Líbano
Riqueza histórica y hospitalidad de sus habitantes
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Entre Ásia y el mediterráneo
El Líbano, la República del Líbano o República Libanesa, es un país que limita al sur con Israel, al norte y al este con Siria, y está bañado por el mar Mediterráneo al oeste.
El Líbano es un Estado, al oeste de Asia, situado junto al Mar Mediterráneo. Al norte y al este, el Líbano da paso a las tierras semidesérticas de Siria, y al sur la frontera del país limita con Israel.
Básicamente el Líbano, es bastante montañoso, puede dividirse en cuatro grandes unidades estructurales, que se suceden de oeste a este.
El clima del Líbano está influido por dos factores: el relieve y la proximidad o lejanía del mar. Se distinguen, por tanto, un clima costero, bastante húmedo y templado, de caracteres netamente mediterráneos, uno de montaña y uno árido y seco, más al este.
El litoral tiene un clima mediterráneo con inviernos suaves y veranos largos y cálidos. En Beirut la temperatura oscila entre 23º y 32 °C en agosto y 11º y 17 °C en enero. En la montaña los inviernos son fríos, con frecuentes heladas.
La vegetación es típicamente mediterránea en la franja costera y también, en general, en las regiones poco elevadas; según el tipo de suelo predomina la maquia o la garriga. Los abetos y los cedros se encuentran en algunos parajes de montaña situados entre los 1.200 y los 2.000 m, con hayas, abetos y cedros en los montes del norte; frondosos bosques de pinos y encinas cubren las vertientes de los montes meridionales.
El Líbano carece de las materias primas naturales y depende de los países árabes para obtener petróleo y el establecimiento de industrias productivas rentables, por lo que el foco de la fabricación del Líbano y la reinstalación de los productos importados.
La mayoría de los sectores económicos más importantes del Líbano son del sector de servicios y determinados sectores del turismo y los bancos.
La cultura del Líbano tiene raíces principalmente árabes, fenicias y arameas, con una importante influencia occidental, principalmente francesa.
Tiene una infraestructura de transportes formada por 6.300 km de carreteras, casi todas asfaltadas. Las líneas de ferrocarril (222 km) fueron destruidas durante la guerra, o desmanteladas posteriormente, y no se encuentra en la actualidad ningún tramo en servicio. Beirut y Trípoli son los principales puertos marítimos Aunque acaban de inaugurar un moderno puerto en la ciudad de Jounieh cerca de Beirut para los barcos de turismo, y hubo un tiempo en que Beirut era el centro obligado de las líneas marítimas que servían el Mediterráneo oriental. El país dispone de un aeropuerto internacional en Khaldé, cerca de Beirut el Rafik Hariri Int'l Airport.
Un país encantador
Para iniciar nuestro recorrido, primero tomaremos como base a la ciudad de Beirut, su capital. Desde ella nos dirigiremos hacia el norte, y después a las montañas del centro este, para regresar a Beirut e iniciar el viaje por el sur.
La capital del Líbano, sorprende a los viajeros por su riqueza histórica y hospitalidad y amabilidad de sus habitantes. La ciudad se encuentra en un saliente del centro de la costa oeste del país.
Entre los lugares que merecen ser destacados se encuentran el Museo Nacional de Beirut, con colecciones arqueológicas de gran valor. Otros museos son el Museo de la Universidad Americana y el Museo Sursock, este museo guarda pinturas, esculturas y manuscritos muy interesantes.
En el Sur de Beirut encontraras numerosas iglesias, mezquitas y edificios antiguos. Un paseo tranquilo por el Corniche, te devolverá a la paz y el relax. A lo largo de su recorrido encontrarás puestos que venden frutas y todo tipo de artículos.
Las Playas de Beirut, si bien están muy contaminadas, igualmente podrás observarlas. La zona abierta al mar está llena de piscinas donde podrás bañarte y disfrutar de un sauna, o un masaje.
