Descubre Tánger y Chauen
Recorre estas dos ciudades a tu manera, sin horarios ni prisas de ningún tipo. Organiza libremente tus días y no dejes ningún rincón por visitar.
Recorre estas dos ciudades a tu manera, sin horarios ni prisas de ningún tipo. Organiza libremente tus días y no dejes ningún rincón por visitar.
Apúntate ahora e imprégnate del encanto, la historia y la cultura de estas dos ciudades. Aprovecha bien los días a tu antojo y no dejes ningún rincón por descubrir. Con este itinerario ahora tienes la oportunidad de visitar las medinas y los auténticos zocos de estas dos localidades únicas. Disfruta de su gastronomía, de sus gentes y del contraste evidente entre ambas.
No lo pienses más y recorre durante una semana dos de las medinas más espectaculares de todo Marruecos.¿Nos acompañas?Llegada a Tánger y traslado al hotel. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
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A la hora convenida nos trasladaremos desde el hotel de Tánger hasta el hotel de Chauen. Alojamiento.
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A la hora convenida nos trasladaremos hasta el aeropuerto de Tánger para tomar el vuelo de regreso.
La ciudad de Tánger ha sido, a lo largo de la Historia, un punto clave como lugar de entrada al Mediterráneo, así como punto de conexión entre África y Europa, especialmente gracias a su puerto comercial. La ciudad fue colonizada por fenicios, griegos, romanos, bizantinos, árabes y almohades, hasta que en 1471 fueron los portugueses quienes se hicieron con su control. Posteriormente, éstos la entregaron a los británicos y, finalmente, pasó a manos del grupo liderado por Mulay Ismail, quien tomó la ciudad a costa de su destrucción casi total.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Tánger se convirtió en Zona Internacional, mientras el resto del país era repartido entre Francia y España, convirtiéndose en un centro de peregrinación para excéntricos de todo tipo: artistas, hippies, exiliados, espías, especuladores y demás. Luego cayó en el abandono y cobró una pésima fama, que dejó atrás hace ya algunos años tras descubrir nuevamente su potencial turístico y comercial. Con la renovación de buena parte de sus edificios y la limpieza de varias playas, Tánger ha vuelto a ser una ciudad segura que disfruta de numerosas exposiciones culturales y de buenos alojamientos y restaurantes, convirtiéndose hoy en día en una ciudad encantadora.
De entre los principales encantos que se encuentran en la parte vieja cabe mencionar la propia medina en sí, un laberinto de callejones abarrotados de comercios, insertados entre los muros de una fortaleza portuguesa del siglo XV. Se trata de la mayor atracción tangerina y vale mucho la pena dejarse llevar por sus aromas y deambular sin rumbo entre sus calles. Todo ello sin perderse el conocido como Zoco Pequeño o Chico, que se ha convertido hoy en día en una agradable plaza desde donde ver pasar a la gente. A ello hay que sumarle la Gran Mezquita, construida durante el reinado de Mulay Ismail –aunque reformada en 1815– sobre la que fuera la antigua catedral portuguesa.
Hay que destacar también el Museo del Legado Americano –el único lugar declarado Monumento Histórico Nacional de EUA en el extranjero– y la alcazaba –o kasba–, que debe su aspecto actual al periodo de ocupación portuguesa y al reinado de Mulay Ismail. Antiguamente, había sido el palacio del sultán y la residencia de los gobernadores británicos y portugueses y, actualmente, alberga un museo. Junto a éste se encuentra la mezquita de la alcazaba, con un minarete octogonal cubierto por coloridos azulejos.
En la parte nueva, o Ville Nouvelle, se encuentra la curiosa Iglesia de San Andrés, con un interior de estilo islámico, sin ninguna representación humana y con la oración del Padre Nuestro escrita con el alfabeto árabe. Se hallan también los Jardines Mendubia, rodeados por una hilera de bonitos edificios de estilo colonial; el Zoco Grande, desde el que puede acceder a una bonita panorámica desde lo que se conoce como la terrasse; y el Grand Hotêl Villa de France, que albergó al pintor francés Delacroix en el siglo XIX y a Matisse a principios del XX.
