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Varsovia es la capital de Polonia y la ciudad más grande del país. En perfecta contraposición con Cracovia, presenta un gran núcleo urbano que rebosa de modernidad.
Después de quedar prácticamente destruida tras la Segunda Guerra Mundial, hoy sin embargo Varsovia es un ejemplo de esperanza y dinamismo, ya que ha sabido renacer de una forma inigualable. Debido a los devastadores bombardeos, la ciudad ya no cuenta con un casco histórico antiguo de grandes dimensiones, como sí ocurre en otras ciudades polacas. Pero Varsovia sí tiene una Ciudad Vieja que se ganó el título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO allá por el año 1980. Fuera de los límites de la parte antigua, la ciudad presenta un sinfín de monumentos de corte comunista, de rascacielos de cristal y acero, así como amplios bulevares comerciales rebosantes de vida, por donde dudarás de si caminas por Varsovia o por Nueva York. Asimismo, la ciudad puede presumir de múltiples espacios verdes, con hermosos parques donde disfrutar de un buen café o de un concierto de Chopin al aire libre.
No renuncies a un día de playa tan rápido
El río Vístula es el más largo y caudaloso de Polonia. Con sus más de mil kilómetros de longitud, atraviesa y divide al país en dos. Su nacimiento se encuentra en el la parte occidental de los Cárpatos, al sur de Polonia, y en su avance, a medida que se va haciendo más caudaloso, adereza el paisaje urbano de ciudades como Cracovia, Varsovia y Gdansk. El río Vístula presenta una rica biodiversidad, tanto en lo que se refiere a plantas acuáticas como a peces y aves. Con más de 40 especies de peces registradas en sus diferentes tramos, la pesca es una actividad muy popular en los meses de verano. La navegación es otra de las actividades más populares de este importantísimo río. Si tienes el título de patrón de barco, podrás alquilar una embarcación para vivir una de las grandes aventuras fluviales de Europa, pero si no es tu caso, siempre podrás unirte a uno de los múltiples cruceros que surcan sus aguas en diferentes puntos de su curso. El paisaje de sus orillas vírgenes es maravilloso, con bosques frondosos, verdes colinas, bucólicas campiñas y pueblecitos de corte medieval. Además, el generoso río Vístula tiene incluso playas de arena fina y blanca que te permiten disfrutar de un día de sombrilla y esterilla en el interior del país. No te olvides de reservar un día de tu viaje a Polonia para dejarte sorprender por este río lleno de vida.
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¿Has visto la película La lista de Schindler? Fue precisamente aquí donde el industrial nazi Oskar Schindler trabajó y desarrolló gran parte de su carrera. Posteriormente, Schindler se hizo conocido por salvar la vida de multitud de judíos durante el Holocausto. Hoy su fábrica es un impresionante museo interactivo que explica de maravilla los años de ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. La exhibición está magistralmente organizada con documentos, fotografías y reproducciones de artículos que evocan la vida entre los años 1939 y 1945.
Para llegar a la fábrica de Schindler puedes tomar cualquier tranvía junto a la oficina de Correos del casco viejo con dirección a Starowislna, hasta alcanzar la parada Plac Bohaterow Getta. Desde aquí, puedes seguir las señales hacia Ul. Kacik, pasando por debajo de las vías de tren. Para empaparte bien y absorber el máximo de información de esta visita, te recomendamos ver la película antes de tu viaje.
Este museo abrió sus puertas en el año 2014 con una compilación extensísima de documentos sobre la historia de los judíos en Polonia, que se extiende a lo largo de más de un milenio: desde los primeros judíos que pisaron tierras polacas gracias al comercio marítimo, hasta las olas migratorias del siglo XIX, pasando por la trágica destrucción de la Segunda Guerra Mundial. Una visita a este modernísimo museo ayuda a entender de dónde y en qué condiciones llegó la inmigración judía a Polonia, cómo fue su evolución, su integración en la sociedad, el desarrollo de sus costumbres, etc. En la sección dedicada a los años de guerra, el museo nos muestra documentos de una crudeza difícil de digerir, pero necesaria para entender la historia y la percepción de este episodio dentro de la comunidad judía de todo el mundo. Si quieres profundizar en la Varsovia judía, puedes acercarte al Cementerio Judío, fundado en 1806, y que alberga más de 150.000 lápidas. Algunas de ellas tienen placas conmemorativas de judíos tan relevantes como Ludwik Zamenhof, creador del esperanto. Si pasas por allí, trata de encontrar la tumba de Ber Sonnenberg (1764 - 1822), que constituye uno de los monumentos funerarios más refinados de Europa.
