Baqueira Beret, la estación de esquí más famosa de España
Esquí Real en los parajes más bellos de los Pirineos
Baqueira Beret es el nombre de una de las estaciones de esquí más famosas de España, si no la más célebre de todas. Esto se debe en gran parte por ser destino habitual invernal de la Familia Real Española, que acude año tras año a disfrutar de uno de sus deportes favoritos; pero también tiene mucho que ver con la excelencia de su clima, sus magníficas instalaciones y la incomparable belleza de su entorno natural, el Valle de Arán, situado en pleno Pirineo Catalán. La estación Núcleo Baqueira 1500 fue el origen del esquí pirenaico, y es una de las de mayor tamaño de nuestro país; actualmente, Baqueira Beret es el mejor enclave para esquiar de todo el Pirineo, y también el lugar perfecto para la práctica del snowboard. Su particular ubicación aporta a la zona gran cantidad de horas de luz, lo que supone más tiempo para disfrutar de la práctica deportiva.
Pero no sólo existe el esquí en el entorno de Baqueira Beret. Como hemos comentado, esta estación se sitúa en el Valle de Arán, un enclave que cuenta con todos los atractivos posibles de cara al turismo y las vacaciones. Gracias a los maravillosos paisajes, ríos, lagos, cumbres y bellísimos pueblos que lo salpican, el entorno es realmente increíble. Los visitantes tienen la posibilidad de realizar rutas a pie, a caballo, en bicicleta o practicar la escalada, pero también de disfrutar de magníficos spas y aguas termales; practicar actividades de aventura como el rafting, el descenso de cañones, el puenting y el paracaidismo; o visitar el inmenso patrimonio artístico y cultural, destacando en él la gran cantidad de ermitas e iglesias románicas. Las cumbres de hasta tres mil metros de altitud se alzan desafiantes ante la mirada de los visitantes, rodeadas de una espléndida vegetación autóctona formada sobre todo por bosques de pinos, robles y hayas.
Para situarnos geográficamente hablando, podemos indicar que el Valle de Arán está en la provincia de Lérida, concretamente en el noroeste. La capital de esta comarca es Viella, y las pistas de esquí con las que cuenta son Baqueira-Beret, Port Ainé, Super Espot y Tavascán. También acoge al Parque Nacional de Aigüestortes y al río Noguera Pallaresa. Se da la particularidad de que se trata del único valle de todos los Pirineos que está orientado al Norte, de manera que es como si diera la espalda a la Península Ibérica. El aislamiento secular que sufrió este valle por causa de su inaccesibilidad hizo que incluso se desarrollara un idioma particular, el aranés, y que sus paisajes se vieran inalterados. Estos paisajes, caracterizados por las típicas casitas de piedra y cubiertas de pizarra, se mezclan suavemente con ríos, torrentes y antiguas iglesias representantes de la bella sobriedad románica.
Pistas de esquí y snowboard rodeadas de naturaleza y románico
Desde luego, para disfrutar de todos los deportes relacionados con la nieve hay pocos lugares en la Península mejores que Baqueira Beret. El Núcleo Baqueira 1500 (llamado así por los kilómetros de altitud de su cota mínima, siendo la máxima de 2.510 km) está dividido en tres zonas: Baqueira, Beret y Bonaigua. Las pistas son de muchos tipos, bien despejadas, bien en sinuoso recorrido a través de zonas arboladas, y las más conocidas son Tubo Nere y Luis Arias, así como la ruta Escornacrabes. Los que comienzan a dar sus primeros "pasos" en el esquí harán bien en dirigirse a la zona de Beret, donde el aprendizaje de este deporte es más habitual por la sencillez de sus trazados verdes y azules.
En Baqueira y Bonaigua también es posible iniciarse en los descensos, pero la cantidad de pistas clasificadas como rojas y negras es ya bastante mayor. Y una vez arriba, qué mejor que detenerse un momento antes de descender de forma vertiginosa, para contemplar la belleza de picos de más de tres mil metros de altitud, entre los que destacan por derecho propio el célebre Aneto y la Maladeta.
El snowboard tiene cada vez más adeptos entre los fanáticos de la nieve, y por supuesto Baqueira Beret no deja a un lado a los practicantes de esta disciplina. Para ellos están especialmente diseñados los snowparks de La Serra y Comalada, plagados de atractivos que harán mucho más divertido el deporte: saltos, badenes, ski-cross... Aquéllos que por primera vez se suben a una tabla tienen su destino ideal en La Serra, donde podrán practicar su técnica tranquilamente antes de dirigirse a Comalada, el lugar perfecto para experimentar su destreza con mayor riesgo y adrenalina.
