Atlixco, la ciudad de las flores, que se ubica en las faldas del volcán Popocatépetl, presume de tener el mejor clima del mundo. Las flores son parte del paisaje cotidiano, que en octubre se tiñe de anaranjado gracias a la flor de cempasúchil, que se usa para elaborar alfombras de flores durante la celebración del día de muertos.

Durante tu visita no dejes de conocer el zócalo, una plaza de estilo arabesco, la cual alberga el Ex convento del Carmen, que data del siglo XVI; la Iglesia de la Merced construida en 1680 con una importante colección pictórica; la Capilla de la Tercera Orden, con un magnífico retablo barroco; el Templo y Convento de Santa Clara, con un bello estilo neoclásico; el Hospital de San Juan de Dios que data del siglo XVI con una pinacoteca que exhibe más de 50 obras de los siglos XVII y XVIII; la Parroquia de la Natividad cuya construcción se inició en 1579; la Iglesia de San Félix Papa, con lienzos que datan del siglo XVII; el Portal Hidalgo y el Portal Morelos, que datan del siglo XVIII y el Palacio Municipal, que tiene una hermosa fachada de talavera y bellos murales.

Sus alrededores también ofrecen interesantes lugares para visitar como:

• Axopan, con manantiales de agua fría mineral carbonatada, cuenta con albercas de aguas medicinales; el Centro Vacacional Metepec, uno de los balnearios más importantes del estado con excelentes facilidades para congresos y convenciones; las cascadas de San Pedro y los Molinos; el Cerro de San Miguel, con miradores desde donde se observan bellas panorámicas.
  
   
• Huaquechula, durante tu visita podrás visitar el Ex-Convento Franciscano, que data del siglo XVI, la Iglesia de Martín Obispo y el zócalo, con interesantes vestigios de la historia del pueblo. En temporada de muertos cada año tiene lugar uno de los rituales para honrar a los muertos más importantes de todo México. Los habitantes elaboran asombrosas ofrendas de 4 pisos, que se colocan al interior de las casas y tienen como finalidad celebrar a las personas que fallecieron durante el año.
  
   
• Metepec, a las faldas del Popocatepétl, es un pequeño pueblo que fue un centro industrial textil, y que cuenta con el Centro Vacacional IMSS. Hay criaderos y lagunas para practicar la pesca de trucha.

Es uno de los 9 Pueblos Mágicos de Puebla, se encuentra a 2 horas de la Ciudad de México y en él, el viajero encuentra un auténtico paraíso natural. Este pequeño pueblo, de fuerte sabor serrano, invita a la desconexión del frenesí diario. El centro del pueblo mantiene su encanto colonial, con un colorido zócalo presidido por el Palacio Municipal colonial.

Rodeado de altos cerros, surcado por ríos que descienden en profundas barrancas formando cascadas, Huauchinango es un lugar ideal para el turismo de naturaleza y la aventura más extrema.

Si no eres fan de la adrenalina, puedes disfrutar del espectáculo natural de la presa Necaxa, que refleja los cerros que la contienen. Los aficionados a la pesca tienen aquí un importante destino, en el que pueden disfrutar de su afición.

Chignahuapan es un municipio ubicado en la parte norte del estado de Puebla. Su nombre proviene del náhuatl que significa "sobre las nueve aguas". Chignahuapan es colorista y lleno de encanto, como si el pueblo entero fuera un lienzo; casas, templos y jardines están pintados e iluminados donde la alegría se acentúa en sus calles principales. Cuando brilla el sol, millones de esferas expuestas en las tiendas relucen. Un espectáculo sin igual. El Pueblo Mágico de Chignahuapan parece un escenario de cuento que ha visto nacer personajes como el gran humorista Capulina.

Es indispensable conocer la Parroquia de Santiago Apóstol, patrono de Chignahuapan, donde se aprecia una fachada de argamasa con colores simbólicos muy al gusto indígena. Conoce las cascadas más altas del estado en el salto de Quetzal pan. Aventúrate en la tirolesa y practica rapel. Disfruta de la exquisita gastronomía. Existe una gran variedad de restaurantes con el sello de la cocina poblana alrededor de la plaza de la constitución.