Esta iglesia situada en pleno corazón de la parte antigua de la ciudad de Gdansk es conocida por ser una de las más grandes iglesias del mundo construidas con ladrillo. Esta poderosa edificación comenzó a erigirse en el año 1343, pero no fue hasta el 1502 cuando alcanzó sus proporciones actuales. No te pierdas el detalle del reloj astronómico del siglo XV, ubicado en la cara norte del monumento, así como su torre, que después de superar sus 405 peldaños, ofrece unas vistas estupendas de la ciudad.
La traducción seria “mercado largo” o “mercado grande”, y antiguamente era el mercado principal de la ciudad. Hoy atrae a miles de visitantes cada día que curiosean entre sus puestecitos de todo tipo, sus restaurantes y sus bares tradicionales. Si levantas la vista por encima de la multitud, podrás disfrutar de la hermosa arquitectura de sus fachadas multicolor, erigidas con un gusto exquisito. La fuente en honor a Neptuno que encontrarás junto al ayuntamiento, construida en el 1606 por el artista Peter Husen, protagoniza una leyenda local que cualquier guía de la zona podrá explicarte en detalle; basta con que sepas que mezcla la tradición marítima con el alcohol y el dios romano. Además de sus orígenes legendarios, esta fuente es la estructura secular más antigua de Polonia. En la plaza del mercado también encontrarás la Casa Dorada, con bustos de los reyes polacos esculpidos en la fachada. El mercado está flanqueado en su sección oriental por la Puerta Verde, orientada al río, y fue construida en 1560 con fines defensivos. Hoy aloja una galería de arte.
Allá por el siglo XVI, fecha en la que se edificó este monumento, Cracovia era el corazón político y cultural de Polonia, y su Castillo de Wawel da cuenta de ello, constituyendo un símbolo fundamental de identidad nacional. Hoy en día funciona como museo de acceso público con 5 secciones: una exposición de las joyas de la corona y la armería, las salas de Estado, los apartamentos reales privados, el Wawel perdido y una exposición de arte oriental. Cada una de estas secciones requiere el pago de una entrada independiente, siendo las salas estatales y los apartamentos reales privados los que merecen una mayor atención. El palacio renacentista del que disfrutamos hoy data del siglo XVI, aunque el rey Boleslaw I Chrobry ya había edificado una pequeña residencia en este mismo lugar allá por el siglo XI.
Posteriormente Casimiro III “el grande” la convirtió en un formidable castillo gótico hasta que, en 1499, después de que este ardiera en llamas, Segismundo I “el viejo” se encargó de volverlo a levantar entre los años 1506 y 1548 en su actual figura.
Por su parte, la catedral real de Wawel ha sido testigo de múltiples coronaciones, funerales e hitos importantes de la vida real y la aristocrática de Polonia. Fue fundada originalmente en el siglo XI por el rey Boleslaw I Chrobry y reemplazada por una construcción románica en el siglo posterior. Tras un incendio de 1305, solo la cripta de San Leonardo y la capilla de Segismundo sobrevivieron. En el año 1364 se levantó su tercera y última versión, de estilo gótico y con capillas menores en distintos estilos. En su interior, llama la atención una colección de huesos de animales prehistóricos a los que se atribuyen propiedades mágicas, una colección de tumbas y sarcófagos, así como piezas religiosas de un valor incalculable. También cabe destacar unos frescos bizantinos del siglo XV de una belleza incomparable. La torre del campanario es accesible a visitantes, por la que hay que ascender 70 peldaños hasta alcanzar la inconmensurable campana de Segismundo, de dos metros de altura y dos metros y medio de diámetro. También podrás descender a la cripta de San Leonardo para admirar el único vestigio de la catedral románica original.
