Una costa de playas y de leyendas
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Sol, mar y ocio
Justo al lado de Rota, entre esta población y Chipiona, se encuentra uno de los enclaves turísticos más prestigiosos de las costas andaluzas. Su nombre es Costa Ballena, inspirado en la leyenda de una vieja ballena que recorrió las costas de todo el mundo buscando el lugar más bello para recalar. Cuatro kilómetros de playas vírgenes adornan el lugar, alrededor de las cuales se ha generado uno de los resorts turísticos de mayor calidad de toda Europa. Con unos equipamientos de lujo, un diseño arquitectónico de primer orden y muy respetuoso con el medio ambiente y un entorno difícil de igualar, Costa Ballena es el destino escogido por un gran número de turistas nacionales y extranjeros para disfrutar de unas vacaciones insuperables. Costa Ballena cuenta con todo lo necesario para disfrutar del ocio a tope; es un micromundo en el cual es posible encontrar de todo, y para todos. Centros comerciales, campos de golf, playas, centros sociales, casas y chalets de primer orden... Un paraíso adaptado a las necesidades de los amantes de la naturaleza y la diversión.
Además del clima, la costa y la infraestructura turística, Rota tiene mucho más que ofrecer. Sus hermosas calles y rincones están plagados de lugares y monumentos históricos, como el célebre Castillo. Es posible recorrer las calles de la ciudad pausadamente, disfrutando de la saludable y exquisita costumbre del tapeo en los muchos bares de la localidad. Los gaditanos hacen honor a su fama de hospitalarios y alegres, y constituye todo un placer disfrutar de su compañía. Si a esto unimos la posibilidad de degustar la excelente gastronomía roteña y gaditana en general, y la profusión de fiestas y celebraciones que tienen lugar en la ciudad y la provincia a lo largo del año, descubriremos que Rota y Costa Ballena conforman un conjunto insuperable en lo que respecta al disfrute del ocio y las vacaciones.
Naturaleza y encanto histórico rodeados de lugares pintorescos
Transcurridos los ratos de sol, mar y descanso, es posible que el viajero sienta la necesidad de conocer, ver, compartir y degustar. Para ello, nada mejor que dirigirse a la misma villa de Rota, donde podrá contemplar los testimonios de un pasado histórico. El casco antiguo alberga bellos rincones, como el Arco de Regla o Puerta de la Carne, antigua puerta de entrada a la localidad de Chipiona. En la villa hay también hermosas iglesias, como la de Nuestra Señora de la O, de curioso nombre, todo un compendio de estilos arquitectónicos desde el gótico hasta el barroco; o la Iglesia de la Caridad, máximo exponente del barroco roteño. La Torre de la Merced, del siglo XVII, es el único testimonio que resta de la presencia del Convento de la Merced; pero si hay un edificio que destaca en el patrimonio de Rota es el Castillo de Luna, del siglo XIII. Es el símbolo de la Villa y, de hecho, aparece en su escudo; actualmente en él se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad.
Rota es un lugar de parques y jardines, rodeado y salpicado de naturaleza. Los pinares y las dunas del Parque Natural de la Almadraba son el mejor escenario para el descanso y la relajación, al igual que el bello Jardín Botánico o el Parque Atlántico, ubicado en el borde mismo del Océano del mismo nombre. Y combinando el placer del deporte y los espacios naturales, destacan en la zona los estupendos campos de golf de Costa Ballena, entre los que destacan un magnífico ejemplo diseñado por Olazábal con veintisiete hoyos.
Huerta y mar para un recetario pleno de sabor
Los frutos del océano Atlántico son otra parte del recetario roteño que no debemos dejar de probar. Quizás el plato más emblemático sea la famosa urta a la roteña, un guiso de pescado de intenso y delicioso sabor. La urta es un pez rojizo que se alimenta principalmente de marisco, lo que aporta a sus carnes un sabor y una textura inigualables. En Rota se prepara a la manera tradicional de la región, acompañada de verduras como tomates, cebolla, pimientos verdes y por supuesto, aceite de oliva; aunque también es muy popular la sopa de urta. Además de este pescado, en Rota y Costa Ballena es posible degustar también otras exquisiteces marinas, como las populares ortiguillas (algas fritas), los erizos de intenso sabor a yodo, los verdigones (berberechos, que se comen simplemente abiertos al vapor), los burgaíllos o bígaros, las tortillas de camarones, la caballa asada acompañada de piriñaca, el cazón en adobo tan característico de las tierras gaditanas y mil y una delicias procedentes de la pesca.