Cuetzalan ofrece una rica mezcla de atractivos prehispánicos y coloniales, acariciados por la neblina que recorre sus calles y montañas cubiertas de hermosa vegetación. Se dice que el nombre original de Cuetzalan era Cuetzalan, es decir, "lugar donde abundan los quetzales”. Cuetzalan es el corazón de la Sierra Oriental, un lugar de encuentro entre los pueblos del altiplano y los pueblos costeros, un lugar tradicionalmente aislado donde sus habitantes han sabido mantener sus tradiciones con orgullo. Un Pueblo Mágico y amable, que da la bienvenida al visitante e invita a pasear por sus empinadas calles empedradas.

Descubre pintorescos callejones y plazuelas hasta la Calzada de Guadalupe. Para admirar este pueblo de inmenso sabor tradicional, sube hasta el Santuario de Guadalupe, al ver su campanario comprenderás por qué la llaman la Iglesia de los Jarritos. La tradición culinaria de esta zona de la sierra combina elementos indígenas y españoles, de ahí resultan diversos platillos como la cecina ahumada acompañada de caldo de nahuatlata, hongos y tlacoyos.

Su nombre deriva del náhuatl: Pahuatlán, "Lugar de los frutos". Para llegar a Pahuatlán, el viajero debe adentrarse en la sierra, atravesando valles y cruzando barrancas hasta este pequeño Pueblo Mágico. El viaje es además un viaje en el tiempo. Los pobladores de esta región han logrado mantener intactos sus modos de vida y sus tradiciones náhuatl y otomí.

Calles empedradas, el rojo de las tejas contrastando con el verde del cerro; bordados tradicionales y trabajos de chaquira; frutos, verduras, café, huaraches y plantas medicinales en el tianguis dominical. Una sensación de contacto con el origen que se hará aún más intensa si estás aquí durante un día de fiesta, cuando Pahuatlán se llena de voladores, música y danzas. La fiesta más tradicional es en honor a San Pedro y San Pablo Apóstol.

Junto a los ritos cristianos, en algunas comunidades como San Pablito, las cuevas y manantiales son escenario de ofrendas a las deidades de la naturaleza. En sus ceremonias utilizan el papel amate, una artesanía que mantiene su carácter ritual, su creación es de origen prehispánico y se ha transmitido de generación en generación desde hace siglos.

Si Puebla es ciudad de españoles, Cholula es su contrapunto indígena. Habitada durante miles de años, Cholula; en realidad dos ciudades, San Pedro y San Andrés, se construye sobre una ciudad prehispánica, un gran centro ceremonial con siglos de tradición.

En esta zona se levanta la gran pirámide de Cholula que tiene la apariencia de un cerro piramidal, debido a que está compuesta por una serie de pirámides superpuestas una sobre otra. Dentro de la pirámide se han excavado un total de ocho kilómetros de túneles; gracias a los cuales, se han podido encontrar murales prehispánicos, como el llamado "mural de los bebedores de pulque". Visita el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, iglesia colocada sobre la pirámide y construida en 1540, cuenta con una cúpula cubierta de azulejos teniendo como fondo el majestuoso volcán Popocatépetl. Santuarios prehispánicos, arcos mudéjares, cúpulas barrocas, conventos-fortaleza y la inagotable creatividad indígena conviven en la explosión espiritual y artística que es Cholula.

Y siguiendo con la tradición artística, Cholula es también Talavera. Aquí se concentran las fábricas que continúan produciendo estas auténticas obras de arte según el proceso tradicional mezclando arcillas, cociendo en el horno, moldeando las piezas una a una y pintándolas a mano, como antaño. El color inunda patios y fachadas. Los indígenas creían que al ir al cielo volvemos a ser niños y la iglesia de Santa María Tonantzintla recrea este cielo repleto de caritas infantiles. ¡Te sorprenderás!