…que Henri Matisse fue un célebre pintor francés, reconocido como uno de los grandes artistas del siglo XX y como uno de los principales representantes del movimiento pictórico conocido como fovismo. Fue también uno de los artistas más famosos que pasó por la ciudad de Tánger.
El impresionista francés visitó la ciudad en dos ocasiones –1912 y 1913–, y ésta tuvo una gran influencia en su obra. Inspirándose en el color y la armonía del arte tradicional marroquí, y aprovechando la magnífica luz de la costa norteafricana, Matisse reflejó en varias de sus obras la vida cotidiana de la medina de Tánger. En una de sus obras más conocidas, Paysage Vu d’une Fenêtre, el pintor muestra la vista desde su ventana del Grand Hotêl Villa de France, con la torre de la Iglesia de San Andrés y la kasba al fondo.
Esta gran cueva se encuentra situada a 12 kilómetros del centro de Tánger en la que puedes admirar como las olas del mar azul turquesa rompen sobre esta formación rocosa. La lindeza de este lugar lo convierte en una visita imprescindible gracias a su valor arqueológico y su fuerte carga mitológica.
Las entradas a las grutas, quedan inundadas durante las mareas altas. Es impresionante observar como los chorros de agua inundan el lugar y como se divisa el Estrecho de Gibraltar.
Esta cueva, tiene la forma del continente de África invertido. La leyenda dice que es debido a la patada que dio Hércules al intentar separa Europa de África.
Además, si el hambre aprieta, allí podemos encontrar algunos chiringuitos en los que preparan ricos tajines.
Muy cercano a las Cuevas de Hércules, se encuentran las también interesantes ruinas de Cotta.
Estas ruinas, pertenecen a las viviendas de los romanos que allí estuvieron durante los siglos II y III. Se dice que son las construcciones más importantes del antiguo templo del reinado de Adriano de la villa de Cotta, dedicadas a la industria.
Podemos encontrar templos, baños romanos y almacenes de aceite. Si tienes la oportunidad, no dudes en descubrir estos vestigios de civilizaciones pasadas.
Situada frente a Bab el Fahs –uno de los principales accesos a la antigua medina de Tánger–, la Plaza 9 de abril es sin lugar a dudas uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Su actividad permanente y su ubicación estratégica en el corazón de la localidad, cerca del Gran Zoco, la convierten en uno de los lugares imprescindibles durante nuestra visita.
Reformada hace apenas algunos años, esta plaza se ha convertido en un sitio muy agradable donde disfrutar de la vida cotidiana de sus habitantes. Rodeada de grandes palmeras, bancos y edificios históricos, y adornada en el centro con una hermosa fuente, no hay que perder la oportunidad de sentarse en cualquier terraza a disfrutar de un zumo de frutas o de un té.
Cerca de la Plaza 9 de abril encontramos también diversos lugares de interés turístico y arquitectónico, como el Gran Zoco, el emblemático Cinema Rif –que hoy acoge también la Cinemateca de Tánger–, la Mezquita de Sidi Bou Arrakia o los encantadores Jardines de la Mendoubia. No muy lejos de aquí, detrás de la mencionada mezquita, encontramos la curiosa iglesia anglicana de Saint Andrew, que fue erigida a comienzos del siglo XX. Ésta combina diversos estilos artísticos y presenta en el altar oraciones cristianas escritas en una hermosa caligrafía árabe.
…el nombre de esta plaza rinde homenaje a la histórica visita realizada por Mohamed V en el año 1947? El antiguo monarca, abuelo del actual rey de Marruecos, llegó a la ciudad para proclamar su famoso discurso a favor de la independencia del país y de la reunificación del reino.
La medina de Chaouen es una de las más espectaculares de todo Marruecos, pues resalta por el vivo color blanco y azul de sus paredes encaladas. Sus reducidas dimensiones permiten que sea recorrida a pie con facilidad, por lo que merece sin duda la pena perderse un buen rato entre sus callejuelas y observar la vida cotidiana de sus habitantes.
