Belice, conocido por sus impresionantes arrecifes de coral y su atmósfera relajada, se erige como un pequeño tesoro tropical que combina una rica diversidad natural y cultural. Se trata de un verdadero remanso de paz que ofrece vivencias extraordinarias tanto en la costa como en su interior.
El Gran Agujero Azul, una maravilla natural visible desde el espacio, es uno de sus principales atractivos. Este sumidero circular, parte de la barrera de coral de Belice, invita a los amantes del buceo a explorar sus aguas cristalinas y descubrir la vida marina que habita en sus profundidades. ¡Impresionante!
El país alberga islas paradisíacas como Ambergris Caye y Caye Caulker, cuyas playas de arena blanca y aguas turquesas son ideales para el relax y la práctica de deportes acuáticos. Los cayos, salpicados de cocoteros y hamacas, encarnan la esencia del Caribe.
En el interior se pueden encontrar numerosos atractivos naturales como el Parque Nacional Chiquibul, el más grande del país y con una gran variedad de flora y fauna, y las ruinas mayas de Caracol, el destino ideal para los amantes de la arqueología.
La población beliceña, compuesta por diversas comunidades étnicas como los garífunas, mayas, mestizos o criollos, contribuyen a la riqueza cultural de Belice, reflejada en su música, danzas y festivales.