Introducción
El emplazamiento de Pekín hace que su clima sea de tipo continental. Éste se traduce en inviernos fríos, en los que los termómetros bajan fácilmente de los 0°C, y en veranos muy calurosos, con temperaturas que superan los 30°C. Así, la primavera y el otoño son la mejor época para visitar la ciudad.
Tras la huella de los emperadores Ming y Qing
Gran Muralla: El tramo más visitado de este famosísimo monumento se encuentra en la localidad de Badaling, a unos 65 km de Pekín. Iniciada en el siglo V a.C. y concluida en tiempos de la dinastía Ming (en el siglo XVI), la Gran Muralla contaba en aquel momento con una longitud de 20.000 km, que se extendían desde la frontera hasta el desierto de Gobi.
Comer en Pekín: una experiencia sorprendente
Reponer fuerzas en esta ciudad asiatica requiere una norma basica: olvidarse de los platos que acostumbran a servirse en los restaurantes europeos de comida china, demasiado adaptados a los paladares occidentales. Para asombro del turista, las especialidades que pueden degustarse en Pekin no solo no tienen nada que ver con ellos, sino que los sabores son mucho mas intensos y picantes.
Festivales populares: la fuerza de una tradición milenaria
Fiesta de mediados de otoño o de la Luna Llena (Zhongqiujie): Se celebra el 15.º día del octavo mes lunar, que coincide con el equinoccio de otoño. Durante esa noche, los pekineses salen a la calle para compartir una velada en compañía de sus vecinos. También es frecuente saborear las denominadas yue bing (‘galletas de luna’).