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Introducción
Los municipios de Vila-seca y Salou, en la provincia de Tarragona, pueden presumir de albergar el mayor centro de ocio familiar de la Costa Dorada: Port Aventura, el primer parque temático que abrió sus puertas en España. Inaugurado en mayo del 1995, este complejo ocupa una superficie de 119 hectáreas repletas de atracciones y espectáculos distribuido en seis áreas —Mediterrània, China, Polynesia, México, Far West y SésamoAventura—, un parque acuático, un beach club con siete piscinas y vistas a la playa, tres campos de golf, un centro de convenciones y un resort con una zona de estacionamiento de autocaravanas y cuatro hoteles: Gold River, El Paso, Caribe y PortAventura.
La oferta lúdica del parque se redondea con más de 100 representaciones diarias de espectáculos en teatros y al aire libre, 76 puntos de restauración, 29 tiendas y 37 atracciones que cautivarán a los visitantes de cualquier edad, y que constituyen el plato fuerte de Port Aventura. Entre éstas, destacan el imprescindible Hurakan Condor —una espectacular caída libre de 86 m— y las montañas rusas del Dragón Khan, Furius Baco, la Stampida y la flamante Shambala: Expedición al Himalaya. En funcionamiento desde el 2012, es la más alta de Europa (mide 76 m) y cuenta con la bajada más larga de todo el continente (78 m).
Asimismo, por su perfecta ubicación, Port Aventura también permite descubrir algunos de los principales reclamos de la Costa Dorada. Además de sus agradables playas de finísima arena, no hay que perderse la más que aconsejable población costera de Cambrils —en la que también se halla el yacimiento romano de la Llosa—, los jardines del Parc Samà o la ciudad de Reus, repleta de edificios modernistas —como la Casa Navàs o la sede del Institut Pere Mata— y cuna del genial arquitecto Antoni Gaudí.
Las vías de acceso al parque son numerosas: a la estación de tren, la autopista AP-7 y la carretera nacional N-340 se suman, para los visitantes que vienen de lejos, el aeropuerto de Reus (a apenas 15 km) y la estación del AVE de Camp de Tarragona, que conecta con Port Aventura mediante el servicio Ràpid Tren.
Abierto desde Semana Santa y hasta el día de Reyes, este parque se convierte en un acierto seguro, tanto para una escapada improvisada como para unas merecidas vacaciones.
Qué hacer en Port Aventura
A continuación, se resumen por orden alfabético las principales propuestas lúdicas que brinda este complejo de ocio, sin olvidar la posibilidad de poder adquirir productos de artesanía en cualquiera de sus tiendas.
- Aquatic Park
Este parque acuático se despliega en un recinto de 34.000 metros cuadrados, rodeado de una frondosa vegetación tropical y de construcciones inspiradas en la arquitectura colonial. Ambientado en el Caribe y emplazado junto al área de la Mediterrània (aunque también dispone de un acceso independiente), Aquatic Park goza de todo tipo de atracciones para refrescarse y divertirse: la playa de Bahama Beach, toboganes, una piscina de olas, efectos acuáticos, una pista de voley playa y zonas de juegos infantiles. Además, también cuenta con cinco puntos de restauración, un solarium y un amplio abanico de servicios: alquiler de neumáticos y tumbonas, vestuarios, lavabos, puntos de información y puestos de venta de snacks. Gracias a sus magníficas atracciones, toda la familia lo pasará en grande. Una de las más conocidas es la de El Triángulo de Bermuda, una piscina exterior que invita a los más intrépidos a nadar a contracorriente para escapar de las olas. También hay que referirse a los toboganes entrelazados The Mambo and Limbo; las Barracudas, dos toboganes que pueden ser utilizados por dos personas a la vez; El Tifón, que pasa por encima de El Río Loco y desembocan en El Gran Caribe, dotado de una enorme piscina y cuatro toboganes; El Torrente, para los aficionados al rafting, o La Laguna de Woody, donde los más pequeños tendrán a su alcance olas, bicicletas de agua, géisers y toboganes.
- Beach Club
Además de vivir las más intensas sensaciones en cualquiera de las atracciones del parque, Port Aventura también invita al relax en su apacible Beach Club. Circundado de pinares y con vistas a la playa, cuenta con siete piscinas para toda la familia y una zona de masajes y relajación. La opción ideal, sin duda, para quienes desean desconectar.
- PortAventura Convention Centre
Al margen de una extensa oferta de ocio, Port Aventura alberga uno de los mejores centros de convenciones del sur de Europa, con un aforo para 4.000 asistentes, dos plantas con espacios multifuncionales y un completo equipamiento audiovisual y de telecomunicaciones de última generación.
