Esta ciudad maravillosa cuenta con todo lo que puede desear un viajero en Brasil y eso incluye, en un lugar prioritario, sus paradisíacas playas y una animada vida nocturna, con bares y restaurantes para seguir disfrutando al caer la tarde.

Entre las playas más populares de Porto Seguro se encuentra Teperapuã, cuyas aguas tranquilas son perfectas para disfrutar de un día de mar con la familia. Si eres de los que no paran quietos, puedes aprovechar para montar en kayak o banana boat.

También ideal para ir con niños, está la playa de Mundaí. Sus limpias aguas son un remanso de paz que se condensa en piscinas naturales que harán las delicias de tus pequeños buceadores.

Si buscamos algo con más adrenalina, la playa do Mutá, rayando ya en el límite con la localidad de Coroa Vermelha, es frecuentada por los aficionados a los vuelos en ultraligero. Si no tienes miedo a las alturas, puede ser la ocasión para admirar la belleza de este destino desde otra perspectiva.

No te pierdas tampoco la playa de Ponta Grande, con sus bonitas palmeras y sus piscinas rodeadas de corales. Se encuentra a 10 kilómetros de la ciudad, es tranquila y el lugar perfecto para hacerte con una colección memorable de selfies.

Al nordeste de Brasil se encuentra el estado de Ceará y su capital, la ciudad de Fortaleza, donde es posible encontrar playas para todo tipo de visitantes.

Con más ambiente y una gran cantidad de bares y restaurantes son las playas de Iracema, de Mucuripe, del Futuro, de Meireles y Sabiaguaba. Todas ellas suponen una magnífica opción para pasar un día en familia, en pareja o con amigos. Además, puedes aprovechar la visita para descubrir sus barrios con más ambiente.

Si buscas algo más íntimo y con mayor contacto con la naturaleza, te proponemos la playa del Cumbuco, donde puedes hacer un interesante recorrido en vehículo buggy. Para completar la experiencia, báñate en la Laguna de Parnamirim, una piscina natural de agua dulce.

La playa de Canoa Quebrada es ideal para conocer unas impresionantes vistas de los acantilados multicolores que identifican a este lugar. Si eres amante de los deportes de viento como el kitesurf o el windsurf, tienes que ir a Flecheiras, situado a 140 kilómetros de Fortaleza.

Y, por supuesto, no puede faltar la ciudad de Jericoacoara, donde sus extensas lagunas de aguas transparentes te dejarán sin palabras. Además, esta ciudad está dentro del circuito turístico “La Ruta de las Emociones”.

Al sur de Brasil y conformada en su mayoría por una isla, se encuentra el estado de Santa Catarina. Su capital, la ciudad de Florianópolis, es un paraíso en cuanto a playas respecta. Visita Praia Joaquina o Praia Mole, si buscas practicar deportes acuáticos; Praia Daniela, si la visitas con tu familia; o Praia Campeche, donde puedes visitar un santuario ecológico y un lugar arqueológico.

Si buscas una zona más animada y con un interesante ocio nocturno, Praia Jurerê es lo que buscas. Y si prefieres tranquilidad e introducirte en plena naturaleza, ve a Praia Moçambique, situada en una reserva ambiental.

Pero no solo hay playas en Santa Catarina, en el interior de la isla se encuentran dos grandes y reconocidos lagos: el primero, de agua salada, es el llamado Lagoa da Conceição; y, el segundo, de agua dulce, es el Lagoa do Peri.

Asimismo, hay otras ciudades que te recomendamos visitar: Bombinhas, donde puedes realizar un fantástico paseo en barco o aventurarte por el famoso Sendero Morro do Macaco; y Balneario Camboriú, el destino perfecto para relajarse y disfrutar de maravillosas playas y buenos restaurantes. Sin duda alguna, ¡tu cuerpo agradecerá esta desconexión tras unos intensos días de turismo!

Las playas de Río de Janeiro figuran entre las más bonitas del mundo. La simple mención del destino evoca en nuestra mente la amplitud de Ipanema y Copacabana, su ambiente e incomparable belleza natural. Estas son, en efecto, dos de las playas más hermosas, perfectas también para sumergirte de lleno en el ritmo local y el gusto por la vida de los brasileños.

Pero hay otras muchas playas para explorar, como la de Prainha, de pequeñas dimensiones y encajada entre dos colinas boscosas. Apenas cuenta con infraestructura más allá de un par de quioscos, pero esta simplicidad es parte de su encanto.

