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Olbia es una de las ciudades más visitadas por aquellos que visitan Cerdeña, ya que está situada en medio de la Costa Esmeralda, dispone de aeropuerto y tiene alojamientos aptos para todo tipo de bolsillos. El centro de la ciudad es tranquilo para dormir y lleno de secretos de día… Ya que caminando podemos descubrir numerosos edificios del siglo XIX a nuestro paso como el ayuntamiento o la biblioteca. Pero el pasado de esta ciudad es más antiguo aún, puesto que fue un punto estratégico para cartagineses y romanos, que dejaron su huella en elementos arquitectónicos como los restos de la muralla púnica que encontramos en la Via Acquedotto, los restos de casas cartaginesas en la Via Nanni o el acueducto romano que hallamos en la carretera de Abbas Cabu, a las afueras de la ciudad.
En Olbia dar un paso es caminar sobre la historia. Y sino que se lo digan a los constructores de la Catedral de San Simplicio, que fue construída en los siglos XI y XII encima de una necrópolis romana, cuyos restos todavía a día de hoy se pueden visitar en su interior. Como hemos dicho, el centro de la ciudad está lleno de historia, pero también de vida como la que encontramos en el Corso Umberto I. Entre sus calles encontramos todo tipo de bares y restaurantes donde refrescarnos y tomar un tentempié cuando hace buen tiempo. Callejear nos llevará seguro a encontrarnos con más de una sorpresa, como las pequeñas plazas de Reina Margarita o la Piazza Giacomo Matteotti, o la de encontrarnos con la preciosa iglesia de San Paolo, una edificio con una cúpula multicolor que seguro nos dejará un gran recuerdo de nuestro viaje.
Si lo que queremos es disfrutar de las playas, tranquilos, porque a pocos kilómetros de Olbia encontramos auténticas calas y playitas paradisíacas de arenas blancas y aguas de color turquesa como las de Porto Istana.
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Esta es una de las paradas obligatorias que tienes que hacer si visitas Cerdeña. Su Nuraxi di Barumini es el yacimiento arqueológico más importante de la isla. No en vano, su antigüedad, buen estado de conservación y su singularidad le han valido el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aquí se encuentran las nuragas mejor conservadas de Cerdeña, unas torres de defensa hechas con rocas, con diferentes cabañas formando la aldea a su alrededor. La belleza de este paraje está llena de historia. Ya en la edad del bronce fue habitada y posteriormente fue dominada por púnicos y romanos. La huella de todas estas civilizaciones todavía hoy se puede vislumbrar en cada uno de sus rincones. No podemos olvidar que cada uno de sus monumentos se realizó en diferentes etapas de la historia italiana.
Para llegar lo mejor es coger el coche, ya que se encuentra a tan sólo una hora de Cagliari, la capital de la isla. Se encuentra en el pueblo de Barumini, en Medio Campidano. Si queréis evitar grandes aglomeraciones, lo más recomendable es madrugar y llegar bien pronto. Así podréis coger las mejores fotografías de este yacimiento y disfrutarlo con más calma y tranquilidad. Una vez allí, os recomendamos optar por hacer una visita guiada. Esta os dotará de más información durante vuestra ruta que recorrerá esta aldea nuraga milenaria.
Hacer un viaje al pasado. Eso es lo que sientes cuando visitas Cagliari por primera vez. El barrio del Castello mantiene todavía su espíritu medieval con sus calles estrechas, antiguos talleres de artesanos, y sus altas murallas coronadas por las torres de San Pancrazio y del Elefante, que te hacen retroceder en el tiempo e imaginarte cómo debía ser la vida en esta ciudad de la costa de Cerdeña durante la Edad Media. No es difícil imaginarse las horas de vigilancia que pasaban sus guardianes en su gran fortaleza, hoy símbolo de la ciudad, el Castillo de San Michele, y uno de los mejores lugares desde donde disfrutar de unas inmejorables vistas de Cagliari. Curioso también resulta escuchar uno de los conciertos que se dan en el anfiteatro romano ubicado en la colina del Buon Camino, otrora lugar donde los gladiadores lidiaban por ser los ganadores de la batalla y se ejecutaban las penas capitales.
