La magia de los pueblos blancos del Sur
Entorno incomparable
Conil de la Frontera fue desde siempre una localidad unida al mar y a la pesca. En la lonja situada en el puerto pesquero se realiza la subasta del pescado como en tiempos de antaño, aunque en la actualidad las instalaciones han sido informatizadas, lo que no le resta ni una pizca de interés ni de encanto a la actividad. El mar también aporta a Conil uno de sus atractivos más célebres entre los turistas: sus magníficas playas. Las hay de tipo familiar, urbanas y con todo el equipamiento, pero también recónditas calas salvajes para sentirse todo un Robinson, perfectas para los amantes del naturismo. Las playas con oleaje, tan características de la costa Atlántica, harán las delicias de los amantes del surf y del wind-surf; mientras que los amantes de deportes más tranquilos podrán dedicarse a la navegación, el buceo o el golf, toda una tradición en la Costa de la Luz.
Los alrededores de la población merecen unas cuantas jornadas de rutas y de visitas. Además de los ya mencionados Pueblos Blancos como Barbate o Vejer de la Frontera, la bella ciudad de Cádiz se encuentra a tan sólo cuarenta kilómetros, y Jerez de la Frontera está a unos treinta minutos en coche. Y si lo que buscamos es todavía más playa, sólo tendremos que desplazarnos unos kilómetros para contemplar los espectaculares arenales de lugares como los Caños de Meca, Zahara de los Atunes, Bolonia... Las montañas y sierras están también presentes para quienes disfruten del senderismo y el trekkin: la Sierra de los Alcornocales y la de Grazalema son excelentes ejemplos. Los parques naturales son también lugares de excepción para visitar.
Y además, no podemos dejar de mencionar la amabilidad, simpatía y hospitalidad de los habitantes de Conil, similar a la del resto de los gaditanos. La experiencia de tapear por sus bares y tascas compartiendo conversación con los oriundos del lugar será siempre recordada por el visitante, sobre todo si la combina con la degustación de la excelente gastronomía del lugar, basada en los mejores productos del mar y las hortalizas frescas de las huertas locales. Placeres de los sentidos vividos con alegría en un entorno incomparable donde el clima, el paisaje y las gentes se alían para dar lugar a la mejor experiencia viajera y vacacional.
Una costa de excepción rodeada de rutas culturales
Ya por la zona sur, la playa de los Bateles es la más conocida y concurrida de Conil al tratarse de una playa urbana. Muy amplia y ancha, en ella hay espacio para todos; además, está provista de todo tipo de equipamientos, y su cercanía con la zona urbana la convierte en la playa perfecta para el turismo joven y familiar. Una playa muy especial del sur del Conil es la playa del Palmar, enorme extensión de arena virgen y de tipo familiar, por la poca profundidad de sus aguas y por su arena fina y dorada. Esta preciosa playa cuenta con importantes zonas dunares que se han equipado con pasarelas y vallas para proteger el ecosistema. Otras playas para visitar en Conil son la de Castilnovo, también nudista; el Chorrillo y la Fontanilla, familiares y juveniles; el Roqueo, de espectacular belleza; la Cala del Aceite, la de mayor tamaño del municipio; la Cala del Puntalejo y la Playa de Roche.
Escapándonos ya del turismo playero, es el momento de recorrer pausadamente la localidad. El casco antiguo de Conil está plagado de agradables sorpresas para el visitante que busque historia, cultura y arquitectura. Las iglesias son muy destacables, comenzando por la de Nuestra Señora de las Virtudes, del siglo XVI y situada frente al Ayuntamiento, edificado sobre un antiguo convento. La Iglesia de la Misericordia, ejemplo del arquitectura barroca del siglo XVII y la Ermita del Espíritu Santo, del siglo XVI (una ermita plena de encanto situada en pleno barrio marinero) son las otras dos representantes de la arquitectura religiosa de Conil. En lo que se refiere a edificaciones civiles de interés, en la Plaza de España se conserva aún un arco llamado Puerta de la Villa (antiguamente Puerta de Vejer, por ser el acceso a esta localidad a través de la muralla ya desaparecida). La Plaza de Santa Catalina es el otro centro de reunión de Conil, y en ella se pueden contemplar y visitar lugares como la Torre del Guzmán (a la cual es posible subir), la iglesia de Santa Catalina y el Museo de Raíces Conileñas. Además, Conil cuenta con testimonios muy bien conservados de su pasado militar, como el Baluarte y las Torres Vigías, vestigios del desaparecido recinto amurallado que protegía a la ciudad de los ataques desde el mar.
