Guías de Viajes de Paguera

Si la costa mallorquina es impresionante, sea cual sea la zona del litoral isleño que visitemos, desde luego la región correspondiente al municipio de Calvià no desmerece en absoluto esta fama. Con 54 kilómetros de litoral plagado de bellas playas, encantadoras calas y unas aguas cuyo azul profundo les ha logrado fama internacional, este municipio acoge en su territorio a uno de los enclaves turísticos más atractivos de la zona: Paguera. Conocida en mallorquín bajo el nombre de Peguera, esta pequeña población se ha convertido en la preferida para el turismo procedente de otras partes de Europa, especialmente de Alemania, aunque los visitantes de Gran Bretaña también son habituales. El privilegiado microclima de la región, protegida por la hermosa Sierra de Tramuntana, se alía con la belleza del entorno y de la costa para convertir a Paguera en un lugar perfecto para unas vacaciones en las que no falta de nada.

Las bellísimas playas cercanas a Paguera han sido desde los años 60, época en la que comenzó el boom turístico, el reclamo fundamental de esta zona. Tres grandes arenales y varias pequeñas calas, en algunas de las cuales es posible practicar el nudismo, son las responsables de que año tras año acudan a Paguera muchos turistas buscando su particular lugar bajo el sol. La tradición turística internacional de la zona data de principios del siglo XX: fue entonces cuando el inglés Enrique Waring erigió la primera casa al borde del mar de la población. Como nombre le puso Palmira, que actualmente es también el nombre de una de las playas más importantes. Fue tan sólo la primera piedra de una boyante industria turística que contribuyó al desarrollo de la zona, convirtiendo al enclave en un lugar de referencia entre los viajeros internacionales.

Alrededor de Paguera es posible realizar hermosas rutas, dentro de las cuales hay intereses para todos los gustos. Los amantes de los deportes náuticos disponen de clubs especializados en los puertos deportivos de distintas poblaciones, en los que practicar disciplinas como el submarinismo, la vela o el windsurf. La Sierra de Tramuntana ofrece rutas para hacer senderismo, ciclo-turismo, excursiones a caballo o en quad, y poder llegar a espectaculares miradores desde los que contemplar el Mediterráneo y la isla de Mallorca. Las localidades cercanas, también pertenecientes al municipio de Calviá, ofrecen edificaciones antiguas de tipo militar, bellas iglesias y yacimientos arqueológicos. Y por supuesto, la gastronomía mallorquina asalta al viajero con sus sabores y aromas, desde los clásicos restaurantes y chiringuitos que ofrecen sus afamadas especialidades.

A tan sólo un corto viaje en avión está Paguera, sus playas, sus excursiones, su mar y su animada vida nocturna. Unas vacaciones en Paguera son una estupenda idea para escapar de la rutina y la ciudad. ¿A qué estamos esperando?
 

Paguera y sus alrededores cuentan con muchos lugares de interés para visitar, de tal forma que año tras año impone repetir la visita a la zona, para seguir disfrutando de todo lo que tiene para ofrecer. Lo primero que llama la atención a los viajeros, y el motivo por el cual la mayoría acude a pasar sus vacaciones en esta región, son sus hermosas playas.

Tres grandes arenales adornan las costas del municipio de Calvià, y los tres se encuentran muy cercanos a la población de Paguera. Se trata de las playas de Palmira, Torà (o Paguera Torà) y la playa Romana o dels Morts, llamada así por la cantidad de restos prehistóricos localizados en la zona. Palmira es el nombre de la más grande y popular de las tres playas; con sus 600 metros de longitud, es posible acceder a ella de punta a punta gracias al paseo marítimo jalonado de palmeras que la bordea. Desde este paseo llegamos también a la playa de Torà, que con sus 500 metros es también un amplio arenal, al que se accede directamente desde el centro urbano de Paguera. La playa Romana tiene una extensión de 600 metros de arena fina y blanca; lo más destacable de este bello arenal es la hermosa vegetación que se ha conservado junto a ella, formada por pinos costeros y sabinas. A esta playa se llega por un camino que parte de playa Torà a lo largo del litoral.

Para quienes disfruten alejándose de las playas más turísticas y gusten de refugiarse en la intimidad de las calas, en las cercanías de Paguera las hay en profusión y para todos los gustos. La más conocida por su tamaño y configuración es la bellísima Cala Fornells, en la que se han habilitado soláriums sobre las rocas colindantes para ampliar el espacio de descanso. Cala s'Olla es más salvaje y virgen, perfecta para el baño y menos para tomar el sol, ya que es de cantos y grava. En cuanto al Caló de ses Llises, también de grava y cantos, el entorno de acantilados y pinares que la rodea es su mayor atractivo. Como curiosidad, destacar que desde la roca situada a la entrada son habituales las zambullidas de los bañistas que acuden a este punto. Está algo escondida, y para llegar a ella hay que acceder desde la vía que va de Peguera a Cala Fornells.

