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Guías de Viajes de México

México
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Un país de maravillas

Un país de playas, naturaleza y cultura

Un país de playas, naturaleza y cultura

Hablar de un país tan vasto, cambiante y variado como México es complicado, porque el escritor teme siempre dejarse algo en el tintero. Y por muchas páginas que se puedan escribir, lo cierto es que es realmente imposible hacer justicia a este bellísimo país centroamericano, donde las culturas milenarias, las tradiciones, el amor por la música y los más espectaculares escenarios naturales convierten unas vacaciones en algo inolvidable. Desde las playas de Acapulco y Cancún, hasta las ruinas de Chichén Itza o a los célebres cenotes, México tiene algo hermoso para cualquiera que lo quiera visitar, por muy exigente que sea.

La nación mexicana se encuentra en Centroamérica, aunque quizás sea más exacto decir “al sur de Norteamérica”. Es un país grande, con 2 millones de km2, y sus más de 107 millones de habitantes lo convierten en la nación latina más poblada del planeta. La gran extensión de su territorio hace que en México la diversidad climática sea enorme; podemos vivir temperaturas de muchos grados bajo cero, hasta experimentar un tórrido calor de 50º e incluso más en algunos puntos del desierto. Esta amplia horquilla de temperaturas (y de precipitaciones) hace que los ecosistemas mexicanos sean muchos y muy variados: bosques boreales, altas montañas con nieves pepetuas, desiertos sin lluvias, selvas tropicales, bosques templados, oasis… Se podría decir que hay una representación de casi todos los paisajes bioclimáticos del mundo.

Desde luego, y desde el punto de vista turístico, lo que más identifica a México entre los viajeros es su gran cantidad de playas tropicales y los célebres resorts turísticos relacionados con ellas. Zonas como la Riviera Maya o Cancún son reconocidos en todo el mundo como algunos de los destinos internacionales más famosos. Cada año, miles de turistas y viajeros se relajan en las playas de México; no en vano, este país lo baña el Océano Pacífico y el Mar Caribe, cada uno por un extremo. Sus playas de arena fina y dorada, kilómetros de longitud y espectaculares fondos de aguas cristalinas y tropicales han convertido a México en una meca del turismo mundial. Si a esto le unimos la presencia de algunas de las ruinas milenarias más espectaculares del mundo, como son las ciudades y pirámides de las culturas maya y azteca, comprobaremos que México es uno de los países más interesantes a la hora de planificar un viaje o unas vacaciones.

La música y el folklore mexicanos, así como un interesante patrimonio cultural de la época colonial, y una intensa y antigua inquietud por actividades como el cine, el arte o la literatura (con primeras figuras como Frida Kahlo o Juan Rulfo, sin ir más lejos), convierten a México en mucho más que un lugar donde tenderse al sol. Siempre conviene alejarse un poco del hotel y partir en busca de lugares míticos, como Veracruz o San Cristóbal de las Casas, o bien adentrarse a bucear en uno de los espectaculares e inquietantes cenotes de Chichén Itzá o Yucatán. Estas cavernas inundadas por aguas subterráneas tenían en muchas ocasiones carácter sagrado, y hoy día son uno de los destinos más apetecibles para submarinistas y viajeros con pasión por la aventura. Pero son sólo uno de los miles de atractivos que México tiene para ofrecer, y que convierte cualquier viaje a este país en un cúmulo de sensaciones inolvidables.
 

Ciudades milenarias junto al Mar Caribe

Ciudades milenarias junto al Mar Caribe

Una visita a México se debe prolongar necesariamente durante varios días, y si puede ser, semanas. Esto es así porque es un país con tanto para ver y para hacer, que los días pasan sin daros cuenta… Los viajeros que buscan el sol, las arenas doradas y las aguas transparentes tienen en México su paraíso particular. El destino más buscado del país es en este caso la famosa Riviera Maya, que se localiza en el estado de Quintana Roo y se extiende desde Puerto Morelos a Tulum. Es precisamente en este estado donde se encuentra Cancún, una localidad famosa entre todas las del Caribe por sus playas y sus resorts; los grandes hoteles con todos los lujos y a pie de playa son algo habitual. Un lugar para relajarse bajo el sol, con una deliciosa margarita bajo las palmeras… Y para los más aventureros, que no se conforman con pasar el rato en la tumbona, la Isla Mujeres y la isla de Cozumel son dos de los enclaves más adecuados del país para practicar el buceo. Las aguas cálidas del Caribe mexicano albergan en su seno peces tropicales de espectaculares colores, extensiones de coral, tortugas, mantas… Un paraíso de fauna marina.