Como buena parte de estas calles conducen a la plaza de Uta el-Hammam –el auténtico corazón de la medina– resulta sencillo orientarse teniendo siempre este lugar como punto de referencia. Merece además la pena sentarse en cualquiera de las terrazas que rodean esta plaza para descansar y ver a la gente en sus quehaceres.
Dos de los lugares más emblemáticos que se hallan dentro de la ciudad antigua son la Gran Mezquita –con un minarete octogonal– y la Kasba, una fortaleza amurallada que cuenta con diez baluartes y que ha sido recientemente restaurada. En ella pueden visitarse diversas exposiciones o simplemente pasear por su encantador jardín.Algunos de los puntos de más interés en la medina:
Situada en la montaña, rodeada de los imponentes picos del Rif y conocida por el intenso color de sus calles, se trata de una de las localidades con más encanto de todo Marruecos. Mezcla armónica de estilo marroquí y andalusí, Chauen está considerada como una ciudad santa, albergando ocho mezquitas y varias zaouia y morabitos.
Repleta de plazas diminutas, fuentes, callejones ondulantes y casas encaladas pintadas de blanco y azul intensos, la ciudad ofrece una buena gastronomía en cualquier rincón de la medina y un buen respiro del ajetreo de otras ciudades. Se trata de un sitio ideal para relajarse y recorrer por sus infinitas callejuelas, que convergen en la plaza de Uta el-Hammam, el corazón de la medina. En ella se encuentran además la mezquita principal y la imponente kasbah.
Es precisamente la kasbah otro de los lugares imprescindibles de la ciudad, una fortaleza amurallada con diez bastiones recientemente restaurada. Con una evidente influencia del estilo andalusí, esta construcción dispone de un agradable jardín, una sala de exposiciones que promociona a artistas locales y un pequeño museo etnográfico. Desde este museo, además, se obtienen unas vistas espléndidas sobre la medina de Chaouen.
…la ciudad de Chaouen se mantuvo aislada y prohibió la entrada a cristianos bajo pena de muerte? Cerrada a cal y canto a los extranjeros, esta situación se mantuvo durante siglos, hasta que los españoles la ocuparon en 1920. Para ello necesitaron seis años de luchas y la ayuda francesa, pues las tropas de Abd el Krim ofrecieron una dura resistencia.
Antes de esta fecho, sólo se conoce que pudieran haber entrado y salido con vida dos europeos: el explorador francés Charles de Foucauld, en 1883, y el periodista inglés Walter Harris, en 1889. Otro británico, William Summers, fue envenenado en 1892.
Durante la guerra de Rif, que se prolongó durante los años ’20, los hombres de Abd el Krim consiguieron echar temporalmente a los españoles de la ciudad, que no tardaron en volver a ocupar pronto, permaneciendo en ella hasta la independencia de Marruecos, en 1956.
La icónica plaza de Uta el-Hammam, auténtico punto neurálgico de la ciudad antigua de Chauen y rodeada por multitud de bares, restaurantes y de árboles sombríos, albergó hasta el año 1970 el zoco principal de la medina. Aunque actualmente éste ya no se encuentra ahí, es fácil encontrar en las cercanías multitud de tiendas y talleres donde deleitarse con las filigranas de los artesanos locales.
Y es que Chauen se ha convertido en uno de los lugares predilectos del país para realizar algunas compras de productos originales y para llevarse un pequeño recuerdo en la maleta. La tradición artesana de la localidad procede de antaño, habiéndose transmitido generación tras generación hasta convertirse en uno de sus principales motores económicos.
Aunque resulta muy fácil encontrar infinidad de tiendas de artesanías realizando un recorrido por la medina, puede ser un buen comienzo pasear por la Rue Granada en dirección a la Plaza de Uta el-Hammam, pasando por hermosa la Plaza Kenitra. Del mismo modo, si salimos en dirección este desde la plaza principal vamos a encontrar también numerosos establecimientos donde contemplar los productos artesanos regionales. Cerca de Uta el-Hammam encontramos también un antiguo caravasar –en árabe funduk–, que actualmente acoge a diversos artesanos que elaboran sus productos allí.