Dicen que o te encanta o te parece horrible, que no hay punto intermedio. Pero independientemente de que te guste o no, si visitas Varsovia es obligatorio pasarte a conocer este edificio tan icónico como controvertido. Fue un regalo de la “amistad” de la Unión Soviética a Polonia, realizado a comienzos de la década de 1950. Desde entonces y hasta el año 2021, fue el edificio más alto del país, que con sus 231 metros de altitud, aloja una sala de congresos enorme, teatros, salas de cine y diversos museos. En él puedes tomar un ascensor que te lleva hasta la planta 30, a 115 metros de altura, y disfrutar de las vistas desde la terraza panorámica. A la gente local, este coloso le suscita cierta animadversión debido a sus implicaciones políticas, especialmente porque para el turista es el icono de Varsovia, pero poco a poco van aprendiendo a convivir con ello.
A escasos metros de la popular fuente de Neptuno, encontraremos la casa más popular de Gdansk, La Corte de Artus Court. Este edificio ha recibido la visita de grandes personalidades, desde monarcas y presidentes, hasta artistas muy conocidos. Durante la Segunda Guerra Mundial fue destruido, para posteriormente ser reconstruido con el mismo esplendor del que gozaba anteriormente o incluso más. El edificio fue originalmente construido en el siglo XIV con el objetivo de que los grandes comerciantes locales y extranjeros tuviesen un lugar donde reunirse, discutir las turas comerciales marítimas o compartir experiencias. La decoración de su interior no es menos impresionante que su bellísima fachada: columnas colosales, estructuras góticas y renacentistas o pinturas de gigantescas dimensiones con motivos de caza son solo una pequeña parte de su interior. Las plantas superiores alojan exhibiciones históricas de fotografías y elementos importantes para entender la historia de la ciudad.
Este precioso monumento data del año 1677, de cuando el rey Jan III Sobieski compró el terreno para edificar su residencia de verano inspirada en el estilo barroco italiano. A lo largo de los siglos, el palacio ha ido cambiando de manos y cada nuevo dueño le ha ido añadiendo diferentes elementos neoclásicos. Milagrosamente, el Palacio Wilanów sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, por lo que sus ornamentos son hoy prácticamente iguales a los que se podían observarse cuando fue construido. Durante la visita podrás disfrutar del Gran Vestíbulo, del comedor, de la galería de retratos polacos, de una exquisita pinacoteca con obras de entre los siglos XVI y XIX, de impresionantes pinturas murales, etc. Para no perder detalle, la visita se puede realizar con una audioguía con la que entenderás mejor la importancia de cada rincón del palacio, así como su relevancia a lo largo de los siglos. Para evitar esperas, puedes comprar tu entrada anticipada online. Otro de los puntos fuertes de la visita son los jardines del palacio, con 45 hectáreas de extensión, pero escrupulosamente cuidados. Si tu visita coincide con un día soleado, no puedes perderte un bonito paseo por sus distintos rincones temáticos.
Este colosal edificio de ladrillo es una reconstrucción, ya que el original fue reducido a cenizas durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. La historia ha vinculado a la familia real polaca con este enclave desde el siglo XIV, cuando los Duques de Mazovia construyeron aquí un rudimentario castillo. En el siglo XVII llegó a ser una de las residencias reales más espléndidas de Europa. Para 1918, era la residencia de los zares rusos durante sus visitas a la Polonia ocupada, pero ese mismo año, cuando Polonia alcanzó la independencia, se convirtió en la residencia del presidente de la nueva República. Hoy en día, el Castillo está abierto a visitantes y dedicado al arte y a la cultura. Si te unes a una de sus visitas guiadas, disfrutarás de los resultados de una extraordinaria reconstrucción que reproduce los años de máximo esplendor del castillo durante el siglo XVIII, con sus columnas doradas, sus estucos, los retratos de la realeza polaca, los apartamentos de la Corte o las famosas pinturas de Varsovia de Bernardo Bellotto (1721 – 1780).