Norte del Líbano
Byblos (Gebal), conocida desde tiempos bíblicos es una de las ciudades, más antiguas del mundo. Así lo demuestran sus Ruinas y las excavaciones con restos del neolítico y de una floreciente civilización en continuo intercambio con los egipcios. En estas ruinas se han encontrado los restos de un castillo de la época de las cruzadas, un templo que perteneció a Baalat Gebal, la dama de Byblos, tumbas, altares y hasta un anfiteatro romano. También podrás visitar el Museo de Cera y la Iglesia de San Juan.Valle de Bekaa
Trípoli, la segunda ciudad más grande del Líbano. Es una ciudad llena de historia por las numerosas civilizaciones que habitaron allí. La Vieja Ciudad sorprende con sus estrechas callejuelas y sus mezquitas, entre las que destaca la Mezquita de Taynal, Al-Burtasiya y Madresseh, como así también, Al-Qartawiya Madrasseh. La Ciudadela es otra de las cosas imperdibles de esta ciudad y también la Torre del León, la única sobreviviente de las construidas por los mamelucos.
Camino que lleva a Bcharre, es uno de los viajes más impresionantes en el Líbano donde abundan los cedros, con cientos de años a sus espaldas. El camino discurre a través de las montañas pasando por pintorescos pueblitos. En el camino nos encontraremos con el Museo Gibran en el lugar donde nació el escritor. En el museo se encuentran muchas de sus obras pictóricas y manuscritos, así como objetos personales del genial artista.
El Valle de Bekaa es una fértil llanura que separa el Monte Líbano del Antilíbano. En este lugar se encuentra Baalbeck, conocida en tiempos antiguos como Heliópolis o Ciudad del Sol por los griegos, y Baal, por los fenicios. Los romanos construyeron templos en el lugar, y su paso quedo registrado en las Ruinas Romanas, que cuentan con una de las acrópolis más grandes del mundo.Sur del Líbano
Anjar, lugar misterioso y de dudosa historia, que fuera recientemente descubierto. Los trabajos de investigación realizados la sitúan como asentamiento de Umayyad. El lugar fue construido con reminiscencias romanas. Era una ciudad amurallada y cuenta con algunas puertas, arcadas avenidas, y torres, interesantes que admirar.
Otras localidades que despertaran tu interés en la zona son Chtaura y Zahle, se trata de pintoresco lugar a las orillas de un río, salpicado de pequeños cafés y restaurantes.
Desde Beirut en nuestro viaje hacia el sur. Atravesaremos las montañas Chouf, al sudeste de Beirut, allí encontraremos un escenario con fantásticos valles verdes, estrechas gargantas, arroyos y cascadas.
La principal atracción es el Palacio de Beiteddine. Una construcción del siglo XIX que se alza majestuosamente dominando el paisaje sobre una colina rodeada de hermosos jardines. Otro interesante palacio para visitar es el de Mir Amin, convertido hoy en un lujoso hotel.
No debes dejar de visitar la localidad de Deir el-Qamar donde podrás admirar su rica arquitectura. En Kfarhim, encontraras una gruta natural con estalactitas y estalagmitas. El Jabal Barouk es una montaña cubierta de cedros y salpicada de pequeños pueblos y valles que te llevarán a Nabeh es-Safa.
Saida, es una pequeña ciudad portuaria con historia milenaria, que se encuentra en la costa sureste. Los edificios de la ciudad antigua asoman al puerto desde hace varios siglos. Allí podrás admirar Khan el-Franj, y fuera de la antigua ciudad la Gran Mezquita y Qasr el-Bahr, un castillo construido en la época de las cruzadas, situado en una pequeña isla, que comunica con el continente por un puente árabe de piedra fortificado.
En la costa sur, la ciudad de Sour, que fue fundada por los fenicios en el tercer milenio antes de Cristo, cuando se llamaba Tyra. Durante siglos fue un floreciente lugar y por ello sucesivamente invadido. En el área de Sour se han encontrado riquezas arquitectónicas de gran valor histórico, entre ellas destacamos las Ruinas Romanas. En el lugar quedan restos de un teatro, unos baños, y hasta un hipódromo.
