Una isla mágica y legendaria
Isla bella entre bellas
Santorini es más que una isla de las Cícladas griegas: es también un pequeño archipiélago rocoso, ubicado en el mar Egeo y cuya configuración volcánica le aporta un especial atractivo y encanto, diferenciándola del resto de sus"hermanas". Muchas personas opinan que Santorini es la más atractiva de las Cícladas, un lugar para olvidarse de todo y para contemplar la belleza de un paisaje excepcional, con playas de colores sorprendentes, pequeños pueblos pintorescos, aguas de un azul prácticamente imposible, antiguas leyendas milenarias... Los habitantes de Santorini y los griegos en general gustan de pensar que la famosa y mitológica Atlántida estuvo ubicada en la isla, antes de que la terrible erupción de un volcán (que tuvo lugar en el año 1550 a.C.) destruyera toda su superficie habitada. Con leyendas o sin ellas, la belleza de Santorini es una realidad, y es más que suficiente para acudir a visitarla y enamorarse perdidamente de sus acantilados, sus regiones volcánicas, sus blanquísimos pueblos, sus restos arqueológicos, sus costas y su ambiente.
Muchos piensan que Santorini, por su peculiar geografía volcánica, no tiene playas que merezca la pena conocer. Gran error: las playas de Santorini pueden ser distintas a lo que estamos acostumbrados (arena fina y dorada, abundancia de turismo...), pero hay muchas y son de una gran belleza. Su arena es negra, gris o rojiza, lo que les aporta una espectacularidad muy especial en contraste con el increíble azul profundo del mar Egeo que las baña. La orografía volcánica que rodea a algunas de ellas (incluso hay una zona volcánica bajo el mar) las convierte en lugares irrepetibles. Hay playas cosmopolitas, con abundantes turistas y de tipo familiar; pero también las hay recónditas, de esas que quienes visitan quieren mantener en el secreto... Recorrer la isla en busca de las mejores playas es una de las actividades más interesantes que se pueden realizar en Santorini.
Pero las playas no son, ni mucho menos, lo único que esta bella isla tiene para ofrecer. Además de las múltiples maravillas que alberga en su interior, Santorini está acompañada de otras tres pequeñas islas rocosas que se ubican dentro de la media luna que conforma la isla grande. Son islotes muy bellos, también volcánicos, que merece la pena visitar en una excursión de un día, surcando las tranquilas aguas mediterráneas. Y ya en tierra firme, es de rigor visitar lugares como la capital de la isla, Fira (también llamada Thira o Thera), que con sus casitas blancas y su precioso puerto es considerada una de las poblaciones más hermosas del mar Egeo. Los atardeceres de la isla, vislumbrados desde distintos enclaves; los pequeños pueblos que salpican sus costas y el interior; la Caldera volcánica que se asoma al mar; las rutas de cata de vinos; los magníficos restos arqueológicos, herencia de la cultura griega; y desde luego, la hospitalidad y la alegría de los isleños, constituyen un conjunto perfecto para planificar las vacaciones más especiales. Quizás la Atlántida estuvo en Santorini, y lo mejor para descubrirlo es acudir en persona a la isla; una vez allí, tendremos tanto que ver y que hacer, que es posible que, una vez más, la legendaria civilización vuelva a quedar en el olvido...
Playas volcánicas, excursiones marinas y restos de la Antigüedad
Ya hemos comentado que las playas de Santorini no son como las demás. Quienes acudan a la isla buscando playas blancas y deslumbrantes, rodeadas de hoteles y apartamentos y fina arena dorada, harán bien en cambiar su destino... Pero será una equivocación. Las playas de Santorini pueden no ser blancas, pero son realmente hermosas. Desde la famosa Playa Roja, situada al sur de la isla y que evoca un paisaje extraído directamente del planeta Marte; hasta el cosmopolitismo de Perivolos o los blanquísimos acantilados de la Playa Blanca, hay un montón de enclaves para escoger. Muchas personas tienen como favorita a la de Vlyhada, una de las más impresionantes y, al mismo tiempo, de las menos frecuentadas. Por su parte, la playa de Koloumbo es un pequeño secreto, un arenal virgen que al principio era un reducto de nudistas, pero que a día de hoy es frecuentada por toda clase de bañistas. Mesa Pigadia, Almira, Podi, Baxeres y muchos otros maravillosos lugares, cada uno con su particular encanto y su diferencia, ofrecen a los viajeros su lugar al sol en la isla de Santorini.
