La ciudad romana de más de un milenio
Bella ciudad
Split o Spalato es la ciudad desconocida de Croacia a pesar de ser la segunda más importante de la región dálmata del país. Está situada al sur de la República, entre la parte oriental del Golfo de Kaštela y el Canal de la Mancha, y es el enclave del centro económico de la región, que cuenta con más de 200 mil habitantes. Posee un importante puerto marítimo y en su costa se sitúa la base naval del Adriático.
Todo el que se acerca a Split descubre un ambiente termal idílico y un sorprendente aíre románico que impregna la ciudad. Y es que Split es un importante centro cultural y turístico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979.
La historia de Split surge alrededor de una casual anécdota hace 1.700 años. Resulta que el emperador romano Diocleciano se retira en el año 305 a un palacio fortificado que había construido cerca de Salona, que terminó convirtiéndose en el enclave de la ciudad. Desde entonces Spalato fue una localidad bizantina hasta 1797. De ahí la arquitectura gótica, renacentista y barroca que salpica la ciudad. Le sigue en la historia la época del imperio Austro-húngaro y, finalmente, tras la Primera Guerra Mundial, Split termina siendo una ciudad croata bajo la República de Yugoslavia, que es cuando adquiere poder económico y político, hasta llegar a ser el centro administrativo de Dalmacia.
Split guarda un verdadero tesoro arquitectónico digno de ser admirado por sus visitantes. Desde el Palacio Diocleciano, uno de los palacios románicos que mejor se conservan en el mundo; los restos arqueológicos del Templo de Júpiter y el Mausoleo de Diocleciano, posteriormente reconvertida en La Catedral de San Diomo, hasta el Ayuntamiento y las callejuelas románicas del lugar. Ejemplos de diferentes épocas y estilos que revelan la historia de la ciudad.
Pero también ofrece otros ambientes más naturales como los de su Paseo Marítimo o la playa de arena de Bacvice, (pulmón de la ciudad) las numerosas calas y playas de Split o el cercano Parque Forestal que ofrece las mejores vistas de la ciudad, así como de las islas de Hvar, Brac, Solta y Vis, además de otras urbes como Trogir.
Pero además, Split es una ciudad de tradición deportiva a raíz de los Juegos del Mediterráneos de 1979, por lo que cuenta con numerosas infraestructuras deportivas de tierra y marítimas, como son los puertos deportivos, Split ACI Marina, el Muelle Spinut, el Puerto Poljud y el muelle deportivo Zenta.
Split tiene un clima mediterráneo, caracterizado por veranos secos y cálidos e inviernos húmedos. De ahí su vegetación verde y su flora subtropical. En cuanto a su población, formada también por una minoría italiana- último residuo de la población autóctona de la ciudad en los tiempos de Diocleciano- es en su mayoría croata, aunque convive con otras comunidades como las serbias, bosnias, montenegrinas y eslovenas.
Split es una ciudad atractiva para el turismo ya que es el lugar clave para visitar las islas de Croacia. De ahí su ambiente vacacional, divertido y festivo, que ofrece una exquisita y autóctona gastronomía, así como diferentes festivales culturales y celebraciones tradicionales que recuerdan las costumbres populares de la región.
Entre el mundo medieval y románico
Para un turista Split es un lugar interesantísimo por su riqueza cultural, su valioso patrimonio arquitectónico y por las maravillas naturales que ofrece. Además, Split es un puente desde el que se accede a otras islas y ciudades cercanas de la Costa Dálmata por lo que se puede conocer en profundidad la cultura del país.
