Una ciudad situada entre el mar y la montaña
Fusión única de historia y playas
Una ciudad llena de historia, rodeada de playas y naturaleza
Arroces, huerta y mar como protagonistas indiscutibles
La Lonja de pescado de El Grau vende todos los días a hosteleros y comerciantes las especialidades frescas recién capturadas en el Mar Mediterráneo. Pescados excelsos como los salmonetes, las sardinas, el atún, las lubinas, los lenguados y muchos otros se subastan para terminar en exquisitas preparaciones, a la parrilla, a la espalda o formando parte de guisos y arroces. Entre los mariscos también podemos encontrar estupendas almejas, las populares galeras y "palabras mayores" como langostas o bogavantes, todo un lujo para el paladar. Pero a pesar de su tradición pesquera y marinera, Castellón no da la espalda a los productos del interior; no hay que olvidar que la provincia cuenta con magníficas huertas, y con un excelente aceite de oliva que no falta en ningún plato. Y por supuesto, las carnes, entre las que destacan la caza (conejo, liebre, perdiz... ), el cordero asado y el cerdo, que además de formar parte de recetas tradicionales como el tombet, también es la materia prima fundamental de excelentes embutidos y jamones.
Para los amantes de los quesos, destacar que en Castellón se elabora una especialidad deliciosa: el queso del Tronchón. Y en cuanto a dulces, al igual que el resto del Levante español, en Castellón hay una gran tradición repostera fuertemente influenciada por la cultura árabe. Por lo general, estas exquisiteces se suelen elaborar y consumir en fechas señaladas relacionadas con fiestas religiosas. Es el caso de las cocas de Semana Santa, pero también hay dulces que pueden degustarse durante todo el año como los pastissets, las figures albardades y los almendrados.
Festes de Carrers en los barrios, la Magdalena, las hogueras y San Pedro
¿Qué son los carrers? Pues muy sencillo: son las fiestas que celebran a lo largo del año las distintas barriadas de Castellón de la Plana. En realidad no se llaman carrers sino Festes de Carrers, y tienen lugar en los distintos meses, de forma que no haya casi ni un momento de respiro al ambiente festivo. Hay festes en Sant Antoni, Sant Blai, Santo Tomás de Villanueva... Cada barrio festeja a su patrón a lo largo de las semanas. Pero aparte de estas celebraciones, en Castellón de la Plana sus habitantes esperan todo el año una jornada muy especial: las Fiestas de la Magdalena, que se celebran entre marzo y abril. En las fiestas se conmemora la bajada de los habitantes desde el Cerro de la Magdalena hasta La Plana, en el siglo XIII, fundando así la actual ciudad. Este acontecimiento se recuerda con la popular Romeria de los canyes. Las mascletás y los fuegos artificiales son constantes en estas jornadas, además de la presencia de la "Gaiata" (una estructura que se construye para la ocasión y se engalana de luces), conciertos, degustaciones gastronómicas y muchas otras actividades que han hecho que las Fiestas de la Magdalena hayan sido catalogadas como Fiestas de Interés Turístico Internacional.
En junio se celebran dos jornadas importantes en Castellón de la Plana. La primera es la noche de San Juan, que tiene lugar el día 23 de junio y que, al igual que en muchas otras localidades de España, festeja el solsticio de verano encendiendo hogueras en las playas, para vivir despiertos la noche más corta del año. Las parrilladas de sardinas, las hogueras, la música y los fuegos artificiales coexisten con los baños nocturnos en el cálido Mediterráneo... También relacionadas con el mar están las fiestas de El Grau, el barrio portuario de Castellón. Se celebran en honor del patrón, San Pedro, cuyo día grande es el 29 de junio. Durante los días festivos hay ofrendas florales al santo, una cabalgata marina, encierros taurinos y la popular "Torrá de la Sardina", un acontecimiento gastronómico y popular.
Fiestas para todos los días del año, animación durante el día y la noche, conciertos, gastronomía, alegría... Mil y un motivos para disfrutar de nuestras vacaciones en Castellón de la Plana, una ciudad que acoge con los brazos abiertos a los miles de turistas que todos los años caen rendidos a los pies de su belleza.