Con una ubicación privilegiada a orillas del río Rin, en el noroeste de Suiza, Basilea es una de esas ciudades concebidas para la inspiración y para aquellas personas que disfrutan viajando a través de la cultura, el arte y la arquitectura.
Su casco antiguo medieval es uno de los mejor conservados y más bonitos de nuestro continente, con estrechas calles, plazas recónditas y más de 300 fuentes. Alberga lugares que no puedes perderte como la plaza del mercado, “Marktplatz”, donde el edificio del Ayuntamiento, que data del siglo XVI, se impone dominante con el color rojo de la arenisca en la que está construido; o la catedral gótica del siglo XII, en cuyo interior se encuentra la tumba del erudito Erasmo de Rotterdam.
Continúa descubriendo su pasado con la visita a la puerta Spalentor, la más majestuosa de las tres que conformaban la gran muralla del año 1400. Si la observas con atención, podrás encontrar tres figuritas ornamentadas originarias del siglo XV: una virgen y dos profetas.
Da un gran salto de la historia a la modernidad pasando por el nuevo edificio de la Feria de Basilea, que en muy poco tiempo se ha convertido en todo un emblema de Basilea. Destaca su City Lounge, una “ventana al cielo” obra de Herzog y Meuron.
Pero si hablamos de símbolos de la ciudad, sin duda alguna, el más representativo es el puente de Mittlere Brücke, uno de los pasos del río Rin más antiguos, que fue inaugurado en el año 1226.