Canareef Resort Maldives

“Dedicación al huésped nivel 10”

Entorno perfecto, relax en el atolón más al sur de Maldivas. Trato y servicio excelente... Limpieza, amabilidad, eficacia... Cero problemas con los miembros del Resort. Por poner alguna pega, pocas actividades y por el precio algunas de ellas de poca duración.

“Paraíso de relax y descanso.”

Aunque se tarda en llegar al ser la isla más al sur de Maldivas una vez allí todo merece a pena. Estuvimos en una jacuzzi villa que nos daba al interior del atolón con acceso directo a la playa. La villa muy grande con ducha en el exterior, dos hamacas en el solárium y otras dos en la terraza. V... Más

Aunque se tarda en llegar al ser la isla más al sur de Maldivas una vez allí todo merece a pena. Estuvimos en una jacuzzi villa que nos daba al interior del atolón con acceso directo a la playa. La villa muy grande con ducha en el exterior, dos hamacas en el solárium y otras dos en la terraza. Venían dos veces al día a arreglar la habitación. Hay servicio de buggis para que te lleven por toda la isla. También disfrutamos de los masajes. Muy buenos. El restaurante tenía unos platos básicos y después cada día cambiaban algo. También hay platos preparados al momento por cocineros. En esto podría estar un poco justo. LO único comentar que en julio es temporada baja y estábamos muy pocos huéspedes con lo bueno y malo que tiene. Pros:atencion y tranquilidad por toda la isla Contra: actividades que no llegaban al cupo mínimo, restaurante con comida justa para que no sobre y poco ambiente en los bares o actividades de entretenimiento. Lo mejor la zona del beach bar al final de la isla. Allí es donde de verdad te das cuenta que estás en el paraíso. Incluso pudiendo hacer snorkel entre corales y peces desde la misma playa.

Menos

“Tranquilidad Absoluta”

Resort muy tranquilo en un enclave paradisiaco y natural. Las habitaciones son muy amplias, en nuestro caso daba directa a la playa, con todas las comodidades, limpieza muy correcta, te reponen cada día dos veces toallas de baño y playa, así como cafés, tes y dos botellas de agua. Todo el persona... Más

Resort muy tranquilo en un enclave paradisiaco y natural. Las habitaciones son muy amplias, en nuestro caso daba directa a la playa, con todas las comodidades, limpieza muy correcta, te reponen cada día dos veces toallas de baño y playa, así como cafés, tes y dos botellas de agua. Todo el personal es muy amable, el bufet es correcto algo justo con la fruta, aunque se entiende alguna que otra carencia por la dificultad de poder traerlas hasta el atolón, los zumos no son naturales... El servicio de carritos para desplazarte era perfecto. Lo recomiendo siempre que busques esa tranquilidad y relax absoluto, había poca gente y podías disfrutar de todo tranquilamente. Precios de bebidas elevados, como en toda la zona.

Menos

“Sorpresas buenas y no tan buenas.”

Como quien dice recién llegado de aquel lugar paradisíaco, así que con los recuerdos frescos. En primer lugar el emplazamiento queda al sur de las Maldivas, lo que tiene sus pros y contras. En la bienvenida entre otras cosas, te agasajan con una demostración de 5´ de masaje a cada cliente que así... Más

