Una ciudad mágica y con mucho encanto
Fantástico Burgos
Burgos es una ciudad histórica, casi de leyenda dentro de la geografía española. Personajes tan célebres y relevantes en la literatura y, digamos, casi la mitología de nuestro país como el Cid Campeador tienen su origen en la ciudad de Burgos, que acompaña esta relación con la literatura con un patrimonio monumental y cultural tan espectacular como interesante. Burgos es una ciudad con un maravilloso casco antiguo peatonal, no muy grande pero realmente atractivo. Los paseos por sus calles o por el célebre Espolón, a orillas del río, permiten al visitante contemplar la histórica arquitectura medieval y renacentista de sus edificios. Pero no sólo podemos disfrutar de las bellezas de Burgos dentro de la ciudad, sino que también podemos desplazarnos a su periferia para visitar lugares como el Castillo, el Monasterio de las Huelgas, el Museo de la Evolución Humana y parajes naturales realmente inolvidables.
Porque la ciudad de Burgos, situada en plena meseta castellana y nexo de unión entre la Costa Cantábrica y el interior del país, está rodeada de preciosos pueblos y espacios naturales de excepción. Por eso es muy recomendable pasar varios días en la ciudad: algunos para recorrerla pausadamente y disfrutar de sus rincones, monumentos y vida nocturna (y diurna), y otros para visitar los enclaves de sus alrededores. Dentro de la provincia de Burgos hay parajes realmente excepcionales, como el Cañón del Río Lobos (compartido con la provincia de Soria), Monte Hijedo, las Lagunas de Neila o el complejo kárstico de las Cuevas de Ojo Guareña, un lugar impresionante a un tiro de piedra de la capital.
El apartado cultural es también muy importante dentro de la ciudad de Burgos. A pesar de su reducido tamaño, Burgos cuenta con una gran cantidad de museos de todo tipo. El arte antiguo está fielmente representado, pero también lo están las vanguardias y tendencias contemporáneas, la imaginería religiosa, las artesanías medievales, la arqueología o los libros. Y si hablamos de cultura, no podemos dejar de mencionar la magnífica gastronomía que puede degustarse en esta ciudad. Tierra de asados, guisos y pucheros tan contundentes como reconfortantes, en Burgos también se está desarrollando en los últimos años la cocina de autor, con platos inspirados en la tradición que actualizan las recetas logrando auténticas obras de arte gastronómicas.
Aquéllos que viajen a Burgos y disfruten de sus atractivos durante el día, pero guarden después fuerzas para vivir la noche, no se verán decepcionados por la oferta de la ciudad. Las calles peatonales del casco antiguo están plagadas de bares de tapeo y vinos donde disfrutar de la conversación y la animación de la ciudad; además, abundan los pubs con encanto y, para los más trasnochadores, las discotecas. Y si tenemos en cuenta el amplio y variado calendario festivo de la ciudad, seguro que no nos quedaremos sin diversión cuando planifiquemos nuestra escapada a la histórica ciudad de Burgos.
Casco antiguo, edificios religiosos, un antiguo Castillo y mucha arqueología
La Catedral de Santa María de Burgos es sin duda el punto de referencia en lo que se refiere a patrimonio monumental de la ciudad; no en vano ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Comenzada a edificar en el siglo XIII y modificada en los siglos XV y XVI, es una de las más célebres y bellas representaciones del estilo gótico en todo el mundo. Algunos la consideran la catedral más bella jamás construida, debido a sus delicadas tracerías y su elegante silueta, que destaca entre todos los edificios de la ciudad. Visitar los alrededores de la catedral al anochecer es inexcusable, para poder contemplarla bajo la adecuada iluminación. Alrededor de la Catedral se despliega el casco antiguo de Burgos, actualmente peatonal, con calles empedradas y edificios de piedra jalonados por arcos y estatuas. Además de la Catedral, en Burgos hay gran cantidad de magníficos edificios religiosos que merece la pena visitar, como la Cartuja de Miraflores, el Monasterio de las Huelgas, la Iglesia de la Antigua, el Convento de Santa Clara, la Iglesia de San Gil Abad... Edificaciones que es mejor ir descubriendo en nuestros paseos por la ciudad.
