Hotel Timisoara

“Hotel céntrico muy recomendable.”

Estuvimos celebrando fin de año en Timisoara y elegimos el Timisoara Hotel para alojarnos. Hotel muy céntrico, justo al lado de la Plaza de la Ópera y con todas las atracciones y visitas a la ciudad a tiro de piedra. El hotel está reformado y es moderno por dentro a pesar de que es uno de los edifi… Más

Estuvimos celebrando fin de año en Timisoara y elegimos el Timisoara Hotel para alojarnos. Hotel muy céntrico, justo al lado de la Plaza de la Ópera y con todas las atracciones y visitas a la ciudad a tiro de piedra. El hotel está reformado y es moderno por dentro a pesar de que es uno de los edificios históricos de la plaza de la Ópera. La habitación que nos asignaron tenía vistas a la calle principal y al edificio de la Ópera. La habitación era amplia, muy acogedora y el aire acondicionado (calefacción) funcionaba estupendamente. La cama muy cómoda y amplia. Televisión con muchos canales rumanos e internacionales. Había minibar que utilizamos para enfriar nuestra propia bebida y funcionaba muy bien. El baño privado amplio con bañera y limpio. El personal amable. Reservamos sin desayuno porque es barato desayunar en Timisoara en los bares y el precio del desayuno del hotel era de 10€ por persona. Si volviese a Timisoara sin duda repetiría este hotel.

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“Muy buen hotel”

El servicio del hotel, así como las habitaciones y la atención del personal, son correctas. La ubicación céntrica lo hace importante al momento de recorrer sus alrededores. Recomendable.Muy buen desayuno.

“Excelente fachada y nada más”

El hotel tiene una fachada espectacular que da hacia la Plaza de la Vicoria, pero hasta allí llegaron. El sistema de elevadores es sin lugar a dudas el peor que he experimentado a lo largo de los cinco continentes que he visitado. Vale la pena describirlo. Dos elevadores angustiosamente pequeños de… Más

El hotel tiene una fachada espectacular que da hacia la Plaza de la Vicoria, pero hasta allí llegaron. El sistema de elevadores es sin lugar a dudas el peor que he experimentado a lo largo de los cinco continentes que he visitado. Vale la pena describirlo. Dos elevadores angustiosamente pequeños deben atender a una multidud de pasajeros de grupos de turistas que llegan simultaneamente. Por una extraña razón que deben conocer los administradores del hotel, pero que no comunican a sus víctimas (llámense pasajeros), uno de los minielevadores lleno de turistas trata de subir. Extrañamente se queda en la planta baja. La puerta se abre y se cierra nuevamente con los mismos pasajeros. Y así una otra vez hasta que, cuando le da la gana empieza a subir. Y la misma historia se repite a izquierda y derecha en los dos minielevadores. El acceso a las habitaciones se convierte en una pesadilla, si tomamos en cuenta que solo el grupo nuestro era de 42 pasajeros. Los cuartos son pequeños, con camas pequeñas. Solo 2 o 3 perchas para colgar la ropa. El baño tiene una tina peligrosísima si la utilizan personas de 60 años o más (que lo constituye el 75% de los turistas de grupo) porque es altísima y el piso muy resbaladizo, sin material antideslizante. Tiene que tener mucho cuidado al entrar o salir de esa tina, agarrándose, para no caer y dar por termindada su vacación, de la única barra que tiene la tina. Si yo hubiera tenido que reservar este hotel, no lo hubiera hecho. Lo reservó la agencia EUROPAMUNDO que es la agencia de giras que se utilizó

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