De entre los elementos más representativos de la artesanía de Chauen destaca las telas y lanas –originarios de los pueblos bereberes–, así como los muebles de madera pintados a mano. Son frecuentes también los espejos decorados y los motivos decorativos con mosaicos. También abunda la cerámica local, que puede encontrarse en las tiendas junto a la que procede de otras regiones del país, como Fez o Salé, así como la cestería, los productos elaborados en cuero y los perfumes y cosméticos.…una práctica muy habitual en Marruecos es el regateo? De ella participan casi todos los vendedores del país, por lo que hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas. En primer lugar hay que mostrar siempre una actitud agradable, sonreír, no enfadarse ni discutir y, si se puede, echar mano del sentido del humor. No debemos olvidar que no se trata simplemente de un intercambio, sino de un encuentro social.
Por otra parte, debemos estar dispuestos a invertir algo de tiempo, ya que no es sencillo ni rápido conseguir una buena rebaja. Y si no se consigue el precio deseado tras un rato de regatear, puede funcionar el probar de alejarse del vendedor como si nos fuéramos. Cuanto más caro sea el producto que negociemos más tiempo habrá que dedicarle, por lo que es probable que el vendedor nos ofrezca una taza de té para amenizar el encuentro, sin que ello implique ningún compromiso de compra.
Finalmente, es importante recordar que una vez se acepta la cantidad entre ambas partes, el trato está cerrado definitivamente, y que no hay que amargarse si uno ve que alguien consiguió lo mismo por menos dinero.
Es la hora de adentrarnos en la esencia de Marruecos, los zocos. Es el principal lugar de afluencia comercial.
Son grandes mercadillos en los que puedes encontrar productos de todo tipo: especias, hierbas aromáticas, cuero, alfombras, jabones, cerámica, platería, maletas, bolsos, babuchas y dulces. Todo lo que puedas imaginar.
Puedes pasear sin descanso, merece la pena dedicarle bastante tiempo para descubrir todos los rincones más insospechados de este lugar. Es importante tener un gran sentido de la orientación ya que todas las callejuelas parecen iguales.
Debemos tener en cuenta que nos encontramos en la cuna del regateo. Te aconsejamos que no pagues más de un tercio o la mitad de lo que te pidan al principio.
La palabra zoco (souk en árabe) significa gran desorden.
Antiguamente, los primeros en instalarse en estos mercados fueron los tejedores y los curtidores. Más tarde, se fueron sumando otros gremios estableciéndose en zonas bien delimitadas. Las zonas centrales de los zocos estaban reservadas a los artículos más costosos. En cambio, los alimentos ocupaban la zona de la periferia.
Hoy en día, los zocos mantienen vivo el espíritu artesanal y tradicional marroquí. Se pueden encontrar infinidad de productos de todo tipo.
Marruecos cuenta con unos platos tradicionales muy exquisitos. Las recetas favoritas árabes son el cuscús y el tajine.
El cuscús se usa como base de todo tipo de comidas de carne o verduras y está elaborado con sémola hervida al vapor. A lo largo de este viaje podrás degustar todo tipo de cuscús ya que en cada región de Marruecos se prepara de una manera.
Por otro lado, no puedes irte del país sin probar el plato nacional por excelencia, el tajine. Se prepara con ragout de carne, de pollo o pescado y legumbres estofadas.
Durante el ramadán, los musulmanes se alimentan de Harira, una sopa de carne con lentejas, de Beghrir, unos deliciosos crepes con miel y, como postre optan por el Shebbakia, unos pastelitos fritos.
La gastronomía marroquí es muy variada y extensa, de entre la que destacan el cuscús y los tajines, y la bebida por excelencia es el té. De entre sus variantes el más consumido es el té con menta, que está presente durante todo el día en la vida de los marroquíes. En Tánger, como en casi todo Marruecos, puede encontrarse en cualquier sitio e incluso en algunas tiendas se le ofrece al comprador mientras se negocia algún precio.
Para comer en Tánger, una de las opciones más frecuentes en la medina para un tentempié es acercarse hasta el Zoco Pequeño y la calle Ave Mokhtar Ahardanlos, mientras que en la Ville Nouvelle lo mejor es ir a las calles situadas cerca de la Plaza de France. Esta ciudad destaca por la abundancia y variedad de bares donde tomarse un descanso, por lo que uno solo tendrá que pasear tranquilamente y detenerse en el que más le apetezca.
