Cálzate un sombrero y un látigo para afrontar este fantástico viaje por dos de las principales capitales de Oriente Medio, cuyas maravillas arqueológicas harán las delicias de propios y extraños. La primera parte del viaje tendrá lugar en Amán, la capital del Reino Hachemita de Jordania. Centro comercial y administrativo del país, se trata de una de las ciudades árabes más occidentalizadas. Entre sus principales atractivos destacan sin duda sus museos: el Arqueológico de Jordania, un recorrido desde la prehistoria hasta la época romana; el Museo del Folclore Jordano, que muestra la vida de los nómadas del desierto; y el Museo de Tradiciones Populares, que detalla el día a día de los antiguos beduinos. El palacio Umeyyadov y el anfiteatro romano son otros de sus puntos de interés. Tampoco hay que perderse la exquisita gastronomía de Amán, símbolo de identidad y adalid de la cocina del Levante (término para designar el área entre el Mediterráneo y la península arábiga) colmada de falafels, kebabs y platos de carne picante.
La mejor forma de terminar tu viaje por Jordania es tomarte unos días de relax en el Mar Rojo. Disfrutar de unos días de descanso y maravillarte con la vida submarina son las actividades más propicias para hacer en el lugar. El Mar Rojo, más precisamente el Golfo de Aqaba es la única salida al mar abierto del país. Las temperaturas del Mar Rojo permiten que sea un destino playero durante todo el año, ya que la temperatura del agua nunca baja debajo de los 20 grados.
¡Qué más se puede pedir!