- PortAventura Golf
Los tres campos de golf del recinto, Norte, Centro y Sur, han sido diseñados tanto para jugadores de golf habituales como amateurs, quienes podrán disfrutar de un entorno agradable y exclusivo mientras practican este deporte. En el caso del campo Norte y el campo Sur, los usuarios disponen de una Casa Club con vestuarios y duchas, un bar y un restaurante. Asimismo, ambos cuentan con tiendas especializadas, una escuela de golf y un servicio de alquiler de buggies y palos; Driving Range, Putting Green, Chipping Green y, en el caso del campo Norte, un simulador. Además, la Casa Club del campo Sur está dotada de spa, gimnasio y una terraza con magníficas vistas.
- PortAventura Park
Se trata de la joya de la corona de este complejo de ocio. Sus seis áreas temáticas, diseñadas con todo lujo de detalles, ofrecen al viajero la ilusión de poder viajar alrededor del mundo en apenas unas horas, brindándole todo tipo de emociones y diversión.
o La primera de ellas, la Mediterrània, da la bienvenida al recinto con una sugerente ambientación marinera, salpicada de casitas de pescadores y deliciosas callejuelas que rinden homenaje a los tradicionales pueblos costeros. De todos modos, no todo es apacible en este seductor rincón del Mediterráneo: subiendo en el Furius Baco, se experimenta una aceleración de 0 a 135 km por hora en tan sólo 3 segundos. Sin embargo, también hay apuestas más tranquilas. Por ejemplo, en la Estació del Nord se puede tomar un tren que recorre todo el recinto, o bien pasear por las Drassanes y embarcar hasta otra área emblemática: la de China.
o En China, el visitante podrá disfrutar de los ocho loopings del famosísimo Dragón Khan —su recorrido es de 1.285 m—, o bien de la montaña rusa más alta de Europa, inaugurada en el 2012: Shambhala: Expedición al Himalaya, de 76 m de altura y 78 m de caída. Otras atracciones destacadas son la Cobra Imperial y las Tea Cups, en las que lo difícil es no perder el sentido de la orientación. Asimismo, los amantes de la cultura oriental no pueden pasar por alto los espectáculos del Gran Teatro Imperial, basados en la magia y las acrobacias, o el Temple Màgic, donde se lleva a cabo un número con pompas de jabón.
o La tercera área temática, Polynesia, se extiende entre una frondosa vegetación tropical, cabañas y cascadas, que conducen hasta el refrescante Tutuki Splash, la endiabla embarcación Kontiki-Wave y la espectacular Sea Odissey 4D, una experiencia audiovisual en la que se simula una expedición submarina con todo tipo de efectos especiales. En cuanto a los espectáculos, no hay que perderse el Alhoa Tahití, a cargo de bailarines llegados de los Mares del Sur, ni el inolvidable show Aves del Paraíso, con pájaros tropicales.
o En México, el visitante no sólo se sumergirá en el embrujo de la ancestral cultura maya, sino que podrá vivir grandes emociones, como las que ofrece el Hurakan Condor. Con una caída libre de 86 m, a 100 km por hora y en tan sólo 3 segundos, las altas dosis de adrenalina están garantizadas. Tampoco hay que dejar de prestar atención a la Serpiente Emplumada, una atracción inspirada en el dios Quetzalcóatl y que gira en torno a un tótem sagrado, o El Diablo-Tren de la Mina, una montaña rusa que recorre una mina de plata abandonada. A su vez, los más pequeños podrán emular a los jinetes paseando a lomos de Los Potrillos o visitar Los Armadillos.
o Tras abandonar México, una puerta de piedra da la bienvenida al Far West. En un abrir y cerrar de ojos, el viajero se sumergirá en Penitence, una población del lejano Oeste ambientada en 1876 y en la que conviven vaqueros, emigrantes, predicadores, tahúres, buscadores de oro, especuladores y artistas de cancán. En el Bang Bang West, la acción está asegurada con las escenas más espectaculares de los westerns: caídas, tiroteos, explosiones, peleas y persecuciones a caballo. Además, el visitante también podrá poner a prueba su puntería en la Shooting Gallery. Asimismo, las atracciones del Far West no son menos alocadas. Por ejemplo, la Stampida ofrece la oportunidad de disfrutar de una emocionante carrera entre dos equipos en una montaña rusa. Tampoco es fácil resistirse a los autos de choque del Wild Buffalo o al aserradero del Silver River Flume, donde se puede subir en un tronco y bajar por los rápidos del río. A todo ello hay que sumar las barcas del Grand Canyon, los autos del Buffalo Rodeo o el Tomahawk, una versión infantil de la Stampida.
o Desde el año 2011, Port Aventura cuenta con una sexta área temática pensada para los más pequeños: SésamoAventura, inspirada en los entrañables personajes de Barrio Sésamo. En ella, además de conocer a Epi, a Blas, Coco y el Monstruo de las Galletas, se puede pasar un buen rato en atracciones como la montaña rusa infantil Tami tami, el monorraíl aéreo Coco Piloto, las Mariposas Saltarinas, un artefacto giratorio con bicicletas voladoras; La Granja de Elmo, donde los peques podrán subirse en un divertido tractor, la caída libre para niños El Salto de Blas o la atracción acuática Magic Fish.
