La imponente ciudad de Roma es una de las principales capitales europeas, una mágnifica urbe que no se ha quedado anclada en su impresionante pasado y que mira de frente hacia un brillante futuro. Esta milenaria ciudad entremezcla en sus hermosas calles la belleza clásica de la época antigua con los atractivos de la Roma renacentista, barroca y moderna, una apasionante amalgama que no deja a nadie indiferente... desde hace siglos. La "Ciudad Eterna", que primero dominó el mundo mediterráneo con las armas durante la época clásica para después hacerlo con el arte y las letras en el Renacimiento, cobija algunos de los monumentos intemporales más relevantes e influyentes de Occidente. Entre ellos están el Coliseo, el Foro y Mercado de Trajano, el Panteón, la Capilla Sixtina, la Fontana di Trevi y un casi interminable etcétera, pues Roma es tan bella como inabarcables sus tesoros. Tan solo hay que ir para comprobarlo.
La animada vida de los siempre encantadores romanos se concentra en sus maravillosas y animadas plazas, siempre llenas de locales y turistas, como la Piazza dei Campidoglio, la dei Popolo, la de Minerva, y la de España, con su famosa y no menos fabulosa escalinata. ¡No te olvides de hacerte una foto sentado en ella! Allí podrás tomarle el pulso al día a día de una ciudad que complementa su increíble sector turístico con una sabrosa gastronomía mediterránea que ha sido exportada a los cuatro puntos cardinales del planeta.
La siguiente etapa del viaje tiene a Sicilia, la joya del Mediterráneo, como escenario de excepción. Allí descubrirás Palermo, la quinta urbe más grande de Italia y el mejor ejemplo del mestizaje cultural legado por su milenaria historia. Restos púnicos, monumentos romanos, residencias de estilo árabe, palacetes normandos, templos barrocos, edificios neoclásicos y casas art nouveau se conjugan en un atractivo cóctel artístico y aquitectónico que a buen seguro se quedará grabado en tus retinas.
Destaca sobre todo el conjunto apodado "Palermo árabe-normando", que incluye entre otras maravillas el Palazzo Reale (o dei Normanni), con su espectacular Cappella Palatina, la Iglesia de Santa Maria dell'Ammiraglio (o della Martorana), la Catedrale della Santa Vergine Maria Assunta, y el Puente dell'Ammiraglio. Para nada desmerecen tampoco las catedrales de Cefalú, o Duomo del Santissimo Salvatore, y la de Monreale, o Duomo di Santa Maria Nuova, esta última considerada la culminación del arte árabe-normando en Sicilia, situadas ambas a las afueras de Palermo.
Por la noche, la
Piazza Pretoria, donde se alzan majestusosos el Palacio Senatorio y la iglesia de Santa Caterina, es
el inexcusable punto de encuentro de la juventud palermitana que se reúne entorno a la
Fontana Pretoria, la fuente más curiosa y conocida de una ciudad por la que han pasado
fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, normandos, suabos, franceses, españoles y austríacos. Por algo será...
Opiniones de los viajeros que ya han realizado este circuito