La ciudad de las fuentes
Ciudad histórica
En la actualidad, el municipio de Fuenlabrada presume de su amplia población y de su prospera economía, ya que al ser una de las ciudades del suroeste de la Comunidad de Madrid se ha visto beneficiada de las mejores infraestructuras de comunicación y trasporte. Sin embargo, sus habitantes mantienen el carácter originario humilde procedente de jornaleros y braceros, los primeros pobladores de la ciudad.
Fuenlabrada es conocida desde el siglo XII, cuando la península se repoblaba durante la conquista de los reyes católicos. Fue entonces cuando una decena de familias se instalaron junto a una vieja fuente labrada a cal y canto que, dicen, es originaria de la época morisca. La Fuente Labrada estaba construida en la actual Loranca, aldea precursora de Fuenlabrada junto a la de Fregacedos, así que de esta fuente emana el nombre de la ciudad y su más ligada identidad cultural.
Precisamente de esta fuente surge su escudo heráldico, cuyas señas de identidad son: la fuente origen de la ciudad, campos de labranza, representados a través de los surcos, el castillo y La Corona, como signo de pertenencia al reino de Castilla. Además, cuando el escudo se moderniza se le añade un signo característico de sus ciudadanos: una rama de olivo, icono que recordará que Fuenlabrada es una ciudad de Paz y Convivencia.
El bello paisaje urbano que ofrece Fuenlabrada se distingue por sus calles adornadas con numerosas fuentes que ofrecen a los turistas un agradable paseo construido por los pequeños surtidores de todo tipo: clásicos, como la del Botón, o modernos, como la del barrio ‘El Naranjo’.
Otra inevitable parada en Fuenlabrada es la de la iglesia de San Esteban del siglo XVI. Se trata del monumento más carismático de la localidad que contiene su más preciado patrimonio histórico, como son las obras pictóricas de Claudio Coello o el retablo del altar mayor diseñado en 1707 por José de Churriguera.
Fuenlabrada guarda muchos otros lugares históricos interesantes, además de su famoso calendario de sesiones jazz que se lleva a cabo en distintos locales con motivo del Festival de jazz internacional, Fuenjazz. Pero, de todos los festejos de esta ciudad el más importante es el de la fiesta del Santísimo Cristo de la Misericordia que se celebra en septiembre. Este es el mes en el que la ciudad luce sus mejores galas para recibir a miles de visitantes que acuden a Fuenlabrada para disfrutar de sus grandes ferias, espectáculos teatrales y corridas de toros.
En definitiva, este municipio madrileño no se caracteriza por poseer una gran riqueza histórica monumental, sin embargo, sólo por el esfuerzo con el que sus primeros habitantes llevaron a cabo las obras civiles y religiosas, esta ciudad muestra con orgullo un encantador recorrido entre sus edificios emblemáticos que bien merecen una visita. Y si a esta pequeña ruta monumental le unes sus famosos festivales y sus legendarias fuentes, Fuenlabrada se transforma en uno de los puntos turísticos más atractivos de la comunidad de Madrid.
Qué visitar en Fuenlabrada: Calles de ermitas y fuente
Fuenlabrada nunca fue una ciudad de ricos y nobles, sino una villa de jornaleros y agricultores, por esa razón la arquitectura de sus edificios respondía a las necesidades prácticas rurales. No es de extrañar, entonces, que el Patrimonio Histórico Monumental de Fuenlabrada esté formado por vestigios religiosos, concentrados en su mayoría en el casco antiguo de la ciudad.
Iglesia de San Esteban Protomártir
Para comenzar la visita por Fuenlabrada el sitio de partida ideal es la Iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, ubicada en la Plaza de Francisco Escolar. Es imposible determinar la fecha en la que se levantó esta bella iglesia ya que un incendio destruyó el archivo parroquial que documentaba su construcción. Por otro lado, la iglesia ha soportado diversas reformas y rehabilitaciones con las que se le han añadido diferentes estilos arquitectónicos, propiciando así que la antigua iglesia prácticamente sea irreconocible. Por ello, de su época original, datada aproximadamente en la primera mitad del siglo XVI, sólo se conserva su cabecera y sus esbeltos y altos contrafuertes.
El templo presenta una planta en cruz latina con el crucero muy corto y un ábside poligonal de ocho lados, y su interior guarda el bello altar mayor que se atribuye a obra de José de Churriguera. De este retablo fuenlabreño, llama la atención los dos telares laterales con sus correspondientes columnas salomónicas. También está adornado con el cuadro atribuido a Claudio Coello y con la coronación de motivos angelicales. Además, la iglesia protege dos imágenes posteriores al incendio: San Isidro Labrador y San José.