Comer en Port Aventura
Un total de 76 puntos de restauración configuran la ingente oferta gastronómica de Port Aventura. Se trata de un extenso abanico de propuestas que hará las delicias de cualquier visitante y que, al mismo tiempo, recoge la tradición culinaria de las culturas y países representados en el parque. ¿Hay forma más deliciosa de viajar por todo el mundo?
Los amantes de los sabores de siempre tienen una cita con el área de la Mediterrània, donde podrán disfrutar de una excelente comida en El Racó de Mar, un precioso restaurante que abre sus puertas en una antigua casa de pescadores, la Vinosfera y El Pòsit, que ofrece una comida rápida frente al mar.
Como no podía ser de otro modo, el área de China da buena cuenta de los secretos de la gastronomía oriental. Un buen lugar para degustarla es el self-service Sichuan. Situado en la Ciudad Baja de Ximpang, permite saborear especialidades como los fideos chinos o la ternera Sun. No obstante, también es posible paladear otras exquisiteces del mundo en el bufet libre Marco Polo o deleitarse en el Dagana Restaurant, inaugurado junto a la montaña rusa Shambhala.
Otra nota de exotismo se halla en el área de México, con diversos puntos de cocina rápida e irresistibles restaurantes. Éste es el caso de La Cantina, un amplio self-service ideal para degustar platos mexicanos y del resto del mundo. Además, su ambientación aúna la estética del mundo maya (en la zona de self-service) con la del México colonial (en el comedor). En él, cada día tiene lugar un espectáculo de folklore mexicano. Otra magnífica opción es La Hacienda. Dotada de una hermosa terraza, permite disfrutar de una completa carta de especialidades mexicanas, como los nachos, las fajitas o la renombrada sábana de ternera.
A su vez, las emociones fuertes del Far West se alternan con una completa oferta de restauración que permite al visitante reponer fuerzas. Para los que tienen prisa por seguir disfrutando de sus numerosas atracciones, el restaurante Jeremias Food propone un servicio de comida rápida a base de pasta y pizza. Por su parte, los establecimientos Iron Horse Hotel y Emma’s House permiten descubrir la auténtica comida casera americana, mientras que el self-service The Steak House es perfecto para aquellos que busquen el auténtico sabor de la carne a la parrilla. Finalmente, también es posible tomar un tentempié en el Saloon mientras se asiste a un espectáculo de cancán.
Y para aquellos que visiten el parque con niños, nada mejor que la oferta culinaria de SésamoAventura. Aquí se pueden encontrar opciones como la Cocina de Epi, con menús sencillos y pensados para los peques. Además, también cuenta con espacios al aire libre y a la sombra, para disfrutar de una buena comida con total comodidad.
Ya en el Beach Club, no hay que dejar de acercarse al selecto restaurante Lumine. Muy elegante y orientado al mar, basa sus propuestas en productos autóctonos de la zona, especialmente el pescado.
Por último, el catálogo de restaurantes se completa con los de los campos de golf Norte y Sur, así como con los cinco puntos de restauración de Aquatic Park.
Eventos en Port Aventura
Además de su nutrida programación, formada por cerca de un centenar de espectáculos diarios, hay dos momentos del año en los que no hay que dejar de visitar Port Aventura: Halloween y las Navidades.
Con motivo de esta primera festividad, y durante un mes y medio (entre mediados de octubre y finales de noviembre), numerosos fantasmas y monstruos —como Drácula, la Momia, Frankenstein o la familia Adams— inquietan a los visitantes del parque y del resort. Su amenazadora presencia llega incluso a la carta de los restaurantes del parque, que ofrecen escalofriantes platos para la ocasión. Del mismo modo, estos personajes también inspiran espectáculos ambientados en Halloween, como un pasaje del terror en el Far West u originales paseos nocturnos por la Polynesia en el que participan extraños monstruos.
Ya en el mes de diciembre (y hasta el 6 de enero), el horror da paso a una fiesta mucho más familiar: la Navidad. Así, personajes como Woody y Winnie toman el relevo en el espectáculo PortAventura on ice, donde ponen a prueba su pericia sobre una pista de hielo. Para redondear la propuesta, también es posible ver otros números de música y baile de inspiración navideña y protagonizados por Papá Noel, como El Bosque Encantado. Asimismo, los hoteles se engalan para la ocasión y amenizan sus cenas con espectáculos de magia y malabares.