Como quien dice recién llegado de aquel lugar paradisíaco, así que con los recuerdos frescos. En primer lugar el emplazamiento queda al sur de las Maldivas, lo que tiene sus pros y contras. En la bienvenida entre otras cosas, te agasajan con una demostración de 5´ de masaje a cada cliente que así lo quiera. Un staff muy amable y servicial aunque con salvedades, ya que en nuestro caso hubo más que diferencias a la hora de consensuar el precio final de la reserva. Desde meses antes a nuestra llegada intercambiamos varios correos electrónicos sobre la reserva que realizamos por medio de la web de Booking, a quienes estamos agradecidos por su ayuda en este desacuerdo con el Resort. Al Resort, les enviamos todos los datos que nos fueron solicitando para que tramitaran nuestros transfers desde Malé hasta nuestro destino. Hasta el víspera de llegar allí no supimos nada de lo nuestro si no es porque estuvimos insistiendo vía email hasta última hora. No sabíamos si volaríamos a primera hora de la mañana, a media mañana, por la tarde... y eso que faltaban escasas horas. Por más que insistimos no obteníamos respuestas y si las había eran más confusas aún. ¡Esto no es de recibo! Si ellos sabían de nuestra reserva, si tenían todos los datos, horarios, etc... no se puede tener al cliente sin información, preocupado, tratando de averiguar lo que el responsable del Resort debería habernos dicho siete días antes. Todo fueron dudas, los pasos se iban dando improvisamente hasta que llegamos al resort. Una vez allí, como ya he dicho surgieron los inconvenientes. En primera instancia tratamos con algunos de los recepcionistas sin llegar a aclararnos. Personas ambles que no acaban de entender el desacuerdo. No me extraña porque no sabían todo lo que debían saber. El encargado los puso delante nuestra como primer filtro por si colaba, pero no coló. Al final, visto que no había acuerdo con la tarifa final (nosotros teníamos el precio que Booking nos dio y ellos pretendían cobrar sus propias tarifas) el encargado, con cara larga y disciplente salió y se dignó a hablar con nosotros. No quería entendernos, no quería ver que nosotros habíamos realizado la reserva a través de Bookig (quienes por cierto mediaron entre nosotros y el resort haciendo un papel que es de agradecer, encomiable), no quería aceptar que hubiésemos encontrado y reservado una buena oferta en su Resort a través de otra web que no fuera la del resort. Tuvimos que mostrarle cada uno de los emails intercambiados, incluso uno escrito por él en el que reconocía que nuestra reserva mediante Booking estaba correcta, que todo habría sido un malentendido. Fue entonces cuando se percató de que estaba metiendo la pata y se puso colorado. Tuvo que tragarse su arrogancia y aceptar la reserva que teníamos. Pero para entonces ya puso en entredicho nuestra credibilidad y honestidad, así como la de sus súbditos. Fueron unos minutos tensos que no deberían haber sucedido y que no fuimos nosotros los que lo provocamos. Si no llegamos a requerirle nos la cuelan sin ningún tipo de pudor. Vamos que , hay que tener cuidado con este lugar a la hora de las reservas y sobre todo con quién se trata, ya que este encargado deja mucho que desear. Guardad todos los emails que enviéis y recibáis, puede que os haga falta como nos sucedió a nosotros. En los días siguientes, durante nuestra estancia aquí, este encargado parecía no vernos cuando nos cruzábamos con él, miraba a otro lado, mientras que el resto del personal era extremadamente simpático y amable. Otro punto que no deja en buen lugar este resort es lo carísimo de las actividades que ofrece, ya que, aunque, como es lógico las actividades que ofrece están principalmente relacionadas con actividades acuáticas (buceo, snórkel, pesca....) todas son carísimas. Se puede llegar a entender ciertos precios ya que se está en Maldivas, pero aquello fue exagerado, sólo apto para quien no tenga límite en su cuenta. En una mañana, dos inmersiones con parte del equipo alquilado se te va el presupuesto que tenías destinado (equivocadamente) para tres mañanas. Algo prohibitivo. Pero claro, estás en medio de la nada y sin mucho que hacer, con lo que si quieres algo debes estar dispuesto a pagarlo, y bien pagado!!! Otro detalle a tener en cuenta. Al lado del Resort, si miras en google earth, se puede ver que la isla donde está ubicado es alargada, conteniendo en uno de esos extremos una pequeña localidad, Meedhoo. Pues bien, no pienses en visitarla a cualquier precio. Aquí todo se paga y si pretendes visitarla debes hacerlo con un acompañante del resort previo pago de 45 dólares. Han cortado literalmente la isla, separando el resort de la localidad y quedando unidos por un pequeño puente. Todo está controlado para que si lo quieres ya sabes qué tienes que hacer (...) No todo fueron malas experiencias ya que el entorno es impresionante: un mar de mil azules, agua cálida, palmeras, arena blanca, frondosa vegetación, fauna curiosa, corales, peces, piscinas, abundante y buena comida ( más bien pensada para chinos, asiáticos...). Las habitaciones amplias, limpias, confortables, con vistas de lujo, aptas para sentir paz, tranquilidad... Los amaneceres, atardeceres, las diferentes luces del día invitan a soñar y dejarse embaucar por el sonido del mar y el viento. Pasear a primera hora del día y al atardecer es un placer sintiendo la brisa, el sol, el agua... En resumen un buen lugar pero demasiado caro para no ser u 5* o uno de lujo. Agradecer el trato amable y cercano del personal del comedor. Unas personas encantadoras.

Menos