El Castillo de Burgos es un ejemplo de arquitectura civil y de proyecto de recuperación que destaca por derecho propio. Situado sobre un cerro de los alrededores de la ciudad, lo que antes eran unas simples ruinas se ha transformado en la actualidad en un interesantísimo enclave, con modernos accesos e instalaciones y un excelente Centro de Interpretación. El Castillo data de los siglos XV-XVI; actualmente forma parte de un hermoso parque, y en él es posible visitar parte de sus galerías subterráneas o contemplar el estremecedor pozo de más de sesenta metros de profundidad. Otro punto a destacar, ya dentro del casco antiguo, es el famoso Arco de Santa María, una de las antiguas puertas de las murallas de la ciudad y que está profusamente decorado con elementos de estilo medieval. La ciudad de Burgos, además, está jalonada de Palacios, puentes y monumentos en plazas (entre los que destaca la célebre estatua de El Cid) que embellecen todos sus rincones.
Dentro de los museos de la ciudad, el más reciente y que más interés despierta actualmente es el Museo de la Evolución Humana, inaugurado en julio del 2010. Basado en las excavaciones arqueológicas de Atapuerca, en las que se han encontrado algunos de los restos y descubrimientos más importantes de todo el mundo, el Museo expone los hallazgos más interesantes del yacimiento a tan sólo quince kilómetros de la ciudad. Además, los visitantes podrán contemplar exposiciones de arte contemporáneo en el CAB, telas medievales en el museo situado en Las Huelgas y una estupenda colección relacionada con los libros y la imprenta en el Museo Fadrique de Basilea, único en su género en toda España.
Los alrededores de la ciudad, y de hecho, toda la provincia de Burgos, están llenos de lugares increíbles para visitar. Los parques y reservas naturales se reparten por toda la geografía, y es posible visitar espectaculares cañones como el del Río Lobos, las Hoces del Río Riaza o las del Río Purón. Además, en la provincia podemos encontrar rutas a través de montes como los de la Sierra de la Demanda o Monte Hijedo, y humedales de excepción como las Lagunas de Neila. Mención aparte merece el Monumento Natural Ojo Guareña, un impresionante complejo kárstico de cuevas con cientos de metros de galerías, y en el que destacan los edificios excavados en la piedra como la Ermita de San Bernabé, y las cuevas paleolíticas con presencia de pinturas rupestres.
Tierra de guisos, pucheros y productos autóctonos de calidad
La situación de Burgos como ciudad de paso entre la costa y el interior la convierte en privilegiada receptora de todo tipo de excelentes materias primas, tanto procedentes del mar Cantábrico como de la meseta castellana. Los campos que rodean a Burgos son asimismo buena fuente de excelentes hortalizas, pero también de setas en otoño y primavera y de muchas variedades de caza. Por eso, quienes estén dispuestos a disfrutar de la gastronomía burgalesa encontrarán en las mesas de la ciudad una gran variedad de preparaciones y recetas, todas ellas a base de productos de primer orden. Las frías temperaturas que caracterizan los inviernos burgaleses han hecho que se desarrolle un amplio recetario de ollas, guisos y pucheros para calentar el espíritu de cualquier viajero.
La sopa burgalesa es una buena representación de la provincia: un caldo delicioso a base de carnes y verduras, que lleva también huevos y patatas. Aunque probablemente la sopa más famosa y conocida sea la sopa castellana, una variante de la sopa de ajo que data de siglos atrás y lleva también chorizo, pimentón, jamón, huevo... Además de las sopas, en Burgos también se preparan recetas que merece la pena probar, como sus famosas lentejas y sobre todo, su célebre olla podrida. A pesar de su peculiar nombre, este guiso se prepara con ingredientes de primera calidad: alubias rojas de Ibeas y un amplio compendio de productos de la matanza del cerdo.