Los surfistas encontrarán más a su medida la playa de Grumari, cercana a la anterior, pero mucho más grande. Casi tres kilómetros de arena pálida y restinga que ofrece un maravilloso contraste con el azul profundo del Atlántico.

Si eres un gran aficionado al buen marisco, sin duda alguna, ¡Florianópolis es tu destino! La capital catarinense goza de una excelente ubicación en el litoral brasileño, por lo que su recetario está protagonizado por los productos del mar y tiene una fuerte influencia de las culturas europea y portuguesa.

También está considerado uno de los mejores destinos culinarios del país y ostenta el título otorgado por la UNESCO de Ciudad Creativa de la Gastronomía, por lo que es un punto de referencia indiscutible en todo viaje a Brasil.

Cada uno de sus manjares hará que se te haga la boca agua, ¡prometido!

En toda carta de lugares de restauración podrás elegir entre diversos pescados, moluscos y mariscos, como las ostras, los mejillones, los cangrejos, los camarones y los berberechos. Todos ellos, frescos y de grandísima calidad.

Si quieres hacer la perfecta inmersión en su cultura gastronómica, visita el Mercado Público de Florianópolis, que, sustituyendo al mercado antiguo, se halla sobre un emblemático edificio secular originario del año 1898. En él hay más de 100 puestos, de los cuales un gran número son bares y restaurantes donde es posible disfrutar de sus delicias locales; además de tiendas de ropa y artesanía de cerámica, paja y mimbre.

La capital de Minas Gerais es otro de los templos culinarios de Brasil. Su riqueza gastronómica es tanta (¡o más!) que su riqueza patrimonial y cultural, llegando a formar parte de la red de Ciudades Creativas de la Gastronomía de la UNESCO.

Tradición y sabor van de la mano en Belo Horizonte, presentando opciones infinitas que despertarán al máximo nivel tus papilas gustativas.

Entre las delicias que podrás degustar en sus bares y restaurantes, destacan el feijão tropeiro -preparado con harina y chorizo-, el torresmo -de la cultura portuguesa, que se hace con la piel del cerdo cortada en pedazos para freírla después-, el pollo en salsa parda acompañado de feijão tropeiro o tutu de feijão -mezcla de feijão batido con condimentos y harina de mandioca- y, entre muchos otros, el lechón a pururuca -carne de cerdo condimentada con la piel crujiente.

En lugares como el Mercado Central podrás comprar productos típicos como el licor de la cachaça o el queso minas, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Brasil y producido artesanalmente desde el siglo XVIII en las haciendas de la región.

Como postre, ¿qué tal suena el dulce de la guayaba? Está elaborado con mermelada de guayaba y combina perfectamente con café y pan de queso. Yummy!

Si por algo es famosa en el mundo entero la ciudad brasileña de Belém, capital del estado de Pará, es por su exquisita, irreverente y exclusiva gastronomía. Tanto es así, que fue declarada Ciudad Creativa de la Gastronomía por la UNESCO.

Esta designación se debe, principalmente, a que su amplio recetario tradicional está inspirado en los ingredientes de la fauna y la flora amazónicas, dando como resultado platos únicos en el mundo.

El açaí es todo un símbolo de Belém. Se trata de un fruto que procede de una palmera típica de la Amazonia, que puede degustarse de muchas formas diferentes: solo, con azúcar, exprimido en zumo, en helado, como acompañamiento de pescado o con harina de tapioca.

Deleita tu paladar con otras elaboraciones típicas como el tacacá -especie de sopa preparada con tucupí, goma, jambú y camarones secos-, la manicoba o feijoada paraense -guiso de carne de vaca y cerdo cocinado con hojas de maniva, cebolla, pimienta y arroz, entre otros- y vatapá -con leche de coco, trigo, aceite de dendê, cebolla, cheiro verde y camarones.

Te recomendamos visitar el Mercado Ver-o-Peso para encontrar todos estos productos gastronómicos que querrás llevarte sí o sí en la maleta.

La ubicación de la ciudad de Foz do Iguaçu hace que el destaque de su gastronomía sean los platos preparados con pescados de agua dulce, como el dorado y el bagre. Además del famoso dorado asado abierto en la parrilla, con condimentos variados, otro plato típico es el Pirá de Foz.

Si te gusta el marisco, prueba los platos típicos de la cocina pernambucana, como el cangrejo, o “siri”, pulpo y pescados variados. Otra opción imperdible es el “sarapatel”, elaborado con vísceras de cerdo o chivo. Los platos a base de maíz también son una tradición, como la “canjica”, la “pamonha” y el “mungunzá” dulce o salado.