Las ermitas de Fuenlabrada
Fuenlabrada también era conocido por las pequeñas ermitas que se construyeron en sus orígenes. Sin embargo, de todas las que se levantaron, en la actualidad sólo subsisten dos que han sido reformadas. Se trata de las imponentes edificación de la ermita de Belén o del Cristo de las Lluvias y la del Calvario, ubicadas las dos en el centro de la ciudad.
También en los terrenos del cementerio municipal se hallaba la de Santa Ana, que desgraciadamente fue demolida en los años 90. No obstante, su imagen fue salvada por los vecinos que la resguardaron en la nueva Parroquia de Santa Ana, en la calle Humanes.
De igual manera desapareció otra importante ermita, la de Fregacedos, dedicada a San Marcos, desde la que partía una famosa romería celebrada hasta bien entrado el siglo XX. Lo que no queda constancia es de por qué no se sigue oficiando, puede que la fiesta desapareciese con la capilla.
Antiguo Ayuntamiento
También en el casco antiguo, justo frente a la plaza, como no podía ser de otra manera, se asienta el viejo Ayuntamiento, lugar de referencia en la historia de la ciudad. Este edificio, con fachada porticada, columnas graníticas y gran balcón con columnas de forja, data del año 1480. Sin embargo, a lo largo del tiempo, el edificio ha vivido varias reformas, algunas no muy bien avenidas, e incluso momentos de gran deterioro, hasta que se levantó un nuevo edificio en 1878. Finalmente, el gobierno municipal se trasladó a otro edificio vanguardista, para así convertir a la vieja institución en centro cultural.
Las Fuentes
No se puede hablar de Fuenlabrada sin nombrar sus fuentes, su identidad cultural. El paseo de las fuentes de Fuenlabrada comienza en sus propios orígenes, hoy desaparecidos. Se trata de la fuente labrada a cal y canto, que dio paso a otros pequeños surtidores surgidos en diferentes épocas y lugares de la ciudad. Cada una con su estilo y su historia, unas antiquísimas, otras modernas y vanguardistas, e incluso las hay con juego de luces.
La más antigua y representativa fuente de la ciudad es la de Cuatro Caños, que se encuentra en la actual plaza de mismo nombre, antes conocida como plaza General Barrón. Antes de su existencia, los vecinos iban a Fregacedos o un pozo de extramuro a por agua, pero la población comenzó a aumentar provocando así escases de suministro. Finalmente, los oriundos exigieron una nueva fuente que se tardó en construir cuatro años, y fue en 1859 cuando se inauguró la popular fuente.
Otra fuente emblemática que sustituye a una más antigua es la Cruz de Luisa. Seis años tardaron en construir el pilón octogonal con sus cuatro caños hasta que se inauguró en 1874. Está asentada en un sitio también notable para los lugareños ya que está ubicada en la calle Cruz de Luisa, lugar donde se encuentra la casa de Dionisio Aguado, guitarrista de fama mundial en la primera mitad del siglo XIX.
Con otro estilo modernista se presenta Las Escaleras, situada entre la calle Francia y la avenida de las Naciones. Se construyó en 1987, una época en que Fuenlabrada se modernizaba y desarrollaba, por lo que se considera un símbolo de una etapa en la que la ciudad reivindicaba su modernización.
Su nombre proviene precisamente de su estructura, diseñada por el famoso arquitecto Fernando González Cortazar. Se trata de un conjunto monumental de fuentes, de exótico diseño, caracterizado por tres elementos independientes simbolizando escaleras que parecen llevar a la evolución y el desarrollo de la urbe.
La orografía urbana de Fuenlabrada está salpicada por otras diferentes y diversas fuentes, como son: la tradicional del Botón, ubicada en un lateral de la Iglesia de San Esteban; las modernas fuentes de las calles de de Leganés, Luis Sauquillo y Móstoles; la de juego de luces de España y las Artes, situada en las plazas Constitución; las fuentes del parque La Solidaridad y de Valdeserrano, así como los surtidores del bulevar Primero de Mayo y del lago de Loranca.
Centro Cultural Tomás y Valiente
Por último, Fuenlabrada cuenta con uno de los centros culturales más emblemáticos de Madrid. Y es que en él se han expuesto obras de los más importantes pintores contemporáneos, como Picasso, e incluso se han mostrado valiosos objetos de otros países y épocas, como es el caso del Japón feudal. El centro cultural Tomás y Valiente es uno de los edificios de los que más se orgullecen sus ciudadanos, ya que constituye una pieza arquitectónica llena de simbolismo, singularidad y de habitabilidad.
