Se dice que en Lituania hay dos religiones: el catolicismo y el baloncesto. Y no hay mejor lugar en el país báltico para comprobar esta afirmación que la ciudad de Kaunas, hogar del mítico equipo del Zalgiris. Segunda ciudad en importancia y población tras la capital Vilna, es la urbe lituana que mejor ha conservado su carácter nacional y donde se entremezclan las tradiciones más antiguas del país con la modernidad. Su centro urbano está dividido en dos partes:
Naujamiestisa (Ciudad Nueva) y
Senamiestis (Ciudad Vieja). La primera se articula entorno a la
Laives Aleja (Avenida de la Libertad), una calle peatonal construida a finales del siglo XIX que alberga la mayoría de tiendas y restaurantes de Kaunas, además de atractivos como la bella iglesia ortodoxa de San Miguel Arcángel, levantada en tiempos del zar Alejandro II para los más de 35.000 soldados rusos que ocupaban la localidad. En la Ciudad Nueva se encuentran también los jardines de Vytautas el Grande y tres de sus museos más importantes: el
M.K. Ciurlionis , el Museo Nacional de Arte y el Museo del Demonio, que exhibe una colección de más de 3.000 obras dedicadas al diablo. Por su parte, la Ciudad Vieja se extiende alrededor de la calle
Vilnius, con sus bellos edificios del siglo XVI, y la Plaza Rotušes, centro neurálgico de Kaunas y donde se encuentra uno de sus grandes símbolos: el edificio del antiguo Ayuntamiento, llamado cariñosamente el "Cisne Blanco". Otros atractivos de esta parte de la ciudad son el Museo lituano de Medicina y Farmacia, la Casa Marionis, la iglesia gótica de Vytautas y la curiosa Casa Perkunas, de estilo gótico flamígero y conocida como la "Casa de los Truenos". Por cierto, Kaunas es la única ciudad del Báltico que conserva sus antiguos funiculares: el de
Zaliakalnis y el de
Aleksotas, que ofrecen unas privilegiadas vistas de la Ciudad Vieja, el Gran Puente de Vytautas sobre el río Nemunas y la colina
Aleksotas.
Opiniones de los viajeros que ya han realizado este circuito
01/01/0001
Ha sido un buen tour. Lo hemos disfrutado mucho. Los guías han sido muy profesionales y los transportes dentro de las repúblicas bálticas han sido de muy buena calidad. El único problema ha sido con las tarjetas de embarque de los vuelos en cuestión y que las compañías tenían diferentes políticas de equipaje, lo cual no había sido informado previamente. Sobre las tarjetas, tuvimos que pedirlas por teléfono, porque no llegaban al correo electrónico y el teléfono para emergencias no siempre estaba disponible. Estuvimos un buen tiempo a la espera y no se nos atendió. Quizá ése ha sido el principal problema. Sobre los transfers, tendrían que habernos avisado de los nombres de las compañías en cuestión, porque eso causó algo de incertidumbre a la llegada a Vilna y a la salida de Tallín. Por lo demás, muy bien. Los hoteles, cómodos y de buena calidad. Los desayunos, sin problemas. Las comidas que estaban incluidas, también muy buenas, y los transportes entre ciudades y guías, óptimos. Si mejoran el servicio telefónico y avisan sobre las cuestiones puntuales que les comento, sería un servicio de cinco estrellas. De momento, nos quedamos, y siendo algo estricto, en cuatro.
01/01/0001
Todo muy bonito
01/01/0001
´Buena atención y organización.
01/01/0001
Muy contenta con el circuito
01/01/0001
Demasiada rapidez en las visitas.