Una ciudad mágica en la Toscana
Histórica y monumental ciudad
Capital de la Toscana, Siena puede considerarse como la ciudad representativa por excelencia de esta bella región italiana. Cuenta la leyenda que la urbe primitiva fue fundada por los hijos de Remo, hermano de Rómulo (fundador de Roma). A su legendaria historia se le une la increíble belleza de su centro histórico, cuya imagen representativa de las ciudades del Medioevo italiano le ganó en el año 1995 la designación como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Uno de los mayores atractivos de Siena es sin duda su reducido tamaño: la parte más antigua y hermosa de la ciudad puede recorrerse a pie, con la ventaja de que todo el casco antiguo amurallado es peatonal. El mágico color ocre dorado de los edificios contrasta con el blanco y negro del Duomo (la Catedral), y deslumbra a propios y extraños bajo el mítico sol de la Toscana.
Si la ciudad de Siena está plagada de atractivos históricos y culturales, su entorno tampoco se queda corto. La Toscana es sin duda una de las regiones más bellas de Italia, a lo que se le une la magnífica tradición gastronómica y vinícola de la que disfruta. Las rutas cercanas a Siena llevarán al viajero inquieto a maravillosos pueblos medievales como San Gimignano, a localidades perdidas en la montaña como Montepulciano, o simplemente a disfrutar de los sabores, colores y aromas de la región vinícola de Chianti, cuyo nombre ha alcanzado los rincones más lejanos del planeta gracias a la justa fama de sus vinos.
Los magníficos edificios civiles y religiosos de la ciudad de Siena se complementan a las mil maravillas con la gran oferta cultural de la ciudad. Además de contar con excelentes museos históricos y artísticos, en Siena el arte surge por todos los rincones. Al igual que en Florencia, el arte de los maestros del Renacimiento italiano adorna gran cantidad de lugares: Pinturicchio, Andrea Lorenzano, Donatello, Ghiberti y muchos otros magníficos artistas dejaron su impronta en la ciudad de Siena. La urbe es también sede de una de las universidades más antiguas y con más solera de Europa, y por supuesto, es el lugar donde se celebra la carrera de caballos más especial del mundo: el famoso Palio, que se puede contemplar en dos ocasiones (el 2 de julio y el 16 de agosto). La competición enardece los ánimos de los habitantes de la ciudad, que durante estas jornadas cambia completamente, habiéndose engalanado para la ocasión.
Un centro histórico medieval en un entorno de gran belleza
El centro neurálgico de Siena es sin duda la Piazza del Campo, lugar donde cada año se celebra la carrera del Palio. La plaza está rodeada por los terzi (tercios), tres en total, los barrios en los que está dividida la ciudad. A pesar de ser en gran parte peatonal, la ciudad de Siena está plagada de cuestas, desniveles y altibajos, por lo que los viajeros harán bien en hacerse con calzado cómodo, agua, protección solar (en verano y primavera) y muchas ganas de caminar. En la Piazza del Campo se encuentra el primer hito de la urbe: el Palazzo Pubblico,un edificio medieval (s. XIV) que acoge actualmente el Museo Civico de Siena y cuenta con una espectacular torre de más de cien metros de altura conocida como la Torre del Mangia.
Después de disfrutar de la belleza de la plaza y de dar una vuelta por el museo, visitando especialmente la Sala della Pace y sus preciosas pinturas realizadas por Ambrogio Lorenzetti (y echando también un vistazo a los relieves realizados por Jacopo della Quercia en la Fuente Gaia), en tan sólo unos pasos estaremos ya en el Terzo di Citta, el más cercano de los terzi sieneses. Es también el más antiguo de la ciudad y se llega a él desde la plaza a través de la Via di Cita. Sin duda el edificio emblemático de este lugar es el Duomo o Catedral, edificado entre los siglos XII-XIV y que responde al estilo gótico italiano. Su fachada principal y su espectacular suelo de mosaicos son algo digno de verse, así como el Battisterio di San Giovanni, con su pila bautismal del siglo XV, adornada con esculturas y relieves de artistas de la talla de Donatello y Ghiberti. En el mismo terzo disfrutaremos también del Spedale di Santa Maria della Scala (Hospital de Santa Maria della Scala), del siglo XI y que actualmente acoge varias colecciones de arte y muestras arqueológicas. Sin olvidarnos, por supuesto, de la Pinacoteca Nazionale y su magnífica colección de la llamada Escuela Sienesa (siglo XIII).