En Tlatlauquitepec hay mucho que hacer, desde pasear por su tranquilo centro histórico y degustar su exquisita gastronomía, hasta realizar deportes extremos. Hay una variedad de climas que van desde el frío en la zona sur del municipio, pasando por un clima templado más agradable en la cabecera municipal hasta el clima cálido propio del norte del municipio.

Su nombre proviene de las palabras náhuatl "Tlatlahui" que significa colorear y "Tépetl" que significa cerro; es decir "en el cerro rojo o enrojecido". En el centro de este pintoresco Pueblo Mágico está el Ex Convento más antiguo de su clase de toda Latinoamérica: Santa María de la Asunción, de 1531. Aquí se formaron cientos de frailes y fue en su día un centro cultural. No te pierdas los magníficos adornos de su templo.

Prueba la deliciosa gastronomía local bajo los portales de color rojo encendido de la bellísima Plaza de Armas. Tlatlauquitepec es naturaleza en estado puro. Recorre uno de sus senderos entre la vegetación y descansa junto a la Presa de la Soledad, o atraviesa la alfombra verde de helechos hasta la Cascada de Tuxtla y báñate en su poza azul. Atrévete a volar en tirolesa, a descender el Cerro Cabezón en rapel o a sumergirte en el agua en la Cueva del Tigre. Toda una aventura que tienes que vivir.

Su nombre deriva del náhuatl y significa "cerro de los abejorros". Xicotepec posee el honor de haber sido capital de la República Mexicana durante tres días en 1920, mientras se practicaba la autopsia al recién asesinado Venustiano Carranza. Desde entonces, pocos acontecimientos alteran la paz de este pequeño Pueblo Mágico, ubicado en plena Sierra de Puebla. Un paseo por su gran zócalo te descubre un jardín que parece el vergel, rodeado de pintorescos portales impregnados del exquisito olor a café que emana de las cafeterías. Protegiendo la paz de este pueblo se encuentra la monumental Virgen de Guadalupe de 20 metros de altura, la cual ostenta el récord a la imagen de la “Morenita del Tepeyac” más grande de Latinoamérica.

Desde el Centro Ceremonial de la Xochipila llega la fiesta a Xicotepec durante la noche más corta. Chamanes, brujos y todas las etnias de Puebla se dan cita para honrar a San Juan Techachalco con danzas, música y con el brillante color de las flores de cempasúchil.

Montañas de verde intenso, cubiertas por la niebla, arropan a este Pueblo Mágico. Adéntrate en quebradas tan profundas como La Garganta del Diablo con sus espectaculares paredes verticales y donde se puede admirar el río Necaxa al fondo del cañón. Siente la adrenalina mientras te deslizas por tirolesas, o pruebas las aguas blancas del río San Marcos. Una escapada ideal para disfrutar de las tradiciones en plena naturaleza.

Elevado hasta lo más alto de la Barranca de los Jilgueros, Zacatlán se rodea de bosques cubiertos de niebla, fértiles campos sembrados de árboles frutales y valles donde las rocas desafían a la gravedad. Un Pueblo Mágico de sobria belleza, alejado de ostentación, orgulloso de su herencia.

Comienza el paseo en la plaza principal, en los portales de cantera de la plaza cívica. En el centro de la plaza, uno de los íconos del lugar: el Reloj Floral, único en el mundo con su esperado tictac al marcar la hora. Alrededor, grandes casonas de antaño con sus ventanas enrejadas y cuidados balcones, puertas de grandes aldabas, fachadas que compiten en encanto y protectores aleros. Frente al Palacio Municipal se alza el extraordinario Ex Convento Franciscano de Zacatlán. Para acceder, dirígete al atrio, al extremo de la plaza. El templo aún conserva el techo a dos aguas original y pinturas murales. Es una joya.