Los más románticos e intrépidos pueden descubrir los secretos de Cagliari surcando sus calles en un coche de caballos, o aprovechar para ver sus alrededores en un Fiat 500, uno de los coches más emblemáticos que se pueden ver por la ciudad.
Los amantes del sol y la playa encontrarán en Cagliari su pequeño oasis en la ciudad, y que pueden disfrutar de sus aguas cristalinas en la segunda playa más grande de Italia, la playa de Poetto. Un lugar fácil de llegar que se convierte en el espacio perfecto para las familias, ya que dispone de todo tipo de servicios, restaurantes y actividades de ocio al lado de la ciudad.
Esta ciudad también es ideal para satisfacer vuestro paladar. Un buen entrante es pasear los sábados por el mercado de San Benedetto y conocer así los productos que esta tierra nos ofrece. Un paraíso para los cinco sentidos que sólo se da una vez a la semana. Comer será el siguiente placer a tener en cuenta. Cagliari tiene muchos restaurantes, pizzerías y trattorias. En el barrio de La Marina, cerca del puerto, en la via sardegna, una de las más comerciales, o en la piazza Viceregio, la más importante de Cagliari, podréis disfrutar del marisco, el pescado y el tradicional cochinillo, un plato que ningún buen amante de la carne se puede perder si visita Cerdeña.
Santa Teresa de Gallura es una de nuestras zonas preferidas. Se encuentra cerca de Palau y, por tanto, cerca de la isla de la Maddalena y cerca de Costa Esmeralda. Por lo tanto, hablamos de una de las zonas más exclusivas de toda Cerdeña. Aquí hay playas, playas y sobre todo playas. Pero no hablamos de cualquier playa. Nos referimos a algunas de las mejores de toda Europa.
Pero dejemos a un lado la arena, el agua cristalina, los chiringuitos y el paraíso. Hablemos de la localidad de Santa Teresa de Gallura. No cuenta con muchos monumentos destacados, pero aún así es una parada que no debéis obviar. Puede sonar paradójico, pero como os comentábamos antes, es uno de los lugares más recomendables de la isla. Como decíamos, no tiene atracciones espectaculares, pero os aseguramos que encontraréis encanto en cada rincón. Los amantes de retratar rincones especiales con una instantánea disfrutarán como en ningún otro sitio al recorrer sus calles.
Cerca de Gallura también hay otros lugares de interés. Es imprescindible visitar Capo Testa: un escenario de piedra pulido y esculpido por el paso de millones de años. Aquí podréis hacer fotografías inverosímiles. Eso sí, tened algo de cuidado con el viento.
Elegir el Golfo di Orosei es una apuesta segura. Hablamos de uno de los lugares más espectaculares de toda la isla. Se trata de un camino de unos 140 kilómetros desde Cagliari plagado de acantilados, calas maravillosas y un agua de un azul intenso que os atraerá hasta ella como el canto de las sirenas. Hay diversas formas de llegar hasta aquí, pero os recomendamos encarecidamente que cubráis este trayecto en coche, con tiempo y con calma para poder disfrutarlo como se merece.
En esta zona se encuentran alguna de las calas y playas más famosas del sur de Cerdeña. Hablamos de Cala Goloritzé, de la playa Su Sirboni, Cala Sisine o Cala Luna. También hay otra forma de cubrir este trayecto o parte de él y es hacerlo en barco, un medio de transporte que os permitirá acceder a calas y rincones inaccesibles desde la tierra.
En definitiva, que no os lo podéis perder bajo ningún concepto.
Recorrer la costa oeste de Cerdeña en coche es uno de los mejores planes que podéis tener en vuestras vacaciones por la isla. Una de las mejores rutas es la que une el Alghero con Bosa. El viaje se convertirá en una aventura llena de playas de ensueño y acantilados de vértigo por descubrir. 50 kilómetros de vía que bordea el mar y se adentra por momentos en el interior de las montañas. Esta es una buena forma de estar en contacto con la isla, su ritmo y su naturaleza.
En el trayecto, hay que pararse en los miradores que te vas encontrando en el camino para hacer fotografías de los riscos que caen en picado sobre el mar y de las torres de vigilancia que antaño servían para salvaguardar la costa de piratas y malechores. Eso sí, hay que tener cuidado con el fuerte viento que azota este lado de isla a la hora de hacer una foto y no correr peligros innecesarios.
