La belleza de una ciudad entre el mar y la montaña
Alta calidad de vida
Los viajeros que visitan la ciudad de Girona, capital de la provincia del mismo nombre situada en la Comunidad Autónoma de Cataluña, se llevan siempre y sin excepción una gratísima impresión del lugar. La belleza de esta antigua ciudad se muestra resplandeciente por sus cuatro costados: desde el casco antiguo de la ciudad, hasta el Barrio Judío; desde el río Oñar y los muchos puentes que lo surcan, hasta la Rambla de la Libertad o las casas colgadas sobre el río, llenas de intensos colores. Girona ha sido calificada en varias ocasiones como una de las ciudades con mayor calidad de vida de España, e incluso de Europa. El clima privilegiado que disfrutan sus habitantes, la modernidad de sus equipamientos y servicios, el estado de conservación de calles y plazas y la animación que se respira en sus calles pueden ser los motivos de esta designación. El turismo es una actividad muy importante en la ciudad y lo cierto es que se trata de turismo de calidad, atraído por la cultura y la historia así como por los escenarios naturales cercanos a la urbe.
Los amantes de las rutas de naturaleza, tanto de mar como de montaña, tienen en Girona un enclave de excepción. Tomando la ciudad como punto de partida, es posible visitar espacios naturales espectaculares: el Pirineo de Girona con sus cinco estaciones de esquí y todas sus rutas; la Costa Brava; Andorra ... Múltiples opciones para todos los gustos. Aparte de las rutas naturales (y, por supuesto, la gran cantidad de deportes y actividades de aventura que se pueden practicar), desde Girona también es posible visitar otras poblaciones llenas de interés. ¿Qué tal una escapada a Figueres para visitar el curiosísimo Museo de Dalí? O tal vez, una visita a Barcelona, la Ciudad Condal: el Puerto Deportivo, el Barrio Gótico, la arquitectura modernista (y muy especialmente los espectaculares edificios de Antonio Gaudí) y las famosísimas Ramblas son sólo algunos de los atractivos de una de las capitales punteras de Europa.
La gastronomía es otra de las razones de peso para visitar la ciudad de Girona y sus alrededores. No olvidemos que Ferrán Adriá abrió El Bulli, que fue clasificado como "el mejor restaurante del mundo ", en la localidad de Rosas (o Roses), ubicada en plena Costa Brava. La alta cocina convive en armonía con los platos más tradicionales del recetario gerundense, y en los restaurantes y bares de Girona es posible degustar las especialidades cocinadas con todo el cariño y la pericia de sus chefs. Además, su doble condición de capital de provincia y de destino turístico le otorga a Girona una animación nocturna fuera de lo común, en la que es posible encontrar ambientes para todos los gustos y tendencias. Siendo así, se impone ahora mismo empezar a preparar unas vacaciones en Girona, ¿verdad?
Cuatro puentes sobre un río y un hermoso casco histórico
Bueno, en realidad hay más de cuatro puentes sobre el río Oñar, pero son cuatro los más importantes y llamativos. El río divide en dos a la ciudad de Girona, lo que en tiempos supuso todo un contratiempo para las comunicaciones. De los antiguos puentes medievales no se conservan vestigios, pero algunos de los cuatro más importantes en la actualidad, aún siendo de épocas modernas, están llenos de encanto y belleza arquitectónica. De hecho, el llamado Puente de Hierro fue construido por la empresa de Gustav Eiffel, artífice de la famosa torre parisina... Además de puentes, en Girona podemos encontrar monumentos y patrimonios de gran interés. Es posible que el Barri Vell sea el casco histórico con más encanto de toda Catalunya (o por lo menos eso dicen). Este punto fue el origen de la población romana de Gerunda, a partir de la cual se desarrolló la Girona que conocemos hoy día. En él se encuentran los monumentos más importantes; además, esta albergado por grandes restos de las Murallas Carolingias que en la antigüedad protegían a la Villa. Los rests de dichas murallas pueden recorrerse y desde su altura se contemplan preciosas vistas de la ciudad.