Todos saben que Polonia sufrió duramente los azotes de la ocupación alemana durante los años de la Segunda Guerra Mundial. El genocidio sistemático contra la comunidad judía y otros grupos políticos, étnicos o religiosos está fuera de toda discusión y, aunque pueda suponer un trago amargo en nuestro viaje, visitar el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau es una oportunidad única para leer de primera mano unas páginas fundamentales de nuestra historia. Hoy en día es un memorial y museo situado en la ciudad de Oswiecim. Los números son elocuentes: más de un millón de personas fueron asesinadas aquí en un período de cuatro años. Al contrario que otros campos de concentración que han sido reconvertidos, demolidos, saqueados o vandalizados, el de Auschwitz se ha conservado para preservar la memoria de los que allí fallecieron. Si reúnes las fuerzas para visitarlo, vas a volver a casa con la mochila llena de datos de gran valor, ya que la visita está extraordinariamente bien organizada y ofrece información relevante en cada punto, garantizando que el visitante sale informado y concienciado del dolor que allí se sufrió.
Polonia es, en términos generales, bastante llana. Pero si te diriges hacia el sur del país, la historia cambia completamente. Allí te toparás con las últimas cumbres de la cordillera de los Cárpatos, una cordillera montañosa que discurre desde la frontera de Polonia con Chequia, Alemania, Eslovaquia y Ucrania. La zona denominada Karkonosze, en el suroeste, es ideal para la práctica de deportes de montaña durante el verano, como el senderismo o el ciclismo de montaña. En invierno, es mejor dirigirse a los pies de los montes Tatra, meca del esquí o snowboard. Si quieres explorar la cara más aislada de los Cárpatos, donde escapar de todo y de todos, no te pierdas la zona de Bieszczady, en la parte sureste del país. Aquí encontrarás senderos muy poco transitados donde disfrutar de la fauna y flora de Polonia en su máximo esplendor. Si te llama tu espíritu aventurero, haz la mochila, ponte las botas de montaña y descubre a fondo esta zona. No hay fallo: los Cárpatos son siempre una buena opción para los amantes de las actividades al aire libre.
¿Sabías que en Europa puedes ver bisontes salvajes y en libertad? El Parque Nacional de Bialowieza aloja el último vestigio de un tipo de bosque que antaño cubrió toda Europa. Es también el hogar del bisonte europeo, una especie que se extinguió de nuestro continente en 1919 pero que, afortunadamente, ha sido reintroducida en este parque. Los bisontes están en libertad pero, si caminas con paciencia y sigilo por algunas de las rutas senderistas marcadas, seguro que tienes suerte y los ves. Hoy por hoy es el mamífero más grande de Europa y observarlo en su entorno natural es una experiencia única. Los bosques de esta región han permanecido prácticamente inalterados durante siglos. Incluso hoy, los escasos excursionistas y visitantes del parque se encuentran muy raramente con otros visitantes. Conocerlo de la mano de un guía oficial es una idea fantástica.
También conocidas como “la catedral subterránea”, estas impresionantes minas comenzaron a explotarse inicialmente en el siglo XV y, desde entonces, el trabajo incesante de decenas de generaciones de mineros ha hecho que esta explotación se encuentre entre las más antiguas e importantes del mundo. En 1978 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y cada año atraen a más de 800.000 visitantes. Hoy por hoy, es uno de los destinos turísticos más importantes de Polonia y, sin duda, un icono nacional. Las excursiones hasta las minas de sal se suelen organizar desde Cracovia, ya que están a escasos 15 kilómetros de la misma; sería una pena visitar la ciudad pasando por alto esta excursión inolvidable.
El entramado laberíntico de galerías se adentra hasta los 327 metros de profundidad, y a lo largo de 300 kilómetros lineales, donde aparecen diversas cámaras y capillas en las que podrás ver preciosas figurillas esculpidas en la sal.
La parte que está abierta a visitantes permite explorar hasta 3,5 kilómetros de pasillos y galerías, además de 22 cámaras donde encontramos lagos subterráneos, antiguos artilugios mineros como maquinaria y herramientas, así como elementos ornamentales grabados en las propias paredes de la mina. El momento estelar de la ruta es la llegada a la Capilla de Santa Kinga, un salón de más de 50 metros de longitud que aloja multitud de elementos ornamentales grabados en sal y en la que se organizan conciertos.