Para comenzar, uno de los sitios más importantes y de gran interés para el visitante es el Palacio de Diocleciano que es el mismo centro histórico de la ciudad. El palacio es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por ser un monumento romano y por ser enclave de la vida de Split desde sus inicios hasta la actualidad. A su paraje se han unido apartamentos, restaurantes, tiendas de suvenires y bares que le dan un ambiente bullicioso y alegre durante todo el día. Fue construido a cuatro millas de Salona, la que fue capital de la provincia romana de Dalmacia. Se caracteriza por haberse levantado con piedra caliza blanca de la mejor calidad que existe y por su peristilo monumental, uno de los patios históricos más emblemáticos del mundo. Visitar su interior supone adentrarse a la época del imperialismo romano a través los lugares que en su día fueron parte de una gran fortaleza: el vestíbulo del palacio original, la plaza con su columnata, el Templo de Júpiter y los restos del mausoleo de Diocleciano, convertidos en la Catedral de Split, en cuyos ornamentos se descubre la mescolanza románica-gótica y en donde se encuentra la representación de la vida de Jesús realizada en la puerta de la Catedral por el arquitecto Buvina.
Pero además del Palacio, las calles de Split y sus monumentos muestran mucho más del desarrollo de esta ciudad a lo largo de la historia. Sin ir más lejos, el laberinto de callejuelas revelan la variedad de estilos arquitectónicos a través de sus construcciones más emblemáticas, como son el mismo Ayuntamiento del siglo XV, o las iglesias de SV Nikola y Gospa od Zvonika. Y es que esta ciudad ha sabido salvaguardar sus orígenes, desarrollo y cultura, desvelada a través de sus monumentos, como es la estatua del famoso escultor Iva Meštrovic, Grgur Ninski (Gregorio de Nin), situada en la Puerta de Oro, cuya leyenda dice que si le tocas el dedo pulgar del pie tendrás suerte o se te cumplirá un deseo.
Sus comienzos son descritos a través de uno de los yacimientos arqueológicos más grande a esta orilla del Adriático, Salona; mientras que sus riquezas culturales y artísticas son salvaguardadas en los museos que se salpican por sus calles, como son: el Museo Arqueológico, uno de los más antiguos de Croacia; el Museo etnográfico; la Galería de Arte creada en 1931, o el Museo Marítimo ubicado en una fortaleza del siglo XVII, que nos desvela las raíces marineras de Split. También, en el mismo centro, el turista podrá disfrutar de un baño relajante en el balneario de Split, caracterizado por sus aguas termales de sulfato.
Y, cómo no, Split al ser una ciudad costera dispone de un Paseo Marítimo cuya visita es imprescindible. Este paseo se caracteriza por sus monumentos de estilo renacentista como el de la plaza Republike, que se encuentra muy cerca de la iglesia románica de San Lorenzo y de la Plaza Popolo. Cerca de esta avenida descubrirás el arraigo deportivo de la ciudad, surgido desde los Juegos Mediterráneos, en los cuatro puertos deportivos que dispone: Split ACI Marina, el Muelle Spinut, el Puerto Poljud y el muelle deportivo Zenta.
Naturaleza tampoco le falta y ejemplo de ello es el Parque Forestal de Marjal. Tan sólo se encuentra a 15 minutos del casco de Split y con sus 168 hectáreas de pinares ofrece a visitantes y lugareños desde un agradable paseo cuidado y esplendoroso, un pequeño jardín zoológico, hasta la mejor panorámica de Split.
Y para los amantes del sol, justo en la misma ciudad, los turistas pueden disfrutar de la popular playa de arena de Bacvice, la de Firule, la playa rocosa Bene, junto al parque Marjan, o de las tranquilas y pequeñas calas que se encuentran en sus aledaños. Pero, las mejores costas arenosas se hallan un poco más alejadas de la ciudad. Concretamente en el pintoresco pueblo de Kaštel Stari (Castillo Viejo), el más antiguo de los siete pueblos que se encuentran en la costa que va de Split a Trogir. Esta villa se caracteriza por estar establecida en un valle de viñedos y árboles frutales y por ser el lugar elegido por la nobleza croata del siglo XV para construir sus fortificaciones y residencias, como es el Castillo Cipiko, que data de 1481.
Salud y sabor acompañado de los mejores vinos
Split se caracteriza por tener una gastronomía variada y saludable. En los numerosos restaurantes del lugar no falta la amplia oferta de pescados de gran calidad o la carne siempre acompañada de verdura fresca. Tampoco en la mesa de Split echaras de menos una rica y variada tabla de embutidos y quesos, todo ello acompañado de sus famosos postres, así como de sus característicos vinos y licores. Por estos últimos es como se debe comenzar un almuerzo en Split, a la manera y costumbre de la gente del lugar.
