Introducción
En la primera mitad del siglo XX, la ciudad se vio obligada a sobreponerse a dos grandes catástrofes. Por un lado: un terremoto (1923) desató un incendio que devoró dos terceras partes de la superficie, y por otro, los bombardeos estadounidenses devastaron más de la mitad del casco urbano durante la Segunda Guerra Mundial. Pese a todo, al acabar la contienda, Tokio superó a Osaka como principal centro industrial del país.
Más de un centenar de parques y una oferta cultural inagotable
Parque Ueno : Se despliega al norte de la ciudad, y constituye una de las áreas verdes más extensas de la ciudad. La mejor época para apreciar su belleza es la primavera, momento en el que florecen sus numerosos cerezos. Del mismo modo, tampoco desmerecen los lagos y santuarios que salpican el recinto.
Gastronomía tokiota: el Edomae como buque insignia
En ámbito gastronómico, si por algo descuella la capital nipona es por haber inspirado una tradición culinaria diferenciada: el llamado estilo Edo o Edoamae. Éste tipo de cocina, surgido en la década de 1820 en el marco de los primeros establecimientos de comida rápida que comenzaban a proliferar por todo el país. En la actualidad, apuesta por sabores mucho más dulces o salados en mayor medida que el resto del archipiélago japonés.
La magia de los festivales sintoístas
Una de los aspectos que más llaman la atención del recién llegado es el importante rol que adquieren los festivales (o matsuri) en la vida cotidiana de la población nipona. Su origen es fundamentalmente sintoísta y abarcan celebraciones que van desde los desfiles callejeros hasta los picnics que tienen como escenario los parques públicos.