Descubrir el océano más inmenso del planeta por el borde del continente más pequeño y sugerente se convierte en un plan irrefutable. Porque ir a las antípodas y conocer la costa este de Australia, su parte más turística y cálida, es tan apetecible como eficiente. En apenas 10 días te harás una idea de lo que esconde la zona de mejor clima y servicios del país, con playas kilométricas y paisajes de naturaleza exquisita. Empieza la Ruta en la completísima Sídney, la ciudad más poblada de Australia, convertida en tal referente y que muchos la creen la capital. Siente su halo cosmopolita y moderno, con sus rascacielos y su gran Ópera, pero no dejes de visitar sus playas urbanas, tan integradas y vividas. Sigue el trayecto que conecta localidades marítimas e interiores con generosos ríos y cascadas, entre parques naturales de inmensa belleza. Disfruta de la amabilidad de una gente tan cálida como las aguas de estas tierras hasta llegar a la explosiva Brisbane, la tercera ciudad del país en número de habitantes. Te sorprenderá su animado ambiente y su aire futurista, además de su oferta de ocio y sus interminables calles comerciales. Una opción perfecta para abrir boca en el país de los canguros.
Viajar al punto geográfico diametralmente opuesto a Europa en el globo terráqueo es como imaginar una novela de Julio Verne. Nueva Zelanda, la “tierra de la gran nube blanca”, como la conocían los maoríes, se ubica en el mar de Tasmania y tiene tantos rincones fascinantes que te parecerá el escenario digno de un libro fantástico. Descubre la Isla Sur de este extraordinario país, repleto de parques nacionales y paisajes asombrosos. Te enamorarán sus lagos como espejos, rodeados por abundante vegetación y altas montañas, con la imponente cordillera de los Alpes del Sur como estandarte. No te pierdas sus fiordos y glaciares, maravillas naturales amenazadas por el calentamiento global del planeta. Y si te gustan los deportes extremos, lánzate en paracaídas y disfruta de las vistas como un pájaro o practica “bungee jumping” en la zona de Queenstown, bautizada como la “capital de la aventura”. La conducción por esta isla es un espectáculo. Recorrer la Milford Highway es una secuencia de estampas que jamás podrás olvidar.