Villa Premiere Boutique Hotel & Romantic Getaway

“La Perla: The New Culinary Gem of Villa Premiere / La Perla, la nueva joya gastronómica de Villa Premiere”

Versión inglés: La Perla: The New Culinary Gem of Villa Premiere In today’s culinary world, the phrases “telling stories” and “creating experiences” are thrown around so often that they risk becoming empty clichés. Every restaurant claims to do it, but few truly master the art. That’s exactly how… Más

Versión inglés: La Perla: The New Culinary Gem of Villa Premiere In today’s culinary world, the phrases “telling stories” and “creating experiences” are thrown around so often that they risk becoming empty clichés. Every restaurant claims to do it, but few truly master the art. That’s exactly how I want to start this review—because La Perla is one of those rare places that genuinely delivers on that promise. A new restaurant opening always brings a certain thrill. There’s the anticipation, the curiosity—could this be your new favorite spot? And when the minds behind it already have a solid reputation, the stakes are even higher. So, with childlike excitement, I stepped into La Perla, Villa Premiere’s latest culinary venture, ready to explore its textures, flavors, and stories. From the first moments, it was clear: this wasn’t just a meal—it was a journey. First Impressions We were welcomed with a cocktail that set the tone for the evening—fresh, intriguing, and layered with meaning. A cucumber vinaigrette, anise liqueur with honey, aquafaba, edible pearls, and reposado mezcal blended together in a drink that symbolized well wishes for the restaurant’s future. A small piece of flash paper held our personal hopes and disappeared in a burst of light—a metaphor for the fleeting yet unforgettable nature of great dining experiences. A Space That Speaks Walking into La Perla feels like stepping into a coastal cantina with a soul. The ceiling is adorned with golden papel picado, bricks whisper of history, and an open kitchen invites you to witness the alchemy of cooking. Every detail—textures, colors, artwork—contributes to an ambiance that is both sophisticated and deeply rooted in tradition. This isn’t just a restaurant; it’s a masterpiece of conceptual design. A Culinary Narrative The menu tells the story of Puerto Vallarta through its flavors. Imagine tacos de lengua prepared with exquisite precision, slow-roasted lechón, shrimp esquites with unexpected textures, and tuna tostadas—perfect for sharing over good conversation and craft cocktails. It’s a menu designed for long, unhurried meals, where time melts away between bites and sips. Where Magic Happens But La Perla isn’t just about great food—it’s about the experience. That’s where the real magic lies. The Name: Evoking the ocean’s treasures, La Perla represents something rare and precious, formed through time and care. The Concept: A coastal cantina that recalls the days of explorers and pirates, of maritime taverns where travelers sought comfort, sustenance, and a strong drink after a long voyage. The Cuisine: Street food elevated to an art form. A taco de lengua so masterfully executed that it redefines the dish. Shrimp esquites that play with texture in ways that defy belief. A tentacle of octopus so perfectly prepared it feels almost divine. Chef Rogelio, the mastermind behind the kitchen, crafts each dish with a profound respect for tradition and innovation alike. The Drinks: Behind the bar stands a true artist. Enrique Ruíz, once a barback, is now the creative force behind Villa Premiere’s mixology program. His drinks incorporate endemic ingredients, premium distillates, and cutting-edge techniques. And for wine lovers, the extensive selection boasts over 100 labels. I had the pleasure of sampling a trio from Cerca Blanca, a Jalisco-based winery crafting bottles that challenge expectations of what the region can produce. The Storytellers Behind the Experience A project like La Perla isn’t born overnight. It’s the result of careful research and creative collaboration. Historian Moisés Hernández provides a rich historical context that breathes life into the restaurant’s storytelling. The artistic vision extends to the space itself—Sharon García’s mural, Las Sirenas, depicts twin mermaids cradling the essence of La Perla’s culinary philosophy, blending mysticism with gastronomy. Meanwhile, interior designer Marga Romo has curated a sophisticated yet deeply evocative space, a seamless fusion of past and present. And at the helm of it all, two generations shape the future of this restaurant. Abel Villa Jr., a young visionary leading an expanding hotel empire, and Abel Villa Sr., a seasoned hospitality veteran with deep cultural ties, together ensure that La Perla is built on a foundation of innovation and tradition. A Promise to Uphold La Perla is more than a restaurant—it’s a promise. A place where history, artistry, and gastronomy intertwine to create something truly special. But with that promise comes responsibility. Every dish, every cocktail, every service moment is an opportunity to reaffirm the experience that La Perla offers. Prestige isn’t given; it’s earned, day after day, through creativity, dedication, and an unrelenting passion for hospitality. La Perla is a culinary gem that deserves to be cherished. And like any precious pearl, it must be nurtured and polished so that, when revealed, it shines with extraordinary