La Sierra de Tramuntana, la cadena montañosa más importante del archipélago balear, acoge al municipio de Calvià en su jurisdicción. El pico más alto de la sierra es el Galatzó, y las rutas que a él conducen llevan a un punto desde el que se puede contemplar todo el término municipal, el mar Mediterráneo en toda su inmensidad y los recónditos valles de la sierra con sus vaguadas y sus barrancos. Ante el litoral también podemos contemplar mulitud de islotes: Malgrat, Sa Porrassa, El Toro, Ses Illetes... Desde los puertos deportivos parten diariamente embarcaciones que hacen rutas por las islas, desde las que se pueden visitar también las cuevas marinas de la costa. Algunas de ellas tienen fondo plano de cristal para poder contemplar los fondos y la vida marina.

La localidad de Calviá es la más importante de la región, y es en ella donde podremos dedicar parte de nuestro tiempo a caminar y descubrir interesantes edificios y monumentos. La Iglesia de San Juan Bautista data en origen del siglo XVII, aunque fue reconstruida en el XIX, bajo el estilo neomedieval típico de la época. Sus esbeltas torres gemelas son elegantes y muy características. Además de la iglesia, también merece la pena destacar el Ayuntamiento, una interesante construcción moderna de 1.989 de los arquitectos Rafael Balaguer y Jaime Vidal. Las mansiones y villas señoriales y los molinos harineros de la localidad y los alrededores comparten protagonismo con las edificaciones defensivas de la costa, testigos de las épocas antiguas en las que los ataques piratas y las batallas desde el mar eran una constante. En total hay seis torres de defensa, la más antigua de las cuales es el Castellot de Santa Ponça, del siglo XIV. El resto, del siglo XVI, son la Torre de Cap Andritxol, la de Cala Figuera, la de Portal Vells, la de Sa Porrassa y la de Illetes.

Cerca de Paguera hay otras preciosas poblaciones que visitar. Por ejemplo, Bendinat con su castillo neogótico del siglo XIX y su selecto Club de Golf; Es Capdellà, un tranquilo enclave del interior, ubicado bajo el pico Galatzó y con preciosas casitas pintorescas; Illetes, con su torre defensiva y el impresionante fortín militar de mediados del siglo XX; Portal Nous y su puerto deportivo; Santa Ponça y sus casas antiguas (possesiós) mallorquinas, así como sus yacimientos arqueológicos; y Son Ferrer, donde los emblemáticos talaiots, la cueva sepulcral y otros interesantes elementos megalíticos harán las delicias de los amantes de la Prehistoria.
 

La gastronomía mallorquina tiene a gala ofrecer un amplio repertorio de exquisitos guisos, excelentes embutidos, magníficas materias primas procedentes de la tierra y el mar, estupendos vinos y licores, y una repostería capaz de contentar al gourmet más exigente. Las sopes mallorquines de pescado, carne o setas son un plato indispensable en la isla; las más típicas apenas llevan caldo, y se preparan a base de verduras y pan. Dentro del listado más tradicional, también cabe destacar la porcella rostida (cochinillo o lechón asado), el cordero o los escaldums de pavo. Otro guiso muy apreciado en Mallorca es el frit mallorquín, que lleva entre sus ingredientes hígado de cordero, sangre, cebolla y patatas. Caracoles, sobrassada, botifarrones, camaiot, lomo de cerdo con col... Todos estos productos de la tierra se ven perfectamente complementados por la amplia variedad de preparaciones a base de marisco y pescado.

Las especies más apreciadas son el raor (pescado típico de las costas baleares, conocido también como galán o papagayo), el gall o gallo, el cap-roig (cabracho) y el anfós (mero), preparados a la parrilla, al horno o a la mallorquina. Los arroces con el pescado como ingrediente principal y algunas exquisiteces como la caldereta de langosta, son también algo que hay que probar. Y hablando de arroces, tampoco puede faltar en una buena carta mallorquina el arròs brut, con verduras, carne y pimienta. Otros platos típicos y deliciosos son el tumbet de patatas, verduras, pimientos y salsa de tomate; el trempó, similar pero en frío; las berenjenas rellenas...

