el aire que procede del Atlántico; esto hace que durante el invierno, en Finlandia se experimenten temperaturas de hasta diez grados centígrados más que en otras regiones situadas en la misma latitud. Además de su clima, la naturaleza magnífica de Finlandia, sus miles de encantadoras islas, la costa norte, la increíble región de Laponia o el paisaje agreste poblado de miles de lagos y bosques, son suficiente como para que miles de viajeros de todo el mundo se pongan en camino, todos los años, hacia este país.
Árboles y más árboles; ésta es la impresión que obtiene el viajero que llega a Finlandia en avión. Zonas boscosas salpicadas de lagos aquí y allá, unas pocas granjas, pequeños pueblos y ciudades; Helsinki surge a la vista de improviso, como la gran capital moderna que es realmente. Pero esta modernidad convive apaciblemente con la vida salvaje: manadas de renos en Laponia, extensiones nevadas sin una sola persona y la posibilidad de navegar entre las islas del bellísimo archipiélago, o de disfrutar de sus bellezas naturales.
La gastronomía de Finlandia es también algo muy especial. Los finlandeses son un pueblo habituado a la vida rural, en medio de los bosques; por esta razón, aunque desde hace ya cientos de años que muchos de ellos se han trasladado a las ciudades, se suele decir que todavía queda un trocito del bosque en cada corazón finlandés. Esto se puede comprobar en las deliciosas y originales recetas del país: reno con salsa de arándanos, pato salvaje con setas, cangrejos de río... Aunque la comida en los restaurantes de Finlandia tiene fama de ser cara, siempre se puede callejear hasta encontrar algún encantador rincón donde podremos degustar la deliciosa comida casera auténtica.
Además, y aunque parezca mentira en regiones tan frías, el pueblo finlandés es un amante del calor de la fiesta. Los eventos de todo tipo (culturales, estacionales, tradicionales...) se suceden en las estaciones; merece la pena acudir a alguno de los festivales típicos para conocer el auténtico sabor de lo finlandés. Las Navidades (blancas, por supuesto) son hogareñas y cálidas, mientras que el Midsummer (fiesta del comienzo del verano) celebra que el sol no se llega a poner. Y sin olvidarnos de los eventos musicales y teatrales, que más de dos millones de personas acuden a ver todos los años; música de todo tipo, teatro, ópera, ballet... Puede tratarse de una exposición de arte en un antiguo molino, o de una representación teatral en pleno parque, al aire libre. Eso sí: siempre habrá alguna sorpresa en Finlandia.
Naturaleza salvaje, cultura y sol de medianoche
Además de recorrer los bosques y extasiarse ante la magnífica naturaleza nórdica, el turista que visite Finlandia no debería dejar de acercarse a la mítica región de Laponia. De hecho, es uno de los destinos más solicitados por todos los viajeros. Por supuesto, el frío es una constante en Laponia, que no disfruta de más de veinticuatro horas de sol... ¡En todo el verano! Si dirigimos nuestros pasos a esta región, no podemos pasar por alto la célebre ciudad de Rovaniemi, que además de ser la más grande, también es famosa por haber sido recuperada bajo la dirección del arquitecto Alvar Aalto tras los desperfectos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. Su proximidad al Círculo Polar Ártico hace que se encuentre también cerca de la casa de uno de los personajes más famosos del mundo: Santa Claus. Por supuesto, no nos podremos ir sin hacer una visita a su vivienda; quién sabe, ¡quizás Santa este año nos traiga el regalo perfecto!
Antes de acudir a visitar estas remotas regiones, quizás lo mejor sea detenernos un tiempo en la capital, Helsinki. Precisamente a esta ciudad llegan muchos cruceros que navegan por las aguas del Mar Báltico. En Helsinki podemos admirar lugares y construcciones muy bellos, como la Plaza del Senado o la Fortaleza de Suomenlinna. Esta peculiar construcción está declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y se encuentra erigida sobre seis islas. Además de Helsinki, en Finlandia también hay otras bellísimas ciudades que visitar, como Turku y Porvoo, la primera y segunda urbes más antiguas, respectivamente. Ambas tienen un magnífico patrimonio histórico que data de la Edad Media, con curiosas y antiquísimas construcciones a base de madera. Además, Turku también es célebre por su puerto, su comercio y la presencia de gran cantidad de ferias nacionales e internacionales a lo largo del año. Su Castillo y su Catedral son sólo dos de los puntos a contemplar en esta ciudad; y además, es posible realizar un precioso trayecto en trasbordador hasta arribar a Estocolmo, la capital de Suecia. En este viaje de diez horas podremos contemplar uno de los archipiélagos más espectacularmente hermosos del mundo.