Existen diversas rutas por las minas de sal, como por ejemplo “la ruta de los mineros”, “la ruta de los peregrinos”, un circuito especializado para familias y otra más específica sobre los misterios de las minas.
No te pierdas esta oportunidad única de descubrir el corazón de la catedral subterránea de Europa.
¿CUÁNDO VISITAR POLONIA?
La temporada óptima para visitar Polonia es, sin duda, al final de la primavera o en verano. Sin embargo, en el mes de diciembre, las ciudades y pueblos se decoran de forma explosiva de cara a las fiestas navideñas y sus mercadillos navideños, con su sinfin de puestecitos de comida, bebida y adornos, inundan sus centros históricos. En los meses de enero y febrero, es una fecha estupenda para ir a esquiar a Polonia, en alguna de sus pistas de esqui, con unas instalaciones de primer nivel. Así que, elijas la temporada que elijas, Polonia tiene algo para ti.
En verano, las temperaturas en Polonia pueden llegar a ser muy altas. Asegúrate de traer ropa adecuada para el tiempo, incluyendo gorro y protector solar. En invierno, las temperaturas alcanzan varios grados bajo cero. En ese caso, tráete buenas prendas de abrigo, botas, guantes, gorro abrigado y buenos guantes. No hay nada más incómodo que estar con frío.
VIAJAR A POLONIA A BUEN PRECIO
Como suele ocurrir con todos los destinos europeos, los precios de los billetes en Semana Santa y verano se encarecen notablemente. Así que, si quieres viajar en estas fechas, asegurate de adquirir tu billete de vuelo con la maxima anticipacion posible.
HUSO HORARIO
El huso horario de Polonia es el mismo que en España continental, así que no necesitas cambiar tu reloj (a no ser que viajes desde Canarias).
EMBAJADA ESPAÑOLA
España tiene la sede de su embajada en Varsovia y abre al público de lunes a viernes, de 8:30 a 16:00 horas. La Embajada en Varsovia se encuentra junto al Parque Lazienki, en el barrio llamado Powisle, a 10 minutos en coche del centro histórico de la ciudad.
Fuera del horario de atención al público, la Embajada dispone de un teléfono móvil de emergencia consular operativo las 24 horas del día para asuntos urgentes y de gravedad.
Teléfono móvil: 605 67 31 25. Con el prefijo 0048 (si llamas desde fuera de Polonia o desde móvil español)
DOCUMENTACIÓN PARA ENTRAR EN POLONIA
Como miembro de la Unión Europea y de la zona Schengen, únicamente hace falta el DNI o pasaporte en vigor para viajar a Polonia.
Para los residentes extranjeros en España es necesario llevar un documento identificativo además de la la tarjeta de residencia española, ya que ésta no se considera documentación de viaje.
EN AVIÓN
Polonia dispone de 13 aeropuertos internacionales situados en distintas regiones, en los que operan más de 40 líneas aéreas, siendo el aeropuerto de Varsovia-Fryderyc Chopin el más importante. El aeropuerto de Cracovia Juan Pablo II y el de Gdańsk-Lech Wałęsa también están estupendamente comunicados con líneas de vuelo regular, así como de bajo coste.
CÓMO MOVERTE DENTRO DE POLONIA
Polonia es un país muy avanzado en lo que a transporte público se refiere y en cuando la disposición de su sistema de carreteras y autopistas. Si quieres aprovechar tu viaje para conocer diferentes lugares del país, puedes utilizar el sistema de autobuses o trenes, que, además de ofrecer billetes a precios muy asequibles, ofrecen comodidad y mucha frecuencia. Es una bonita forma de disfrutar del paisaje, sentarse y relajarte.
También puedes alquilar un coche. No vas a tener ningún problema, ya que las normas de circulación, así como las señales son bastante similares a las españolas. Únicamente, los nombres nos resultan poco familiares, con algunos caracteres distintos y palabras muy largas. Así que, si viajáis dos o más en el coche, sería interesante que el conductor se centre en la carretera y el copiloto en leer los carteles y letreros.
TAXIS
Es conveniente utilizar únicamente los taxis legales. Los distinguirás porque llevan un número de teléfono muy visible en el vehículo. Evita montarte en vehículos que te generen dudas. No merece la pena asumir el riesgo.
