Pasión y cultura andaluza en estado puro
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Pura sangre
La ciudad de Jerez de la Frontera es célebre por muchas cosas, pero principalmente por dos: los caballos andaluces y su vino de fama mundial, conocido por el nombre de la localidad o por la versión inglesa de sherry. Pero Jerez de la Frontera es mucho más que caballos y vinos: su clima excepcional, su emplazamiento de lujo en la bella provincia de Cádiz, la alegría de sus gentes, sus multitudinarios y divertidísimos carnavales y el patrimonio histórico y monumental de su casco antiguo son razones de peso para escoger a esta hermosa ciudad como destino para unas vacaciones sin igual. La historia está presente en Jerez de la Frontera en su magnífico casco antiguo, declarado Conjunto Monumental Histórico Artístico. El visitante podrá caminar admirado entre centenarios palacios, solemnes iglesias y diversos museos e instituciones culturales dedicadas a las tradiciones de Jerez, que en muchos casos se centran en el mundo taurino, vinícola y ecuestre.
Además de historia y tradición, Jerez de la Frontera es también reconocido en todo el mundo por ser la sede de uno de los circuitos de velocidad más famosos. La localidad mantiene a lo largo del año un importante calendario de eventos de competición y exhibición en el mundo de las dos ruedas, siendo también el destino de numerosas concentraciones de moteros llegados de todas partes del mundo. Son días de vorágine, espectáculo, adrenalina y diversión que constituyen uno de los ingresos turísticos más importantes de la localidad. Además de estos eventos, en Jerez también se celebran muchas otras festividades para todos los gustos. Desde los famosos carnavales con sus chirigotas y murgas, hasta ferias andaluzas, la Semana Santa o las fiestas de la localidad y los alrededores.
Y si de alrededores se trata, no cabe duda que Jerez de la Frontera es una localidad privilegiada en este sentido. La Ruta de los Pueblos Blancos tiene en Jerez uno de sus puntos neurálgicos, sin ir más lejos. Se trata además de una población situada entre el mar y la montaña, convirtiéndose por este motivo en un enclave de excepción para hacer todo tipo de excursiones, deportes de aventura, rutas o senderismo. Tanto los amantes de la playa como los de la montaña encontrarán su paraíso en Jerez de la Frontera, que por otra parte es un lugar perfecto para disfrutar y conocer a fondo la magnífica gastronomía gaditana. Los muchos restaurantes, bares y tascas del centro histórico de la ciudad (y también en el resto del núcleo urbano) reciben a los visitantes con los brazos abiertos, demostrando también que Jerez es tierra de hospitalidad y alegría.
Desde el casco histórico a las bodegas más afamadas
La ciudad de Jerez ha experimentado un crecimiento respetuoso con su antigüedad y su patrimonio. El casco histórico alberga gran cantidad de edificios de importancia, testimonios del glorioso pasado de la localidad y de la intensa mezcla de culturas que tuvo lugar a lo largo de los siglos pasados. Una de las construcciones más espectaculares y bellas es sin duda la Catedral de Jerez de la Frontera. Sin llegar a tener la fama y difusión de otras de sus hermanas españolas, como la de Burgos, Palma de Mallorca o León entre otras, es sin duda un magnífico ejemplo de arquitectura gótica que data del siglo XVII. Además, tiene también elementos barrocos y neoclásicos que se adjuntaron después a lo largo de los siguientes siglos. Las tres puertas de la Catedral y su elegante cúpula son dignas de verse y de admirarse, así como algunas de las obras de arte que alberga en su interior, de artistas de la talla de Francisco de Zurbarán. Además de la Catedral, muchas son las iglesias de las que puede presumir Jerez: la Iglesia de Santiago, una impresionante edificación gótica declarada Monumento Histórico Artístico; la Iglesia de San Miguel, del siglo XV; la Iglesia de San Dionisio, con detalles mudéjares; la Basílica de la Merced, que alberga la imagen de la Patrona, la Virgen de la Merced... Y muchas otras que los caminantes curiosos podrán ir descubriendo en sus paseos.