La peixada cearence, hecha con pescados de la región y preparada con salsa de legumbres frescas, es el plato más tradicional de Fortaleza. Para el postre, se aprovechan las frutas típicas como cajú, seriguela, cajá, graviola y sapoti en helados hechos con ellas.

La cocina típica de Rio Grande do Norte es amplia con platos creados a base de frutos de mar, como el camarón, que tiene hasta un Festival en Natal, la Feira Nacional do Camarão (Fenacam). Preparado con cajá e ingredientes de la tierra, es presentado en recetas exquisitas.

La ciudad de São Paulo, capital del estado con su mismo nombre, es la más habitada de América Latina y la cuarta del mundo, con unos 22 millones de habitantes. Esto, en el ámbito de la gastronomía, se traduce en una gran diversidad con influencias de todo el mundo. ¡Apta para todo tipo de paladares!

Tu único problema en São Paulo será elegir dónde comer, pues la oferta de restaurantes es muy muy amplia, con establecimientos japoneses, italianos, españoles, etc. Además, existen puestos callejeros, también llamados lanchonettes, en los que es posible encontrar comida rápida tradicional.

A continuación, te nombramos algunos de los platos que debes probar. El bauru es una de esas comidas que puedes encontrar en la calle si no tienes mucho tiempo para comer. Se trata de un bocadillo de carne asada, tomate, embutidos y queso. El virado à paulista es un plato muy completo con cientos de años a su espalda en la cocina brasileña y está compuesto por frijoles, arroz, carne de cerdo, huevo, plátano frito e incluso salchichas.

En cuanto a dulces, prueba el curau de milho, un riquísimo flan de maíz. Y, por supuesto, no te vayas sin tomarte una caipirinha, la bebida más famosa del país.

Al este de la mitad sur del país, perteneciente al estado de Río de Janeiro, se encuentra la localidad de Paraty. A pesar de tener poco más de 30.000 habitantes, Paraty es todo un referente en cuanto a gastronomía brasileña se refiere. De hecho, pertenece a la Red de Ciudades Creativas de la Gastronomía creada por la UNESCO y conformada por 180 ciudades en total.

La tradición culinaria paratiense se basa en el concepto “Del productor a la mesa”. Existe un mix de culturas que han dejado huella hasta crear lo que es la actual cocina de Paraty: la europea, la oriental y la africana. Además, también toma como referencia la antigua cultura caiçara, predominante en múltiples zonas de Brasil y basada en una preparación rústica de la comida, con ingredientes simples.

La gran parte de los platos típicos están basados en productos obtenidos del mar, como tainha na telha, salmón horneado relleno de camarones, yuca, aceitunas y cebolla; peixe com banana, pescado con plátano sancochado, cilantro y albahaca; o camarón casadinho. Una de las destacadas producciones de Paraty es la cachaça, una bebida alcohólica fruto de la destilación del jugo de la caña de azúcar. ¡No te vayas sin probarla!

El aderezo de Bahia es inconfundible. Pruebe la culinaria del Recôncavo Baiano, en donde Salvador está localizado, conocido por sus platos bien picantes y hecho a base de aceite de dendê, leche de coco y frutos de mar. Abará, acarajé, bobó de camarão, vatapá, cangrejo y beiju con platos que van a conquistar su paladar.

El producto más usado en la culinaria de Amazonas es el pescado. Usted va a poder probar pacús, tambaquís, pirarucús y tucunarés cocidos, fritos o asados. Normalmente vienen acompañados de tucupí, un caldo amarillo extraído de la mandioca. Para el postre, pruebe las exóticas frutas locales, como el acaí, el copoazú y el cumare.

Durante los eventos, más que saciar el hambre de cultura, podrás degustar la cocina de São Paulo. La ciudad es conocida por reunir una gran variedad de buenos restaurantes. Hay opciones para todos los bolsillos y gustos. Usted puede probar las especialidades de chefs de renombre o la cocina de varias regiones de Brasil.

São Paulo es famosa por la cantidad de restaurantes, bares y cafeterías que se encuentran por los más diferentes barrios, ofrecendo desde opciones extremamente sofisticadas hasta las más rústicas y encantadoras. Escoger es siempre una tarea difícil, por ello una buena idea es experimentar un estilo de restaurante diferente por día.

