Guías de Viajes de Bulgaria

Bulgaria es un país bastante desconocido, desde hace muy poco tiempo integrado a la Unión Europea, este país que aún muestra su pasado bajo la órbita de Moscú tiene mucho para ofrecernos y encantarnos.

Sofía, su capital es una de las ciudades más antigua de Europa y será sin dudas el primer lugar que conozcamos.
Desde la famosa catedral San Alejandro Nevski hasta el museo nacional de historia pasando por el teatro nacional Ivan Vasov, la capital búlgara posee muy ricas atracciones culturales.

Otras ciudades de Bulgaria, además de su capital, merecen ser visitadas por su magnificencia arquitectónica: Plovdiv y su hermoso anfiteatro romano que data del siglo II, Veliko Tarnovo y su fortaleza real del siglo XIV…
Bulgaria es, quizás, el más enigmático de todos los países de Europa a pesar de haber desempeñado un rol importante en la historia del continente. Su ubicación geográfica es un punto de encuentro natural entre este y oeste, norte y sur y este pequeño país que cuenta con menos de ocho millones de habitantes supo ser lugar de encuentro de diferentes civilizaciones, lenguas y culturas. Bulgaria fue ocupada durante cinco siglos por los turcos, liberada en 1878 por los rusos supo construir con esta nación lazos de gratitud y reconocimiento.

Pero para conocer la Bulgaria más auténtica debemos sumergirnos en su interior. Tierra montañosa, el país es atravesado de oeste a este por los Balcanes, los paisajes de verdes praderas o de fría nieve -según la estación del año- brindan serenidad y quietud.

Un recorrido por el interior de Bulgaria, nos permitirá, además, descubrir los monasterios bizantinos, construidos en el corazón de las montañas, en un paisaje que estremece y que han conservado obras de arte de increíble belleza.
Pero Bulgaria también ofrece playas para un descanso merecido y económico. Casi 300 Km. de playa sobre el Mar Negro ofrecen todas las comodidades de cualquier estación balnearia. La más conocida de esta "Rivera" búlgara es la estación balnearia de Varna, muy frecuentada en el verano.

También encontramos estaciones de esquí, si nuestras vacaciones son en invierno.

Aunque es, sin lugar a dudas, por su patrimonio arqueológico y no tanto por una oferta turística clásica que Bulgaria es cada vez más visitada, las ruinas y vestigios que encontramos esparcidas por todo el país nos relatan una historia de grandeza.

En cada ciudad, en cada pequeño pueblo encontramos un museo lleno de tesoros de épocas romanas, helénicas o más lejos aún, de los tracios.
Pero, como en todo viaje, es a través de las actividades folclóricas, de su música y de la cocina del lugar -lejos de los circuitos turísticos- que conoceremos realmente el alma del país y de su pueblo.
Ahora que Bulgaria pertenece a la Unión Europea llegar no es un problema, está abierta a todos y recibe al turista amablemente. Si viajamos en avión lo más probable es que lleguemos a su capital, Sofía. Muchas compañías, además de la línea de bandera "Bulgaria Air" vuelan a Sofía.

El aeropuerto está situado al este de la capital, aproximadamente a 10km., su comunicación con el centro de la ciudad está garantizada por el servicio de autobuses, combis y taxis. También cuenta con compañías de alquiler de autos. Muchos hoteles cuentan con el servicio de traslado incluido desde y hacia el aeropuerto. Es de señalar que el servicio de taxis, en Bulgaria, no es caro pero debemos tener la precaución de que se nos cobre la tarifa que marca el medidor. Los vuelos domésticos no están muy desarrollados fuera de los trayectos Sofía-Varna y Sofía-Burgas.

En autobús también se puede llegar pero, dependiendo de la distancia a la que nos encontremos, debemos considerar que el viaje, si nos encontramos al oeste de Europa, puede ser largísimo, algunas compañías llegan, no sólo hasta Sofía, también se dirigen directamente hasta las ciudades de Plovdiv y Varna.
Un trayecto que, a pesar de ser largo y lleva mucho tiempo, puede ser parte de nuestras vacaciones es viajar a Grecia en ferry desde Italia y desde allí subir hasta Bulgaria.
Es un viaje largo, es cierto, pero puede ser toda una aventura.

La estación de tren central se encuentra en el centro de Sofía pero, el viaje en tren puede ser muy penoso y con demasiados transbordos desde cualquier lugar de Europa (desde Madrid, España son más de 52h y desde Barcelona más de 46h y transbordos en Zurich y Viena). Sin embargo el tren es una buena opción para recorrer el interior de Bulgaria, los trenes están clasificados como "expresos, rápidos y lentos" y su trazado cubre todo el país.
El coche es siempre la mejor opción para vacaciones a nuestra medida pero las señalizaciones están escritas en alfabeto cirílico y puede llegar ser un tanto complicado si no contamos con un buen mapa (los lugares de interés están señalados por paneles de color marrón). No existe el peaje, sólo la oblea y si conducimos debemos tener presente que siempre debemos dejar pasar a los tranvías que se detienen en cualquier lugar.