Pasamos ya al siguiente terzo o tercio, el Terzo di Camolia. Los fanáticos de las compras y el glamour podrán disfrutar recorriendo la Via Banchi di Sopra, arteria comercial por excelencia de Siena. La bella basílica de Santa María in Provenzano se encuentra también en este barrio. La parte más renacentista de la ciudad se encuentra en el último terzo: San Martino, al sureste de la Piazza del Campo. En este barrio podremos visitar un curioso museo: el Museo delle Tavolette di Biccherna, ubicado en un elegante edificio del siglo XV y que cuenta con una estupenda colección de libros con maravillosas escenas medievales. Además de este interesante recorrido por Siena, a lo largo de nuestro caminar encontraremos otros hermosos enclaves: el Palazzo Salimbeni en la Piazza del mismo nombre, el Palazzo Chigi (de estilo gótico, actual sede del conservatorio sienés), el Palazzo Piccolomini (de época renacentistas), la Fortalezza Medicea, erigida en el siglo XVI para la célebre familia Medici, y la Basilica Cateriniana, también conocida como San Domenico y edificada entre los siglos XIII y XIV.
Aunque la ciudad de Siena está llena de bellísimos e interesantes rincones, seguramente muchos viajeros la utilizarán como "centro de operaciones" para conocer en profundidad la bella y rica región de la Toscana. Las excursiones y rutas que se pueden hacer desde Siena son muchas y muy variadas: desde visitar el pueblo medieval de San Gimignano, hasta hacer un recorrido por el curioso paisaje rocoso de las Cretas, las posibilidades son legión. Se impone desde luego una visita a la región de Chianti para visitar sus viñedos y bodegas, y también acercarse a la costa para conocer localidades como Castiglione de la Pescaia, ubicada en plena región de la Maremma, frente al mar Tirreno.
Vinos y platos deliciosos en el paisaje más relajante
Muchas personas asocian la región de la Toscana con una experiencia relajante, bañada por un ambiente dorado y luminoso y plena de exquisitos sabores y vinos. No andan desencaminados: la comida es casi una religión en esta bella región y en su capital, Siena, donde es posible disfrutar de una gastronomía mediterránea, saludable y con magníficas texturas y sabores. Sin duda, el aceite de oliva de la mejor calidad, las especias, las carnes y las hortalizas son la base de la mayoría de los platos, que se benefician además de ser acompañados por los excelentes vinos de la zona. La alta calidad de las materias primas para la elaboración de las recetas, y el exquisito cuidado y mimo que se pone en la fabricación de las especialidades artesanas (embutidos, quesos, conservas...) son el secreto de la excelencia de la cocina en Siena. En esta región, la carne de cerdo es uno de los ingredientes más apreciados, especialmente la de la raza Cinta Senese, autóctona y célebre por el exquisito sabor de su carne. Además, en el valle de Chiana se crían también las terneras de la raza chianina, de gran tamaño y cuya carne cuenta con su propia denominación de origen.
