Guías de Viajes de Mojácar

La localidad de Mojácar es fiel testigo, mas que ninguna otra en toda la Comunidad de Andalucía, del pasado árabe de la mítica Al-Andalus. Enclavada frente a un horizonte que domina el Mar Mediterráneo, Mojácar fue codiciada durante la Antigüedad por muchas culturas y pueblos. En la zona se han encontrado restos que datan del año 2.000 A. C., época de la cultura Argarica o de la Edad de Bronce, que testimonian la existencia de Mojácar como ciudad ya desde tiempos antiguos. En el siglo XVIII, la localidad sufrió una intensa sequía que impulso su declive y la emigración de sus habitantes a tierras mas ricas; pero el turismo, en la segunda década del siglo XX, ha conseguido recuperar la vida y la belleza de una de las localidades con mas encanto de todo el Levante. El pasado de Mojácar, su patrimonio cultural, sus bellas playas, sus intrincadas callejuelas con sabor árabe y la belleza de su entorno constituyen a día de hoy todo un referente en la comarca del Levante Almeriense.

En la actualidad, Mojácar es una animada y activa localidad que cuenta con más de 6.800 habitantes, que durante el verano ven como la población se multiplica de manera importante. Los habitantes de Mojácar son de carácter abierto y hospitalario, algo natural en un lugar que durante siglos ha visto como las diferentes culturas y etnias se asentaban en sus territorios. Los viajeros y los turistas de todas partes del mundo acuden a Mojácar atraídos por su fantástico clima, templado y suave durante todo el año, y convenientemente matizado en verano gracias al efecto regulador del Mar Mediterráneo. Este clima es responsable en gran parte de muchos de los recursos naturales con que cuenta la zona. Mojácar esta rodeada de espacios naturales tan bellos como el Cabo de Gata – Níjar (con su famosa reserva marina integral), Sierra Nevada o el celebre Desierto de Tabernas, testigo de la época de gloria del spaghetti western.

Aparte de las bellezas naturales presentes en sus extensas playas, sus calas vírgenes y salvajes o su fantástico entorno natural, Mojácar disfruta también de un importante patrimonio, en el cual las diferentes culturas que pasaron por la zona dejaron su particular impronta. Compaginar una ruta cultural paseando por sus calles con la tradición del tapeo, que en este lugar se practica con autentica pasión, es un placer que invita a repetir todos los días.
 

Aunque Mojácar tiene muchos atractivos de todo tipo para ofrecer, lo cierto es que su gran litoral plagado de estupendas playas es principalmente lo que atrae a los viajeros de todas partes a sus costas. El visitante tiene la opción de escoger entre una amplia variedad de arenales: desde inmensas playas con todos los servicios y accesos, hasta recónditas calas prácticamente salvajes, donde quizás podamos disfrutar de la presencia de un pequeño chiringuito pleno de encanto… Playas y calas para todos los gustos y opciones, y miles de rincones de mar y sol para descubrir con tranquilidad.

La primera playa que nos encontramos, y que es una continuación de la vecina playa de Garrucha (el municipio costero situado junto a Mojácar), es la playa de la Marina de la Torre. Es un arenal muy grande, con sus casi dos kilómetros de extensión, y se encuentra cercana a la ciudad aunque convenientemente alejada del núcleo urbano. En esta playa se puede destacar su tranquilidad, aunque en pleno verano se encuentra mas concurrida; sus blancas arenas atraen a muchos bañistas. Próxima a ella se encuentra la playa de la Rumina, algo mas pequeña pero también bastante extensa con sus mil doscientos metros de arenal. La cercanía de zonas urbanizadas no impide que se trate de una playa tranquila; es de fácil acceso y se ubica en la desembocadura del río Aguas.

