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A mediados del siglo XIV, el rey checo Carlos IV descubrió que los manantiales termales que brotan en el valle del río Teplá poseen extraordinarios efectos curativos.
Por ello mandó construir en medio del bosque un balneario al que pronto empezaron a llamar con su nombre, Karlovy Vary – Termas de Carlos. Siglos después se convirtió en el destino termal más importante de la República Checa.
Déjate llevar por la palpitante vida de las cinco columnatas de Karlovy Vary donde te sorprenderán gratamente los artistas callejeros o los pequeños comerciantes. Descubre fuentes medicinales naturales, masajes tranquilizantes, baños relajantes, envolturas corporales, todo ello armonizado con música agradable o la luz de las llamas flameantes de unas velas.
Un mundo en el que se entrelazan en armonía la salud humana y la sensación de relax y de liberación total del estrés, el cansancio y los problemas del día a día.
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El producto checo más conocido en el mundo es la cerveza. Y lo es por dos razones, porque fabrican muchos tipos diferentes de exquisita cerveza, y porque encabezan el ranking mundial de consumo de cerveza per cápita.
La ruta de cerveza por la República Checa empieza en la capital checa, Praga. Allí se puede visitar la fábrica de cerveza Staropramen, Otro lugar de interés es U Fleků, la cervecería más famosa de la ciudad que se encuentra en el pleno centro histórico y está considerada como monumento histórico.
Siguiendo la ruta nos vamos al Sur de Bohemia, a la ciudad de České Budějovice, dónde se encuentra la casa de la cerveza Budvar, conocida mundialmente como Budweiser Budvar.
Si tienes tiempo desplázate al balneario de cerveza Purkmistr, situado en Chodová Planá, un pueblecito que se encuentra a una hora de Plzeň. En él podrás comprobar las excelentes propiedades que aporta la cerveza a nuestro cuerpo, sumergiéndote en una bañera de madera maciza repleta de cerveza tipo pils, mientras contrarrestas los vahos y el calor con una jarra de cerveza bien fría.
La última parada de la ruta de la cerveza es Žatec, una región que presume de ser la mayor productora de lúpulo de la República Checa, cuya variedad Saaz es la responsable de proporcionar a la cerveza Pilsner Urquell su auténtico sabor y olor. Si quieres comprobarlo acércate a la fábrica local Žatecký pivovar y haz una degustación.
Existen muchas otras cervezas locales en todas las regiones del país. Por ejemplo la cerveza Starobrno de Brno; o la Radegast de Nošovice, muy conocida en Moravia y Silesia.
Carlos IV fue el que impulsó la construcción de uno de los atractivos turísticos más conocidos del país, el Puente de Carlos, y de su época datan otros grandes símbolos turísticos checos como la Catedral de San Vito, la Ciudad Nueva de Praga, Universidad Carolina, el famoso Castillo de Karlštejn o el archiconocido balneario de Karlovy Vary, entre otros.
Por eso, para conocer su legado es imprescindible visitar la capital checa, y surcar el famoso Camino Real que atraviesa la Ciudad Vieja recorriendo distintos monumentos relacionados con la figura de Carlos IV, y siguiendo los pasos del cortejo que acompañaba a los Reyes en su camino a la Catedral de San Vito, en el Castillo de Praga, para ser coronados.
Esta ruta real sale de la Plaza de la República, junto a la Casa Municipal, y se dirige al casco antiguo a través de la Torre de la Pólvora situada al inicio de la calle Celetná. Allí, justo al principio, se encuentra la casa cubista de la Madona Negra y, a mitad de camino hacia la plaza de la Ciudad Vieja, está la Universidad Carolina que fue creada por Carlos IV y que hoy está entre las mejores de la Europa Central y del Este. Y es que el Rey de Bohemia fue un gran defensor de la educación, y un hombre adelantado a su época que hablaba 5 idiomas y que escribió varias obras didácticas de temática variada.
Una vez en la plaza de la Ciudad Vieja hay que visitar el Ayuntamieno de la Ciudad Vieja, en cuya fachada un precioso reloj astronómico da la hora desde hace más de 600 años. Además en esa plaza se encuentra la Casa de la Campana de Piedra (U Kamenného zvonu) donde hay quien dice que nació Carlos IV. Desde ese punto el viaje continúa atravesando la plaza Malé náměstí y la calle Karlova ulice, y bordeando la zona del Klementinum se llega a la plaza Křižovnické náměstí donde está la Torre del Puente de la Ciudad Vieja.