Marruecos, país de contrastes. Es una mezcla fascinante, envolvente, sensual y mágica. Tan solo con deambular por sus calles notas sus matices y sus leyendas aún vivas. Además, la naturaleza también está presente ya que puedes disfrutar del maravilloso desierto, montañas o valles, que son una auténtica delicia.
Marruecos cuenta con impresionantes ciudades que no te puedes perder y que no te dejaran indiferente. Marrakech, repleto de placeres sencillos por descubrir; Casablanca, uno de los lugares moderno del país que cuenta con un extenso patrimonio artístico; Rabat, ciudad de tradiciones, Fez, que cuenta con una arquitectura imperial espectacular y Tánger, con un litoral impresionante.
El islam es la religión que domina en Marruecos. Encontramos mezquitas en forma de majestuosas construcciones, como cunas de la religión islámica, repartidas por todo el país. De hecho, por sus creencias los musulmanes, durante el noveno mes del calendario musulmán, practican el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol.
La gastronomía marroquí es todo un placer. Sabores adictivos en los que destaca las frutas, las verduras, el pescado y el marisco fresco. No puedes irte del país sin probar un exquisito cous cous o un delicioso tajine.
¿Preparado para vivir esta fantástica experiencia?
·Evita usar la mano izquierda, sobre todo si comes con marroquíes.
· Para saludar debes dar 3 besos en la mejilla, pero solo entre personas del mismo sexo.
· Quitarse los zapatos al entrar en una casa.
· Se puede fumar en la mayoría de lugares públicos.
· No olvides la propina, una práctica que no debes desatender.
· El saludo tradicional marroquí es: salaam aleikoum
No necesitaras obtener ningún visado para entrar en Marruecos. Solo deberás presentar el pasaporte que tenga vigencia para el total de tu visita.
Para visitar las grandes ciudades como pueden ser Marrakesh, Fez o Rabat no debes preocuparte por el tipo de atuendo ya que la vestimenta occidental está bastante arraigada.
Se recomienda no vestir faldas cortas y llevar las rodillas, los hombros y el escote tapado si vamos a entrar a alguna mezquita.
Si viajas al desierto, protégete del sol y usa gafas, pañuelos y gorros.
Por otro lado, el calzado debe ser cómodo, cerrado y bien fijado al pie.
Durante el invierno, la hora oficial en la Marruecos es GMT+0,una hora menos que en España. El horario de verano es GMT+1, la misma que en la Península y Baleares
La moneda oficial de Marruecos es el dírham. Nuestra recomendación es hacer el cambio a la llegada a la ciudad ya que siempre será mas favorable. Las oficinas de cambio de moneda se encuentran en el aeropuerto, en algunos hoteles y en la mayoría de los bancos.
La vida en Marruecos es cuatro veces más barata que en España. Hay que tener en cuenta que en muchos comercios, restaurantes y hoteles aceptan euros aunque siempre saldréis perdiendo.
La corriente eléctrica en Marruecos es de 230 voltios y, al igual que en Europa, se utilizan enchufes de dos patillas, por lo que no necesitarás un adaptador para tus aparatos electrónicos.
No hay que abonar ninguna tasa antes de salir de Marruecos.
El idioma oficial del país es el árabe. Aún así, el francés es una lengua que también se habla sobre todo la población que ha recibido una enseñanza superior.
De todos modos, debido al turismo y a las necesidades de venta, si habláis en inglés, francés o español no tendréis ningún problema para comunicaros con la gran parte de los ciudadanos marroquís.
En Marruecos puedes adquirir productos típicos de todo tipo. Destaca la gran variedad de artesanía: alfombras, cerámica, bisutería, madera, etcétera.
Otras compras de interés que puedes encontrar son productos de belleza, cosmética natural, ropa de marca, perfumes, relojes y piel.
El horario comercial es de 09.00 hrs a las 21:00 hrs aproximadamente.
Si se llega desde España se puede entrar 200 cigarrillos, una botella de alcohol de un litros, un frasco de perfume de 150 ml y medicamentos en pequeñas cantidades para uso personal.