El Palmeral es el nombre de una de las playas más populares de Mojácar, galardonada con la Bandera Azul por sus estupendos servicios, y la calidad de sus aguas y su entorno. Es perfecta para amantes del turismo familiar y las playas de tipo urbano. Otra opción para visitar es la playa del Descargador, de novecientos metros de extensión y cuyo atractivo mas interesante es su fina arena blanca. En sus proximidades esta localizada una de las zonas de ocio y copas mas concurridas y populares de Mojácar. Otras opciones para quienes quieran conocer distintos arenales de la zona son la playa de Piedra Villazar, cerca del Parador de Turismo; la de Los Ángeles, muy confortable; la del Cantal, de las mas largas con sus tres kilómetros de extensión y una de las mas turísticas; la del Lance, con mezcla de arena y cantos y muy concurrida por sus buenos accesos; y la de la Cueva del Lobo, la ultima playa de la zona urbana de la localidad.

Aparte de esta inmensa variedad de estupendas playas, las calas vírgenes y recónditas son otro de los indiscutibles encantos naturales de la zona de Mojácar. En la playa de Macenas se encuentra el conocido Castillo, y a partir de este punto comienza todo un despliegue de maravillas naturales en forma de calas, sin servicios hoteleros (si exceptuamos algún que otro chiringuito) y dentro de un entorno natural excepcional. La Cala del Peñón es la primera, y tras un rato de caminar podremos disfrutar de la visión del la Cala del Sombrerico, cuyas aguas tranquilas y transparentes invitan al baño en plena naturaleza. Cala Bardonares y Cala Granatilla son dos rincones más a descubrir y disfrutar, similares a las anteriores en belleza y protegidas por espectaculares acantilados. A algunas de ellas se puede acceder en coche, pero lo mejor  es llegar después de un paseo a través de un hermoso paisaje natural.

Porque si de parajes naturales de trata, el entorno de Mojácar se lleva la palma. Nada menos que nueve espacios naturales protegidos se sitúan en sus cercanías, para delicia de los amantes de la naturaleza, el senderismo y las rutas. La reserva natural del Cabo de Gata – Níjar es uno de los enclaves mas fascinantes para recorrer por tierra, pero también para explorar por mar; no en vano esta clasificado como Reserva Marina Integral. En sus fondos se ubica la mayor pradera de posidonia marina del Mediterráneo y existen muchos clubs de buceo en la zona, que llevan a los amantes de los fondos subacuaticos a descubrir maravillas de la fauna marina, espectaculares formaciones rocosas o míticos barcos hundidos. Aparte de esta reserva natural, también existe la posibilidad de recorrer lugares tan increíbles como Sierra Nevada, las cuevas y formaciones kársticas de Sorbas, la zona del Sabinar de Punta Entinas, Sierra Alhamilla, la Albufera de Adra… Y para terminar, el Desierto de Tabernas, donde se puede disfrutar del autentico sabor del western contemplando el espectáculo que realizan los especialistas de las películas en los decorados originales de las películas que se rodaron allí en los años 70.

Dentro de la zona urbana de Mojácar, solo hay que darse un buen paseo para descubrir todas las magnificas edificaciones que la pueblan. En la Plaza Nueva descubriremos la Ermita de los Dolores, del siglo XVIII, y desde ese punto podremos contemplar unas hermosas vistas del llamado Valle de las Pirámides y de la ubicación de la antigua ciudad de Mojácar. El Mirador del Castillo es, por su parte, el mejor punto para disfrutar de una panorámica del litoral. Si volvemos nuestros pasos hacia la ciudad, podremos visitar la Iglesia Fortaleza de Santa Maria, del s. XV; la Plaza del Parterre, el Ayuntamiento, las diferentes puertas (la de la Ciudad y la de la Almedina) y la Casa del Torreón. El arrabal es el nombre por el que se conoce el barrio judío, todo un entramado de sinuosas y estrechas calles donde disfrutar del frescor; y tampoco debemos perdernos la popular Fuente Mora, testigo de tratos entre árabes y cristianos de la antigüedad. Para finalizar, podemos rematar nuestro recorrido visitando el Castillo de Macenas y la Torre del Pirulico (también conocida como del Peñón), al término de la playa de Mojácar.
 