Dejando ya un poco descansar al cuerpo, podemos descalzarnos las botas de esquí para colocarnos las de montaña y dirigirnos al Parque Nacional de Aigüestortes, un entorno de más de catorce mil hectáreas donde el agua es la protagonista absoluta. Las caídas de agua, los torrentes que corren rápidos y alegres, los barrancos repletos de pozas y los lagos y tranquilos estanques son el lugar perfecto para relajar nuestra vista, pero también para experimentar la emoción de los deportes de agua, como el descenso de barrancos, los trayectos en kayak o el rafting en aguas bravas. Y además de los cursos de agua, en Aigüestortes podremos disfrutar también de sus bellísimas extensiones verdes, sus laderas y cumbres, sus bosques y hayedos y la presencia ocasional de la fauna autóctona. Otros bellos escenarios naturales son la ruta que va desde el Pla de Beret hasta el santuario de Montgarri, por la ribera del río Noguera Pallaresa, y los lagos (lacs) Rius y Tòrt de Rius. Y un secreto a descubrir: en la localidad de Artiga de Lin, al fondo de un valle encontraremos un magnífico bosque de abetos y un gran hayedo, con parajes tan espectaculares como las cascadas de los Uelhs deth Joèu.
Es ya momento de descubrir la cultura y la historia que se guardan celosamente en el Valle de Arán. La arquitectura típica de la zona, con hermosas casas de piedra con escudos y características chimenea, comparte protagonismo con las humildes y encantadoras bordas (cabañas de refugio para pastores) y los pajares. Los pueblos del Valle son preciosos, bien cuidados y hospitalarios; darse un paseo por sus calles disfrutando de la costumbre de tapear (entre las seis y las nueve de la noche) o del clásico aperitivo, nos permitirá descubrir bellezas como el casco antiguo de Salardú, muestra inmejorable de la hermosa arquitectura aranesa.
Además, Vielha (o Viella), la capital de la comarca, es un lugar donde la tradición y la modernidad conviven sin problemas, resultando una población tan bella como cómoda. Recordemos también la presencia del románico en el Valle de Arán, con iglesias que datan de los siglos XII y XIII; Santa Maria de Arties, Sant Miquèu de Vielha, Sant Andrèu de Salardú... Un patrimonio enorme para descubrir. Sin olvidarnos, por supuesto, que muy cerca del Valle de Arán se encuentra el Valle de Boí, donde la presencia del románico más importante de Europa le ha conseguido al conjunto arquitectónico la catalogación de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Influencias francesas en una gastronomía de alta calidad
La cocina del Valle de Arán es realmente estupenda, un motivo más para no dejar de visitar esta joya del turismo de calidad. La ubicación de montaña de enclave propicia la preparación de guisos y productos sabrosos y contundentes, fuertemente influenciados por la presencia francesa, concretamente gascona. Esta influencia se nota principalmente en la tradición de elaborar patés y preparaciones a base de caza, aunque los toques ibéricos también se percibe, sobre todo en los magníficos embutidos que se elaboran en el Valle de Arán. Choriço, la langoïsa, anditos, cueta, bolh... Son los nombres que reciben algunas de estas deliciosas especialidades, que actualmente se engloban en una marca propia del Valle.
Las materias primas de la zona son el punto de partida de la gastronomía. Exquisiteces como las setas que surgen en sus húmedos bosques, carnes de primera procedentes de vacas y ovejas, las truchas salvajes que se preparan con finas hierbas, patés de caza o frutos del bosque participan en muchas de las mejores elaboraciones. Y desde luego, uno de los productos estrella de la comarca: el caviar nacarii, que se extrae y procesa en las instalaciones situadas a 20 kilómetros del nacimiento del río Garona, un lugar que también merece la pena visitar. Además, algunos platos característicos de la gastronomía del Valle de Arán son la olla aranesa, la senganheta (a base de sangre de cerdo), los caulets u hojas de col rellenas de carne, el delicioso solomillo de corzo, la trucha a las finas hierbas y la truhada (guiso de patatas rellenas también de carne), entre muchos otros.