Cruza la plaza y dirígete hacia la otra joya arquitectónica de Zacatlán: la Parroquia de San Pedro y San Pablo, de estilo barroco tiquizque, es decir, con influencias indígenas. Fíjate en las esculturas de San Pedro y San Pablo que flanquean la portada: San Pablo lleva incluso ropas indígenas. Con las últimas campanadas, la niebla vuelve a envolverlo todo en un aura mágica y en las noches de fiesta la gran plaza se transforma en un espectáculo de danzas, música y pirotecnia. El agradable paseo culmina en una plazuela, sentados en una terraza soleada. Al visitar Zacatlán es obligatorio que pruebes las exquisitas sidras, conservas y licores frutales. El pueblo donde parece que el tiempo se detuvo observa, sin embargo, atento el paso de las horas.

Puebla posee una gastronomía multiétnica, en la que conviven varias tradiciones indígenas que resultan en una increíble fusión que le da especial reconocimiento e importancia a la cocina poblana. Así, esta rica mezcla va más allá del mole o los chiles en nogada, llevando a los visitantes por un recorrido de sabores completamente inesperados. Una mesa acompañada de la vista de bellos paisajes y llena de manjares serranos es lo que ofrece esta ruta, saborea la gastronomía tradicional plasmada en los platillos del presente.

Atrévete a elaborar tlacoyos, tamales, pan y mole en una cocina típica de la región con las más expertas cocineras de la sierra. Disfruta de bebidas ancestrales como el pulque, bebida de los dioses; para saber más, en Zacatlán y Chignahuapan organizan rutas guiadas. Pero si lo que quieres es una experiencia realmente inolvidable atrévete a probar lo exótico de la Sierra: los chicales de Pahuatlán y Xicotepec; los populares escamoles de Ixtacamaxtitlan y el famoso Yolixpa, licor curativo “todopoderoso” de Xochiapulco.

No existe mejor lugar para iniciar esta ruta que los típicos mercados artesanales a lo largo de la sierra, pequeños establecimientos llenos de piezas mágicas hechas con las manos de los habitantes de la región. Aprende a realizar alguna de las artesanías típicas como: el papel amate en la pequeña comunidad otomí de San Pablito, Pahuatlán. Descubre técnicas artesanales ancestrales y llévate a casa un pedacito de Sierra Mágica en coloridas y singulares artesanías: esferas, textiles, cerámicas, etc.

En Xicotepec encontrarás bisutería orgánica elaborada con cascara de nuez, coco, semillas de tamarindo, flor de canela, café y mucho más.

Aguas termales, temazcales y mágicos rituales es lo que encontrarás en esta maravillosa ruta. Gracias a su apartada ubicación de la ajetreada vida urbana, estos pintorescos lugares te permiten vivir la naturaleza. Serénate contemplando el atardecer, duérmete escuchando el sonido del silencio.

Cada cultura tiene sus propios métodos de curación y puedes aprender mucho de nuestras comunidades indígenas Nahua, Totonaca, Tepehua y Otomí. En el Módulo de Medicina Tradicional del municipio deTetela de Ocampo, donde expertos curanderos, hueseros y parteras aplican técnicas ancestrales de eficacia comprobada.

Más que un baño de vapor, el temazcal es todo un rito prehispánico que relaja el cuerpo, purifica la piel y libera la mente. Báñate en las aguas termales de Chignahuapan y purifícate con el agua medicinal de las grutas de Acocomoca en Tetela de Ocampo.

Paisajes llenos de magia y adrenalina es lo que está ruta tiene para ti. La barranca de los Jilgueros en Zacatlán, te brinda una de las mejores vistas de la región, rodeada de bosques cubiertos de neblina, fértiles campos sembrados de árboles frutales y valles con majestuosas montañas.

El misterioso Valle de Piedras Encimadas en Zacatlán, está formado por colosales rocas de formas caprichosas que datan de hace millones de años, aquí se ofrecen caminatas o paseos a caballo. Deléitate con los paisajes mágicos de la Sierra y vive una explosión de adrenalina en parajes vírgenes, explorando grutas y cascadas. Disfruta de la profunda majestuosidad de las Grutas Karmidas en Zapotitlán de Méndez así como las Grutas de Carreragco en Tetela de Ocampo.