El mar y la tierra son los orígenes de la gastronomía de Mojácar y sus alrededores, como corresponde a la comarca del Levante Almeriense. Salidos del mar encontramos los gloriosos pescados, como meros, pargos, sargos, jibias, besugos, gallopedro… Y por supuesto, la deliciosa y única gamba roja de Garrucha, localidad vecina de Mojácar. Los pescados no requieren una preparación compleja; bastan unas brasas, sal y limón para convertirlos en verdaderos manjares. La presencia de una gran variedad de productos de la huerta, sin embargo, hace que también se preparen deliciosos guisos marineros con pescado, patatas y verduras. Son muy típicas también las hortalizas secadas al sol, empleadas con posterioridad para dar sabor (y color) a los guisos. Los arroces también son omnipresentes en la gastronomía de Mojácar: al caldero, al horno, marineros… Conviven con otros guisos típicos de pescadores, como la popular zarzuela de pescados y mariscos.

Pero si hay algo que se vive con pasión en Mojácar, quizás aun más que en el resto de Andalucía, es la tradición del tapeo. El "arte de tapear" se convierte ya mas en un acto social, que puramente gastronomito. Con buena compañía, vinos blancos fríos o cañas heladas de cerveza, el tapeo se hace preferentemente de pie y acompañado de una buena conversación. La leyenda popular indica que las tapas (y su nombre) provienen de los tentempiés que consumían los trabajadores a lo largo de la jornada laboral para no tener que detener el trabajo, ni padecer digestiones pesadas. La jarra o vaso de vino que servían los bares se cubría con una loncha de jamón o embutido para evitar que las moscas cayeran en el líquido, y de esa tradición vienen la costumbre y la denominación de la "tapa".
 

El Carnaval es la primera ocasión para divertirse en Mojácar, como en muchas otras localidades españolas, antes de pasar al recogimiento de Semana Santa. La presencia de los desfiles de carrozas y de chirigotas hace que estas fiestas vayan ganando popularidad a lo largo del año, aunque la primera celebración realmente autentica es el popular Día de la Vieja, una fiesta pagana que tiene lugar el primer jueves de cuaresma. Esta jornada se celebra con una romería en el campo, en la que los niños portan unos muñecos confeccionados por ellos mismos, llamados “viejas” y repletos de chucherías. Al final de la jornada, las “viejas”, sujetas en cruces de madera, son apedreadas por los niños para dar salida al preciado tesoro de su interior.

La Semana Santa toma el testigo los días siguientes, en plena primavera y con bellas procesiones a cargo de las hermandades. La mas celebre es la Procesión del Encuentro, cuyo punto álgido tiene lugar bajo el arco de la localidad. Y ya en mayo podemos asistir a la romería de San Isidro, el domingo mas próximo al día 15 de mayo, festividad del Patrón de los agricultores. Este día destaca sobre todo el desfile de carrozas adornadas con flores.

Las Fiestas de Moros y Cristianos tienen lugar el fin de semana más próximo al 10 de junio y cuentan con gran afluencia de público, que asiste a la puesta en escena de la entrega de la villa a los Reyes Católicos, y el hermanamiento entre ambas culturas. Y ya en la primera quincena de agosto nos desplazaremos a Sopalmo, que celebra las festividades de Cristo Rey con coronación de reina y verbenas. Durante el verano también se realizan Festivales de Música en la Fuente de Mojácar, y además tienen lugar las Fiestas Patronales de San Agustín, concretamente el día 28 de agosto. Son la ocasión esperada por el pueblo para dar rienda suelta a la diversión durante varios días, con verbenas, actuaciones y actividades de todo tipo. Y para concluir el calendario con las fiestas más importantes, nos queda el día de la Patrona, la Virgen del Rosario. Se celebra el 7 de octubre y es la ocasión de contemplar la preciosa corrida de cintas a caballo para los casados de la localidad.

Todas estas fiestas se ven complementadas por la intensa vida nocturna que ofrece Mojácar y sus alrededores. Desde los chiringuitos costeros, plenos de encanto y muchas veces con música en directo, a los pubs irlandeses, los locales con conciertos o las discotecas al aire libre, la noche de Mojácar ofrece diversión de nivel internacional con un encanto y personalidad propias indiscutibles.