Fiestas y animación para todos los meses del año
Mojácar y sus alrededores ofrecen una intensa vida nocturna. Desde los
chiringuitos costeros, a los pubs irlandeses, los locales con conciertos o las
discotecas al aire libre, la noche de Mojácar ofrece diversión de nivel
internacional con un encanto y personalidad propias indiscutibles.
Las Fiestas de Moros y Cristianos tienen lugar el fin de semana
más próximo al 10 de junio y cuentan con gran afluencia de público, que
asiste a la puesta en escena de la entrega de la villa a los Reyes
Católicos, y el hermanamiento entre ambas culturas.
Un lugar codiciado durante la Antigüedad por muchas culturas y pueblos
La localidad de Mojácar es fiel testigo, mas que ninguna otra en toda la Comunidad de Andalucía, del pasado árabe de la mítica Al-Andalus. Enclavada frente a un horizonte que domina el Mar Mediterráneo, Mojácar fue codiciada durante la Antigüedad por muchas culturas y pueblos. En la zona se han encontrado restos que datan del año 2.000 A. C., época de la cultura Argarica o de la Edad de Bronce, que testimonian la existencia de Mojácar como ciudad ya desde tiempos antiguos. En el siglo XVIII, la localidad sufrió una intensa sequía que impulso su declive y la emigración de sus habitantes a tierras mas ricas; pero el turismo, en la segunda década del siglo XX, ha conseguido recuperar la vida y la belleza de una de las localidades con mas encanto de todo el Levante. El pasado de Mojácar, su patrimonio cultural, sus bellas playas, sus intrincadas callejuelas con sabor árabe y la belleza de su entorno constituyen a día de hoy todo un referente en la comarca del Levante Almeriense.
En la actualidad, Mojácar es una animada y activa localidad que cuenta con más de 6.800 habitantes, que durante el verano ven como la población se multiplica de manera importante. Los habitantes de Mojácar son de carácter abierto y hospitalario, algo natural en un lugar que durante siglos ha visto como las diferentes culturas y etnias se asentaban en sus territorios. Los viajeros y los turistas de todas partes del mundo acuden a Mojácar atraídos por su fantástico clima, templado y suave durante todo el año, y convenientemente matizado en verano gracias al efecto regulador del Mar Mediterráneo. Este clima es responsable en gran parte de muchos de los recursos naturales con que cuenta la zona. Mojácar esta rodeada de espacios naturales tan bellos como el Cabo de Gata – Níjar (con su famosa reserva marina integral), Sierra Nevada o el celebre Desierto de Tabernas, testigo de la época de gloria del spaghetti western.
Aparte de las bellezas naturales presentes en sus extensas playas, sus calas vírgenes y salvajes o su fantástico entorno natural, Mojácar disfruta también de un importante patrimonio, en el cual las diferentes culturas que pasaron por la zona dejaron su particular impronta. Compaginar una ruta cultural paseando por sus calles con la tradición del tapeo, que en este lugar se practica con autentica pasión, es un placer que invita a repetir todos los días.
Una estupenda cocina de pescados, huerta y tapeo
El mar y la tierra son los orígenes de la gastronomía de Mojácar y sus alrededores, como corresponde a la comarca del Levante Almeriense. Salidos del mar encontramos los gloriosos pescados, como meros, pargos, sargos, jibias, besugos, gallopedro… Y por supuesto, la deliciosa y única gamba roja de Garrucha, localidad vecina de Mojácar. Los pescados no requieren una preparación compleja; bastan unas brasas, sal y limón para convertirlos en verdaderos manjares. La presencia de una gran variedad de productos de la huerta, sin embargo, hace que también se preparen deliciosos guisos marineros con pescado, patatas y verduras. Son muy típicas también las hortalizas secadas al sol, empleadas con posterioridad para dar sabor (y color) a los guisos. Los arroces también son omnipresentes en la gastronomía de Mojácar: al caldero, al horno, marineros… Conviven con otros guisos típicos de pescadores, como la popular zarzuela de pescados y mariscos.
Pero si hay algo que se vive con pasión en Mojácar, quizás aun más que en el resto de Andalucía, es la tradición del tapeo. El "arte de tapear" se convierte ya mas en un acto social, que puramente gastronomito. Con buena compañía, vinos blancos fríos o cañas heladas de cerveza, el tapeo se hace preferentemente de pie y acompañado de una buena conversación. La leyenda popular indica que las tapas (y su nombre) provienen de los tentempiés que consumían los trabajadores a lo largo de la jornada laboral para no tener que detener el trabajo, ni padecer digestiones pesadas. La jarra o vaso de vino que servían los bares se cubría con una loncha de jamón o embutido para evitar que las moscas cayeran en el líquido, y de esa tradición vienen la costumbre y la denominación de la "tapa".