La carne se suele consumir a la brasa, muy especialmente en forma de bistecca alla fiorentina. En cualquiera de los estupendos restaurantes de Siena podremos degustar esta carne, y también muchos otros platos típicos de la región: crostini neri faglioli all’uccelleto, queso pecorino, salami toscano... Los picci son también característicos: se trata de una pasta especial, similar a los espaguetis y hecha a mano. Además, en el reino de la pasta no pueden faltar los deliciosos raviolis de espinacas y queso ricotta. La carne de caza es también muy apreciada en la región, así como el pollo, en sus diversas preparaciones: alla diavola, alla cacciatora, fritto alla toscana o al spiedo. Los pescados no son tan habituales en las regiones del interior, aunque la sopa de pescado de la costa, el cacciuco (típico de Livorno), es deliciosa y puede encontrarse en algunos restaurantes de Siena.
Siena es una ciudad que ama el dulce, muy especialmente su especialidad de repostería medieval: el panforte, una especie de torta elaborada con frutos secos. También podremos probar los biscotti fatti in maniera artigianale (bizcochos artesanales), los ricciarelli, los cantucci... Y por supuesto, no podemos terminar esta reseña sin hablar del vino toscano, muy especialmente del chianti. Probablemente fueron los norteamericanos los primeros en apreciar este delicioso caldo, perfecto para acompañar a las carnes y que es universalmente conocido por sus botellas con la base forrada de trenzado de mimbre. Además, los postres suelen ir acompañados de una variedad popular de vino dulce llamado Vin Santo.
La carrera de caballos más antigua del mundo
En pleno centro de la ciudad de Siena, concretamente en la Piazza del Campo, se celebra todos los años y en dos ocasiones la famosísima carrera de caballos de origen medieval conocida como Il Palio. Ambas jornadas tienen lugar en verano, siendo la primera el 2 de julio (palio di luglio), y la segunda, el 16 de agosto (palio dell'Assunta). Además de la vibrante competición, que tan sólo dura dos minutos, merece la pena contemplar y vivir el ambiente que se respira en Siena con motivo de estas competiciones. La ciudad antigua se engalana con estandartes, blasones, guirnaldas... Son tres días de diversión y alegría durante los cuales se celebran degustaciones gastronómicas, bendiciones de los animales, asignaciones de los caballos a las distintas zonas, música y conciertos y muchas otras actividades. Durante la carrera, en la cual participan diez caballos, cada uno representa a alguna de las contradas de la ciudad (algunas se eligen por sorteo y otras por turnos). Los animales tienen que dar tres vueltas a la Piazza del Campo; el primero en terminarlas, con o sin jinete, será el ganador.
El verano sienés se adorna también de otros hermosos eventos, como por ejemplo el programa Cine en la Fortaleza. Gracias a esta iniciativa es posible ver películas al aire libre en la Fortaleza Medicea, varias veces a la semana y durante los meses de junio y julio. Durante el mes de agosto, las proyecciones pasan a los parques de la ciudad, y además de cine también suele ser habitual poder contemplar representaciones teatrales al aire libre, a veces gratuitas y a veces a precios muy populares. Además, durante la primavera, el verano y el otoño tanto la ciudad de Siena como las poblaciones de la Toscana celebran sus fiestas patronales y sus festividades paganas, sobre todo relacionadas con la gastronomía: el Festival de la Uva, el de la Bruschetta... En septiembre suele ser habitual la celebración de la Fiesta de la Cerveza, sobre todo en la provincia de Montepulciano; se trata de una fiesta para la gente del lugar, no enfocada al turismo y que por tanto ofrece la oportunidad de disfrutar del auténtico sabor de la región. Buena comida, buena música (conciertos todos los días) y un ambiente insuperable.
Es difícil resumir todo lo que Siena y la Toscana tienen para ofrecer en tan sólo unas cuantas líneas. Lo mejor es acudir a la propia Siena y dejarse inundar de su intensa luz, sus azules cielos, sus sabores, su encanto medieval, sus vinos y la hospitalidad de sus habitantes. Siena es una ciudad inolvidable, que no se parece a ninguna otra y que constituye el punto de partida ideal para unas vacaciones mágicas visitando la región italiana de la Toscana.