Hotel Madison

“Una semana en la playa sola con Marghe y Thiago”

Decidí venir a conocer Cattolica porque era el lugar preferido de la Nonna Luciana, una nonna de Francesco qué no llegué a conocer pero me hubiera gustado. Me pregunto siempre si me hubiera aceptado/querido. A ella le gustaban las tortugas y en su jardín había siempre muchas. Cuando llegamos al hot… Más

Decidí venir a conocer Cattolica porque era el lugar preferido de la Nonna Luciana, una nonna de Francesco qué no llegué a conocer pero me hubiera gustado. Me pregunto siempre si me hubiera aceptado/querido. A ella le gustaban las tortugas y en su jardín había siempre muchas. Cuando llegamos al hotel el impacto fue grande porque había valijas por todos lados, hacía calor y la pileta estaba llenisima de gente. Dije oh oh, esta idea que tuve no fue de las más geniales. Sin embargo, Margherita, la encargada de la animación me explicó como hacer la comida para Thiago, tenían todo preparado, sopa de verduras, caldo, harina de cereales, pasta para bebés y ya me cambió la cara. Después de haber dormido bien el lunes bajamos a las zonas comunes de hotel y ya no estaban llenas como el domingo. Después de un rico y abundante desayuno fuimos a dar un paseo para comprar algunas cosas que faltaban. Veredas anchas, sin huecos, con árboles y sombra. Ya me empezó a gustar este lugar. Después fuimos a conocer el balneario, acá en esta región son conocidos por ser organizados, pero nunca pensé que tanto. El señor Lele, el dueño del balneario nos explicó amablemente todo, me dio una sombrilla y dos reposeras cerca del camino de madera que lleva al mar, para que no tenga que hacer esfuerzos con el coche. Tenían juegos, una construcción gigante, con túneles y toboganes, una pequeña pileta y unos baños super limpios, incluso un baño para niños igual de limpio. El balneario estaba incluído en el precio del hotel, pueden tocar otros pero son siempre muy similares. La organización del restaurante es excelente, con todo tipo de comida y dos turnos. A las familias que tienen niños pequeños les dan el primer turno. En la mesa qué estaba al lado nuestro había una familia muy simpática con la que hicimos amistad enseguida. A partir de la segunda cena Margherita aceptó comer en el restaurante de los niños y luego comió allí casi todos los almuerzos y cenas. Algunas veces participó también a los talleres que el equipo de animadores sostiene a la tarde, pero en general estaba durmiendo. Muy amables todos, Francesco, Margherita, los responsables, muy atentos y siempre dispuestos a ayudar. Ikram, Aurora, Salvatore, Christian y Fabrizio, los animadores jóvenes fueron también siempre atentos y amables con Marghe y con Thiago, y me ayudaron siempre que lo necesité. Después de la cena hicimos siempre hermosas caminatas con el coche, la ciudad está muy bien preparada para coches y sillas de ruedas, muchísimas rampas y un paseo al lado del mar qué es precioso, sobre todo durante el atardecer. En el centro hay dos hermosas fuentes, una con sirenas y tortugas (qué me hizo acordar a la nonna) y otra con aguas danzantes, varias veces subimos a un hermoso carrusel que está en el centro. El viernes hubo un espectáculo de los niños y Margherita se subió al escenario, se divirtió muchísimo. Hay un parque de juegos muy grande, con toboganes inflables, una cama elástica, y también toboganes y hamacas para los mas chicos. A pesar de estar sola pude relajarme y mis hijos fueron muy felices en este hotel. Muchas gracias por todo! Nos vemos le año que viene😊

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