No se puede terminar de hablar de lo que hay que ver y experimentar en Finlandia sin mencionar la aurora boreal y el sol de medianoche. Las auroras boreales (o borealis) son características del otoño, que comienza a fines de agosto, cuando las temperaturas bajan de diez grados centígrados. Es durante el invierno cuando impera la noche ártica en las partes más septentrionales, por encima del círculo polar; durante unos cincuenta y un días no se llega a ver el sol. El sol de medianoche es el fenómeno contrario: a lo largo de unos cuantos días en torno al 24 de junio, el sol no se pone en el horizonte y la noche no existe.
Tantas bellezas, tantos lugares y fenómenos que contemplar... Y qué mejor que una sauna reparadora que nos dejará como nuevos. Las saunas de madera son habituales en Finlandia, el país que las inventó, y muchísimas viviendas disponen de la suya propia. Ningún viajero debería marcharse del país sin experimentar el efecto tonificante de esta actividad.
Una cocina de bosques y productos muy frescos
Los pescados son, por supuesto, un punto y aparte en un país que debe mucha de su actividad al mar y a los lagos. Tanto las variedades procedentes del océano, como el arenque del Báltico, como los lucios de los ríos y otras peculiares especies (farra, tímalo, lota...) se pueden encontrar en las mesas de restaurantes y casas particulares. Se preparan a la marinera o al horno para conservar todo su sabor y tersura intactos. ¡Ah! Por supuesto, el salmón también es fundamental en la gastronomía finlandesa, tanto fresco como ahumado o en salazón.
Otras delicias procedentes de distintas regiones son el queso de pan, las empanadillas de Karelia (con su exquisito relleno a base de patata o arroz), los panes de pescado... Y regalos de la naturaleza como las setas en otoño o los frutos silvestres del bosque. Los turistas agradecerán platos como el Porilainen o hamburguesa Pori, una especie de sándwich típico de Finlandia que se vende en puestos callejeros. Compuesto de pan y una rodaja de cierta salchicha que responde al complicado nombre de Korpelan Metsätäkänwurst, su especial sabor se lo da el acompañamiento a base de encurtidos, cebolla, mostaza...
En muchas ocasiones, los turistas y viajeros se quejan de los precios de la comida en Finlandia, y más concretamente en su capital, Helsinki. Pero no hay que desanimarse; en muchos establecimientos más modestos que los grandes restaurantes se pueden degustar menús del día a precios asequibles. El horario es algo sorprendente para los turistas españoles, ya que se come de once de la mañana a dos del mediodía; ¡es mejor estar avisados, para que no se nos pase la hora!
Fiestas religiosas, tradiciones de brujas y grandes festivales
El calendario festivo finlandés está repleto de fiestas, bien tradicionales, bien de reciente implantación. Las festividades religiosas, como la Navidad o la Semana Santa, son comunes a muchos otros lugares de Europa, pero también hay fiestas muy peculiares y tradicionales, como la Noche de Walpurgis, fiesta típica escandinava que tiene lugar el día treinta de abril y es también conocida como "la noche de las brujas". Las celebraciones relacionadas con el sol, tan caro de ver por estas regiones, son también muy relevantes, así como como otras festividades regionales que tienen lugar en localidades como las Islas de Aland, Turku, Laponia o Helsinki, entre muchas otras.
Las Navidades son muy familiares y hogareñas en Finlandia, siendo el día más importante la Nochebuena; por supuesto, la visita de Santa Claus se da por descontada, al tratarse de su lugar de origen. La Cena de Navidad acompaña a la celebración.
La Semana Santa tiene un marcado carácter religioso y espiritual, y se trata de la fiesta principal en las catedrales ortodoxas del país. La llegada de la primavera es ya algo que se nota en el ambiente, y quizás se vean florecer los primeros brotes... A los finlandeses les gusta "ayudar" a la naturaleza a renacer, y decoran las ventanas con plantas y hierbas. El Domingo de Ramos, los niños van de casa en casa recitando una rima tradicional, y reparten palos decorados a cambio de caramelos. En esta época del año se decoran los Huevos de Pascua, y se preparan comidas tradicionales como el "mämmi" o porridge de malta con nata y azúcar.
Midsummer (o medio verano) es, en realidad, la fiesta de comienzo de esta estación. Las familias cogen vacaciones y se escapan a cabañas o casitas de veraneo, donde pasarán semanas en bosques o junto a las costas de los lagos y el mar. La Noche de San Juan, el 24 de junio, recibe el nombre de Juhannus y se celebra con hogueras en las costas, al igual que en muchos puntos de nuestro país. Cuenta una tradición que, si una joven recoge siete tipos distintos de flores silvestres y los pone bajo su almohada la víspera de Midsummer, esa noche soñará con su futuro marido.
Los festivales de música, tradiciones, cultura y muchas otras formas artísticas son habituales en Finlandia. El más conocido es el Festival de Helsinki, que se extiende desde el 20 de agosto al de septiembre. También se celebra la Noche de las Artes, similar a las Noches en Blanco de las distintas ciudades españolas; es el evento principal del Festival, y durante esa mágica noche más de doscientos acontecimientos de tipo cultural se celebran en la ciudad de Helsinki, tanto en su centro como en la periferia.