Dentro del Barri Vell se encuentra la Catedral de Girona. Esta impresionante construcción se comenzó a edificar en el siglo XI en estilo románico, terminándose en el siglo XIII, en plena época gótica. De época románica sólo quedan el bello claustro y la torre, pero aún así la arquitectura gótica de esta catedral, dedicada a Santa María, es espectacular. De hecho, la suya es la nave central más ancha del mundo después de la de San Pedro del Vaticano. Además de la belleza de la Catedral, en Girona también podremos disfrutar de vistas tan hermosas como la de las Casas colgantes sobre el río Oñar. Su ubicación a lo largo de las riberas y sus coloridos tonos mediterráneos les aportan un encanto fuera de toda duda. Y por supuesto, si vamos a Girona no podemos dejar de visitar su célebre Judería o Call Jueu, todo un entresijo de callejuelas que actualmente es uno de los núcleos de época medieval mejor conservados de toda Europa. Y para terminar el recorrido histórico, nada mejor que una visita a los Baños Árabes; curiosamente, se trata de una estructura de época románica (siglo XII) que se edificó imitando la estética de los baños árabes, por lo que en realidad no guardan relación alguna con dicha cultura. Y además, la belleza románica de Sant Pere de Galligants o Sant Feliú también las hacen dignas de una visita pausada e inolvidable.
Alrededor de Girona, como ya hemos comentado antes, podemos disfrutar de mil y un lugares de gran belleza para descubrir. Los Pirineos nos ofrecen el magnífico Parque Natural del Cadí-Moixeró, así como la región de la Garrotxa, de origen volcánico, o el bellísimo Valle de Nuria. Poblaciones como Santa Pau o Besalú adornan con su encanto los valles y montañas. Y ya saliendo del interior no hay que olvidar que a tan sólo treinta kilómetros de la ciudad descansa el Mar Mediterráneo, bañando las calas doradas de la preciosa Costa Brava. Con espacios naturales tan hermosos como el Parc Natural del Cap de Creus, las marismas de los Aiguamolls del Empordá o las Islas Medas, una reserva marina de excepción para la práctica del submarinismo, esta región merece ya por sí sola de unas cuantas jornadas de rutas y excursiones.
Las delicias de la tierra y los tesoros del mar
Girona debe a su emplazamiento, sin lugar a dudas, la riqueza de su recetario gastronómico. Las distintas culturas que pasaron por esta ciudad y por la provincia también aportaron todo su saber y su tradición, hasta lograr una gastronomía variada, deliciosa y llena de contrastes. Precisamente la denominación de mar i muntanya (mar y montaña) que engloba a muchas de sus recetas no es más que la acertada combinación de ingredientes de primera calidad, cultivados o capturados en la costa y el interior. De la huerta gerundense se obtienen excelentes patatas que son un ingrediente fundamental para la elaboración de platos sencillos como el trinchat amb rosta (una especie de torta hecha con patata y berza, y acompañada de beicon frito). Además, las verduras intervienen en la elaboración de sopas como la sopa de farigolas, o de las clásicas escudellas (cocido típico catalán). Los nabos negros de Talltendre son también toda una institución, y sobre todo existe una intensa cultura micológica que apuesta por el uso de gran variedad de setas silvestres en los platos: boletus, níscalos (o rovellons, en catalán), rebozuelos... Y por supuesto, si de monte y campo hablamos, no hay que olvidarse de los emblemáticos caracoles, toda una pasión para muchos catalanes.