Por el camino también veremos preciosas calas. Algunas de ellas son muy conocidas y otras mucho menos aglomeradas de turistas, que se convertirán en el lugar perfecto para hacer un alto en el camino, refrescarse o comer un poco. No dejes de ver las playas de Cala Burantín, la Speranza y Compoltitu, siempre limpias, familiares y de aguas paradisíacas.
Evidentemente hacer parada tanto en el Alghero como en Bosa son dos imprescindibles en esta ruta. Dos ciudades que conservan el alma de la edad media prácticamente intacta y que ha atraído desde hace años a infinidad de turistas. No dejes de pasear por las murallas del Alghero al caer la noche, o por el pintoresco y colorido pueblo de Bosa, lleno de vida y carácter a orillas del río Termo, bajo la atenta mirada de su fortaleza.
Es una de las 18 playas que se encuentran en la zona de San Teodoro, al sur de Olbia. Tanto La Cinta como la mayoría de las playas de la costa este son de arena blanca y aguas cristalinas. Esta, en concreto, es muy poco profunda, lo que la convierte en una playa perfecta para pasar el día en familia. La temperatura del agua suele ser elevada, algo más que en otras playas, y eso nos permite pasar horas en remojo sin peligro.
Es una playa perfecta para niños pero también para los jóvenes y para los amantes de los deportes náuticos. Es ideal también para los que buscan no sólo una playa, sino la suma con el entorno. El de La Cinta es mágico. Está rodeado de naturaleza y no sólo por la vegetación que encontramos, sino también por la cantidad de flamencos y garzas que hay en el estanque de San Teodoro, muy cercano a la playa.
Cala Sabina es un paraíso poco conocido ubicado en la maravillosa Isla Asinara, un parque natural que se encuentra en el noroeste de Cerdeña. Cala Sabina es una de sus solitarias y tranquilas playas vírgenes de arena fina y aguas cristalinas. Una delicia para aquellos que busquen desconectar del mundanal ruido y dejarse llevar por el único sonido de las olas del mar, y el del rebuzno de alguno de los asnos albinos sardos que merodean por la isla.
Si además queremos combinar un día de sol y playa con otras experiencias, en este parque natural también podrás visitar una antiguo centro penitenciario, que le dió a la isla el apelativo de ‘isla del diablo’, y un centro de recuperación de tortugas, así como contemplar una amplia variedad de fauna y flora.
¿CÓMO LLEGAR?
A Isla Asinara podemos llegar en uno de los barcos que salen de Stintino o de Porto Torres y una vez en la isla podemos movernos en tren, jeep, bus o bicicleta. Cada opción a un precio diferente. Pero si lo que queremos es acercarnos a cala Sabina, una buena opción es coger una bicicleta o un jeep. Este último os dejará donde le digáis al conductor, así que no tendréis problema para que os deje lo más cerca posible de la playa. En cambio si escogéis ir en bus, tendréis que dar un paseo desde Cala d’Arena para llegar, una pequeña caminata que os aseguramos que vale la pena.
La Costa Verde alberga 47 km de costa azotada por el viento que combina con su antigua tradición minera. Pero si existe una playa que destaca entre todas por su belleza es la de Piscinas, una larga playa cuyo atractivo está en sus dunas gigantes. Algunas de ellas llegan incluso a hacer montañas de arena de hasta 50 metros. Sólo con llegar a la playa de Piscinas parecerá que nos hemos trasladado al Sáhara, ya que su paisaje así lo recuerda… inmensas e interminables dunas se confunden con el verde de su vegetación salvaje y el azul del cielo y de sus aguas.
Una belleza que ha hecho que sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Porque Piscinas no es únicamente una playa, también fue el antiguo embarcadero de la aldea minera de Ingurtoso y albergaba una antiguo almacén de las minas, que a día de hoy se ha transformado en el único hotel que hay en esta zona. Un retiro ideal para aquellos que quieran desconectar de una vida estresante y conectar con la naturaleza en estado puro.
Es la opción perfecta para aquellos que quieran alejarse de las playas típicas y más concurridas pero no quieran perder ni un ápice de calidad tanto en lo que a la arena se refiere como también al agua. Porto Pino está situada al suroeste de Cagliari y es espectacular en gran medida por sus dunas, que pueden llegar a medir hasta 20 metros. Está ubicada en una zona militar que sólo está abierta en verano y recibe su nombre por el bosque de pinos que tiene a su alrededor.