La media luna que forma la isla es en realidad la caldera de un volcán, que se hundió en el pasado dejando la mitad de su cráter bajo las aguas, mientras que la otra mitad es lo que actualmente conocemos como Santorini. Los submarinistas y quienes practican el buceo a pulmón están de enhorabuen: los fondos que caen a pico sobre el abismo son realmente impresionantes. Una buena opción es dirigirse al puerto de Armeni, desde la localidad de Oia; las inmersiones realizadas desde allí, simplemente con tubo y gafas, ofrecen el vértigo de bucear por encima de un abismo insondable. Las islas que acompañan a Santorini son también maravillosos lugares para caminar, bucear, comer o simplemente extasiarse en la contemplación de la belleza mediterránea. Hay cruceros que parten de distintos puntos y llevan a los "navegantes" durante un día a conocer Thirasia, los fondos marinos, las playas, la isla de la Ermita, el volcán que aún está en activo... Una excelente opción para disfrutar de los rincones más especiales.
La historia tiene en Santorini enclaves realmente excepcionales, siendo el más famoso por su importancia la Akrotiri. Se trata de una completa ciudad que fue destruida por la erupción de volcán. Perteneciente a la civilización minoica, en ella es posible contemplar los maravillosos frescos murales y también los restos de la ciudad: calles, viviendas, utensilios... En Santorini también es posible visitar restos arqueológicos, diseminados por poblaciones como Vlyhada, Arhea Thira, Pyrgos, Profitis Elias y Thermi. Además, también es recomendable recorrerse la isla de arriba abajo visitando las distintas y encantadoras poblaciones que la salpican. La capital, Fira, es muy hermosa: situada cerca de la Akrotiki, sus casas blancas y de colores son su estampa más característica. El pequeño puerto es el lugar perfecto para sentarse en una terraza a disfrutar de las vistas y del sonido del mar, pero también merece la pena subir al teleférico para contemplar las insuperables vistas de la isla desde lo alto. Otro lugar mágico es Oia, un pueblo desde el cual es posible contemplar las mejores puestas de sol del planeta... O eso dicen. Hacer rutas vinícolas de pueblo en pueblo, realizar excursiones a lomos de los burros o caminar por senderos mágicos como el que parte de Imerovigli y llega hasta Oia son otras actividades muy recomendables, entre las mil y una posibilidades que nos ofrece la maravillosa isla de Santorini.
Un recetario delicioso, pleno de color y aromas
La cultura mediterránea es omnipresente en Santorini, al igual que lo es en toda Grecia. La gastronomía se beneficia en gran medida de esta presencia, ya que la dieta mediterránea, universalmente aclamada, forma parte del sentir popular de la isla desde tiempos inmemoriales. Buena muestra de ello es la utilización del aceite de oliva, las verduras frescas, los cereales y el pescado para elaborar gran parte de los platos que se sirven en los restaurantes, bares y tascas. El aceite de oliva deja sentir su aromático sabor en las magníficas ensaladas griegas, en las que el tomate, el queso feta (suave, fresco y delicadamente agrio), el pepino, las especias y las aceitunas (sobre todo las de la variedad kalamata) ofrecen al viajero una experiencia sabrosa y refrescante. Pero también se emplea con profusión para elaborar guisos y platos, al igual que el vino.