No es preciso viajar por todo el país para probar la culinaria típica de cada región. São Paulo reúne todas ellas. Para que puedas probar la tradicional comida “mineira”, y el sabor inconfundible de la culinaria nordestina, la barbacoa típica del sur, además de las especialidades paulistas, por supuesto. El pastel está entre las preferidas.

La gastronomía de Río de Janeiro es un vibrante reflejo de la rica cultura brasileña, combinando sabores autóctonos con influencias internacionales. En las calles de la ciudad, el aroma del feijoada, un guiso de frijoles negros con carne de cerdo, ofrece una experiencia culinaria tradicional. Este plato, a menudo servido con arroz, col rizada, y rodajas de naranja, es un festín que refleja la diversidad de la cocina carioca. Además, los pastéis —empanadas rellenas de carne, queso o camarones— son una delicia popular en los mercados y quioscos locales.

Los mariscos juegan un papel esencial en la dieta de Río, con platos como moqueca, un estofado de pescado y camarones cocido en leche de coco y aceite de palma. En los bares y restaurantes, las caipirinhas, el cóctel nacional brasileño a base de cachaça, lima y azúcar, complementan perfectamente las comidas.

La influencia internacional también se nota en la ciudad, con una creciente oferta de restaurantes que van desde sushi hasta cocina italiana. Así, Río de Janeiro ofrece una experiencia gastronómica rica y diversa que celebra tanto sus tradiciones como su apertura al mundo.

Rio Grande do Norte es conocido como "la tierra del sol", un lugar donde los cielos están despejados prácticamente todo el año. Con más de 300 días soleados y su clima tropical, este estado en el noreste de Brasil es el destino ideal para los amantes del sol y la playa.

Las playas de Rio Grande do Norte son su principal atractivo, famosas por su belleza natural y gran diversidad. Destaca Ponta Negra, una de las playas más populares, donde se encuentra el imponente Morro do Careca, todo un emblema del estado. También destacan las playas de Genipabu, con sus enormes dunas y lagunas, donde es posible disfrutar de paseos en buggy y experiencias emocionantes como el sandboarding.

Por su parte, Pipa es considerada una de las playas más hermosas de Brasil, con aguas cristalinas, acantilados impresionantes y un ambiente bohemio que atrae a turistas de todo el mundo. Aquí es común avistar delfines y tortugas marinas, una experiencia espectacular.

El sol y las playas de Rio Grande do Norte crean un paraíso tropical único, donde los visitantes pueden relajarse, practicar deportes acuáticos o simplemente disfrutar de impresionantes vistas a un horizonte infinito sobre el Atlántico.

Rio Grande do Norte es hogar de una impresionante variedad de parques naturales, que protegen su rica biodiversidad y ofrecen a los visitantes la oportunidad de disfrutar de paisajes impresionantes. Uno de los más destacados es el Parque das Dunas, ubicado en la capital, Natal. Aunque famoso por sus dunas, este parque es el segundo mayor parque urbano de Brasil y un refugio de vegetación autóctona, donde se pueden explorar senderos ecológicos rodeados de la densa Mata Atlántica, además de observar diversas especies de aves y animales. Desde Natal también puedes visitar el Geoparque Seridó (foto auxiliar) y disfrutar de la impresionante naturaleza y paisajes que lo componen.

Por su parte, el Santuario Ecológico de Pipa, cerca de Tibau do Sul, es otro ejemplo de naturaleza exuberante. Este parque protege áreas de vegetación atlántica y ofrece vistas panorámicas del litoral y de lagunas internas rodeadas de rica flora. Es un lugar ideal para caminatas y observación de la fauna local, incluyendo aves y reptiles.

La naturaleza de Rio Grande do Norte va mucho más allá de sus famosas playas. Otro de sus grandes atractivos es la inmensidad de sus dunas doradas y paisajes áridos que alberga, algunos de ellos declarados áreas protegidas, como las Dunas do Rosado (foto auxiliar).

En el oeste de Rio Grande do Norte, llama la atención un lugar paradisíaco con aire desértico; Se trata de las Dunas do Rosado, una cadena de dunas de arena fina en tonos rojizos que cambian de color según cambia de posición el sol. Formado por los sedimentos que trae el viento de los acantilados vecinos, el lugar es Área de Protección Ambiental y está ubicado en el Polo Costa Branca, conocido por ser el mayor productor de sal del país.

Las dunas de Genipabu conforman un paisaje deslumbrante donde el viento moldea la arena y crea un escenario único. Las lagunas que se forman entre estas dunas, como la Lagoa de Jacumã, son oasis perfectos para refrescarse y relajarse en medio del desierto de arena.