Las carreteras y los caminos no están en muy buen estado pero este percance se subsana no transitándolos de noche y jamás debemos tener la precaución de no dejar objetos de valor en el coche.

Bulgaria, como muchos países del este de Europa, se encuentra en plena ebullición turística y la evolución del sector hotelería es asombrosa, hoteles de todas las categorías aparecen día a día. Sin importar nuestro estilo de viaje, Bulgaria ofrece alojamiento para todos los presupuestos y todas las modalidades: hoteles de lujo, hostales, campings, albergues juveniles, alojamiento en casas particulares...

Es preferible evitar los antiguos hoteles comunistas, los reconocemos fácilmente porque llevan los nombres de la ciudad o "Bulgaria", ya que, aún los que han sido renovados últimamente, son poco hospitalarios y carecen de comodidades.

Los hoteles privados ofrecen un buen confort a muy buen precio, salvo en Sofía y sobre la costa del Mar Negro, muy frecuentada por los nuevos ricos (sobre todo rusos) durante el verano que suelen aumentar sus precios.
Para vacaciones rurales, en el interior de Bulgaria, viejas mansiones han sido renovadas conservando el encanto particular del pasado y las comodidades de hoy.
También, como en Italia, es posible albergarse en monasterios aunque no son muy generosos y debido a la demanda creciente han encarecido sus precios.

Los campings ofrecen muchas dificultades, muchos aparecen en las guías o en carteles de señalización pero están cerrados, otros no ofrecen ninguna comodidad, en algunos hay bungalós o pequeñas cabañas, es aconsejable visitarlos antes de instalarnos.

Los refugios de montaña, si bien son instalaciones de varias camas -casi sin ningún confort- ofrecen vistas panorámicas y paisajes de ensueño y la posibilidad de relacionarnos con gente diversa. Se deben reservar las plazas con mucha anticipación en los organismos oficiales.

El alojamiento en casas particulares es ofrecido tanto por agencias como por los habitantes, es común ver carteles o a los ciudadanos en persona ofreciendo las habitaciones en alquiler en las estaciones de trenes o de autobuses.
 

Desde el siglo IX la religión ortodoxa está instalada en Bulgaria donde existen más de 160 monasterios. Se debe a la labor de los monjes, más que a nadie, la conservación de la cultura y de la identidad búlgara durante la ocupación otomana y más tarde la comunista. Fue en los monasterios donde se mantuvo la lengua y las tradiciones, los íconos y el sublime arte religioso.

Diseminados en las montañas, encontraron lugares naturales de incomparable belleza donde erigirse y dedicarse a la meditación. El más conocido de todos es el monasterio de Rila, colgado prácticamente de la montaña a más de 1.100 metros de altura cuenta con un campanario original, una iglesia y un edificio para los monjes de varios pisos.

La iglesia de la Asunción presenta magníficos murales, la cruz de Rila que fue esculpida por un monje durante doce años y manuscritos antiguos.

Desde Sofía el autobús al monasterio de Rila tarde alrededor de 3 horas.
En el corazón de las montañas Ródope, a 30 Km. al sur de Plovdiv, se encuentra el monasterio de Backovo que también merece ser visitado. Fundado en el siglo XI, fue decorado por Zakhari Zograf, artista famoso por sus frescos, en el siglo XIX. En la biblioteca del monasterio se encuentran obras muy antiguas, algunas datan del siglo XIII y el icono de la Virgen del monasterio es objeto de culto popular.

En la cadena de los Balcanes, el monasterio de Troyano pertenece al siglo XVII y está dedicado a la Virgen, su iglesia también fue decorada con frescos de Zograf.

Playas y montañas

Atravesada por varias cadenas montañosas y bordeada por el Mar Negro, con todas las estaciones climáticas definidas, los paisajes varían según la estación del año. Un itinerario Sofía-Plovdiv-Mar Negro nos permite descubrir una naturaleza preservada, de una belleza casi intacta.

Al sur del país, las montañas Ródope son la frontera natural de Bulgaria con Grecia y Turquía, atravesarlas con calma nos permite descubrir la más pura tradición de búlgara. Durante la era comunista toda la región estaba absolutamente prohibida a los turistas y nada original de occidente tuvo ingerencia en los modos de vida de su gente.

Atravesando paisajes de bosques de coníferas, de acantilados abruptos, de ríos de montaña o de tranquilas praderas podemos llegar hasta el Parque Nacional de Rila donde se encuentra el Monte Musala de 2925 metros.
Ya que el transporte público es bastante deficiente es conveniente alojarnos en Smoylan para poder visitar esta hermosa región con comodidad.

