Hotel La Residence

“Sentirse tranquilo, cómodo y bien atendido como en casa.”

Destaco en primer lugar la inmejorable ubicación del hotel La Residence: No llega a 10 minutos andando desde la estación de tren de Narbona –que fue nuestro medio de transporte- y en línea casi recta; a menos de 1 minuto de la oficina de turismo; a casi 3 minutos del Palacio de los Arzobispos, cor… Más

Destaco en primer lugar la inmejorable ubicación del hotel La Residence: No llega a 10 minutos andando desde la estación de tren de Narbona –que fue nuestro medio de transporte- y en línea casi recta; a menos de 1 minuto de la oficina de turismo; a casi 3 minutos del Palacio de los Arzobispos, corazón de la ciudad; y apenas 5 minutos del mercadillo navideño junto al canal de la Robine. La situación idónea no le resta además ni un ápice de tranquilidad al estar en una calle muy poco transitada. Seguidamente alabo el trato amable y familiar de todo su personal, que en mayor o menor medida te atenderán en español, por lo que no hay preocupación por la comunicación, y si te diriges en francés tendrán la consideración y paciencia de ayudarte si en algún momento te atrancas y la delicadeza de hacerse entender a la perfección de forma tan pausada como lo precises. Se muestran solícitos en ayudarte y aconsejarte en todo lo necesario, lo que redunda en una bienvenida magnífica y en que te sientas como en casa, lo cual cuando estás en el extranjero en digno de elogiar. Nos alojamos una familia de tres en una habitación superior en la última planta (hay ascensor por supuesto) que da a la esquina del inmueble. La habitación es muy amplia, luminosa por las características antes descritas, y el baño es estrecho pero muy largo y está recientemente reformado. Con cama de matrimonio grande y cómoda y una cama supletoria –que se paga en el alojamiento en el momento del registro - para el niño. La televisión carece de canales españoles, lo cual nos pareció irrelevante sinceramente, ya que nuestro objetivo era conocer la ciudad y disfrutar de su ambiente navideño, y con el wifi gratuito del hotel ya podíamos informarnos, si queríamos, de las noticias. Como cortesía, en la habitación hay cafetera, tetera, a la disposición de los huéspedes y mueble bar, aunque no los utilizamos. Otro aspecto que se debe resaltar es el desayuno, que aunque no se pueda incluir en la reserva y su precio sea de 14,50 €, es totalmente recomendable por la gala que hace de productos de primerísima calidad, biológicos y caseros en su mayoría, a saber: cruasanes exquisitos – como cabe esperar si vas a Francia -, tartas de limón y brownies, crestas de manzana, galletas con pepitas de chocolate, tortitas, roscos de limón… mermeladas variadas, quesos de la región, selección de distintos tipos de pan para tostadas, cereales, huevos, fiambres, yogures naturales ecológicos… Zumo de naranja natural y zumo de manzana, leche, café y chocolate caliente, tes ingleses diversos. Vale mucho la pena contratarlo, de veras no renunciéis si podéis, el disfrute está garantizado. Además, en el mismo momento de solicitarlo en recepción te preguntan sobre qué hora aproximadamente bajarás al salón para reservarte la mesa para cuantos seáis. Otro detalle más de agradecer. En relación con las comidas y cenas, comentar que el hotel no tiene restaurante –aunque sí tienen bebidas allí mismo para quien desee- pero tiene un acuerdo con una empresa de comidas biológicas, que debe ser la que les suministra todos los productos del desayuno, y ofrecen la posibilidad a quien esté interesado de unos menús con precios atractivos para hacerles el pedido, en media hora lo reciben, y puedas comer tranquilamente en el comedor que tienen. La primera noche hicimos uso porque estábamos cansados y nos pareció interesante quedarnos en el hotel. Los platos eran caseros y ligeros, ideales para una cena sin complicaciones. Aunque el horario para servir es hasta las diez, tuvieron la deferencia por ser españoles de alargarlo en caso necesario hasta las diez y media, que en el extranjero es horario intempestivo para cenar. Ya he reseñado la amabilidad de todo el personal del hotel en todas las circunstancias. A la hora de abandonar la habitación, disponen por descontado de consigna para que puedas dejar el equipaje hasta la hora de partir. Lo mismo en el caso de que llegues por la mañana antes de que puedan entregarte la habitación. Por todo lo expuesto, nuestra experiencia en el hotel La Residence ha sido espléndida y así se lo hicimos saber a la hora de despedirnos. Hablaremos maravillas y lo recomendaremos a todas nuestras amistades y por extensión a cualquiera que quiera pernoctar en Narbonne y sentirse tranquilo, cómodo y bien atendido como en casa. Jusqu’à la prochaine fois, hotel La Résidence, mille fois merci!!!!!

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“Magnífica”

Un hotel estupendo, en el trato, amables. Habitación perfecta, limpia. Desayuno fenomenal y muy pendientes de tus preferencias. Bien situado. Muy tranquilo. Recomendable 100 %. He estado tres noches y repetiría seguro. Cerca de la estación de tren que te permite fácilmente hacer las excursiones pre… Más

Un hotel estupendo, en el trato, amables. Habitación perfecta, limpia. Desayuno fenomenal y muy pendientes de tus preferencias. Bien situado. Muy tranquilo. Recomendable 100 %. He estado tres noches y repetiría seguro. Cerca de la estación de tren que te permite fácilmente hacer las excursiones previstas.

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“Todo perfecto”

Edificio antiguo pero reformado con mucho gusto, todo acogedor, habitación perfecta. Muy limpio. Al centro de Narbona. Solo estuvimos una noche, pero el personal muy atento. El desayuno con productos de calidad y con zumo de naranja natural.

“Estancia en agosto ”

Buena habitación, desayuno con buenos productos y atención del personal. También adecuado ubicación, cerca del centro y también de la estación del tren. Hotel recomendable para viajeros que vayan a Narbonne. Las reseñas que lo recomendaban acertaban.