Se ubica en una de las principales entradas a Fuenlabrada, en el cruce de la Avenida de España y la Calle Leganés. Dispuesto en tres plantas asentadas en más de 17 mil metros cuadrados ofrece todo tipo de actividades culturales a través de su Teatro -Auditorio, Biblioteca, Escuela de Música y Área de Exposiciones. En definitiva, se convierte en el sitio de referencia para la cultura de calidad en todas sus vertientes
Lo mejor del Mediterráneo
En Fuenlabrada, al igual que en el resto de municipios madrileños, la gastronomía típica se alterna según las estaciones. Así, en invierno el famoso plato estrella, el cocido madrileño, con sus tres partes: sopa, garbanzos y carne, no falta ningún domingo en los platos de los fuenlabreño, al igual que el castizo desayuno de churros con chocolate. En su menú, además se encuentra la más rica y variada diversidad de platos tradicionales: ibéricos, marisco de primerísima calidad, ensaladas mediterráneas, conejo al ajillo, cochinillo, parrilladas...
Además, Fuenlabrada es una localidad industrial, por lo que ha llevado a que se convierta también en un punto clave para la restauración tanto de cocina nacional como internacional, llegando a disponer de más de 30 restaurantes de primerísima calidad. Por eso será que Fuenlabrada lleva a cabo cada año las jornadas gastronómicas locales, en las que los restaurantes fuenlabreños ofertan menús variados e imaginativos con una cuidada selección de productos de calidad.
Pero sin duda, el plato por antonomasia de Fuenlabrada es, nada más y nada menos, que la tortilla. Es tan famosa esta típica tapa española que incluso un día está dedicado exclusivamente a comer tortilla, el 9 de marzo, durante la popular romería en honor a Santa Juana.
365 días de festejos y festivales
Fuenlabrada posee gran popularidad por su intensa vida cultural, pero es que también es conocida por sus numerosas fiestas, celebraciones y romerías que se llevan a cabo a lo largo del año, consiguiendo así que esta ciudad nunca deje de mostrar su cara más alegre y divertida. Porque en Fuenlabrada siempre hay un buen motivo para celebrar una fiesta.
Los fuenlabreños comienzan su calendario de festejos con la llegada del fin del año, que coincide con la fiesta dedicada al patrón de la ciudad, San Esteban. En este día, justo el 26 de diciembre, entre villancicos y villancicos, los lugareños homenajean a su Patrón y titular de su Iglesia Parroquial. Sin embargo, no es hasta la salida del calor, en septiembre, cuando se llevan a cabo los principales actos de estas fiestas patronales.
Antes le siguen otras fiestas no menos meritorias, como es la de Santa Juana que tiene lugar el 9 de marzo. Se trata de una popular romería a desarrollar en el entorno natural de Valdeserrano en honor a Santa Juana. Estos festejos se celebran desde el siglo XV, época en la que los fuenlabreños marchaban a Cubas de la Sagra a venerar a Juana Vázquez, curandera milagrosa. Ahora esta fiesta es popularmente conocida por el día de la tortilla. Una jornada en la que miles de fuenlabreños preparan sus tarteras para degustar en pleno campo el plato típico del día: la tortilla de patata con pan de libreta, típico de la localidad.
Y con la llegada de la primera, Fuenlabrada se viste de gala para celebrar, no una, sino dos fiestas: la del 5 de mayo, del Cristo de la Salud o popularmente llamado ‘Cristo Chiquito’, y la del 24 de mayo, festividad del Cristo de las Lluvias, o Cristo de Belén
Pero, sin duda alguna, septiembre es el mes honorífico para disfrutar de las mejores fiestas de Fuenlabrada. Con motivo del día del Cristo de la Misericordia, el 14 de septiembre, se lleva a cabo durante cuatro días sin parar las Fiestas Patronales de la localidad. Es una fecha en la que toda la ciudad se vista de gala para disfrutar con el amplio abanico de actividades tradiciones que se organizan: la procesión del Cristo de la Misericordia, la feria taurina, los encierros por las calles del casco antiguo, acompañados de pasacalles, conciertos, actividades de teatro para los más pequeños y dos grandes castillos de fuegos artificiales.
Y si a los grandes festejos locales le unes la retahíla de conciertos, actividades culturales y otras festividades que se llevan a cabo en la ciudad sureña de Madrid, como por ejemplo las Jornadas flamencas, las dedicadas a Dionisio Aguado, o el festival de jazz internacional Fuenjazz, se podría asegurar que Fuenlabrada vive una fiesta constante durante los 365 días del año.