Hog Hollow Country Lodge

“Mereció la pena”

Algo alejado de Plettenberg Bay, el camino mereció la pena con creces. Hotel con muchos encantos. El de su decoración, el de su cocina y , sobre todos,el de su gente. Rodeado de atracciones de animales ( granja de elefantes, pájaros, hipica para paseos..) fue nuestra mejor experiencia hotelera en... Más

Algo alejado de Plettenberg Bay, el camino mereció la pena con creces. Hotel con muchos encantos. El de su decoración, el de su cocina y , sobre todos,el de su gente. Rodeado de atracciones de animales ( granja de elefantes, pájaros, hipica para paseos..) fue nuestra mejor experiencia hotelera en Sudafrica.

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“Una duda: No sé si es mejor el sitio o la gente”

El único punto negativo: La dificultad para encontrarlo si no se lleva un GPS con la localización exacta programada. A partir de ahí, sería muy difícil mejorarlo: Una habitación que es una cabaña individual con todas las comodidades imaginables en la que siempre hay un fuego encendido, silencio ... Más

El único punto negativo: La dificultad para encontrarlo si no se lleva un GPS con la localización exacta programada. A partir de ahí, sería muy difícil mejorarlo: Una habitación que es una cabaña individual con todas las comodidades imaginables en la que siempre hay un fuego encendido, silencio y unas vistas impresionantes sobre el valle, los desayunos junto a la piscina charlando con la gente del hotel, siempre amables y dispuestos a ayudar sin ser jamás pegajosos y un recuerdo especial: Las cenas. La cena era a una hora fija alrededor de una mesa grande que, normalmente, tenía entre 6 y 10 personas. El cocinero salía al principio y contaba en qué iba a consistir la cena y si llevaba alguna particularidad la preparación. Si, entre los presentes, había algún viajero nuevo, el patrón hacía las presentaciones correspondientes y la cena transcurría en un ambiente distendido, charlando sobre las experiencias del viaje de unos y otros y, aunque responda a unos hábitos muy distintos de los nuestros, la situación no se veía ni de una cortesía forzada entre extraños ni de reunión "new age". En otra crítica a un hotel (Las Caletas en Costa Rica) señalaba que ése era posiblemente el mejor que había conocido nunca. La duda que refleja el "posiblemente" se debe al Hog Hollow, tanto al sitio como a su gente.

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“Gran personal y fantásticas vistas”

Logramos completar nuestra estadía justo antes del cierre debido al bloqueo de virus. Personal encantador, buenas habitaciones espaciosas con impresionantes vistas y visitas regulares de monos. Como han mencionado otros, la comida está bien, pero nada especial y una noche tuve un bistec muy decep... Más

Logramos completar nuestra estadía justo antes del cierre debido al bloqueo de virus. Personal encantador, buenas habitaciones espaciosas con impresionantes vistas y visitas regulares de monos. Como han mencionado otros, la comida está bien, pero nada especial y una noche tuve un bistec muy decepcionante. Mejorar la comida realmente aumentaría esto a excelente. Un viñedo local tiene un excelente restaurante que bien merece una visita para el almuerzo. También disfrutamos mucho de las reservas de vida silvestre locales (elefantes, monos y el increíble santuario de aves), todo a muy poca distancia en automóvil.

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“Asombroso”

Esto era muy diferente: ubicación, habitaciones, etc. Nuestra habitación era un alojamiento separado con vistas a los bosques, y los monos nos visitaban cada vez que nos sentábamos para ver si les podíamos dar comida, cosa que por supuesto no hicimos. Estaba bien equipado, una vez que resolvimos ... Más

Esto era muy diferente: ubicación, habitaciones, etc. Nuestra habitación era un alojamiento separado con vistas a los bosques, y los monos nos visitaban cada vez que nos sentábamos para ver si les podíamos dar comida, cosa que por supuesto no hicimos. Estaba bien equipado, una vez que resolvimos cómo encender y apagar las luces. El personal era muy amable y servicial. En la cena había la opción de tener su propia mesa o sentarse en una común. Habiendo experimentado una cena comunitaria antes, optamos por nuestra propia mesa, pero los que estaban en ella parecían estar pasando un momento encantador. La comida estaba bien, nada para morirse, pero el entorno era genial. Nos quedamos unos días permitiéndonos ver la zona, y recomiendo el viaje en barco por el río que se puede reservar en recepción.

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