En este punto álgido de la ruta se encuentra el mítico Puente de Carlos, que fue construido sobre el río Moldava por el Rey Carlos IV para unir la Ciudad Vieja con el barrio de Malá Strana. En la otra orilla del río Moldava está otros de los símbolos más importantes del reinado de Carlos IV: la catedral de San Vito y la Ciudad Nueva.
Brno es la segunda ciudad más grande de la República Checa. Muchos la conocen por albergar una de las joyas del funcionalismo: la Villa Tugendhat, considerada por muchos como el origen de la vivienda moderna. Fue construida por el famoso arquitecto alemán Mies Van der Rohe y actualmente es una de las cuatro villas más importantes del mundo, además de estar incluida en la prestigiosa lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La región de Bohemia Meridional lo tiene todo, desde naturaleza hasta monumentos históricos.
České Budějovice
Esta ciudad es mundialmente conocida por la famosa cerveza Budweiser Budvar. Pero aparte de eso también vale la pena visitarla para conocer su centro histórico repleto de casas medievales, renacentistas y barrocas bien conservadas. Además no te pierdas la plaza náměstí Přemysla Otakara II., de forma cuadrada, y la más grande del país.
Holašovice
Esta bonita aldea, inscrita en la Lista de la UNESCO, mantiene en un excelente estado de conservación su diseño arquitectónico que data de la Edad Media y cuenta con muchas construcciones rurales de los siglos XVIII y XIX, cuyo estilo es conocido como el "Barroco rural de Bohemia del Sur".
Castillo de Hluboká nad Vltavou
Este romántico castillo del siglo XIX pertenece al estilo gótico Tudor y traslada al visitante a un auténtico cuento de hadas. Tras la visita del interior del castillo, es imprescindible dar un paseo por el parque que lo rodea y que cuenta con una gran variedad de plantas exóticas. Es uno de los castillos más visitados del país.
Castillo Červená Lhota
Es un castillo algo más pequeño que el de Hluboká, pero igual de interesante. Está situado dentro de un estanque. La belleza del lugar ha hecho que haya sido elegido en numerosas ocasiones como escenario para el rodaje de varios cuentos.
Lipno
Conocido como 'el mar checo', se trata del embalse más grande de este tipo de la República Checa. Durante el día es un sitio ideal para bañarse y descansar en sus playas, mientras que por la tarde ofrece unas puestas de sol espectaculares. También es posible compartir en familia una divertida actividad: recorrer una ruta por la copa de los árboles (Stezka korunami stromů). También es accesible para las personas que van en silla de ruedas.
La cocina tradicional checa se distingue por su riqueza, variedad de sabores y el uso de carne de cerdo, caza o pollo, así como por la gran oferta de guarniciones (patatas cocinadas de diferentes formas, arroz, pasta). Uno de los platos más conocidos, y que es servido en todos los restaurantes del país que cuentan con un menú de 'cocina tradicional checa', es el 'knedlíky', una especie de bola alargada de harina cortadas en lonchas que se acompaña con muchos tipos de salsas (de tomate-rajská, de eneldo- koprová, de nata- svíčková) o chucrut con carne de cerdo- el plato más típico checo-'knedlo, zelo, vepřo'. También existen los 'bramborové knedlíky'- elaborados de patatas que se rellenan de bacón, carne, chucrú. Volver de Chequia sin haberlos probado, o sin degustar el 'bramborák', una tortita de patata, está considerado un pecado.
El estilo barroco tuvo una Escuela Checa que se desarrolló desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, y que siguió influyendo el arte popular durante mucho tiempo después. El barroco checo tuvo su origen en Italia y España y, a pesar de la difícil situación que atravesó el país en esa época, dejó su huella en obras espectaculares de pintura y arquitectura, fundamentalmente.
La escuela checa del barroco cuenta con elementos propios que fueron introducidos por artistas locales, que adaptaron las tendencias imperantes en la época a las especificidades del país. El resultado fue la construcción de una gran cantidad de catedrales, claustros, palacios y castillos, pero también el desarrollo de un bello arte rural aplicado a capillas, granjas y pequeñas iglesias.
La República Checa está surcada de norte a sur y de este a oeste por manantiales curativos que atraviesan el país como si éste fuese un preciado tapiz de hilos dorados. La mayor concentración de aguas curativas la encontramos en el famoso “triángulo de los balnearios” situado al oeste de Bohemia. En él se encuentran algunos de los balnearios más hermosos de Europa que destacan por su original arquitectura y por haber albergado en sus termas a algunas de las personalidades más célebres de la vida artística y social de Europa.