Además de sus impresionantes paisajes naturales, el estado cuenta con una serie de monumentos que reflejan su rica herencia histórica y cultural. Uno de los más emblemáticos es el Forte dos Reis Magos, situado en Natal. Este fuerte histórico, construido en el siglo XVI por los portugueses, fue uno de los primeros asentamientos europeos en Brasil. Su arquitectura en forma de estrella y su ubicación estratégica en la confluencia de los ríos Potengi y Mar ofrecen una vista panorámica espectacular y un vistazo al pasado colonial de la región.

En la capital, también se encuentra la Catedral Metropolitana de Natal, un imponente edificio neogótico inaugurado en 1988. Su arquitectura llamativa, con una fachada adornada y hermosos vitrales, es un testimonio de la influencia de la Iglesia en la historia de la ciudad.

El Memorial da Resistência es un museo con exposiciones que destacan el tema de Cangaço y la resistencia de la ciudad de Mossoró bajo el bando de Virgulino Ferreira da Silva – alias Lampião – que intentó invadir la ciudad en 1927. Compuesto por tres plantas, que al albergar cinco módulos para resaltar diferentes temas y aspectos de Cangaço, el memorial presenta una exposición de varios paneles que cuentan la historia del movimiento, presentando las biografías de los héroes de la resistencia de Mossoró mostrando fotografías. También cuenta con una sala de exposiciones, salas de proyección de películas y consultas virtuales sobre temas relacionados con el Cangaço y café literario.

Los amantes de los deportes están de suerte, pues Rio Grande do Norte ofrece una amplia gama de actividades tanto acuáticas como terrestres. El fútbol es el deporte más popular en el país, con equipos locales como el ABC Futebol Clube y el América Futebol Clube, que cuentan con una ferviente base de seguidores. Los partidos en los estadios de Natal, como el Estadio Arena das Dunas, son eventos muy esperados por los aficionados y dignos de vivir una vez en la vida.

En cuanto a deportes acuáticos, Rio Grande do Norte destaca por sus playas ideales para el surf y el kitesurf. Playas como Ponta Negra, Pipa, São Miguel do Gostoso, Baía Formosa, Barra do Cunhaú, Galinhos y Maracajaú, atraen a deportistas de todo el mundo gracias a sus excelentes condiciones para estos deportes, con vientos constantes y grandes olas que proporcionan el escenario perfecto.

El sandboarding en las dunas de Genipabu completa la experiencia, una actividad que combina el entusiasmo del surf con el desierto de arena.

La cultura de Rio Grande do Norte es una vibrante mezcla de influencias indígenas, africanas y portuguesas, reflejada en sus festividades, música y tradiciones. El forró, un género musical y de danza, es uno de los elementos culturales más emblemáticos del estado. Otros ritmos también contagiosos y letras que celebran la vida, constituyen una parte integral de las festividades locales, especialmente durante el Carnaval.

Las Festas Juninas, celebradas en junio, son una manifestación colorida de la cultura local, con danzas tradicionales, comida típica -como la canjica e pamonha - y decoraciones que rememoran el ambiente de las antiguas fiestas campesinas. Por su parte, el Carnaval es un evento vibrante y lleno de energía, donde las calles se transforman en un escenario de color, música y danza.

La artesanía local, que incluye productos hechos de madera, cerámica y bordados, también es una parte importante de la identidad cultural del estado, mostrando la habilidad y creatividad de sus habitantes. En el Centro de Turismo de Natal, los visitantes pueden explorar artesanías regionales y disfrutar de la gastronomía típica en un ambiente que celebra la herencia local

Los amantes de la aventura están de suerte. Rio Grande do Norte ofrece una amplia gama de actividades emocionantes en sus paisajes diversos. Las dunas de Genipabu son uno de los destinos más icónicos para este tipo de turismo, donde los visitantes pueden disfrutar de emocionantes paseos en buggy y practicar el sandboarding, deslizándose por las dunas de arena a gran velocidad. La mezcla de adrenalina y belleza paisajística hace de esta experiencia algo inolvidable.

En el interior del estado, el Geoparque Seridó cubre un área de 2.800 kilómetros cuadrados en seis municipios de Rio Grande do Norte y es reconocido como territorio de relevancia global por la UNESCO - Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Entre nacientes, senderos, montañas, desfiladeros y miradores, el parque cuenta con 21 geositios que pueden ser visitados y ofrecer un mundo de aventuras a los visitantes. Las formaciones rocosas únicas y las vistas panorámicas ofrecen un entorno perfecto para explorar y disfrutar de la naturaleza.