El clima de Marruecos es mediterráneo seco. La temperatura media anual es de 20º por lo que no pasarás frio.
En verano, la temperatura media es de unos 28º pero no es extraño superar los 40º en algún momento del día.
Si por el contrario, viajas de diciembre a febrero las mínimas pueden llegar a los 6º por lo que es conveniente que por las noches vistas con ropa de abrigo.
Los zocos son la esencia de Marruecos. Son las áreas comerciales de las ciudad y están conformados por una serie de callejuelas con techos en las que encontramos pequeños puestecitos a los dos lados de la calle. Estas tiendas se van agrupando por oficios: lana, alfareros, carpinteros o alfombras.
Debes hacerte paso entre burros, carretillas o motocicletas que pueden abundar en los zocos. Están abiertos todos los días de 9:00 hrs a 19:00 hrs aunque pueden cerrar los viernes por la mañana.
El principal lugar de encuentro de Marrakech. Cuando cae el sol, todos los habitantes de la localidad acuden a ella.
Toda la ciudad gira alrededor de esta plaza que se llena de bailarines, encantadores de serpientes, vendedores de zumos de naranja, aguadores y puestos para degustar productos del país. Si tomamos fotografías de los mini espectáculos inmediatamente nos exigen una propinilla.
Este edificio fue construido en el siglo XII durante el reinado del sultán Abd al-Mumin y es la mezquita más importante de la ciudad. Su arquitectura recuerda a la Giralda de Sevilla y a la torre Hassan en Rabat.
Destaca su enorme minarete de 69 metros de altura y cuenta con una decoración diferente en cada cara, desde adornos florales hasta bandas de azulejos y relieves de pintura.
Su nombre procede de la palabra kutub que significa libro. Se debe a que fue una importante biblioteca y mercado de libros.
Una de las visitas imprescindibles en Marrakech. Estos jardines pertenecían al pintor Jaques Majorelle, un pintor francés que vivió en Marruecos para curarse de la tuberculosis. El espacio es pequeño pero encantador. Podemos encontrar infinidad de cactus, bambús, buganvillas, nenúfares y más especies traídas de todo el mundo. Como su propio nombre indica, domina el color azul Majorelle, un azul púrpura.
Cuenta con un museo en el que se exponen piezas de arte islámico y dibujos del pintor. Al morir, el modista Yves Saint Laurent lo adquirió y fue cuando se abrió al público.
El precio de la entrada es de 50 dhs. Si deseas ver el museo deberás pagar 25 dhs más.
Es el edificio religioso más alto del mundo. Desde el primer momento impresiona la grandiosidad del emplazamiento, cercano al Océano Atlántico. Podemos observar las enormes puertas de bronce y granito. Además, destaca el gran minarete de 200 metros de altura que culmina con tres esferas.
Es una de las pocas mezquitas que está abierta a todo el público, incluido el no musulmán. En el interior podemos admirar una enorme sala. El techo esta sustentado por 76 pilares con una base de granito de Marruecos. El suelo de la parte central es de cristal, lo que permite ver el piso inferior en el que se encuentra la sala de las abluciones.
También encontramos baños de vapor con tres temperaturas diferentes, además de una zona de masajes.
El precio de la entrada para visitar esta mezquita es de 120 dirhams.
Este barrio judío está situado justo enfrente del Palacio Real. Es una de las zonas más antiguas de Fez y se creó tras su expulsión en el reinado de los Reyes Católicos.
Se compone de una calle principal y múltiples callejuelas adyacentes en las que podemos encontrar algunas tiendas de ropa que fueron mercados de tela en la antigüedad.
Una de sus principales particularidades son las rejas y balcones que dan al exterior, diferenciándose de las construcciones árabes.
Este palacio fue construido en el siglo XIX, sede del Gobierno de Rabat. Alrededor de este edificio hay múltiples casas donde viven los guardias y servidores de la Casa Real.
La visita es exterior porque los guardias no te dejan acceder al edificio. Cuenta con hermosos jardines, muy bien cuidados.