Hay mucho que ver y mucho que hacer en Conil y sus alrededores. No podemos dejar de visitar el puerto pesquero y el animado ambiente de la subasta del pescado en la lonja, ni tampoco perdernos un paseo por el puerto deportivo, contemplando las lujosas embarcaciones. Desplazarnos a conocer los Pueblos Blancos, las Marismas de Barbate, las playas de Zahara o los Caños de Meca o las sierras de Grazalema y los Alcornocales también será una excelente idea a la hora de completar las vacaciones perfectas en Conil.
Tesoros del mar, magníficas hortalizas y embutidos de excepción
Los embutidos no faltan en las mesas conileñas; bajo el nombre de chacinas, que es como se los conoce en Andalucía, se despliega una amplia oferta entre la que destacan las exquisitas morcillas, la manteca colorá y los chicharrones. En Conil de la Frontera también es posible degustar deliciosos platos con las mejores hortalizas, legumbres y verduras; entre ellas destacan los típicos cardillos o tagarninas, que se consumen acompañados de arroz, y también la berza y los pucheros. El gazpacho es sin lugar a dudas una de las recetas más preparadas y consumidas, sobre todo durante los meses más cálidos; el excelente aceite de oliva de la región acompaña a las mil maravillas a las verduras, el ajo y el pan para elaborar esta sopa fría tan especial y apreciada.
La repostería gaditana está inspirada en la tradición árabe. Uno de los dulces más conocidos es el pan de Cádiz, un mazapán suave y delicioso, y durante la Navidad son muy típicos los mantecados y los alfajores. Durante la Semana Santa, son típicos en Conil los rosquetes y los bizcochos, y para acompañar a estas delicias nada mejor que los dulces vinos de la tierra, como por ejemplo el amontillado. En el apartado enológico, destacar también el onmipresente fino, vino blanco muy seco y de sabor dulce y punzante que se consume en toda Andalucía, y la manzanilla, otra variedad de blanco que procede sobre todo de Sanlúcar de Barrameda
Romerías, Carnavales y fiestas patronales para disfrutar
Es el 20 de enero cuando se celebra la primera de las fiestas que jalonan el calendario de Conil de la Frontera. En este caso tiene lugar la popular Romería de San Sebastián, patrón de la villa; el domingo más cercano al día del santo, la imagen se traslada desde el pueblo al pinar de la zona de El Colorado, donde transcurre una jornada llena de alegría y reuniones de amigos y familiares. Pero sin duda, y al igual que en el resto de la provincia de Cádiz, son los Carnavales las fiestas más esperadas por los habitantes de Conil. Las agradables temperaturas del lugar dan pie a una celebración callejera y multitudinaria, con las tradicionales y divertidas murgas y chirigotas compitiendo por llevarse los premios de las competiciones anuales. Disfraces, cabalgatas, música y diversión pueblan las calles antes de que lleguen los días de recogimiento de la Semana Santa, ya en primavera. Transcurridas estas sentidas fechas, en las que se suceden las procesiones y los actos religiosos, llegan fiestas primaverales como las coloridas Cruces de Mayo o la más concurrida de todas: la Feria de Primavera, dedicada al caballo, la gastronomía y las labores del campo.
A mediados de junio tiene lugar un evento muy especial en Conil de la Frontera: la Semana del Atún de Almadraba. Durante estos días, los restaurantes cambian su recetario para ofrecer las mejores preparaciones con este delicioso manjar del océano Atlántico. Y ya a finales, y al igual que en muchas otras localidades españolas, llega la festividad de San Juan. El día 23 de junio, en la que es la noche más corta del año, las playas se llenan de hogueras en las que es tradición la quema de los tradicionales muñecos apodados "juan" y "juana". La música, los conciertos y los fuegos artificiales animan una jornada que se suele extender hasta el amanecer. El día 16 de julio es el momento de festejar a la Virgen del Carmen, algo ineludible en cualquier villa marinera y pescadora que se precie. Los hombres de la mar salen con sus embarcaciones para acompañar a la imagen de la Virgen, que es transportada en barca para bendecir las aguas. Y ya transcurridos los meses más cálidos, en septiembre se celebran las fiestas patronales de Conil en honor a Nuestra Señora de las Virtudes. Son días de feria que se alargan una semana, alrededor del día de la Patrona (el 8 de septiembre).
No hay momento para el aburrimiento en Conil de la Frontera, bien sea por su profusión de fiestas y celebraciones donde la alegría es la protagonista principal, bien por la belleza y el interés de sus rincones y paisajes. Conil espera a los visitantes que la quieran conocer para ofrecerle playas de ensueño, paisajes espectaculares, hospitalidad sin igual y una cultura milenaria. Algo para no perdérselo.