Además de iglesias, Jerez de la Frontera es sin duda ciudad de palacios y de mansiones de tipo señorial. Son edificaciones en el más puro estilo aristocrático andaluz, muchas de las cuales cuentan con refrescantes patios con arcadas y fuentes, o espectaculares jardines y terrazas. En uno de estos hermosos palacios, el del Duque de Abrantes, se encuentra la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre; otros ejemplos notables son el Palacio de Domecq y el Palacio de Riquelme, del siglo XVI. Por supuesto, no podemos dejar de mencionar los variados e interesantísimos museos que salpican la localidad jerezana. Desde el Museo Arqueológico que se encuentra en la plaza del mercado, hasta el museo vinícola del Misterio de Jerez, pasando por el Museo Taurino y el original Palacio del Tiempo (un museo de relojes), todos ellos merecen una pausada visita. Pero si hay unos auténticos "museos" venerados en Jerez de la Frontera y toda su área de influencia, ésas son las bodegas jerezanas. Los grandes productores como Domecq o González-Byass disponen de magníficas instalaciones para la elaboración de los preciados néctares, que se pueden visitar para conocer a fondo el mundo del vino de Jerez y poder probar todas sus deliciosas especialidades.
Los alrededores de Jerez de la Frontera también merecen nuestra atención. Recomendamos encarecidamente al visitante que se tome varios días, incluso semanas, para sus vacaciones en Jerez, o de lo contrario se le quedarán muchas cosas por ver y por hacer. Desde Jerez es posible acudir a visitar lugares tan maravillosos como el Parque Nacional de Doñana; preciosas localidades costeras como Chipiona o la misma capital, Cádiz; las magníficas playas de Bolonia, el Puerto de Santa María, Tarifa o Zahara de los Atunes, entre otras; la Ruta de los Pueblos Blancos, que comienza en la espectacular y señorial localidad de Arcos de la Frontera; la Ruta del Vino y del Toro, que pasa por lugares como Chiclana o Véjer... Sin olvidarnos del Parque Natural de los Alcornocales, con una fauna y flora de excepción y que ocupa gran parte de la provincia de Cádiz, ni de la bella Sierra de las Nieves o el Parque Natural del Estrecho, frente a las lejanas y sugerentes costas africanas.
Tierra de pucheros, pescaíto y famosos vinos
Al igual que en el resto de la provincia de Cádiz y otras tierras andaluzas, los pucheros, guisos y ollas son toda una institución en Jerez de la Frontera. Buenos ejemplos son el menudo con garbanzos o el puchero andaluz, que se prepara también con garbanzos, distintas carnes, verduras y hortalizas. Pero si hay un plato delicioso, sencillo y de los llamados "baratos" es el clásico ajo caliente de Jerez. Lo más habitual es consumir esta elaboración en forma de tapa o de ración, en las ventas que salpican los caminos y carreteras. Se trata de una especie de sopa de ajo compacta, donde los ingredientes principales son el pan del día anterior, el ajo, el aceite de oliva, los pimientos verdes y el tomate. Hoy día se le suelen añadir también embutidos o tocino, aunque la receta original no los llevaba; el ajo caliente se consume tradicionalmente con una copita de fino, lo que, según dicen, incrementa su sabor. Los vinos de Jerez se utilizan a menudo en la cocina de la zona para las distintas recetas; un buen ejemplo es el de los riñones al jerez, pero también el de los alcauciles, que es el nombre que allí reciben las clásicas alcachofas.