La auténtica joya de este triángulo es la ciudad balneario de Karlovy Vary, que disfruta de una privilegiada situación en medio de un valle cubierto de bosques y combina, magistralmente, un exquisito gusto por la elegancia, un ambiente selecto materializado en columnatas ostentosas y una amplia y variada oferta de exclusivos centros termales. La mayor riqueza de Karlovy Vary radica en sus 13 fuentes termales minerales, cuyas aguas son utilizadas para tratar afecciones del aparato digestivo, trastornos del metabolismo y enfermedades oncológicas y del aparato locomotor. Es posible alojarse en una de las decenas de casas termales, residencias y complejos de edificios preciosos que están en la ciudad, y que ofrecen los mejores servicios relacionados con la balneoterapia tradicional, pero también modernos tratamientos de relax de máxima calidad.
Hay muchos lugares cerca de Praga que pueden visitarse sin alejarse demasiado de la ciudad. Con el transporte público, autobuses o trenes, y a un precio muy económico, o alquilando un coche, es posible visitar curiosos enclaves repletos de historia, cultura y gastronomía checa que no dejan de sorprender al turista. Así que bienvenidos a la ruta por la región de Bohemia Central.
Mělník
Esta antigua ciudad, ubicada en la confluencia de los ríos Elba (Labe) y Moldava (Vltava), constituye el centro de esta región agrícola. Los puntos de mayor interés de la ciudad son el castillo y la torre de la iglesia de San Pedro y Pablo.
Terezín
Se trata de un pequeño pueblo situado al noroeste de país donde se escribió uno de los episodios más tristes de la historia de la República Checa. Aquí fue construido un campo de concentración que, entre los años 1941 y 1945, fue utilizado de paso hacia los campos de extinción de Alemania y Polonia. El Monumento Nacional Cultural de Terezín recuerda esta horrible tragedia humana.
Triángulo de los castillos
La increíble belleza y riqueza de estos 3 castillos hace difícil elegir cuál de ellos visitar. A continuación te contamos cómo son para que te sea más fácil tomar una decisión.
Kutná Hora
Esta ciudad, inscrita en la Lista del Patrimonio de la UNESCO desde 1995, fue una de las ciudades más importantes del Reino checo entre los Siglos XIII y XIV. Son de visita obligada el Templo de Santa Bárbara de estilo gótico; el Claustro de Sedlec; la Catedral de La Asunción de la Virgen María; la escalofriante capilla del Osario de Sedlec hecha con huesos y el Museo de la Plata, que introduce al visitante en la historia de la ciudad cuando ésta se convirtió en una de las más ricas del país gracias a la explotación de sus minas de plata.
Uno de los mayores atractivos de esta ciudad es el Palacio Arzobispal, cuyo exterior destaca por un espectacular laberinto de paredes verdes que acaba en un bonito boulevard jalonado de flores y esculturas. Su interior merece igualmente una visita, ya que cuenta con una extensa colección de objetos artísticos de gran valor, entre los que destaca su galería de pintura, integrada por una extraordinaria colección de pintura centroeuropea de entre los siglos XV y XVIII.
La obra más conocida y más valorada de la colección es el cuadro del maestro veneciano Tiziano, pero también están las obras originales de otros renombrados artistas como Van Dyck, Cranach el Viejo o Durero. Por último, para los amantes de la enología, vale la pena acabar la visita de este emblemático palacio tomando una copa de buen vino en sus bodegas medievales.
Desde la Edad Media Olomouc ha sido el escenario de grandes acontecimientos de la historia checa, por lo que está considerado como el centro espiritual e histórico de Moravia y, después de Praga, como la reserva monumental más importante del país. En la actualidad es una ciudad universitaria animada con un pintoresco casco antiguo repleto de agradables rincones.
A nivel artístico la ciudad es conocida, sobre todo, por su Columna de la Santísima Trinidad, un monumento que, por su tamaño, riqueza y belleza, es único y no tiene parangón, y constituye uno de los conjuntos escultóricos más grandes de Europa Central. Pero Olomouc guarda otros muchos tesoros como la catedral gótica de San Venceslao, el Museo Archidiocesano o la basílica situada en Monte Santo, un antiguo lugar de peregrinaje que ofrece bonitas vistas de la sosegada y fértil llanura de Haná y que en su día fue visitado por el Papa Juan Pablo II y por la Madre Teresa de Calcuta.
