Déjate seducir por Corea del Sur, un fascinante país del Lejano Oriente que a pesar de hundir sus raíces en los albores de la humanidad es en la actualidad una de las naciones más avanzadas y vanguardistas del planeta.
Un claro ejemplo es Seúl, su magnífica capital, donde se aprecia la modernidad y la tradición de Corea del Sur en muchos de sus rincones. Gracias a su eficiente metro, el turista puede moverse con gran comodidad por toda la urbe y visitar, entre otros atractivos, el City Hall con forma de tsunami, y frente a él el Palacio Deoksugung; los maravillosos palacios del conjunto Changdeokgung, catalogado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; el Palacio Qyeongbokgung, con 600 años de historia a sus espaldas; y el Lotte World Tower, un impresionante edificio de 550 metros de altura. El barrio de Myeongdong (que significa túnel brillante) constituye la mayor zona comercial y de vida en Corea del Sur, mientras que Bukchon Hanok Village es el barrio histórico tradicional sembrado de pequeñas viviendas. Imprescindible es el Memorial de la Guerra, un museo que repasa los conflictos vividos en la región a lo largo de la historia, como las diversas invasiones chinas y japonesas y la Guerra de Corea del siglo pasado.
Busan es la modernísima segunda ciudad de Corea. Allí se alza el Memorial de las Naciones Unidas, con un cementerio donde se encuentran enterradas personas de diversos orígenes. En el complejo Doosan Haeundae se pueden admirar sus rascacielos de más de 300 metros y su puerto deportivo. No hay que perderse el mayor mercado de pescado del país, junto al puerto de Nampo, ni el parque de Yongdusan, donde se encuentra una inmensa pagoda de 120 metros.
Capital del país durante 992 años, cuando la ciudad se llamada Sorabol y más de la mitad de Corea del Sur pertenecía al Reino de Silla, Gyeongju hace gala de un impresionante legado monumental y arqueológico que le ha valido el sobrenombre de “el museo sin paredes”. No en vano, la ciudad alberga hasta tres lugares catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Seokguram, la gruta budista artificial horadada en el siglo VIII, y el templo budista de Bulguska, una obra maestra de la edad de oro del reino de Silla; Yangdong, una aldea tradicional coreana de la dinastía Choson (1392-1897); y las zonas históricas de Kyongju, o Gyeongiu, rebosantes de tumbas, palacios, pagodas y estatuas del periodo Silla. En total, la ciudad contabiliza 31 tesoros nacionales y acoge el fantástico el Museo Nacional de Gyeongju, con más de 15.000 artefactos que se remontan a la prehistoria. Todo un viaje al pasado milenario de Corea del Sur.
La ciudad de Andong es un importante centro de arte y folclore coreano. Situada en el centro del país, y atravesada por el río Nakdong, se erige como una de las grandes preservadoras del milenario acervo cultural de un pueblo que hunde sus raíces en los albores de la humanidad. Un claro ejemplo es la celebración a mediados de octubre de su famoso Festival Folclórico, el más importante de Corea del Sur, que incluye la esperada exhibición de máscaras tradicionales de Andong. Otro de sus grandes tesoros es la aldea tradicional de Hahoe, que conserva la arquitectura, las tradiciones populares y el arte del periodo Choson (1392-1897), y que ha sido elevada a la categoría de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Otros focos de interés turístico incluyen Sisadan, la colonia de artistas Jirye, el templo Bongjeongsa y el Buda Jebiwon. No te pierdas la especialidad local, el “Andong jjimdak”, o pollo al vapor de Andong, que está elaborado con verduras marinadas en “ganjang” (salsa de soja). El mejor sin duda se sirve en la Dak golmok, literalmente Avenida del Pollo, del Mercado Viejo de Andong.