Francia: Ruta por Bretaña, de Nantes al Monte Saint-Michel, a tu aire en coche

Ubicada en el extremo oeste de Francia, la Bretaña lleva siendo desde tiempos inmemoriales tierra de marineros y artistas. En la actualidad, es un destino turístico de primer nivel que ha sabido conjugar su extraordinario patrimonio monumental con la más rabiosa actualidad artística y cultural. Clásicas joyas arquitectónicas de talla mundial como la Abadía de Mont-Saint-Michel (situada en Normandía, al finalizar el recorrido), las catedrales de Saint-Malo y de Nantes, o el Palacio del Parlamento de Rennes, comparten protagonismo con la moderna ingeniería de ‘Les Machines de l’Île’ y su famoso elefante de 12 metros de altura; la espectacularidad del mirador ‘Belvédere de l’Hermitage’; la base submarina de Escal’Atlantic, única en Europa; fabulosos espacios públicos y atractivos centros de exposición volcados con el arte contemporáneo, como el itinerario artístico ‘Estuaire Nantes - Saint-Nazaire' o ‘le FRAC’ de Rennes... Y esto es tan solo la punta del iceberg de la riqueza histórica, arquitectónica y artística de una región que entremezcla como nadie su glorioso pasado con un vibrante presente que podrás descubrir en todo su esplendor gracias a esta inolvidable “Ruta por Bretaña, de Nantes al Monte Saint-Michel". Recorrer las antiguas calles adoquinadas de los centros urbanos de sus ciudades es como realizar un viaje al pasado de típicas casas de entramado de madera, elegantes palacetes renacentistas construidos en madera y piedra, escaleras y galerías suspendidas, techos vertiginosos y palacios abaciales. Los jardines abundan en las ciudades bretonas y resulta un auténtico placer pasear por internacionalmente famoso Parc du Thabor de Rennes, el llamado “príncipe de los jardines”, o por el ‘Jardin des plantes’ de Nantes. Tierra de pintores, escultores, ceramistas, bordadoras y cuentacuentos, sigue buscando inspiración en las raíces y la tradición, aunque su atractivo va mucho más allá de los tocados y las imágenes folclóricas. Porque Bretaña es también una tierra moderna, vanguardista y creativa susurrada por una lengua propia, iluminada por cielos eternamente cambiantes, colorida por la retama y la riqueza de los trajes, y siempre ávida de novedades en la música, la literatura y la pintura. Una región vibrante y llena de vida que acoge al visitante con los brazos abiertos.