La península de Yucatán es otro de los tesoros de México. Y no sólo por sus paisajes, sus costas y sus playas (trescientos setenta kilómetros de arenales, con playas como Celestún, Progreso…), sino también por albergar en su territorio la increíble ciudad maya de Chichén Itzá. Yucatán es la zona del turismo arqueológico; los yacimientos se suceden por los pueblos y los viajeros se quedan deslumbrados ante la espectacularidad y grandeza de las construcciones mayas. Otro de los atractivos de esta península son los cenotes; estas cuevas con agua subterránea, que en muchos casos fueron originadas por el impacto de un meteorito en la zona, en muchos casos llegan a comunicarse incluso con el mar. En Yucatán hay más de tres mil cenotes, que todos los años reciben la visita de los amantes del espeleobuceo, pero también de quienes visitan los balnearios y enclaves de baño establecidos en muchos de ellos.

Las ciudades coloniales y su bella arquitectura son un atractivo más, sobre todo para los viajeros que busquen algo más que sol, playa o pirámides mayas. La llamada Ruta de los Conventos recorre diversas mansiones y santuarios construidos en los siglos XVI y XVII, por localidades como Valladolid, Tekax o Izamal; estas construcciones se encuentran bien conservadas y en muchos casos han sido restauradas, conservando el encanto señorial de la época de la colonización.

Acapulco es otro lugar emblemático de México. Su gloriosa bahía semicircular y lugares como la Isla de la Roqueta, las playas de Caleta y Caletilla, los murales que realizó el pintor Diego Rivera, las lagunas interiores… convierten a esta ciudad en una visita obligada. Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar México D. F., la capital del país. Con más de ocho millones de habitantes, en ella se localizan espléndidos museos como el de Arte Contemporáneo, situado en la Ciudad Universitaria de la UNAM; su casco histórico del s. XVI fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como el cercano pueblo lacustre de Xochimilco. El Parque Natural de la Sierra de Guadalupe, perteneciente al estado, también es un lugar muy recomendable para los viajeros que aprecian la Naturaleza.
 

Sabores picantes en una gran mezcla de culturas

Sabores picantes en una gran mezcla de culturas

La cocina mexicana se ha vuelto ya de lo más internacional. ¿Quién no conoce las fajitas, los nachos, los tacos y demás delicias de la culinaria tex-mex? Ahora bien: estos platos son sólo la punta del iceberg de una gran cultura gastronómica, que además tiene muchísimas variantes, a cargo de cada uno de los estados de México. En lugar de gastronomía mexicana cabe hablar de gastronomía de Yucatán, de Jalisco, de Guerrero… Aún así, hay varias características que son comunes a todas las regiones, y una de las más interesantes es la increíble variedad de culturas que han influenciado la cocina mexicana. Por supuesto, la más importante es la española, debido a la colonización en el siglo XV; pero la cocina de México tiene también toques de lugares tan lejanos como Oriente Medio, África, Bélgica o Asia.

Los cereales son la base de gran cantidad de preparaciones mexicanas. El maíz es el más importante de la dieta, ya desde tiempos precolombinos. Con la harina de maíz o de trigo (cereal que llevaron a México los españoles) se preparan platos tan emblemáticos como las fajitas, los burritos o los tacos (diferentes tortas finas, rellenas de carne, verduras y salsas picanes), así como los tamales (masa de maíz cocida y envuelta en hojas de mazorca o de plátano, con o sin relleno de carne, verduras…) o el atole, una especie de crema o bebida espesa y dulce que se prepara también con harina de maíz. El arroz es también omnipresente, bien sea blanco (cocido sin más), frito con tomate o jitomate, negro (con frijoles, las conocidas judías mexicanas), con mole poblano (salsa picante tradicional), verde (con chile poblano)…

La carne más consumida de México también fue llevada al país por los colonos españoles, y se trata de la carne de cerdo. Del cerdo se aprovecha absolutamente todo: su carne, cortada en tiras, se consume en carnitas, fajitas, burritos o en chile con carne; las pezuñas son la base de las clásicas manitas de cerdo a la vinagreta; la corteza sirve para preparar chicharrones, y los sesos son el relleno de una crujiente quesadilla. La carne de vaca y ternera es también habitual en forma de churrascos o asados. Todos estos platos van acompañados habitualmente de las tortas mexicanas, hechas con harina de maíz o de trigo; el pan también se consume, aunque es menos corriente, y también se prepara un pan dulce que acompaña a las bebidas.

