Clavada en el imaginario popular, con pose fotogénica y ademán de estrella. Así conocemos todos a Los Ángeles, incluso antes de haberla conocido. Referente a todos los niveles, grandiosa, odiosa, tolerante, hortera y absolutamente imprescindible. Meretriz de la cultura, surtidora de palomitas y de momentos maravillosos a la luz de la gran pantalla. Aquí todo es posible, porque todo ha pasado, entre moteles de moqueta raída y hotelazos de abono VIP. Donde las camareras rubias esconden un sueño.
Y finaliza en la exótica Fiji, destino ideal para novios, en medio del paraíso, dada la diversidad de sus fondos de coral, la riqueza de su fauna marina, sus aguas turquesas con playas de arena fina y su suave clima tropical.