Las playas de Rio Grande do Norte también son ideales para deportes acuáticos. Ponta Negra, Pipa, São Miguel do Gostoso, Baía Formosa, Barra do Cunhaú, Galinhos e Maracajaú, son famosas por sus condiciones ideales para el surf y el kitesurf, atrayendo a deportistas de todo el mundo con sus olas perfectas y vientos constantes.

Además, el buceo en los arrecifes de coral cerca de Natal revela un mundo subacuático vibrante y lleno de vida marina. Rio Grande do Norte combina paisajes naturales impresionantes con una amplia gama de actividades para satisfacer a los buscadores de aventuras.

Rio Grande do Norte ofrece una experiencia de lujo con una variedad de resorts que combinan elegancia, confort y vistas espectaculares. La capital, Natal, destaca como un destino de lujo con hoteles de diseño sofisticado y una oferta de servicios exclusivos. Los huéspedes disfrutan de amplias suites con vistas al océano, varias piscinas, spas de primer nivel y restaurantes gourmet que ofrecen una experiencia culinaria de alta gama.

Existen resorts a pie de playa y rodeados de exuberante naturaleza, auténticos oasis con villas privadas con acceso directo a playas vírgenes, servicios de la más alta calidad y una gastronomía innovadora en sus restaurantes de gran renombre.

Río Grande do Norte no solo ofrece resorts de lujo, sino también una experiencia de alto nivel en sus tiendas exclusivas, centros de bienestar y servicios personalizados. En Natal, el Shopping Midway Mall y el Natal Shopping son destinos de compras de primer nivel que albergan boutiques de marcas internacionales y locales de alta gama. Estos centros comerciales ofrecen desde moda y accesorios hasta artículos de lujo para el hogar, brindando una experiencia de compras sofisticada.

Las festividades en Rio Grande do Norte son una expresión vibrante de la rica herencia cultural del estado, ofreciendo una experiencia festiva llena de música, danza y tradiciones locales. Una de las celebraciones más destacadas es el icónico Carnaval, que transforma las calles de Natal y otras ciudades en un bullicioso escenario de desfiles y fiestas. La festividad está marcada por la alegría contagiosa del forró, samba y otros ritmos brasileños, con grupos locales y bandas que atraen tanto a residentes como a turistas.

Las Festas Juninas son otro evento importante, celebrado en junio. Estas fiestas rememoran las tradiciones rurales y se llenan de colorido,música y danzas tradicionales, comidas típicas como canjica y milho verde y danzas como la quadrilha. El São João y el São Pedro también son celebraciones clave en el calendario de festividades de la región. Estas fiestas religiosas y populares rinden homenaje a los santos patronos con misas, procesiones y eventos comunitarios.

En su 33° edición, Carnatal es un carnaval fuera de temporada que se realiza siempre la primera semana de diciembre en la capital del estado y reúne a músicos y bandas de diversos ritmos como axé, funk, rock, samba y swingueira durante tres días de gran celebración.

El estado de Rio Grande do Norte está lleno de curiosidades fascinantes que destacan por su singularidad. Entre sus joyas, el Faro de Cabo de São Roque se erige como el punto más cercano de América del Sur a África. Construido en 1900, este faro no solo guía a los navegantes, sino que también ofrece vistas panorámicas impresionantes del océano Atlántico y se ha convertido en un símbolo histórico de la región.

Otro atractivo notable es el Baobab de Natal, un majestuoso árbol que, aunque no tan común en Brasil, se destaca por su tamaño imponente y forma distintiva. Este baobab, conocido como el “Árbol de la Vida”, es famoso por su longevidad y su capacidad para almacenar agua en su tronco, adaptándose a condiciones áridas.

Además, Río Grande do Norte alberga el “Maior Cajueiro do Mundo" -el árbol de anacardo más grande del mundo- situado en Piranjucara. Este gigantesco anacardo, con una extensión de unos 8.500 m², se ha convertido en una atracción turística debido a su tamaño colosal y su capacidad para producir una gran cantidad de frutos.

Rio Grande do Norte también está incluido en la Caatinga, un bioma exclusivamente brasileño que comprende alrededor del 11% del territorio nacional y alrededor del 70% de la región Nordeste y posee una gran biodiversidad. El nombre “Caatinga” tiene origen tupí-guaraní y significa “bosque blanco”. Este nombre representa las características de la vegetación de este ecosistema, cuyas hojas caen durante los períodos secos.