Para comenzar y disfrutar de una buena comida croata, según la tradición de Split, en primer lugar se abre el apetito con alguno de los licores de uva o hierbas típicos de Dalmacia, que introducen al comensal en el entrante de jamón serrano, el chorizo Luganige, y queso que suele servirse en aceite, junto a las típicas las aceitunas, negras o verdes.
Después del aperitivo, se degusta como principal otros platos típicos de la región como es el brodetto, una sopa de pescado a la manera de Romagna servido con polenta originaria del norte de Italia. Le sigue el pescado a la plancha, o el pulpo asado, ofrecidos siempre con un poco de aceite de oliva, ajo, pimienta y sal.
Y para continuar los manjares dálmatas, sus postres. Los más famosos son los fritule y kroštule, los buñuelos típicos de Dalmacia, la tarta Makaran y la tarta de Kastel.
En cuanto a bebidas, en la mesa de Split no faltan ni sus caldos de la isla de Hvar, ni sus vinos Vugaba y Planicic. La carta de vinos dispone desde el negro del Mediterráneo, como el merlot, el cabarnet, el plavac, el dingac o el postup, hasta el blanco, como el malvazija, el pošip o el pinot.
Desde luego Split es un lugar idóneo para el turista que visita Croacia, ya que es la puerta de entrada a la vida de Dalmacia. Con sus milenaria historia románica, su autentica y originaria gastronomía y su saludable vida llena de cultura y música
Fiestas en Split: música y teatro al aire libre
Además del ocio ofertado por los numerosos bares, pubs y discotecas que se encuentran por Split, los turistas también pueden acudir a diferentes populares encuentros festivos y culturales que se celebran en la antigua urbe romana. Y es que las ciudades croatas se caracterizan por disponer de una agenda cargada de fiestas al aire libre y programaciones culturales con numerosos espectáculos, como son los conciertos de música que se llevan a cabo el Peristilo, situado en el Palacio de Diocleciano.
También estando en Split se tiene la oportunidad de asistir a las representaciones del famoso festival Splitsko Iljeto, que se lleva a cabo durante todo un mes, de mediados de junio a mediados de agosto. Se trata de uno de los mejores festivales de verano celebrados al aire libre, al que acuden prestigiosos artistas locales e internacionales.
Durante este festival se llevan a cabo numerosas actividades en todas las disciplinas artísticas: teatro, ballet, opera, conciertos que recogen desde las muestras más tradicionales y populares hasta las más vanguardistas, a lo que se suma la entrega de premios a los mejores artistas musicales y teatrales.
Otra celebración tradicional y representativa en esta ciudad es el homenaje que se organiza durante el mes de agosto en honor al emperador romano Diocleciano. En este evento, durante dos días, las calles de Split se llenan de ciudadanos locales vestidos con túnicas, togas y hojas de olivo como tocado para recrear los orígenes de la ciudad.
También en verano se lleva a cabo el musical autóctono ‘Art-verano’. Y con el mes de septiembre se organiza el Festival Internacional de Cine de Split, protagonizado por un cartel lleno de películas internacionales y de cine de autor.
En meses primaverales se celebra la fiesta tradicional Marulic, y con la entrada del invierno, Split sorprende con el Día de la Santa Cruz, La Muestra de Flores y el Ball de Split; mientras que mayo es el mes protagonista de los festejos de la patrona de la ciudad, que culminan con el Día de San Doimus, el 7 de mayo.
Y a falta de agenda cultural, para rememorar la época medieval, sólo a treinta kilómetros de Split, en Sinj, se celebra el torneo tradicional Sinjska Alka. El acto consiste en la competición de una carrera de caballeros medievales que cabalgan para intentan alcanzar el centro del alka (anillo de hierro) con su lanza. Esta rememoración se lleva a cabo el 8 de agosto desde el año 1715, como recuerdo de la victoria sobre el ejército turco.