Los asados en horno de leña son ya una tradición en la ciudad de Burgos, en lo que respecta a carnes. El lechazo, el cochinillo y el cabrito son los protagonistas de estos deliciosos e inolvidables platos, que se consumen acompañados de frescas ensaladas de lechuga y las estupendas tortas de pan de Aranda de Duero. Y si de comidas típicas hablamos, no podemos sino referirnos a la famosa morcilla de arroz de Burgos, deliciosa y suave, y al queso fresco típico de la provincia, que resulta exquisito combinado con miel, nueces, membrillo... El nuevo recetario de Burgos ha ampliado las preparaciones que se elaboran con estos ingredientes, creando platos como los saquitos o los hojaldres de morcilla, el cordero confitado y muchas otras creaciones.
En Burgos es inexcusable probar los estupendos vinos de la Ribera del Duero, que actualmente tienen fama internacional. Se trata de vinos con Denominación de Origen y color oscuro, con sabor intenso y mucho aroma. Y ya en el apartado de la repostería, en la ciudad se pueden degustar muchas dulces preparaciones de toda la provincia, como los chevaliers (pasteles rellenos de nata y cubiertos de almendra), las perrunillas de manteca de cerdo, las glorias, las yemas o las almendras garrapiñadas de Briviesca.
Fiestas religiosas, paganas y recuerdo a los emigrantes
El mes de enero supone el pistoletazo de salida del calendario festivo burgalés. El domingo más próximo al día 30 se celebra la festividad de San Lesmes, santo de origen francés que llegó a la ciudad y dedicó su vida al auxilio de los peregrinos del Camino de Santiago. En la jornada de celebración acude a Burgos una representación de las autoridades de Loudun, la ciudad natal del santo, y junto con las autoridades locales realizan una procesión hasta la Iglesia de San Lesmes, acompañados de grupos de folklore. En la iglesia entregarán una ofrenda tradicional. Después de esta fiesta tienen lugar los Carnavales en el mes de febrero; en Burgos tienen mucho protagonismo personajes tradicionales como la tarasca, los cachidiablos o los chamarrones. Tras el entierro de la sardina que pone fin a las fiestas llegan las tradicionales Marza, el último día del mes. Es una jornada de celebración que festeja la llegada próxima de la primavera, y en la que se prenden hogueras alrededor de las cuales distintos grupos cantan, respondiéndose unos a otros.
La Semana Santa burgalesa se caracteriza por su austeridad y recogimiento, resultando sobrecogedoras sus procesiones. Especialmente destacan la Procesión del Encuentro y el Vía Crucis Penitencial. Ya en mayo tienen lugar dos fiestas religiosas a destacar: la Romería de la Virgen Blanca el último fin de semana del mes, y muy especialmente los populares Curpillos. Esta fiesta se celebra el último domingo de las fiestas del Corpus Christi, y se supone que conmemoran la victoria de Alfonso VIII en la Batalla de las Navas de Tolosa. La formación y desfile de las tropas miliares y la posterior reunión de los burgaleses en el parque de El Parral son los eventos más importantes de la fiesta.
Las fiestas mayores de la ciudad de Burgos se celebran en honor a San Pedro y San Pablo, los días que rodean al 29 de junio. Durante estos días, Burgos se llena de actividades callejeras y culturales, como ofrendas de flores, cabalgatas, proclamación de las Reinas, bailes de gigantes, verbenas, conciertos... El día que finalizan las fiestas se celebra el Día del Burgalés Ausente, festividad declarada de Interés Turístico Regional y que homenajea a todos los oriundos de Burgos que emigraron al extranjero. El parque de Fuentes Blancas es el epicentro de la jornada, con las animadas casetas de las Casas Regionales alegrando el ambiente.
Los distintos barrios de Burgos tienen también sus propias celebraciones a lo largo de todo el año. La ciudad despliega en su calendario festivo toda su animación, en un escenario histórico espectacular que convierte a Burgos en un enclave de excepción, digno de unas extensas vacaciones.