Cuando escuchas que es un viaje que te cambia es porque la India, paleta de colores hecha tierra y pueblo, deja una huella y te fija un punto experiencial de no retorno. Sentirás esa sensación de estar en un mundo diferente en cuanto pongas un pie en Delhi, la capital, gran centro administrativo pero con rincones sorprendentemente tranquilos, que servirá de puerta de entrada a una fascinante ruta por Jaipur, la caótica y electrizante ciudad rosada; la abandonada ciudad de Fatehpur Sikri, silencioso paraje en el que casi puedes trasladarte a siglos atrás; Agra y el monumento romántico por excelencia, el Taj Mahal; y Benarés, la mística ciudad santa a orillas del Ganges.
¿Te atreves a sentir la apasionante India?