Dentro del apartado vinícola de Rota, hay que destacar que la Villa es productora de un vino muy especial que no se elabora en ningún otro lugar del mundo: la tintilla. Se trata de un caldo procedente de la uva tinta, que crece a pleno sol y después es desecada y mezclada con mosto para poder destilar el producto final. El resultado es un vino dulce y afrutado, similar al jerez y muy apreciado dentro y fuera de nuestras fronteras. Es el complemento perfecto para disfrutar de la gran variedad de dulces y postres de la provincia de Cádiz, muchos de ellos de origen árabe y que se elaboran desde hace siglos: los pestiños, el tocino de cielo, el pan de Cádiz, las panizas...
Carnavales y ferias a lo largo de todo el año
Si bien Andalucía entera tiene justa fama por la alegría y el color de sus fiestas y sus ferias, la provincia de Cádiz destaca de forma muy especial. Transcurridas las Navidades con su profusión de eventos y cabalgatas, llega el momento esperado por muchos gaditanos a lo largo de todo el año: los Carnavales. En Rota y Costa Ballena, estas fiestas se celebran también en medio de la alegría y la animación popular. Como peculiaridad, señalar que en Rota no se corona a la reina del Carnaval, sino a la Sirena del Carnaval y a la Sirena Infantil; el excelente clima que disfruta la zona colabora en gran manera para convertir a los Carnavales roteños en una explosión de color y alegría callejeros. Y con la misma intensidad que se viven los Carnavales se disfruta en Rota de la Semana Santa; en este caso, la diversión desenfrenada da paso a la espiritualidad y la religiosidad, ya que estas fechas se viven en Rota con un fervor muy especial. Las procesiones se suceden a lo largo de los días a cargo de distintas hermandades, siendo la más concurrida la de la madrugada del Viernes Santo.
En abril, ya con la primavera alegrando los campos, Rota rinde homenaje a San Isidro, patrón de los agricultores, con una romería a cargo de la gente del campo que tiene lugar el día 25. Y muy pocos días después, entre el 6 y el 9 de mayo, comienza una hermosa y animadísima celebración: la Feria de la Primavera. Típicamente andaluza, en el recinto ferial no faltan las casetas, los trajes populares, los magníficos caballos y el baile y el cante hasta el amanecer.
Las fiestas de San Juan se celebran en Rota y Costa Ballena acompañadas de hogueras; la noche más corta del año, la del 23 de junio, es una noche de música y verbena. Los pupulares "juanillos" se queman a las doce de la noche en la playa de la Costilla, y la jornada se ilumina con los mil colores de los fuegos de artificio. Ya en el mes de julio, y siendo como es una villa marinera, en Rota se honra todos los años a la patrona de las gentes del mar: la Virgen del Carmen, cuya festividad se celebra el día 16. Como en muchos otros puntos de las costas de nuestro país, ese día la imagen de la Patrona es sacada a las aguas por los pescadores y tiene lugar una procesión marinera, en la cual las embarcaciones acompañan a la Virgen a bendecir las aguas del puerto.
Todavía quedan días de fiesta en el verano roteño; por ejemplo, la celebración de la Fiesta de la Urta. Declarada de Interés Turístico Nacional, esta fiesta tiene lugar entre el 29 de julio y el 1 de agosto; a lo largo de las jornadas, que tienen lugar alrededor de un escenario donde se suceden las actuaciones musicales, es posible disfrutar de la diversión al aire libre degustando los platos preparados para el concurso de Urta a la Roteña. Y para finalizar por todo lo alto, a principios de octubre se celebran las fiestas patronales en Rota en honor de la Virgen del Rosario Coronada; son días de procesiones, folklore popular, gigantes y cabezudos, verbenas y fuegos artificiales.
Todo esto y mucho más convierten a la Villa de Rota y a la zona de Costa Ballena en un paraíso cercano, ubicado en un lugar donde la belleza del paisaje, la historia, la tradición y el clima confluyen para dar como resultado un lugar perfecto para unas vacaciones de auténtico lujo.