El plato nacional griego por excelencia es la moussaka, un delicioso guiso que se elabora con berenjenas, canela, vino y carne. Este plato se consume como parte principal de las comidas y las cenas, pero a modo de entrante también son muy habituales los meze, aperitivos en los que no suelen faltar los quesos, las olivas, las keftedes (bolas de carne picantes) y la salsa tzatziki, preparada con yogur y que acompaña a los clásicos kebab de herencia turca. Otro plato delicioso que no hay que dejar de probar si viajamos a Santorini es el dolmades, un guiso de carne acompañado de hojas de vid, y el agvolemono, preparado con arroz, pollo y huevos. No hay que olvidar que nos encontramos en una isla, situada en medio de un amplio y transparente mar que abastece de deliciosos pescados y mariscos a los pequeños puertos. En Santorini conviene acercarse a estos lugares para degustar en plena línea de costa especialidades de pescados y mariscos locales: besugo, lubina, calamares, pulpo...
Para terminar una deliciosa comida, o tal vez como merienda o desayuno, las especialidades de la repostería griega son toda una tentación. Además de su famoso yogur, entre el recetario de dulces de Santorini podemos escoger la delicada baklava (una especie de tarta elaborada con hojaldre, miel y almendras) o los populares loukumades, bollos fritos (un poco al estilo de nuestros buñuelos, pero sin rellenar) que se sirven bañados por un dulce y fino hilo de la magnífica miel de Grecia. En el apartado de bebidas, hay que señalar que Santorini tiene una tradición vinícola milenaria. Actualmente es muy habitual que los turistas y viajeros realicen rutas enológicas visitando viñedos y bodegas, catando así los caldos locales. El suelo volcánico y de la isla y su excepcional clima han dado origen a una serie de vinos de excelente calidad y sabor único. Por otra parte, las bebidas tradicionales son la retsina (vino con un toque de aroma de pino, aportado por la resina de este árbol empleada para sellar las barricas), el raki y el ouzo (licores anisados de alta gradación).
Un verano pleno de folklore, música y diversión
Las fiestas de Santorini se concentran fundamentalmente durante los meses de verano (y parte de la primavera), cuando el tiempo acompaña y los turistas y viajeros pueden aprovechar para asistir a los eventos más interesantes que se programan en la isla. Además de la profusión de fiestas, bien sea en la capital o en los pequeños pueblecitos que honran a sus patronos en las fiestas locales, en Santorini hay también un magnífico ambiente festivo diurno y nocturno, sobre todo en algunas de las playas más concurridas por la juventud.
El año festivo comienza con la festividad religiosa más importante de la isla: la Pascua Griega, que sigue el calendario ortodoxo y que también festeja la llegada de la ansiada primavera. Más adelante, ya en pleno verano, en distintos puntos de la isla tiene lugar fiestas populares que se caracterizan por la presencia de mercados de gastronomía y artesanía, demostraciones de costumbres populares y la presencia constante de las exquisiteces gastronómicas, que aporta un encanto indiscutible a las festividades. Las más destacables son Profitis Ilias, que se celebra el 20 de julio en Fira; la fiesta de la Metamorfosis en Akrotiri (6 de agosto), y la fiesta de la Virgen el 15 de agosto. En el mes de Septiembre encontramos fiestas patronales en Oia(día 8), en Perissa (día 14) y en Fira (17 de septiembre).
En Santorini hay prestigiosos festivales culturales que pueblan la isla de música, color e interés. El Jazz Festival de Kamari tiene lugar en julio con presencia de músicos y bandas locales e internacionales. En el mes de agosto le sigue el Festival Ifaisteia de Santorini, unos días mágicos en los que las danzas populares, la cultura de la isla y la música llenan la ciudad de Fira, que también se ve iluminada por fuegos artificiales que recrean erupciones volcánicas. Además, en Fira también se celebra el Festival Internacional de Música, que se extiende a lo largo de dos semanas en el mes de septiembre.
La presencia latente de un antiguo volcán sobrecoge al viajero, que sentirá en Santorini algo que no se parecerá a nada que haya conocido antes. Pueden ser sus maravillosas playas y costas; su gastronomía, su cultura, su animación o la antigua historia de su civilización... O tal vez la Atlántida, que permanece en el recuerdo de la isla y de sus habitantes. El caso es que Santorini enamora, y así, se convierte en un tesoro bien custodiado en el corazón de todos aquéllos que la visitan