Platos de costumbres milenarias
La gastronomía libanesa es un conjunto de platos y de costumbres milenarias de los habitantes del Líbano, es una cocina extraordinariamente rica y diversa que posee especialidades propias y adaptadas de los diferentes países de su entorno. Con alimentos frescos y sabrosos, junto algunas especias, los libaneses han adaptado lo mejor de la cocina turca y la árabe aderezándolo con un aire de la gastronomía francesa. La gastronomía libanesa tiene como ingrediente principal a la carne de cordero, teniendo entre sus platillos más conocidos el Kibbeh. Este plato se prepara crudo, al horno, frito, en diversas formas, la más usual es el Kibbeh bola relleno, que tiene forma ovalada, está relleno de carne con cebolla y piñones. Es muy sabroso, doy fe.
La meze, que consiste en una serie de platos con distintas cremas de vegetales tales como el garbanzo (hummus), queso cremoso (labne), en algunos casos el pimentón (siendo este herencia siria), de entrada trae carnes crudas como son la carne de vaca, de hígado y blanca, con sal y pimienta al gusto, también incluye ensaladas como son el tabuleh y el fatush, el kibbeh, carnes asadas y frituras diversas, entre otras cosas.
La cocina libanesa es una gran gastronomía mediterránea, que sin duda es una cocina exótica, de las más variadas y coloridas del mundo y además de ser el gran símbolo de la hospitalidad del Líbano.
Carnes, granos, verduras y frutas son ingredientes presentes en casi todos los platos tradicionales libaneses. Con ellos se elaboran platos sorprendentes, cada región da su sazón y estilos a los mismos platos. De allí que sea frecuente que una misma comida resulte distinta si es preparada por una familia de Beirut que por una de Trípoli o Sidon.
Un detalle entre muchos: la carne, en los platillos que la llevan, es absolutamente limpia, sin grasa alguna y sin nervios.
En sus platos casi siempre se encuentran los mismos ingredientes, sólo que su utilización y mezclas dan una variedad única a la gastronomía. Hojaldre, trigo, sémola, quesos, pepino, yogurt, piñones, nueces, tomates, pimentones, ajo, cebollas, semillas de girasol, ajonjolí, orégano, clavo, canela, pimientas, perejil, hierbabuena, albahaca, cáscara de naranja, olivas, aceites, vinagres. Todas materias primas que entregan sabores, colores y olores con la que se da forma, aroma y gusto a una de las gastronomías más espectaculares que haya desarrollado el ser humano.
Los libaneses tienen orgullo de ser personas conocedoras de la buena comida y gente de buen comer. Muchos creen que gozan de la buena vida y poseen buena salud gracias a las bondades de esos platos de la buena mesa mediterránea.
La gastronomía del Líbano representa cabalmente la dieta mediterránea. Incluye abundantes frutas, vegetales, pescado y frutos de mar. Las grasas animales se consumen en forma escasa. Se come más aves que carne roja, y ésta consiste generalmente en cordero.
Los platos llevan diversos métodos de cocción ya sea; asados, al horno o salteados, al vapor, las verduras blanqueadas entre otros. La crema y la manteca se usan casi siempre en los postres. Los vegetales se comen crudos o en conserva, así como cocidos. Si bien la gastronomía libanesa no exhibe un amplio repertorio de salsas, se concentra en hierbas, especias y la frescura de sus ingredientes; la combinación de platos es casi ilimitada.
Las comidas están llenas de sabores fuertes, y mucho de lo que consumen los libaneses depende de las estaciones.
Con el reciente énfasis en los beneficios saludables de la cocina mediterránea, la gente de todo el mundo está conociendo y adoptando la auténtica comida libanesa. Este conocimiento ha llamado también la atención de chef y restaurantes para incluir platos de ese origen en su menú.
Feriados nacionales y religiosos
Feriados nacionales: 1º de enero (Año Nuevo), 1º de mayo (Día del Trabajador), y 22 de noviembre (Día de la Independencia).
Feriados religiosos: Los feriados musulmanes celebrados en Líbano son el Eid Al-Fitr o término del Ramadán y el Eid Al-Adha. Durante las fiestas muchas tiendas y oficinas cierran por tres días. Debido a que el calendario musulmán utiliza el sistema lunar, los días feriados varían cada año
El domingo es día de descanso oficial, pero las tiendas de dueños musulmanes cierran los viernes.