El país no presenta incidencias en cuando a enfermedades o epidemias. La atención médica en hospitales y ambulatorios es correcta. En las grandes ciudades existen mejores medios que en los pequeños pueblos. Pero, aun así, recibirás buena atención.
Como europeo, cuando te desplaces a Polonia, deberás obtener la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) en España. Con ella, podrás recibir atención médica en caso de emergencia. Esta tarjeta no es en ningún caso un sustituto del seguro de viaje.
Adicionalmente, es conveniente contratar un seguro de viaje antes de viajar, que cubra los costes médicos en caso de emergencia. Este seguro privado te resultaría muy útil en el caso de que tuvieras que abandonar el país por causa de enfermedad o accidente. La Seguridad Social española no incluye la evacuación como una prestación sanitaria asociada a la Tarjeta Sanitaria Europea y, en caso de necesidad, es complicado que un hospital polaco admita su traslado a España por razones médicas.
Si sufres cualquier tipo de enfermedad, consulta con tu médico antes de iniciar el viaje y asegúrate de traer la cantidad de medicamento suficiente para tu estancia.
Polonia NO USA EL EURO, sino el Zloty, divisa cuya abreviatura es PLN. 1 euro equivale aproximadamente a 4,2 PLN, aunque deberás asegurarte de comprobar el tipo de cambio antes de comenzar su viaje.
Los comercios no suelen permitir el pago en euros. Las tarjetas de débito y crédito son aceptadas en la mayoría de los establecimientos, aunque puede haber locales y comercios donde solo se pueda pagar en efectivo. Podrás encontrar multitud de oficinas de cambio) por toda la ciudad. Te resultará útil saber que las oficinas de cambio en polaco se llaman “kantor”. El tipo de cambio oscila bastante. En general, los kantor ofrecen peor tipo de cambio cuanto más céntrica se encuentre. Por ello, si vas a cambiar una cantidad importante, resulta conveniente hacerlo en un kantor algo más alejado de los principales destinos turísticos.
No hay duda, en Polonia se habla el polaco. Debido a la situación histórica vivida hasta hace no demasiados años, las generaciones a partir de 35 o 40 años no suelen hablar inglés. Los jóvenes, por el contrario, suelen hablar un buen inglés. A no ser que te unas a visitas guiadas en español, es muy probable que no entiendas mucho. Toda la información desplegada en las calles y carreteras está, naturalmente, en polaco.
Pero ya verás como no vas a tener ningún problema para comunicarte. Los polacos son, en general, simpatiquísimos y muy comunicativos. Utilizarán las manos o cualquier medio a su alcance para hacerse entender. Si no, una sonrisa se entiende en cualquier parte del mundo.
El prefijo del país es: +48.
EMERGENCIAS CONSULARES fuera del horario de atención al público: 605 67 31 25 (prefijo 0048 si se llama desde fuera de Polonia o desde móvil español).
Emergencias generales (Número de Emergencias Europeo): 112
Emergencias policiales: 997
Bomberos: 998
Emergencias sanitarias: 999
Asistencia en carretera: 981
Teléfono de información y asistencia para turistas: 608 599 999
PRECAUCIONES
En términos generales, Polonia es un país muy seguro. Sin embargo, y como suele ocurrir en las grandes capitales y destinos turísticos, se aconseja tener las carteras y mochilas bajo control cuando viajes en transporte público o camines por zonas concurridas. Evita colocar la tarjeta en el bolsillo trasero del pantalón o dejar tu bolso abierto o descuidado en alguna terraza. Para evitar disgustos mayores, puedes llevar contigo el DNI y dejar el pasaporte en tu alojamiento regular. Así, si por un casual extraviases la cartera, no te quedarías sin documentación.
TELÉFONOS DE CANCELACIÓN DE TARJETAS BANCARIAS
4 B - VISA Electron - Master Card - VISA: 0034 902 114 400 / 0034 913 626 200
Servired (VISA - VISA Electron - Master Card): 0034 902 192 100
American Express: 0034 902 375 637 Red 6000: 0034 915 965 335