Al sur de la cadena de los Balcanes, el Valle de las Rosas ofrece un clima suave y templado, el cultivo de rosas se realiza desde hace más de 300 años y convierte a Bulgaria en uno de los productores de esencia de rosas más importantes del mundo. Los campos de cultivo florecen desde mayo y es el mes indicado para ver esta maravillosa explosión de color y perfume y de participar en las numerosas fiestas populares que acompañan la cosecha. La ciudad de Kazanlak es llamada "la capital de la rosa".  También se encuentra en esta ciudad la tumba de un tracio que fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Si nos decidimos por llegar hasta el borde del Mar Negro encontraremos aguas cálidas y playas de fina arena que invitan a caminar.

Si optamos por visitar Bulgaria en invierno, la montaña Vitosha, en los alrededores de Sofía es accesible -quizás la estación de esquí más accesible- y económica pero, la estación de esquí más importante es Borovets, distante a 70 Km. con una vista incomparable de la montaña Rila, la más alta de la península balcánica.

El centro Pomorovo -situado en las montañas Ródope- es muy popular pero, en la montaña Pirin se encuentra Bansko, el menos comercial y el más tradicional de todos los centros de esquí de Bulgaria.

Las estaciones de esquí permanecen abiertas para los turistas desde diciembre hasta abril.

Bulgaria, además de la tumba del tracio de Kanzalak posee otros ocho sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ellos son:

• La tumba tracia de Svechtari.
• La iglesia de Boyana, el Monasterio de Rila y las iglesias rupestres de Ivanovo.
• El relieve tallado en roca conocido como el Caballero de Madara.
• El Parque Nacional de Pirin y la Reserva Natural de Srébarna.
• La ciudad de Nesebar, maravillosamente conservada.

Platos copiosos y precios más que interesantes, seguramente volveremos de Bulgaria con algún kilito de más...

El aperitivo es muy popular y se toma con ensaladas, quesos búlgaros o embutidos. La chopska salata que se prepara con pepinos, tomates, cebollas y queso blanco es de las más populares.

La tarator o sopa de yogur, pepinos, hinojo, ajo y nueces picadas es deliciosa pero, también son muy populares las sopas de lentejas o de frijoles blancos.
Los embutidos búlgaros son dignos de ser probados: soudjouk, loukanka, pastarma.
El kyopolou, llamado caviar vegetariano es una especialidad culinaria preparada con berenjenas y pimientos cocidos, hechos puré con tomates, perejil y ajo.

Como segundo plato son famosos el kavarma preparado con carne de cerdo o pollo, tomates, pimientos, hongos, cebollas servidos con un huevo y en cazuelas individuales.
Si el tiempo nos falta siempre están las albóndigas alargadas de carne picada servidas con patatas fritas, las brochetas de carne de cerdo o pollo y los sándwiches de carne picada. También son deliciosos los pimientos rellenos de carne picada, arroz, tomates, cebollas.

En cuestión de postres son muy similares a los orientales, preparados en almíbar y muy dulces, también hay arroz con leche y por supuesto, yogur.

Hay en Bulgaria una buena carta de vinos, cervezas, licores y aguas minerales. Se debe prestar atención a las bebidas alcohólicas ilegales, es prudente que pidamos que la botella se abra en nuestra presencia y que esté etiquetada. El agua mineral que se produce en el país es excelente. Las bebidas alcohólicas más populares son el boza, el coñac, las cervezas Agorka y Kamenitza y el mastica a base de anís. Los vinos blancos son de mejor calidad que los tintos que son muy dulces.
 

Platos copiosos y precios más que interesantes, seguramente volveremos de Bulgaria con algún kilito de más...

El aperitivo es muy popular y se toma con ensaladas, quesos búlgaros o embutidos. La chopska salata que se prepara con pepinos, tomates, cebollas y queso blanco es de las más populares.

La tarator o sopa de yogur, pepinos, hinojo, ajo y nueces picadas es deliciosa pero, también son muy populares las sopas de lentejas o de frijoles blancos.
Los embutidos búlgaros son dignos de ser probados: soudjouk, loukanka, pastarma.
El kyopolou, llamado caviar vegetariano es una especialidad culinaria preparada con berenjenas y pimientos cocidos, hechos puré con tomates, perejil y ajo.

Como segundo plato son famosos el kavarma preparado con carne de cerdo o pollo, tomates, pimientos, hongos, cebollas servidos con un huevo y en cazuelas individuales.
Si el tiempo nos falta siempre están las albóndigas alargadas de carne picada servidas con patatas fritas, las brochetas de carne de cerdo o pollo y los sándwiches de carne picada. También son deliciosos los pimientos rellenos de carne picada, arroz, tomates, cebollas.

En cuestión de postres son muy similares a los orientales, preparados en almíbar y muy dulces, también hay arroz con leche y por supuesto, yogur.

Hay en Bulgaria una buena carta de vinos, cervezas, licores y aguas minerales. Se debe prestar atención a las bebidas alcohólicas ilegales, es prudente que pidamos que la botella se abra en nuestra presencia y que esté etiquetada. El agua mineral que se produce en el país es excelente. Las bebidas alcohólicas más populares son el boza, el coñac, las cervezas Agorka y Kamenitza y el mastica a base de anís. Los vinos blancos son de mejor calidad que los tintos que son muy dulces.