brilliance. Long live La Perla. Versión español: La Perla, la nueva joya gastronómica de Villa Premiere En la actualidad, en el sector gastronómico se habla tanto de “contar historias” y “construir experiencias” que el concepto ha sido sobreexplotado. Hoy, toda la industria comunica esa capacidad, pues es una estrategia efectiva para atraer comensales. Sin embargo, no todos logran materializarlo, y es así como quiero iniciar esta reseña. La apertura de una nueva propuesta gastronómica en la ciudad siempre trae consigo una emoción particular. ¿Cómo resistirse a ser el primero en descubrir sus sabores y, tal vez, encontrar un nuevo lugar favorito? Más aún cuando quienes están detrás del proyecto cuentan con una sólida trayectoria y una visión clara de lo que desean ofrecer. Así llegué a La Perla, la nueva apuesta gastronómica de Villa Premiere, con la curiosidad de un niño en una juguetería. Observando texturas, descubriendo espacios, apreciando aromas y escuchando historias, poco a poco fui hilando lo que me contaban con mi propia interpretación, y ahí comenzó la magia. Nos recibieron con un cóctel fresco y simbólico: vinagreta de pepino, licor de anís con miel, aquafaba, perlas comestibles y mezcal reposado. Cada sorbo representaba las bendiciones y buenos deseos que brindábamos a este nuevo lugar. Como un ritual, una papeleta en papel flash sellaba nuestros augurios y se extinguía en un instante, como un secreto bien atesorado. En su interior, La Perla se presenta como una cantina de costa que invita al descubrimiento. Su decoración evoca el papel picado en el techo, con tonos dorados, ladrillo expuesto y un aire histórico en cada rincón. La cocina a la vista permite disfrutar del proceso culinario, mientras que el diseño sofisticado y lleno de texturas, recuerdos y arte convierte el espacio en una joya del diseño conceptual de restaurantes. La propuesta gastronómica rompe con lo convencional: una historia de la ciudad contada a través de su comida. Tacos de lengua, lechón, esquites de camarón, tostadas de atún... una selección de platillos pensados para compartir, ideales para esas tardes de amigos en las que el plan es pedir al centro, conversar, brindar y dejar que el tiempo fluya. Pero aquí no se trata solo de la comida. Ahí radica la magia de la que hablaba al inicio: La Perla cumple con su promesa de ofrecer una verdadera experiencia gastronómica. El nombre: Evoca el mar, una joya brillante que se forma con el tiempo y es apreciada con amor. El concepto: Una cantina de costa que transporta a los tiempos de conquistadores y piratas en busca de tesoros, a aquellas tabernas donde se calmaba el hambre y se apapachaba el corazón, siempre con un trago de por medio. La propuesta culinaria: Cocina con historia callejera. Desde un taco de lengua ejecutado magistralmente hasta unos esquites de camarón en texturas sorprendentes o un tentáculo de pulpo que sabe a gloria. Todo con una presentación que incita al descubrimiento. El Chef Rogelio, timonel de este espacio, lleva a cabo su labor con maestría. Las bebidas: La barra está comandada por un verdadero alquimista, Enrique Ruíz, quien pasó de ayudante de barra a mixólogo creativo y jefe de bares del grupo. Su propuesta de mixología es excepcional, utilizando ingredientes endémicos, destilados con denominación de origen y técnicas avanzadas. Su pasión es evidente en cada creación. Además, la carta de vinos cuenta con más de 100 etiquetas, un tesoro para los amantes del vino. Destaca un trío de etiquetas de la bodega Cerca Blanca, provenientes de Jalostotitlán, Jalisco, un testimonio del potencial vinícola de la región. La historia: La narrativa de La Perla se cimenta en una investigación profunda. Moisés Hernández, historiador, construyó un contexto rico en referencias históricas que dan vida al storytelling del lugar. El diseño: Una pieza central del espacio es el mural "Las Sirenas", creado por Sharon García, del colectivo Rompe. Dos sirenas gemelas dentro de una concha sostienen una copa y exhiben pescados colgantes, representando los pilares de la propuesta gastronómica con un toque de misticismo. El interiorismo: Marga Romo, experimentada interiorista, ha logrado plasmar con sofisticación el concepto de una cantina de puerto. Cada detalle, desde los muebles hasta la iluminación, se alinea en una armonía que tiene como base un sólido contexto histórico. El éxito de esta fórmula se sustenta en dos pilares: la visión de Abel Villa hijo, un joven empresario con una dirección audaz y un crecimiento constante, y la experiencia de Abel Villa padre, arquitecto de un legado hotelero cimentado en valores sólidos y una profunda raíz cultural. Juntos, representan un equilibrio perfecto entre innovación y tradición. En síntesis, La Perla es más que un restaurante: es un contador de historias y un constructor de experiencias. Sin embargo, este es solo el comienzo. La responsabilidad de operar esta joya recae en el equipo que la lleva a cabo. Cada platillo, cada cóctel, cada servicio en la mesa es una oportunidad para reafirmar su promesa. Porque el prestigio se construye día con día, con esfuerzo, dedicación, creatividad y amor por el oficio. La Perla es una joya gastronómica, y como tal, debe cuidarse. Como el molusco que resguarda su perla, el equipo debe proteger, pulir y hacer brillar este espacio para que, al abrirse, revele un valor extraordinario. Larga vida a La Perla.

Menos