Para finalizar, echemos un vistazo a la repostería de la comarca, también influenciada por la tradición francesa. Esta tradición se percibe especialmente en postres como las crespèths, también conocidas como pescarons o pastères y que son similares a las clásicas crêpes. La crema aranesa, la tarta tatín y las milhes de maíz completan un delicioso panorama, junto con el hariat de alforfón o las ciruelas en barretxa. Y una estupenda comida a base de todas estas especialidades no se puede terminar sin probar los licores típicos de la zona, como el cassi anisat, el aigua de nòdes o licor de nueces, el vino caliente... Para los visitantes curiosos y amantes de la buena mesa, puede ser una estupenda idea acercarse al Valle de Arán en otoño, cuando se celebra la Mòstra Gastronomica dera Codina Aranesa y muchos restaurantes se aplican a la elaboración de platos donde se fusiona la tradición y la modernidad.
Tradiciones inmemoriales y ferias para disfrutar
Por motivo de su ubicación, apartado del resto de la Península hasta la década de los 40 del siglo XX, la comarca del Valle de Arán ha conservado de manera privilegiada sus tradiciones, que cuentan con siglos de antigüedad. Dichas tradiciones se dan cita puntualmente en las fiestas populares, que como en muchas localidades de su país comienzan en el año festivo con la tradición del Magràs. En realidad, se trata de los clásicos carnavales, que tienen aquí su especial personalidad. Además de este evento, durante la primavera y el verano las fiestas patronales y ciertas romerías de tiempos antiguos, como la del Montgarri o la de Bossòts, se suceden por todos los pueblos del Valle. Vielha, Les, Salardú y el resto de las poblaciones van dejando desfilar sus fiestas, para completar una temporada sin casi una semana de respiro.
Las celebraciones con motivo de la noche de San Juan, el 23 de junio y coincidiendo con el solsticio de verano (la noche más larga del año), son las más célebres de todo el calendario. En las localidades de Les y Arties tiene lugar la quema de un abeto, conocido respectivamente en cada pueblo como el Haro y el Taro. Esta tradición data de tiempos precristianos, probablemente de la cultura celta, aunque después se convirtió en una celebración cristiana. Está basada en una leyenda según la cual, en los tiempos de la Creación, un duende llamado Erulet no pudo entrar en el cielo ni en el infierno debido a su extrema maldad. Como consecuencia, quedó atrapado en el Valle de Arán, y los vecinos queman todos los años el abeto con la intención de esparcir las brasas y espantar así al espíritu maligno. Por su parte, la tradición precristiana está basada en las cosechas, ya que las cenizas sirven como fertilizante para la tierra.
Aparte de maravillosas leyendas (de las cuales la región del Valle de Arán está llena) y tradiciones como ésta, en la comarca también se celebran ferias de todo tipo con distintos productos y temáticas. Bajo el nombre de Hèiras (Ferias) y con sede en la localidad de Les, se distribuyen a lo largo del año, siendo la primera de la Primavera o Primauera, el segundo domingo del mes de mayo. Este evento se celebra desde 1995, y de ser una cita fundamentalmente comercial (para que los vecinos pudieran comprar lo que necesitaban), se ha convertido en un evento turístico de primer orden.
La Hèira d'Artesania tiene lugar el primer fin de semana de agosto, con artistas y creadores procedentes de Cataluña y Francia. La venta de productos artesanales es su leit motiv, y entre ellos destacan la cerámica, los embutidos, los productos de las granjas, la miel... Realmente interesante por su peculiaridad es la Hèira de Bestiar, que se celebra el 6 octubre en la misma población, y que se basa en la costumbre de los pastores trashumantes que regresaban para pasar el invierno, de aprovechar para vender y comprar ganado. A la Feria acuden ganaderos de toda la Val d'Aran, Pallars Sobirà, Alta Ribagorça, Aragón y Francia. Y para terminar, queda mencionar el bello mercado navideño de la Hèira dera Purisima, el 7 diciembre. Los expositores muestran y venden artículos de decoración, animales como pollos u ocas, regalos artesanales...
En resumen, lo cierto es que una visita al Valle de Arán no nos dejará ni un momento de descanso si queremos disfrutar de todo lo que tiene esta comarca para ofrecer. Esquiar en sus pistas, recorrer su naturaleza, degustar su gastronomía, contemplar su patrimonio e incluso vivir su animadísima vida nocturna son excusas más que suficiente para planificar nuestras próximas vacaciones en Baqueira Beret y el Valle de Arán.