Bienvenidos a París, la "Ciudad de la Luz", conocida así principalmente por su liderazgo histórico en las artes y las ciencias, pero también por la temprana iluminación de sus calles. La capital gala es uno de los destinos más famosos y visitados del mundo, albergando incontables rincones repletos de atractivos y leyendas que merecen ser descubiertos sin prisas. Visita más de 130 museos como el Louvre, el Orsay o el Pompidou; bellos templos como la Basílica Real de Saint Denis y la Catedral de Notre Dame, actualmente cerrada al público tras el incendio de 2019; parques urbanos como el Jardín de las Tullerías; tesoros ocultos como sus 300 kilómetros de catacumbas; y, por supuesto, los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo y la mítica Torre Eiffel, desde donde se contemplan unas vistas inigualables. Te recomendamos también una visita a Versalles, a 22 kilómetros al oeste de la capital gala, para descubrir su grandioso y decadente Palacio por donde correteaba la célebre reina María Antonieta.
París es un mágico lugar que sigue sorprendiendo a propios y extraños y que envuelve al viajero en una atmósfera única. Porque París te espera también para que respires su espíritu bon vivant y disfrutes de los placeres de la vida, tal vez sentado a la mesa de uno de sus 8.000 cafés con terraza, o de sus típicos bistrós y sus elegantes restaurantes de fama internacional.
La siguiente parada de este maravilloso viaje en tren se desarrolla en otra fabulosa ciudad europea, sin duda a la altura de París.
Existen pocas ciudades en el mundo con el dinamismo de Bruselas. Es la capital no sólo de una vibrante nación como Bélgica, sino también centro neurálgico de la Unión Europea. Bruselas es una de las capitales del Viejo Continente más atractivas a la hora de hacer turismo y desentrañar todos sus secretos, ya sean culturales, artísticos o arquitectónicos. Se trata de la urbe más cosmopolita de Europa, donde se oyen acentos de todos los rincones del continente europeo y prácticamente de todo el planeta, y constituye todo un ejemplo de respeto e integración.
Bruselas sorprende por su originalidad y sus pintorescos contrastes. Por un lado, la espectacular Grand Place, con su recargado estilo barroco que te transportará directamente al siglo XVI, y archifamoso Maneken Pis, una de las esculturas más conocidas del planeta. Por el otro, la mayor colección de obras del genio del surrealismo René Magritte y sus bellos edificios Art Nouveau y Art Déco, entre otros muchos atractivos. Por no hablar de su poblada agenda cultural, que late con el mismo dinamismo que sus habitantes con frecuentes actividades como conciertos, festivales, exposiciones, folklore belga, espectáculos, deportes, competiciones... y todo ello acompañado del delicioso chocolate belga y su famosa cerveza.
La siguiente y última escala de este viaje en tren es Ámsterdam, una ciudad diseñada para pasear, pues a excepción de bicicletas y tranvías apenas hay tránsito rodado. La capital de los Países Bajos combina a la perfección sus aires modernos y cosmopolitas con una atmósfera histórica incomparable, siendo desde hace décadas una de las ciudades más turísticas del mundo. De visita obligan son el Rijksmuseum, con las obras de Rembrandt como elemento esencial, el Museo Van Gogh, que expone parte del legado postimpresionista del célebre pintor, y la casa de Ana Frank, la vivienda donde se ocultó de la persecución nazi la joven judía. Disfruta también de la inconfundible belleza de sus canales repletos de barcos o visita los cuidados parques que salpican toda la ciudad, en los que se celebran animados mercadillos. Ámsterdam, al igual que todo el país, es conocida también por sus políticas liberales. Los ejemplos más famosos son el Barrio Rojo y los 'coffee shops', dónde se puede adquirir marihuana de forma legal.
¡Vamos, que el tren te espera en el andén!
Opiniones de los viajeros que ya han realizado este circuito
01/01/0001
Todo perfecto, bien organizado y atendiendo al detalle
01/01/0001
Prima esperienza con Logitravel e il mio giudizio nel complesso è positivo tranne per due punti: Novotel Parigi Tour Eiffel la moquette della camera era molto sporca così come quella dei corridoi, bagno minuscolo, colazione scarsa nella varietà e nella qualità. Il tutto assolutamente non da hotel 4 stelle. Ottimi invece gli hotel di Bruxelles e soprattutto quello di Amsterdam. Altro punto biglietto non modificabile del treno Parigi-Bruxelles perso causa traffico intenso che mi ha costretto a ricomprare 2 biglietti in stazione a 99€ l’uno contro i 29€ già pagati