Los hermosos paisajes de Dominica están repletos de sorpresas, por lo que, durante nuestra estancia en la isla, en cualquier lugar por donde pasemos encontraremos numerosos rincones que nos dejarán con la boca abierta. Uno de los mayores atractivos son sus espectaculares cascadas, que se encuentran repartidas a lo largo y ancho de su territorio, y que normalmente pueden visitarse tras una pequeña excursión. Aquí vamos a nombrar solamente algunas de las más conocidas, pero una vez allí, no dudes en preguntar y verás que existen muchísimas más.
Una de estas cascadas es la de
Trafalgar, seguramente uno de los puntos más emblemáticos y visitados de la isla. Ubicadas en la zona sur de Dominica, a unos pocos kilómetros al noreste de Roseau, están conformadas por dos caídas de agua principales, una de las cuales supera los
ochenta metros de altitud. Se encuentran rodeadas de un majestuoso y espectacular entorno paisajístico, formando, además, una hermosa piscina natural en la que se puede tomar un baño.
En la región que se extiende entre las localidades de
Laudat y
Cochrane, muy cerca de las cataratas anteriores, se encuentran también las
cascadas de Middleham, las más altas de la isla. Situadas también entre el espesor de la selva dominiquesa, poblada de helechos y frondosos árboles de grandes raíces, se accede a ellas a través de dos caminos, cada uno de los cuales parte desde una de las poblaciones citadas. El sendero más común es el de Laudat, que es de fácil acceso y que se puede recorrer en aproximadamente una hora.
Otras cascadas emblemáticas son las de
Emerald Pool –"piscina esmeralda"–, que deben su nombre a las transparentes aguas de la poza que forma la cascada, aptas para tomar un agradable baño y
rodeadas de exuberante vegetación. En el camino de acceso, que tiene una duración de unos 20 minutos, encontraremos además dos interesantes miradores, que nos permitirán
maravillarnos con el entorno.
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