Pocos lugares del mundo aúnan tanta belleza y elegancia como el área que rodea a los palacios de Lednice-Valtice, conocido como el Jardín Europeo. Se trata de un parque completamente singular que desde hace siglos combina la frondosidad de sus excepcionales árboles, con construcciones de corte romántico, estanques y preciosos recovecos. Una de las mejores formas de observarlo en su totalidad es subir a lo alto de un mirador que, desde una altura de 60 metros, ofrece unas inolvidables vistas del recinto. También podrás gozar de sus amplias instalaciones haciendo un picnic en el palacete de caza llamado Randez-vous o cruzando en barca un pequeño lago hasta a las ruinas del Castillo de Juan.
Durante siglos este bello recinto también ha sido conocido por su riqueza enológica, una tradición que data de la época del emperador Marco Aurelio, quien consideró la región de Pálava ideal para el cultivo de vino e hizo que sus legiones trajesen las primeras vides. Así que si te acercas a conocer este increíble lugar aprovecha la visita para degustar una copa de excelente vino moravo en el Salón Nacional de Vino.
En Třebíč descubrirás los tesoros de una ciudad judía, que fue creada por varias generaciones de judíos y cristianos que convivieron en ella durante varios siglos. Allí podrás visitar dos sinagogas decoradas con bonitas pinturas murales y con una exposición de la historia del barrio judío; un antiguo cementerio con más de 2.000 lápidas cubiertas de musgo; una antigua vivienda judía dónde aprenderás cómo vivían las familias judías y cómo preparaban las comidas kosher; y las estrechas callejuelas que conformaban el gueto de Třebíč.
La zona cristiana también es de gran interés, especialmente la Basílica de San Procopio, ubicada en el recinto del Palacio de Třebíč y que cuenta con un precioso recibidor de columnas que está protegido por un portal semicircular denominado Puerta del Paraíso.
Actualmente la ciudad judía de Třebíč está considerada como uno de las mejor conservadas y más grandes de Europa, y por ello, y por su importancia cultural e histórica, está inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como primer monumento judío autónomo fuera de Israel.
Si quieres vivir un auténtico cuento de hadas, visita Telč, una de las ciudades más bonitas de la República Checa y uno de los mejores ejemplos del Renacimiento italiano de esta zona al norte de los Alpes. Empieza por su plaza, considerada como una de las más bonitas de Europa, y que parece sacada de un libro de Hans Christian Andersen. Otro de los tesoros de esta pequeña ciudad es su palacio de corte romántico y rodeado de estanques cristalinos, y que, sin duda alguna, es una de las joyas de la arquitectura renacentista morava.
No muy lejos de Telč se encuentran otras dos preciosas localidades renacentistas. Son las ciudades de Jindřichův Hradec, que presume de uno de los más extensos recintos palaciegos de Chequia, y Slavonice , que cautiva a sus visitantes con una bonita plaza rodeada de bellos edificios dónde vivía la burguesía renacentista y por un singular pasadizo subterráneo.
El castillo Bouzov se encuentra justo en el centro de la región de Moravia. Se fundó entre los siglos XIII y XIV, pero su aspecto actual de castillo romántico con almenaje, aspilleras y miradores es fruto de una profunda remodelación que se llevó a cabo a principios del siglo XX. Es de los pocos castillos de la República Checa que todavía cuenta con reja y dos puentes levadizos en pleno funcionamiento. Todo ello hace de él una de las localizaciones más buscadas por cineastas de todo el mundo.
Este castillo de corte romántico es uno de los más visitados del país. Y no faltan razones para ello. Su diseño actual, que parece extraído de un cuento de hadas, se construyó entre los años 1840 y 1870 siguiendo el ejemplo del palacio real Windsor. Tras la visita del interior del castillo es imprescindible dar un paseo por el parque real y gozar de su gran variedad de plantas exóticas.
Este castillo de estilo gótico renacentista, que en su día fue la residencia de la poderosa dinastía Rosenberg, se encuentra en el Sur de Bohemia. Gracias a su extensión y a su calidad arquitectónica está considerado como uno de los monumentos más importantes de Europa Central y como el segundo recinto palaciego más grande del país.