Entre las carnes destacan los productos derivados del cerdo, siendo la matanza toda una celebración tradicional. Desde las butifarras hasta el excelente salchichón de Vich, pasando por las variedades de fuet, el bisbe (una especie de morcilla) o el bull (parecido al morcón), los embutidos de la región se han ganado a pulso su calificativo de excelentes. También son habituales las carnes de ternera y buey en la preparación de guisos, pucheros y estofados, así como las populares costelladas de cordero. Por otra parte, las Costa Brava es rica en pescados y mariscos frescos de gran calidad. Al igual que en el resto de Cataluña, Girona tiene una gran tradición en la cocina del bacalao; otras especies, como los pescados de roca (y muy especialmente los finísimos salmonetes de la costa), son también muy apreciadas. En L’Escala se elaboran desde hace mucho tiempo excelentes anchoas en salazón, cuya calidad les ha hecho obtener el distintivo de Denominación de Origen cualificada. Además, también hay sabrosas sopas de pescado (suquets) y de nuevo, buenas muestras de la cocina de mar i muntanya, como por ejemplo, la langosta con pollo.
La repostería de Girona ofrece a los golosos distintas especialidades, dependiendo de la región donde se elaboren. Los picaculs son característicos de la comarca de la Baja Cerdaña, mientras que los carquinyols se hacen en Olot. Las tejas de Santa Coloma de Farnés son también merecidamente famosas, al igual que los xuxos, delicados pasteles de crema que han extendido su presencia al resto de nuestra geografía. Por otra parte, la elaboración de la crema catalana es algo extendido por toda la comunidad, siendo este delicioso postre (una especie de natilla semilíquida con costra de azúcar quemado) una enseña de identidad en la repostería de la región.
Fiestas de Sant Narcís, flores y música religiosa
Las fiestas patronales de Girona son las de Sant Narcís (Fiestas de San Narciso), cuyo día es el 29 de octubre. Alrededor de la jornada y durante varios días se celebran las fiestas de la ciudad en medio de actos religiosos, demostraciones de folklore, actividades lúdicas, verbenas y animación diurna y nocturna. La lectura del pregón desde el balcón del Ayuntamiento supone el pistoletazo de salida para unas fiestas en las que participa todo el pueblo, pero también los visitantes. Además de la misa solemne, las fiestas también cuentan con muestras de fuegos artificiales y la instalación de las populares barraques, casetas regentadas por las agrupaciones festivas de la ciudad. En el mismo recinto se celebran conciertos y se instala la Fira Agrícola i Comercial. El otro evento de mayor importancia del año festivo en Girona recibe el nombre de "Girona, Tiempo de Flores" (Girona, Temp de Flors). Es una fiesta bastante reciente (concretamente comenzó en el año 1955) que se viene celebrando en el mes de mayo, y que tiene sobre todo una intención turística y promocional. La Iglesia de Sant Doménech es el lugar donde se exhibe una gran exposición de composiciones florales, aunque desde hace ya bastantes años toda la ciudad se ve engalanada por los arreglos. Además de las composiciones, muchos propietarios de patios en el Barri Vell abren sus puertas para que todo el mundo pueda contemplarlos.
Entre junio y julio, Girona recibe un evento musical de primer orden. Se trata del Festival de Músicas Religiosas y del Mundo, que en 2011 cumple su duodécima edición. Es el entorno de la Catedral el que recibe a los músicos de todo el mundo y sus conciertos, que se ven complementados con muestras de arte y actividades relacionadas con la música y las diferentes culturas del mundo. Pero no sólo de estos dos eventos se nutre el calendario festivo gerundense; además, jornadas como la Semana Santa (en la cual destaca la procesión del Viernes Santo), los alegres Carnavales, la Semana de la Gastronomía a principios del mes de marzo, Sant Joan con sus hogueras en la noche del 23 de junio, o el día de San Jorge Día de Cataluña), durante el cual se celebra la tradición de regalar un libro y una rosa, son también eventos destacables que merece la pena conocer.
Girona, en definitiva, es una ciudad y una tierra acorde con la mezcla cultural que la ha poblado desde tiempos inmemoriales. Tanto sus calles y su patrimonio como sus tradiciones y su hospitalidad se nutren de lo mejor que las distintas civilizaciones legaron a la ciudad. La belleza de sus calles y sus edificios, el encanto de sus riberas, el magnífico paisaje que la rodea y la animación de que disfrutan sus habitantes la convierten un destino auténticamente de lujo.