Frente a la puerta del palacio se extiende la Plaza Méchouar, lugar donde se rinden honores al Rey y donde se celebran la Fiesta del Trono y la Fiesta por la Circuncisión del hijo.
Es una fortaleza impresionante y uno de los lugares más atractivos de la capital de Marruecos. Su nombre es procedente de la tribu de los Oudaya que la ocupó a principios del siglo XX tras ser expulsados por el sultán Moulay Abderrahma de Fez.
Asombra el increíble parecido que tiene con poblaciones andaluzas debido a su jardín exterior y a las callejuelas interiores con fachadas pintadas de azul y blanco.
También sorprende un encantador café morisco que cuenta con terrazas con vistas al río Bou Regreg. Puedes tomarte un té con menta acompañado con cuernos de Gacela, unos dulces llamados así por su forma.
La visita de esta fortaleza es libre y gratuita.
Es la puerta más bella de Mekenes, que representa el poder de la ciudad imperial. Fue construida en el 1732 por el arquitecto Mansour Laalej.
Se encuentra situada en la Plaza de el Hedim y da entrada al barrio judío de la ciudad. También es conocida como la puerta del “jueves” ya que los semitas montaban un mercado principalmente de alforjas.
Es una puerta clásica de la arquitectura musulmana, con una altura de 16 metros y con un arco de 8 metros. Está decorada con motivos y mosaicos.
Es una ciudad fortificada. Para acceder a ella, pasamos por el río Ounila. Es una enorme construcción de adobe, con muchas callejuelas y pasos subterráneos. Tras subir numerosas cuestas, llegas al torreón en el que disfrutas de unas magníficas vistas del Alto Atlas.
Una de las particularidades, que hacen especial este lugar, es que ha sido el escenario de varias películas famosas:
- Lawrence de Arabia (1962)
- La Joya del Nilo (1985)
- Jesús de Nazareth (1977)
- The Living Daylights (1987)
- La última tentación de Cristo (1988)
- El cielo protector (1990)
- Alejandro Magno (2004)
- El reino de los cielos (2005)
- Babel (película) (2006)
- Prince of Persia: The Sands of Time (película) (2010)
Esta fortaleza está construida a base de adobe y muchas almenas, un elemento arquitectónico medieval. Este edificio está vacío (nadie vive en él) y cuenta con múltiples estancias, las de mayor categoría es para el pachá y la favorita.
Además, encontramos un salón comedor en el piso superior con mucha ventilación y mucha luz, con ventanas bajitas porque se come en el suelo. También descubrimos una sala dedicada a la escuela con dos pequeños habitáculos para los alumnos castigados, uno completamente a oscuras y otro con una ventana minúscula.
Las paredes de esta kasbah están formadas con estucos de yeso y clara de huevo con inscripciones del Corán. Sus techos son de palmera (un material muy flexible) y de eucalipto. También encontramos adelfa que, al ser una planta venenosa, evita la acción de las termitas.
La gastronomía marroquí es amplia, rica, variada y sana. Como principales ingredientes encontramos las especies aromáticas, el pescado fresco, la carne sabrosa y las ricas verduras.
Uno de los platos más populares es el cuscús. Se realiza a base de granos de sémola de trigo acompañados de verduras, carne o pescado. Otra de las exquisiteces de esta gastronomía que se cocina con carne es el mechui. Se trata de cordero asado al horno muy lentamente. Tampoco podemos olvidarnos del Tajine, cuyo plato tiene el mismo nombre del recipiente en el que se sirve, una olla de barro cubierto con una tapa. Puede realizarse con verduras, cordero, pescado siempre con la base de especias.
Por otro lado, una de las bebidas más consumidas en Marruecos es el té a la menta. Da igual en que momento del día te lo tomes, siempre es bienvenido.
Más de 2 millones de pasajeros nos confiaron sus vacaciones en 2023. ¿Los motivos?
Opiniones de los viajeros que ya han realizado este circuito
01/01/0001
Les hôtels étaient très bien, les transferts aussi, un bémol pour les vols : 1/2h de retard sur le 1er vol et 1h sur le second. Les escales sont trop longues du coup on se gâche le 1er et le dernier jour de vacances que l'on passe à l'aéroport !