El castillo, cuyas partes más antiguas datan del siglo XIII, cuenta entre sus diferentes salas con un teatro barroco que se conserva en perfecto, manteniendo intactos el vestuario, los bastidores y la estructura escénica, y que constituye una auténtica rareza a nivel mundial. El complejo arquitectónico está inscrito en la Lista del Patrimonio de la UNESCO desde 1992.
Basta con dar un paseo por el casco histórico con su inigualable carácter medieval para que no te quepa ninguna duda de las razones por las que Český Krumlov es una de las perlas incluidas en la lista de la UNESCO.
El emblema de la ciudad es el palacio, que guarda un auténtico tesoro: el teatro barroco original mejor conservado de Europa; aunque también merece una visita el jardín palaciego presidido por una espectacular fuente de cascadas.
Pero si quieres gozar de la magia de esta pequeña ciudad lo mejor es que te sumerjas en su centro histórico y te abandones al encanto de sus pintorescas callejuelas y rincones, observando las fachadas de colores de las casas burguesas de todos los estilos arquitectónicos. En esta ciudad renacentista disfrutarás, como en ningún lugar, de la gastronomía tradicional checa que sirven en sus múltiples tabernas medievales.
Puedes empezar a preparar tu escapada a República Checa desde hoy mismo. Te facilitamos toda la información necesaria para que tu viaje sea perfecto.
¿CUÁNDO VISITAR REPÚBLICA CHECA?
Fríos inviernos y relativamente templados pero lluviosos veranos hacen que las mejores épocas para visitar Chequia sean los meses de primavera y otoño. Aunque las lluvias pueden presentarse en cualquier momento, en abril o en septiembre puede disfrutarse de temperaturas razonables y cielos despejados. En invierno las temperaturas pueden descender hasta los quince o veinte grados bajo cero.
¿DÓNDE IR?
VIAJAR A REPÚBLICA CHECA BUEN PRECIO
Si lo que buscas es conocer el República Checa al mejor precio, viaja en primavera u otoño. Los precios suelen subir en fechas señaladas como son las Navidades, Semana Santa y en temporada alta que coincide con los meses estivales.
A lo largo de todo el año hay vuelos directos desde Madrid y Barcelona a Praga con la compañía aérea Czech Airlines/Iberia/Vueling. En la temporada alta se añaden a estas conexiones los vuelos directos desde Málaga, Valencia, Sevilla, Bilbao, Las Islas Baleares y Las Islas Canarias a Praga, operados por SmartWings o Czech Airlines.
El aeropuerto se encuentra a unos 14 km. del centro de la ciudad. Para llegar al centro se puede escoger entre el bus AirportExpress (bus directo al centro con un billete especial, sale cada media hora), el transporte público (combinación bus + metro, la opción más económica pero más larga) y el taxi (el traslado cuesta unos 20 euros).
Se puede suscribir una póliza de seguros que cubra la asistencia sanitaria durante el viaje. Existen pólizas de viajes que, además de cubrir los gastos médicos, cubren la anulación del viaje y los posibles robos.
Para viajar a la República Checa es imprescindible llevar la Tarjera Sanitaria Europea (TSE) con la que el turista será atendido en cualquier hospital checo.
Centros Sanitarios
Elite Dental Prague – Praga 1.
Vodičkova 5. Tel. 222 510 888
elitedental.cz
Health Centre Prague – Praga 1.
Vodičkova 28. Tel. 224 220 040
doctor-prague.cz
Klinika GHC Praga – Praga 1.
Krakovská 8. Tel. 222 211 206
ghc.cz
Policlínica en Národní – Praga 1.
Národní 9. Tel. 222 075 120
poliklinikanarodni.cz
Unicare Medical Center – Praga 6.
Na Dlouhém lánu 11. Tel. 235 356 553
unicare.cz
Teléfonos de Interés
Servicio de urgencias: 112
Bomberos: 150
Servicio de Urgencia Médica: 155
Policía: 158
Policía Municipal: 156
Embajadas
Embajada de España en la República Checa:
C/ Badeniho 4, Praha 7
Teléfono: 00420 233 097 211
E-mail: emb.praga@maec.es
Embajada de la República Checa en España:
Avda. Pío XII, 22-24, Madrid
Teléfono: 91 353 18 96-7
E-mail: consulate_madrid@mzv.cz
República Checa es un importante centro cultural en Europa. Las características de la cultura checa abarcan todas las expresiones artísticas. Incluyen todas las ramas de arte, como la arquitectura, el cine, la música, el teatro, la ópera y el ballet.
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