Es una playa muy cómoda para ir en familia porque sus aguas son poco profundas pero suele hacer viento. Por eso se ha convertido en uno de los lugares de moda para los amantes de los deportes náuticos y para aquellos que no conciben un día de playa sin una buena dosis de brisa marina.
En 2013 quedó en el onceavo puesto del ranking de Vanity Fair de las mejores playas del mundo, así que ya podéis haceros una idea de cómo es. Es una playa especial, de una arena gruesa y pedregosa, de las que no se pegan al salir del agua y nos convierten en una croqueta molesta. Aquí eso no pasa. De hecho, a la playa de Arutas se la conoce como la playa de los granos de arroz, por la forma de la arena, que parecen granitos de arroz.
Al mismo tiempo, es una playa tranquila, con una proporción de bañistas por metro cuadrado bastante favorable a los que buscan paz y descanso en una playa. Es muy cómoda, ya que cuenta con duchas, parking, un chiringuito y puestos donde comprar alguna pulsera hecha a mano.
Bañarse en Spiaggia di Capriccioli es como hacerlo en una piscina de agua salada, pero con peces, arena y el mar abierto. El entorno es el típico caribeño pero en el Mediterráneo. Se trata de una playa de pequeñas dimensiones, así que es perfecta para ir en los meses de junio y septiembre o para los madrugadores. Llegar a la playa en los meses de julio y agosto antes de las 10 de la mañana nos garantizará un sitio en la arena, pero más tarde puede ser un problema.
Es una playa cómoda porque tiene parking de pago en verano, servicio de hamacas, sombrillas y un chiringuito donde picar algo.
Esta cala es una de nuestras preferidas y si os animáis a visitarla seguro que nos dáis la razón. Hablamos de una playa casi virgen, con un color de agua que no encontraréis en ningún otro lugar. Y tiene una explicación: aquí desembocan algunos manantiales submarinos de agua dulce que se mezclan con el agua salada directamente bajo la superficie. El agua no cubre mucho, así que es ideal para pasar un día con los niños.
Si elegís visitar Cala Goloritzè, no os olvidéis vuestra cámara de fotos o llevar vuestro smartphone bien cargado porque este lugar es uno de los más fotografiados de toda Cerdeña. Por el color del agua está claro, pero tiene otro gran atractivo: al final de la cala hay un arco espectacular que da a parar al mar. Es un agujero natural erosionado en la roca y que os permitirá dar envidia a vuestros amigos cuando enseñéis las fotos de vuestro viaje a Cerdeña.
A esta cala hay que acceder en barco o a través de una excursión apta para senderistas aficionados.
Situada al sur de Cerdeña, esta playa se encuentra en el TOP 10 de las playas en Cerdeña y eso son palabras mayores. Es en parte gracias al color y a la textura de la arena y las distintas tonalidades del agua nos trasladan al Caribe; un agua siempre tranquila y sin muchas olas gracias a su situación geográfica. Hablamos de una playa muy tranquila aunque superpoblada en los meses de verano, por lo que aconsejamos ir pronto por la mañana.
Cuenta con un parking gratuito hasta junio que se convierte en un estacionamiento de pago durante los meses de verano. La playa cuenta con bares y chiringuitos con mucho ambiente, que son de las pocas construcciones permitidas en la zona. El entorno está muy bien protegido y el paisaje es prácticamente virgen. Virgen es también la isla que se encuentra frente a la playa y a la que se puede ir a nado.
La playa de Su Giudeu es una de las joyas del sur de Cerdeña no sólo por su arena rosada y su agua transparente, sino porque aún siendo el paraíso siempre encontraréis un buen sitio para poner vuestra toalla. Es una playa larga y como tal, es muy cómoda y es un lugar ideal para pasar un buen día en familia. Es perfecta para ir con niños porque es poco profunda y hay un buen servicio de hamacas y sombrillas para estar relajados y resguardados del sol si hace mucho calor.
Se encuentra en la Bahía de Chia y es una buena alternativa a Cala Cipolla y a Spiaggia di Tuerredda, que suelen ser más concurridas.