Un día en México, culinariamente hablando, comienza con un contundente desayuno a base de huevos a la mexicana, carne asada o filete a la fogata. El almuerzo tiene lugar por lo habitual sobre la una del mediodía, y es el momento de probar los tamales o el atole. En las meriendas podemos decantarnos por algo dulce, como un delicioso chocolate a la española, o bien consumir los llamados antojitos: enchiladas, tacos, quesadillas… Otros platos tradicionales de distintas regiones que se han extendido como populares por todo el territorio nacional son el cabrito, la cochinita pibil, el pozole (sopa de maíz, carne y verduras) o el pan de cazón.

Para terminar con este recorrido por la gastronomía de México, hay que hacer un lugar a las bebidas. Las más conocidas e internacionales son el mezcal, una bebida fermentada de alta graduación, y el pulque; las pulquerías, antiguos santuarios en honor a la diosa del pulque Mayáhuel, hoy día son prácticamente museos para el turismo. Y cómo no mencionar el celebérrimo tequila, consumido con sal y limón o con “sangrita” (bebida picante con zumo de naranja); las suaves y frescas cervezas mexicanas, que se beben con media rodaja de limón insertada en el cuello de la botella; o las famosas margaritas, ese cóctel internacional que nació en México a base de mezclar tequila, limón y triple seco, y adornar el borde del vaso con sal.
 

Tradiciones religiosas, encierros de toros y el Día de los Muertos

Tradiciones religiosas, encierros de toros y el Día de los Muertos

Octavio Paz, el gran escritor mexicano de fama internacional, dijo en una ocasión: “las fiestas son nuestro único lujo”.  El calendario festivo mexicano es increíblemente amplio, y es difícil encontrar una semana en la que no se celebre una fiesta en algún distrito o estado. Ciertas celebraciones son de tiempos precolombinos y festejan tradiciones indígenas, mientras que otras fueron introducidas por los españoles, y aún las hay que proceden de Norteamérica. Fuegos artificiales, bandas de música y verbenas son habituales en estas celebraciones, en las que corre el tequila y se bailan los sones, la salsa, la marimba…

En marzo y abril tiene lugar la Feria de San Marcos, en Aguascalientes; las peleas de gallos, el comercio y el juego forman parte importante de estas celebraciones. Poco después, el día 5 de mayo, se conmemora la Batalla de Puebla celebrando un desfile en dicha localidad, mientras que el día 15 se celebra la festividad de San Isidro, patrono de labradores y ganaderos, con comidas populares y bendiciones de los aperos de labranza y los animales. El Día de la Asunción de María es el 15 de agosto, y con motivo de esta celebración se realizan procesiones por toda la nación; aunque la fiesta más espectacular se hace en Huamantla Tlaxcala, donde los festejos duran dos semanas, con encierros de toros incluidos.

Pero si hay una festividad popular y famosa internacionalmente en México, ésa es el Día de los Muertos. Según la tradición popular, es el día en el que los fallecidos obtienen permiso divino para regresar a la tierra y visitar a sus seres queridos. Los vivos, por su parte, se dedican a adornar las casas y las calles para dar la bienvenida a los difuntos; para ello, se confeccionan esqueletos y calaveras de papel o a base de dulces, se preparan comidas especiales y se hacen ofrendas florales. Es curioso ver cómo esta fiesta se vive en México como una celebración de alegría, marcada por la felicidad que se palpa en el ambiente; mientras que en otros países, este día está dedicado al pesar y el recogimiento. México D. F. es la ciudad que con más profusión celebra el Día de los Muertos, con festejos que se extienden desde el 31 de octubre al 2 de noviembre.

Para terminar, una tradicional celebración navideña de tradición muy antigua: las Tradicionales Posadas. Esta fiesta recuerda el trayecto de San José y María la noche de Navidad, cuando buscaban posada para dormir sin conseguirla y tuvieron que alojarse en un pesebre. La noche del 24 de diciembre, los peregrinos van cantando de casa en casa; en los hogares se celebran fiestas que culminan con la rotura de la piñata (olla de barro llena de regalos) por parte de los niños. Las Posadas se celebran en todo México.
 

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En esta sección de guías de México encontrarás las guías de viaje de los principales destinos de México. Con estas guias descubrirás la mejor información del destino elegido: lugares para visitar, consejos de viaje, gastronomía, y mucho más.