En el apartado de la repostería, la ensaimada es la reina indiscutible de todos los postres y dulces. Esta suave especialidad se elabora a partir de manteca de cerdo (saim), y se puede consumir tal cual o rellena de cabello de ángel, nata o crema. Otros postres tradicionales son la greixonera de brossat, el gató de almendras (bizcocho) y los dulces de Semana Santa, entre los que destacan los robiols y los crespells.

Cerramos la sección dedicada a la gastronomía dedicando un apartado a los estupendos vinos mallorquines. La localidad de Binissalem cuenta con su propia Denominación de Origen, con tintos son intensos y blancos delicados. Pla y Llevant también cuenta con su propia Denominación, y cabe señalar que la región Serra de Tramuntana - Costa Nord elabora también exquisitos caldos. Además, los licores Herbes y Palo son el complemento y remate perfecto para cualquier comida, dado su intenso sabor y sus propiedades digestivas.
 

Además de un animado calendario festivo, que va repartiendo las fiestas populares de las distintas localidades de Calvià que comparten el municipio con Paguera, en las poblaciones se celebran también ferias gastronómicas, mercados populares, rastros y mercadillos semanales... Eventos que contribuyen a conseguir que unas vacaciones en Paguera sean tan divertidas como variadas. La fiesta por antonomasia del invierno, que da comienzo a las celebraciones de todo el año, es la Alimara (fiestas de Sant Antoni y San Sebastià, 17 y 20 de enero). Esta festividad se celebra en toda la isla con el encendido de hogueras, siendo Calvià Vila el centro neurálgico de la celebración en la región. En Sant Antoni se prende la alimara u hoguera grande para quemar al demonio, y es tradición encender otras hogueras en playas y barrios para asar los embutidos típicos de la isla.

Al igual que en el resto de España, el Carnaval es motivo de alegría y diversión en Paguera y las localidades cercanas. Desfiles, concursos de disfraces, comparsas... Transitan por las calles al ritmo de música y charangas, que tienen su culminación en el Entierro de la Sardina. Y después del recogimiento de la Semana Santa, en Calviá Vila se celebra la romería del Pa en Caritat y Diumenge de l'Àngel, donde los vecinos se dirigen al campo para compartir las sobras de la comida de Pascua. Llegada la noche de San Juan el día 23 de junio, con sus tradicionales hogueras en las playas, el día 24 es el patrón de Calvià y una celebración especialmente pensado para los mayores. Y un mes después es la fiesta de Sant Jaume, el 25 de julio, las más importantes del municipio, con gran diversidad de actividades, concierto y competiciones para mayores y pequeños.

Septiembre es un mes muy festivo en Paguera. A mediados de mes se celebran las fiestas de la localidad, con motivo del Día del Turista, con actos como los cercavila o pasacalles con gigantes y cabezudos, conciertos y fuegos de artificio. Muy cerca, en las playas de Santa Ponça, se celebra el día 9 de septiembre la Fiesta del Rey en Jaume, que conmemora el desembarco del Rei Jaume I en el siglo XIII con una representación de la batalla contra los árabes. Y ya en octubre, merece la pena destacar una celebración moderna que se ha convertido ya en una tradición: la II Original Bavaria Oktoberfest de Peguera, una recreación de la popular Oktoberfest (Fiesta de la Cerveza) de Munich. Este evento se lleva celebrando desde el año 2007, con más de 25.000 visitantes, una gran carpa, degustaciones de cerveza y gastronomía bávara, trajes típicos, y bandas música alemanas que alegran la jornada todo el día hasta la medianoche.

Además de estas festividades anuales, hay que destacar los diversos mercados y rastros que tienen lugar en las distintas localidades cercanas a Paguera. En Calvià Vila se instala todos los lunes el mercado tradicional, mientras que en Urbanización Galatzó es los martes cuando tiene lugar. En ambos pueden encontrarse productos de alimentación, artesanía, ropa, calzado... En Son Ferrer encontraremos el mercado los viernes, y el Magaluf podremos disfrutar del rastro de antigüedades y segunda mano, el mas curioso de la zona y que puede visitarse los sábados.

Y es que Paguera y sus alrededores consituyen una sorpresa constante para cualquier visitante. La belleza que constantemente asalta a nuestros ojos en este lugar, desde los maravillosos atardeceres sobre el mar hasta la imponente Sierra de Tramuntana; las delicias de la mesa y el mantel que atestan mercados y restaurantes; la alegría y animación de los habitantes y sus tradiciones; y la vida nocturna que ofrecen los distintos locales de ocio, hacen que Paguera se haya convertido con toda justicia en un referente dentro de los destinos vacacionales de España.