El pescado también es un ingrediente clásico en la cocina jerezana, lo cual es lógico teniendo en cuenta la cercanía de las costas atlánticas, que surten a la provincia de Cádiz de deliciosas especies. Sin duda, el pescaíto frito es uno de los platos estrella en tascas y bares, donde se consume habitualmente como ración. Pero también están deliciosas las tortillitas de camarones y los pescados a la brasa o la parrilla como urtas, sargos, mero, salmonetes... Sin olvidarnos del excepcional atún de almadraba, y de estupendos mariscos como el bogavante, los langostinos de Sanlúcar de Barrameda, la gamba que llega de la cercana Huelva, las coquinas, los chocos (calamares) con papas y muchas otras exquisiteces marinas. Pasando ya al recetario de carnes, hay que señalar que en la serranía y las tierras jerezanas la carne de cerdo es parte fundamental del recetario. La matanza se realiza habitualmente en los cortijos desde tiempos inmemoriales, de la cual salen elaboraciones exquisitas en forma de embutidos (o chacinas en el hablar de la tierra). La zona de los Alcornocales, además, es también territorio de caza y consumo de venado.
Pero si hay algo que destaca en la producción gastronómica jerezana son sin duda sus vinos. Ya en tiempos de los fenicios se cultivaba la vid en tierras de Jerez de la Frontera, e incluso durante los siglos de dominación árabe se siguieron elaborando y consumiendo los caldos. Sin embargo, es con la Reconquista cuando se lanza del todo la producción y difusión del vino de Jerez; su llegada a Inglaterra lo puso allí de moda, hasta nuestros días. La Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry data de la primera mitad del siglo XX. Además del vino de Jerez, también se consumen con profusión los frescos y deliciosos finos, el brandy de Jerez y el excelente vinagre que se elabora a partir de los caldos.
Carnavales, ferias ecuestres y flamenco durante el año
La alegría y la diversión son rasgos comunes a todas las celebraciones festivas que transcurren durante el año en Jerez de la Frontera. El día 25 de enero se celebra para empezar el año de festejos la fiesta de San Antón, durante la cual es tradicional llevar a bendecir a los animales de granja y de compañía. Pero cuando de verdad estalla la fiesta en Jerez de la Frontera es sin duda con motivo de los Carnavales, que tienen lugar entre los meses de febrero y marzo. Si bien los más conocidos son los de la capital de la provincia, Cádiz, los de Jerez tampoco se quedan cortos en lo que respecta a colorido y alegría. Las galas de carnaval, los desfiles callejeros, las fiestas en locales públicos y privados y las actuaciones de agrupaciones y comparsas garantizan jornadas inolvidables para propios y extraños. Ya en Semana Santa, el desenfreno cede el protagonismo a la religión y el sentir popular. La Semana Santa de Jerez es una de las celebraciones más importantes de Andalucía, con nada menos que treinta y siete procesiones. Las saetas que se cantan a los pasos en medio del silencio son una de las tradiciones más llamativas de estos días.
En el mes de mayo es tiempo de feria en Jerez. La celebración se conoce por varios nombres: Feria del Caballo, Feria de Mayo o simplemente, la Feria. Las casetas se distribuyen por el recinto festivo, llenas de trajes tradicionales, alegría y fino. Los más bellos caballos del mundo pasean elegantes y majestuosos por el recinto con sus airosos jinetes, y la música y el baile se extienden día tras día hasta el amanecer. Otra de las celebraciones más importantes de Jerez de la Frontera es la Fiesta de la Vendimia, que suele tener lugar en la primera quincena de septiembre y que gira alrededor de la pisada de la uva. Son dos semanas de eventos culturales de todo tipo, entre los que no falta el teatro, el flamenco y las actividades gastronómicas. Y si de flamenco se trata, no hay que olvidar que en esta localidad se celebra el que es considerado por muchos expertos el mejor festival flamenco del mundo: el Festival de Flamenco de Jerez. Este año va ya por su edición número quince, y se puede asistir a los conciertos durante la última semana de febrero y la primera de marzo. No hay que olvidar tampoco que Jerez acoge anualmente el Gran Premio de España de Motociclismo en su Circuito, prueba que forma parte del Mundial. La gran afluencia de espectadores que acuden al circuito convierte al Gran Premio en un evento multitudinario, plagado de actividades paralelas y concentraciones moteras.
Caballos, vinos, historia, cultura, naturaleza y diversión. En definitiva, es cierto que Jerez de la Frontera lo tiene todo para unas vacaciones de lujo. Una ciudad que sin duda, merece la pena visitar.