Bellísimas costas, majestuosas montañas e ilustres personajes
Los afortunados viajeros que visiten Pollensa (Pollença en mallorquín, que además es la denominación oficial del lugar) se encontrarán caminando a lo largo de la costa para descubrir maravillosas calas vírgenes, con aguas cristalinas que invitan a sumergirse en ellas provistos de tubo y gafas, y rodeadas de hermosos pinares que las protegen de miradas indiscretas.
Un paseo por las calas, la montaña y el magnífico patrimonio monumental
La playa principal de la localidad es la del Puerto de Pollensa, que también se conoce como Llenaire. Sus mil metros de longitud se ven adornados por un estupendo paseo marítimo, perfecto para caminar al atardecer y contemplar el Mare Nostrum, llegando hasta el Puerto.
Exquisiteces de todo tipo en hogares, restaurantes y cellers
Los arroces son también toda una tradición, sobre todo el arròs brut, caldoso y con carne, o el arròs sec, la variedad mallorquina de la paella. Otras delicias preparadas a base de las mejores materias son las berenjenas rellenas y los caracoles, todo un emblema de la gastronomía balear.
Demonios, hogueras y procesiones marineras
La Virgen del Carmen también se tiene su fiesta en el Port o Puerto de Pollensa el día 16 de julio, como corresponde a un enclave de tradición pesquera. La procesión marinera de rigor es el acto principal de la jornada, con las barcas bellamente engalanadas acompañando a la imagen en la bendición de las aguas del puerto.